𝟭𝟯. ━ 𝑀𝐼 𝑆𝑈𝐸𝑁̃𝑂 𝐼𝐷𝐸𝐴𝐿
¡Lean la nota del final!
*
letras en negrita y curvisa, es la canción de "mi sueño ideal" de enredados.
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..
—¿Ya me bajas?—preguntó la rubia.
—. No
Helena bufo, intentando moverse, pero el agarre que tenía Harry sobre ella era fuerte.
—¿Ya me bajas?—volvió a decir la rubia.
—. Que no.
—¿Ya me....¡Ah!, ¡Oye!—chilló, sintiendo su trasero doler por el golpe que Harry le dio en esta.
—. No te voy a bajar... ¡Ah! ¡Tesorito, suéltame!—exclamó en queja Harry, intentando alejar su cabeza de la mano de la chica.
Ambos empezaron a forcejear, Helena aun en el hombro de Harry, esté intentando que la chica deje su cabello.
La chica como pudo, se soltó, aun teniendo el cabello de Harry entre su mano.
—¡Eres un degenerado!—fulminando al chico, mientras seguía ejerciendo fuerza en su agarre.
—¿Por la nalgada?, podría darte más si quisiera Tesorito—respondió Harry, sin ocultar su sonrisa.
—¡Idiota!—Helena empezó a golpearlo en el brazo.
La escena era algo sorprendente para los que pasaban, ya que Helena seguía golpeando a Harry, mientras que este apenas se inmutaba a los golpes.
—¿Así tratas a todas tus conquistas Hook?—preguntó una chica, llamando la atención de ambos.
Helena paró sus golpes, buscando con la mirada a quién hablo, mientras que Harry, frunció los labios en descontento.
—¿Qué quieres Crims?—preguntó Harry irritado por la nueva presencia.
—. Los gritos de la chica se escuchan desde la otra punta, además de que escuche el rumor de que Mal volvió—respondió la chica, acercándose a ambos.
Helena ladeo su cabeza, fijándose en la chica y en su cabello rojizo juntó con esa ropa de cuero que usaba, resaltando sus caderas.
—. Pues que bueno que escuchaste el rumor, ahora si nos permites, estábamos ocupados—habló Harry, tomando de la muñeca a Helena y jalandola para seguir su caminó.
—. Lástima, Aleksander y Klaus estan emocionados por conocer a la amiguita de Mal—dijo por último la chica, dándose la vuelta.
Helena paró su caminata al escuchar las palabras de la chica—Aleksander..
—. Es un estupido, vámonos. Ahora.—respondió Harry, haciéndola caminar y alejarse de la chica.
Ivy en cambió sonrió para sí, curiosa por saber el porqué la chica sabía el nombre de Aleksander, dirigiéndose a la guarida que tenia con sus amigos.
—. Huele mucho a pescado—musito en queja la rubia.
—. Es obvio, estamos cerca del mar—dijo lógico, llegando a lo que parecía ser un restaurante de comida en mal estado.
Harry la sostuvo con más fuerza—. Ni se te ocurra correr—dijo por último, ambos entrando.
Al entrar se encontraron con diversas personas comiendo, ninguna con un aspecto limpio.
En la barra principal había una chica de pelo azul y trenzado que no tenía una buena cara, mientras que el chico rubio a su lado parecía que estaba hablando de algo.
Un carraspeo por parte de Harry llamó la atención de todos.
—. Me he encontrado un tesoro y creo que nos ayudará muchísimo..—anunció, pasando su garfio por el cabello de Helena.
Uma sonrió, acercándose rápido a ambos y tomando a Helena por los hombros.
—. Vaya, vaya...Hasta que haces un buen trabajo Harry—hablo Uma, sentando a la chica en un chica.
—¿Trabajo? ¡Oye, eso dolió!—se quejó, al ver como la amarraban a la silla con una cuerda.
—. Awww... a la niña le dolió, ni modo—Uma la miró burlona—. Ahora dime..¿Quien eres?
—¿Quién eres tú?—preguntó Helena, mirando a la chica frente a ella.
—. No, ¿Dime quién eres tú?—volvió a preguntar Uma, frunciendo sus cejas.
