❪☀️❫ ━ 𝐸𝑋𝑇𝑅𝐴 𝑇𝑅𝐸𝑆



La mañana en el castillo fue tranquila, siendo Eugene y Rapunzel los primeros en despertarse.

Mientras Eugene revisaba algunas cosas en su oficina, Rapunzel se encaminó hacia la habitación de Helena.

—. Cariño buenos...—habló entrando a la habitación, notando que la chica no estaba en esta.

Con algo de temor, se dirigió hacia la habitación de Aleksander, asustandose al tampoco encontrarlo.

Antes de que pudiera gritarle a Eugene, decidió asegurarse que Marcos estuviera en su habitación.

El alivio volvió a su cuerpo al entrar y encontrar a los tres dormidos en la cama de Marcos.

—. Niños..—musitó mientras se acercaba a la cama—. Despierten antes de que su padre venga.

—. Cinco minutos más—susurró Marcos, golpeando con su brazo a Helena, que estaba en medio de él y Aleksander.

Rapunzel rio ante esto, tomando la cobija y destapando a los tres—. A desayunar. Ahora.

Los tres entre quejas, decidieron hacerle caso.

Eugene intentó no reírse al notar las caras dormidas de sus tres hijos, terminando se servir el desayuno en los platos correspondientes de cada uno.

—. Me imagino que se desvelaron—comentó Eugene.

—. Apenas y pude terminar los libros—respondió Helena, tomando la crema batida de la mesa.

—¿Segura que quieres ir? Digo, podríamos mandar a algún guardia en tu presencia—Eugene, aún no estaba completamente de acuerdo con la decisión de Helena.

Después de la fiesta improvisada, Helena logró convencer a Ben junto con Evie, de dar ayudas a los de la isla.

Teniendo que ir cada tres semanas a revisar los avances y mientras Evie se encargaba de que todo estuviera bien, Jay era el encargado de la seguridad, para que finalmente Helena se encargará de la enseñanza a los más pequeños.

—. Mamá—dijo Helena, pidiéndole ayuda a su madre.

Rapunzel ante esto, tomó un pedazo de Hot Cakes para dárselo a Eugene—. Helena sabe perfectamente lo que hace, así que deja de ser sobreprotectora con ella.

Eugene asintió al mirar el rostro serio de su esposa, Marcos y Aleksander no aguantaron la risa.

—. Y ustedes ¿Qué harán hoy?—preguntó Rapunzel, mirando a sus hijos.

—. Jay me pidió que lo suplantara en el entrenamiento del equipo hoy, así que iré a hacer eso—respondió Aleksander.

—. Yo ire con James—Marcos intentó ignorar el sonrojo en sus mejillas.

—¿Florian ya le dio permiso a James?—preguntó Eugene.

—. No diría que permiso, todavía pone a Gruñon a que nos vigile—respondió Marcos, terminando su desayuno.

—. Los veo más tarde—añadió, levantándose de su silla.

Dejando un beso en la frente de Helena y despidiéndose de Aleksander con un saludo de ambos.

Despidiéndose de sus padres y salir de la cocina en dirección a su habitación.

—. Que rápido crecen—musito Eugene en un llanto falso.

—. Marcos tiene veintidós papá—Helena negó con una sonrisa, sintiendo como Aleksander le limpiaba la mejilla manchada de betún.

—. Y yo tengo cuarenta y cuatro cariño—dijo por último Eugene.

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La chica terminaba de acomodar todo en las cajas que llevaría a la isla, dejando su cabello en media coleta.

Con ayuda de Mal, pudo lograr que su cabello dejara de creer, Helena no negaría que ama su cabello largo, pero era tedioso tener que atorarse en todos lados.

Dejando su cabello hasta debajo de los hombros, volvió a aplicar gloss en sus labios.

—¿Ya tienes todo?—preguntó Aleksander entrando a la habitación.

Helena asintió—. Los niños amarán todo lo que llevare hoy—comentó, guardando algunas cosas en una pequeña bolsa.

—. ¿No le has dicho a Papá?—Aleksander seguía mirando a su hermana con una sonrisa.

Ambos sabían a lo que se refería Aleksander, puesto que habían decidido dejarlo como un secreto junto con Marcos.

Helena negó—. Si bueno, digamos que no sería bueno que se entere por el momento—dijo esta, dejando lo que estaba haciendo para mirar a su hermano.

—¿Por qué no?—preguntó este—. No me digas que ya tuviste pareja.

La mueca en el rostro de Helena dijo todo—. Y digamos que eso no acabó para nada bien.

El chico pasó sus manos por su rostro—. ¿Por lo menos lo conozco?

Helena se encogió de hombros—. Creo que de niños sí, pero actualmente no.

—¿Está en otro continente o paso a mejor vida?—bromeó Aleksander.

—. Tiene prohibido volver a Auradon—respondió Helena, escuchando el claxon de la limusina—. Ya llegaron.

Aleksander asintió, decidiendo no averiguar más del tema, tomando una de las cajas y ayudando a Helena a llevarla a la limusina.

—. Completa—pidió hacía la rubia.

—. No prometo nada—respondió Helena con una sonrisa, subiendose al auto.

Aleksander negó con una sonrisa, mirando la limusina alejarse.






—¡Princesa!—exclamaron los gemelos Squeaky y Squirmy, hijos del señor Smee.

—¡Peques! —Helena les correspondió el abrazó, riendo cuando estos empezaron a hablarle sobre lo que han aprendido estos días.

Harry que había venido en compañía sonrió al verla convivir con los gemelos, mirando de reojo a los demás niños de la isla.

