3.07

────❛Charlie lo sabe❜


                        TENÍAN PRISA, sabían que tenían prisa, pero Casandra estaba experimentando las increíbles ganas de ir al baño en cada instante. Damon ahora estaba apoyado contra la puerta del auto, de brazos cruzados y con lentes de sol. A su lado, Castiel estaba vestido de igual forma, con los lentes mini de sol y usando su don para tener la misma piel y cabello que Damon.

—¿tu si querías un hermano? —le preguntó mirando hacia abajo. —porque, de hermano mayor a hermano mayor, aveces no está bueno.

—estoy aquí. —Stefan dijo desde el asiento de copiloto, bebiendo un vaso que tapaba la sangre dentro.

—Si, y el otro bebé dentro de Casandra ¿y? —Damon se encogió de hombros y miró a Castiel, esperando su respuesta.

El niño parecía de cuatro años, y Damon entrecerró sus ojos al verlo. Cayendo en cuenta de algo. Se agachó a su altura y bajó sus lentes hasta el puente de su nariz, Castiel lo imitó y ambos se veían sobre el marco de los anteojos con la misma expresión de inspección.

—tu no creces tan rapido, algo hiciste. —susurró viéndolo fijamente y Castiel se rió.

Las características físicas de Castiel cambiaron abruptamente pero siguiendo un extraño patrón. Sus mejillas adelgazaron, sus pómulos subieron, sus ojos eran idénticos a los de Klaus, su cabello lo volvió a ese tono cobrizo y sus pecas aumentaron. Estaba usando su don. Estaba cambiando.

Y en un segundo, parecía de siete años, dejando a Damon estupefacto.

—esto, mi querido ahijado, es una herramienta que usaremos más tarde. —picó su frente —vuelve a tener cuatro antes de que llegue tu mamá y se infarte. No te apresures a crecer.

—si, señor.

Dentro de la tienda, Bonnie y Elena tomaban comida para llevar, viendo algunas otras cosas. Bella se concentró en una revista, sin verla realmente. Pensando en el cambio que era salir de Mystic Falls para volver a Forks. Cambiar el aire de misterio por el depresivo que le traía su pueblo natal. Sin embargo, agradecía mil veces ir con su papá, que con su mamá.

Su mamá.

Hace cuanto no pensaba en su mamá. Eso solo le recordaba lo rápido y fácil que se descartó de ella y Casandra. Como las mantuvo para si con tal de hacerle la contra a Charlie, pero en cuanto las dejo con él, se olvido de su existencia.

¿Si quiera se había preocupado cuando le avisaron que Casandra estaba embarazada? Bajo la vista a su teléfono, ni siquiera tenía su número, y si lo tuviese, dudaba que alguna vez consiguiese algún mensaje o llamada de ella.

Luego estaba Casandra, la mejor madre que pudo haber imaginado. Su melliza era todo lo que quería ser como madre, si es que alguna vez lo era. Había ido al infierno, ida y vuelta, por Castiel. Por sus amigos, por ella... y no se escondía, estaba yendo a dar la cara con Charlie, a darle frente a sus problemas, volviendo a Forks a pesar del daño que le causó ese lugar.

Hace tiempo, en una misma estación de servicio, Casandra usaba el cajero que había para sacar del cheque que le dió Rosalie en su regalo de cumpleaños. Ahora mismo, al alzar la mirada, pudo verla sacando billetes de una máquina, esta vez, con un cheque a nombre de Klaus.

—¿me lo compras? —Bonnie mostró unas papas a Casandra que asintió y fueron a pagar todo. —sugar mommy que tiene sugar daddy.

—¿no llevarán más nada? —preguntó viendo a Bella que salió de sus pensamientos antes de dejar su bolsa con cosas. —de acuerdo. Ya vámonos o van a matarme por frenar tanto.

Salieron con todo, Casandra tomó su cámara y freno cuando vio a Damon y Castiel esperando, ambos con su chaqueta de cuero, sus párpados cerrados debajo de sus lentes de sol y viendo el cielo, disfrutando de los últimos instantes de calor antes de internarse en el nublado Forks. Sonrió y les tomó una foto, imagen que iría directo a sus muchos álbumes.

—¿listas? —Stefan cuestionó y ellas asintieron. —Cass. —le ofreció bebida, ella la tomó.

—ya me arrepentí, no quiero ir. Presiento de antemano el olor a perro mojado y la tristeza de ese lugar. Me hace querer suicidarme. —Damon, tan positivo como siempre.

—era esto o quedarse en Mystic Falls a cuidar del cadaver de Finn. —Bonnie se encogió de hombros.

—Uhg, no. Mejor le dejo eso a Caroline y Enzo.

—además, Forks no es tan malo. —Opinó, Bella.

—es pésimo. —Casandra contradijo —pero no tenemos otra opción. No pienso dejar a mi papá más tiempo sin respuestas y confundido. No me imagino lo que debe sentir. —llevó la mano a su estómago y la otra la colocó sobre el cabello de su pequeño niño. —además, tiene que conocer a sus nietos.

—¡abuelo Charlie! —festejó extendiendo los brazos. Solo lo había visto en fotos que su mamá había sacado —Sheriff mostacho.

—y luego conocerá a su preciado yerno —ironizó Damon llevando sus manos a su pecho con falsa conmoción. —otro idiota que embaraza a su hija. Te embarazas muy fácil, querida.

—¡en mi defensa, ambos dijeron que no se podía! —tapó los oídos de su hijo.

—eso es lo que dicen siempre.