Helena negó—. No se vale que diga quién soy y no sabes quien eres tú—explicó, intentando soltarse de la cuerda.
—. Esa es una buena lógica—comentó Gil, todavía comiendo.
—. Gil callate. Recuerda el plan..—recordó Uma, irritada.
—. Atrapar a la rubia. Sacarle información. Amenazar a Mal. Salir de la isla—Gil dijo todo por puntos.
—¿Amenazar a Mal?—Helena los miró con extrañeza—¿Que les hizo?
Uma abrió su boca para responderle, pero Gil fue más rápido que ella—. La llamo camarón y no la dejo estar en su pandilla.
—. Uhh, eso debió doler—Helena comentó—. Se que se siente, a mi también me dijeron algo igual.
Uma rodó los ojos, intentando mantener la calma con la rubia, Harry tenía una pequeña sonrisa mientras miraba a su capitana perder la paciencia.
—. Tu iras conmigo— jalando a Harry hacia afuera, señalando por último a Gil—. Y tu.. Que ella no se escape.
Uma llevó a rastras a Harry hacia afuera del restaurante para hablar, mientras que Gil vigilaba a la rubia aun comiendo.
—¿Me sueltas? Ya me duelen las manos—dijo Helena—. Además de que tengo hambre.
—. Hay papas fritas ¿Quieres?—preguntó Gil, vigilandola.
—. Eso estaría bien ¿Me sueltas?—volvió a preguntar la chica.
—. No creo que Uma se enoje si te suelto para comer así que si—respondió Gil, soltando a la chica.
Ambos se encaminaron hacia la barra y mientras Gil le extendía una pequeña bandeja con las papas fritas a la rubia, los demás marinos no dejaban de mirarla.
—¿Por qué todos me miran?—preguntó Helena hacía Gil.
—. Porque... si.. Creo—respondió Gil, concentrado en su comida.
—¿Solo piensas en comer?—preguntó Helena, alzando su ceja.
Gil asintió—. Comer siempre ha sido mi sueño.
Helena abrió su boca indignada—¿No tienes otro sueño?—
Gil se encogió de hombros—. Quien sabe.
La rubia negó con la cabeza, animandose a sí misma y acercarse a uno de los marinos que no dejaba de verla.
—¿Y tú? ¿No tienes un sueño ideal?—preguntó con una sonrisa convincente.
El marino sonrió coqueto ante la sonrisa de la chica—. Encontrar a una princesa podría ser un sueño ideal.
—¡Bailar tango!—gritó otro, acercandose a la barra y empujando al otro marino.
—¡Eso es!—exclamó la rubia—¿Vamos quién más tiene un sueño ideal?
La pregunta de la chica quedó al aire, pero un grito salió de su boca al voltearse y encontrarse con otro de los marinos, que no quitaba su mirada de ella.
—. Yo siempre tuve un sueño...—hablo, lanzando la daga que tenía en manos a un marino con un acordeón en las manos.
—. Soy maloso, pavoroso, mi gesto es horroroso—cantó señalando su rostro—. Mis manos no están del todo limpias.
Alejándose de la chica para mostrarle sus manos—. Pero aunque me vea vil, con mi ojo y mi perfil—lanzó al primer marino, subiéndose a una pequeña tarima—. Yo siempre quise ser un gran pianista.
Sentándose en un piano descuidado, pero tocándolo con perfección, Helena sonrió, subiendo a la tarima con él y tocando algunas teclas con el.
—. En el escenario interpretando a Mozart—sonriéndole a Helena, mientras seguía tocando el piano—. Tecleando firme y sin parar.
—. Sí, prefiero que dé miedo, mi dominio de instrumento— canto, mientras los demás seguían la entonación—. Porque en el fondo tengo un sueño ideal.
¡Un sueño ideal!
¡Un sueño ideal!
—. Y no soy tan cruel y fiero en realidad—alzó su mano y golpeó sin querer al marino que intentó coquetear con la rubia—. Si me gusta romper huesos, pero tengo muchos sueños.
—. Y como todos, tengo un sueño ideal.
—. Tengo cicatrices feas—cantó el marino coqueto—. De aquí me escurre un flujo—señaló su brazo.
—. Y ya ni hablar de mi fisonomía—se señaló a sí mismo—. Tengo un dedo más aquí—mostrándole su mano con seis dedos.