Mientras los demás recibían las cosas que Helena trajo, Evie se encargaba de hablar con los demás sobre quienes serán los elegidos para ir a Auradon.

La rubia sonrió hacia Harry al verlo, volviendo su atención hacia los gemelos que la llevaron a una de las bancas.

—¿Vas a querer hijos?—preguntó Jeannette, asustando a Harry.

—. Puede ser ..—respondió Harry, agarrando unos cuantos dulces de una bolsa.

—¿Llenaste la hoja? —Harry tomó el papel de la mano de su hermana, intentando cambiar de tema .

—¡Damelo!—exclamó Jeannette, intentando quitarsela.

Mientras ambos peleaban, Helena se acercó a ellos después de haber saludado al señor Smee, que se acercó para saber si los gemelos habían logrado un avance.

Helena solo negó al mirarlos pelear, enrollando una hoja y golpeando a Harry y Jeannette con esta.

—¡¿Y el golpe porque?!—exclamó indignado Harry.

—. Dile que me devuelta la hoja—habló Jeannette, acusando a su hermano.

—¡Mentirosa!—respondió Harry, alzando su mano con la hoja.

—. Harry—habló Helena, mirando a ambos hermanos.

—. Bien—dijo este, dándole la hoja a su hermana—. Ve a entregarla.

Jeannette frunció su ceño, dándole un golpe final en el brazo a Harry para así dirigirse a Evie.

—. Vamos preciosa..—dijo Harry intentando que Helena deje de estar enojada con él.

—. Creo que habíamos quedado en algo—hablo está, mirándolo con el ceño fruncido.

—. Que no molestaría de esa forma a Jeannette, lo se—repitió este—. Pero ella también me molesta, así que estamos a mano.

—. Haré como que te creeré —Helena sonrió, mientras que Harry se acercó a ella, dejando su mano en su mejilla.

—. ¿Cuánto tiempo tienes?—preguntó mirándola.

—. Media hora—respondió está, sintiendo como Harry la tomaba de la mano y salió corriendo del lugar con ella.

—¡Harry! ¡Espera!—exclamó Helena, tropezando al correr con los tacones bajos que traía puestos.

—¿Porqué no pudiste traer unos zapatos que no tuvieran tacón preciosa?—se quejó este, alzándola sobre su hombro.

—. Porque soy una princesa y siempre tengo que estar a la moda, sea cualquier ocasión—respondió la chica con una sonrisa—¡Harry!—exclamó Helena, pegándole en la espalda y teniendo un Déjà vu de la primera vez que se encontraron.

Harry solo se quejo, sosteniendo bien a la chica para volver a correr en dirección al barco.

—¡Hola Lena!—dijo Gil, mirándolos llegar al barco.

—. Hola Gil—respondió la chica, sintiendo como Harry la volvía a dejar en el piso.

—. Gil, ya sabes que hacer—hablo Harry, mirando a su amigo y entregandole una bolsa de dulces, mientras llevaba a Helena a la habitación que le pertenecía.

—. Uhh, gomitas ácidas—comentó Gil para él.

Helena dejó su bolsa en la silla, sintiendo los brazos de Harry rodearla, haciéndola sonreír. 

—. ¿Es normal que me sienta celoso de los gemelos?—preguntó Harry.

—¿Por qué sentirías celos de ellos?—Helena intento no reirse.

—. Te roban la atención, no me gusta—respondió Harry, sentándose en la cama y dejando que ella se acomode a su lado.

—. Harry, solo son unos niños—Helena puso sus manos en el rostro de él—. Además, siempre me quedo más tiempo contigo que con ellos.

El chico asintió, dejándose llevar por las caricias de ella—¿Qué te parece la idea de tener hijos?

—. Oh... ummm.. No había pensando en eso—respondió Helena, jugando con la camiseta de Harry—. Amo a los niños, pero no había pensado en tener hijos.

Harry asintió—. Lo que tu quieras para mi estará bien—dijo este.

Helena sonrió—¿Y tú? ¿Quieres hijos?

Harry se encogió de hombros—. Si tu quieres si, pero me encantaría una pequeña tú—respondió, haciendo reír a la chica—. Aunque luego tenga que estar peleando por tu atención.

—. Me parece bien—la chica dejó un beso en sus labios, aguantando las ganas de reir.

Harry solo dejó que la chica se riera de él, contagiándose con su risa.

—. Veamos si sigues riéndote así—habló Harry, tomándola del mentón para besarla.















—. El consejo volverá—anunció Ben hacia Hugo y Helena.

—¿Con Aleksander?—preguntó Helena.

—. Aleksander, Samuel y Cordelia—respondió Ben.

—¡Jodida buena!—exclamó Hugo, sorprendiendo a los otros dos—¿Qué? Para mí, ya era mucho trabajo.

Ben negó con una sonrisa—. Tengo pensado que para los próximos meses, espero que después de que podamos traer a los nuevos chicos de la isla, volver a reunir el consejo.

Helena asintió—. Me gusta el plan.

—. Pero oigan ¿Seguiremos siendo los tres?—preguntó Hugo.

—. Eso es obvio Hugo, siempre seremos los tres—respondió Ben—. Solo será volver a los viejos tiempos.

—. Y espero que ahora no haya muchos problemas como la última vez—añadió la chica, abrazándolos.

—. Yo también pido eso—secundo Hugo.

Ben solo logró asentir, ignorando el dolor en su pecho ante la promesa que hizo con ellos.












Espero les gusteeeee, ya empezamos con el acto tres y el favorito de muchooos!!

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