—. Y mi bocio y mi nariz—acercando a Helena—. Más quiero que el amor llegue a mi vida—entregandole una pequeña flor.
Helena sonrió ante esto, mirando como los demás cantaban.
—. Me imagino con la dama elegida—sentándose en una mesa junto a una marina y haciendo la representación de una cita romántica—. En una cita y cantar.
—. Aunque sea un sinvergüenza, quiero amor y no la guerra—caminando hacia la barra—. Porque en el fondo. Tengo un sueño ideal.
¡Mi sueño ideal!
¡Un sueño ideal!
—. Se que reinará el romance de verdad—Gil seguía comiendo mientras se movía al compás de la música.
—. Y aunque tenga un rostro horrible, soy un soñador sublime—abrazando por los hombros a la rubia—. Y como todos, tengo un sueño ideal.
—. Elio quisiera ser un buen florista—cantaron, mientras Elio le mostraba a Helena su talento, haciendo una gran decoración con elementos del restaurante, la chica aplaudió con emoción.
—. Andy quiere ser decorador—llevaron a la rubia a la parte que Andy decoró.
—. Lip un mimo es—Lip pasó enfrente de Helena como si estuviera bajando escaleras.
—. Y Alan hornea, que hay que ver—Alan llegó con una pequeña bandeja de cupcakes.
¡O tejer, remendar, marionetas que manejar!
—. Y Vladimir con gatitos es feliz—Vladimir sonrió al mostrándole dos pequeñas figuras de gatito a Helena.
—. Solo faltas tú—dijo uno de los marinos, señalando a Gil.
—. ¿Perdoname?—preguntó Gil al verse rodeado de los marinos.
—¿Cual es tu sueño?—preguntó otro, tomando de los hombros.
—. Disculpen muchachos, yo no cantó—dijo, caminando hacia la salida ignorando las miradas de los demás.
—¡Mi sueño ideal!—cantó Helena, siendo admirada por los marinos.
¡Un sueño ideal!
—. Las linternas ver brillando al flotar—cantó, bailando junto a los demás.
—. Cada hora más me alegra, de mi reino no estar cerca—bajo de la tarima con ayuda de un marino—. Y como todos tengo un sueño ideal.
¡Un sueño ideal!
¡El sueño ideal!
¡Pues no somos tan distintos en verdad!
¡Un grupo igual!
—¿Por qué tienen tanto ruido adentro?—preguntó a Uma, mirando como Gil salia del restaurante—¡Gil!
El pobre tiro su plato de comida, mirando la mirada fulminante de Uma y Harry sobre el.
—¿Qué es lo que pasa adentro?—preguntó Harry.
—. La chica se puso a cantar con los marinos, canta bonito—respondió Gil.
Uma frunció sus cejas, caminando hacia dentro del restaurante con irritación sobre lo que le había pedido a Gil y no cumplió.
—¡¿Qué les ocurre?!—gritó, asustando a todos—¡Son piratas! ¡No bufones de circo para que la rubia se sienta cómoda!
Los gritos se escuchaban en todo el restaurante, mientras que Harry miraba a Helena con el ceño fruncido a Helena, la cual estaba encima de la tarima con los brazos de dos marinos en sus hombros al bailar al mismo tiempo.
—¡Ya callate de una vez!—gritó Úrsula desde la cocina, saliendo uno de sus tentáculos por la puerta para golpear a Uma.
—¡Mamá!—gritó Uma enojada.
Mientras madre e hija discutían, uno de los marinos jalo a Helena hacia la salida.
—. Corre y cuando veas un cartel azul, doblas a la derecha, de ahí podrás llegar de nuevo al centro de la isla—le explicó a la rubia.
—¡Gracias!—agradeció Helena, sonriéndole y empezando a correr.
El marino asintió, corriendo de regresó al restaurante pero siendo detenido por Harry, el cuál lo estaba señalando con su garfio—. La dejaste ir.
El marino asintió, intentando no intimidarse por el chico.
—. No debiste hacerlo—musitó Harry, noqueando al marino y corriendo para alcanzar a Helena.
Mientras Helena corría hacia el cartel que el marino le mencionó, volteó su mirada fijándose que Harry venia detrás de ella.
Aceleró su paso, doblando en el cartel, pero terminando por chocar contra un chico y cayendo encima de él.
—. Oh mierda—musitó, levantándose del piso—¡Lo siento, no fue mi intención!—exclamó, intentando ayudarlo a levantarse.
Al chocar contra la mirada azul de chico, ambos sintieron un dolor de cabeza, confundidos ante esto.
—. Así que eres tú—hablo el chico, recuperando la compostura, levantándose del piso y acomodando el arco en su espalda—. Eres casi como te imaginaba.
—¿Imaginarme?—preguntó Helena, mirando al chico.
Ambos se miraron nuevamente, pero la llegada de Harry con ellos los hizo voltear.
—¿Una chica corrió lejos de ti? Vaya, ahora si lo he visto todo—bromeó el chico, burlándose de Harry.
—. Yo la encontre primero—habló Harry, acercándose al chico y tomando de la chaqueta a Helena para alejarlo de él.
—. Oh vamos, ella chocó conmigo ¿Que le habrás hecho para que corriera de ti?—preguntó burlón.
—. Me llevo a un restaurante de mal olor y me dejo con los marinos—respondió Helena por Harry, sonriendo.
Harry rodó los ojos—. Tesorito, silencio—dijo.
Helena le pegó en el brazo—. No soy tu Tesorito, Hook.
—. Como sea, tengo unas cosas que llevarle a mi madre—habló el chico.
—¡Espera! No me has dicho tu nombre—Helena lo detuvo con un agarre en su chaqueta, haciendo que la voltee a ver.
—. Aleksander—respondió el chico, soltando la mano de la chica de su chaqueta.
Helena lo intentó alcanzar de nuevo, pero el agarro de Harry en su chaqueta la detuvo—. Tu vienes conmigo.
—¿Por qué ella tendría que ir contigo?—cuestionó Aleksander—. Ella vendrá conmigo.
Ambos chicos empezaron a jalonear a la rubia con tal de llevársela.
—¡O-Oigan!—gritó Helena.
—¡Animales!—gritó Ivy, soltando a Helena de los otros dos y corriendo con ella.
—¡Oye, ella venía conmigo!—gritaron al mismo tiempo, volviendo a pelear entre los dos.
Ambas chicas corrieron hasta llegar a la guarida de la primera—. Gracias por eso.
—. Los hombres son unos brutos—comentó Ivy, dejándola entrar a la guarida.
Helena miró sorprendida el lugar, lleno de colores rojos, azules, morados.
—. Genial ¿No?, todo es obra de Klaus—mencionó Ivy—. Tendremos mucho tiempo para hablar mientras esos dos siguen peleando.
—. Eso espero, mis amigos deben estar preocupados por mi—dijo Helena, sentándose en uno de los sillones con Ivy.
—. Si no me equivoco, tú no eres de aquí—habló Ivy—. Y ni intentes mentirme.
Helena aplanó sus labios, asintiendo con la cabeza y dándole la razón a Ivy—¿Eres hija de..?
—. La Reina de Corazones—respondió Ivy—. Por tu cabello supongo que tu madre es Rapunzel.
—¿Qué comes que adivinas?—bromeó Helena.
Ivy río ante la pregunta de la chica—. Tu presencia aquí traerá más problemas de lo que me imagine.
—¿Eso crees?—Helena alzó su ceja ante la pregunta de la chica frente a ella.
Ivy sonrió—. Por supuesto, y se muy bien que tu princesita, no podrás salvarte sola—su mano se alzó hacia el cabello de la rubia—. Pero tienes suerte de que yo quiera protegerte rayito.
Helena sonrió ante las palabras de la chica, extendiendo su mano—. Tendré que darte algo a cambio ¿O me equivoco?
—. Una corona o diamantes rojos—respondió Ivy.
—. Hecho, te daré esos diamantes rojos que quieras—dijo Helena, estrechando su mano con la de Ivy.
Ambas sin saber que se volverían más unidas de lo que se pueden llegar a imaginar.
▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃
¡Hola!
Espero les guste el capitulo
¿Qué les gustó más?
¿Qué creen que pase el siguiente?
Voten y dejen su comentario eso me apoyaria muchísimo.
—Barbs.
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