—bueno, no me arrepiento. Gracias a eso tengo a esta cosita hermosa y a otra en camino. —sonrió y tomó en brazos a Castiel que fingió músculos para mostrar que si era una cosita hermosa y rieron.

—que esperemos se lleven bien. —Damon habló, volviendo al principio de su charla anterior con el infante.

—lo harán. Espero que se lleven como Bella y yo... o como tú y Stefan.

—¿Stefan y yo?

—si, ya saben. Que al igual que ustedes sean...

—¿sexys?

—no, sean...

—¿divertido y sarcásticos?

—me refiero a que compartan...

—¿gustos por las mismas chicas y que luego sea desastre? —terminó esta vez, Bonnie. Damon la miró sin gracia y Stefan blanqueó los ojos.

—¡no! —Casandra se rio —Dios, ojalá que no. Me refería a que sean unidos. Tan unidos que se sacrificarían por el otro. Es decir ¿cuantas veces se arrojaron al agua de las almas de Hades por el otro?

Damon comenzó a contar con sus dedos, primero con una mano, luego con la otra. Y luego se quedó sin dedos.

—préstame una mano. —le dijo a su hermano que le pegó en la nuca.

—¿y si nos dejamos de tonterías y seguimos el camino? —Bella sonrió y la vieron. Si, tenía un punto. —digo, nos esperan Angela, Jeremy, Charlie y muchas charlas incómodas.

—bien, de acuerdo. Suban a los autos.

Casandra ordenó, tomando a Castiel y llevándolo como avión mientras él reía. Hasta ir a la PickUp y sentarse, llenando de besos a su hijo que no dejaba que se caigan sus lentes ni de suerte. Queriendo lucir asombroso y malo, según él dijo. Copiando a su padrino Damon.































































                       ÁNGELA Y JEREMY estaban caminando a la salida de la escuela hacia la casa Swan, hablando y debatiendo sobre el tema. Algo estaba mal, sabían que estaba mal. Ángela había aprendido a soportar la intriga y la curiosidad luego de dejar a sus dos mejores amigas en Mystic Falls, pero no estaba para nada feliz que el destino esté constantemente en su contra, obligándola a volver a ver a Stefan y, sobretodo, a Damon en Forks. El causante de la muerte de su abuela.

—¿entonces... se lo diremos? —preguntó Ángela, se mordía las uñas, demostración de sus nervios. —No sé cómo va a tomarlo Charlie.

—debemos. Esta en peligro. —explicó acomodando su mochila. —Edward tiene algo entre manos y no es bueno. Lo sé. Se metió a la casa a buscar algo y... —su mente quedó en blanco por unos instantes. Como si hubiera una laguna.

La morena observó como su entrecejo se hundía bajo una capa de confusión, tratando de encontrar algo en su mente que pareció distorsionarse en un laberinto. Angie puso su mano en su hombro y al instante se recompuso y la miró.

—¿y? —lo insitó, Jeremy negó.

—nada. —puso su mano sobre la suya y la entrelazó —nada, estoy... solo preocupado. Charlie pasó por mucho.

Ángela asintió y aplanó los labios antes de llegar a la casa Swan, como planearon, dejaron las cosas dentro y salieron en busca del mayor Swan. Había algo que molestaba a Jeremy; como si se hubiera olvidado o saltado alguna parte. Había estado tanto tiempo metido en las manipulaciones sobrenaturales que sabía ya identificar ciertas situaciones.

No obstante, ahora debía concentrarse en una sola cosa: aquel hombre desaliñado, con el cabello negro azabache que dejaba escapar algunas canas, las arrugas de su rostro más prominentes ante su expresión de tormento. Charlie estaba cortando unos troncos detrás de su casa, el hacha subía en sus manos y bajaba hasta estamparse en medio de la madera. Las astillas saltaban pero él seguía.

No había duda que desde su lado era todo una película de terror. Sus peores pesadillas de la mano con su hija mayor. Casandra había sido embarazada por su novio y abandonada, para luego mudarse, sin ayuda de una madre que era totalmente inapta y ausente, enterándose luego de que había tenido un accidente. Creyendo que la había perdido, de que estaba lejos y no estuvo cerca con ella, de que murió. Pensó perder a una de las únicas luces de su monótona vida... ¿y después? Que le digan que había sobrevivido. No entendía. No había margen de error en algo como eso.

Pero ahora debía ver a su hija que venía desde Mystic Falls, sus manos constantemente temblaban ante el pensamiento y su cuerpo estaba frío y rígido. Necesitaba tantas respuestas pero sabía que, dando el momento, solo tartamudearía y la abrazaría hasta derretirse en lágrimas.

Dudaba mucho ser un buen padre, nunca aprendió lo básico de la paternidad, sabía que probablemente no hacía las cosas bien. Pero daría todo por sus hijas y se sentía tan devastado mental y físicamente... era una montaña rusa de emociones tenerlas.

Otro tronco se partió a la mitad y escuchó el crujido de los pasos de alguien, así que volteó, notando a Ángela y Jeremy bajar hasta donde él estaba.

—hola... —saludó conteniendo ligeramente el aire —¿saben algo? ¿Ya están en camino?

Ellos dos se dieron una mirada y voltearon a ver el adulto que ya comenzaba a sentir sus tripas volteando. Dios, Dios, que no sea nada malo otra vez. Suplico en su mente.

—Charlie... —comenzó Jeremy con un tono cuidadoso. —Casandra está bien, igual que Bella. Vienen en camino con Castiel, Bonnie, Damon y Stefan. —nombró aquellas personas que él no conocía pero sabía.

—no me asustes así, chico. —pidió pasándose una mano por el rostro. —¿ya están llegando?

—si, solo... queremos decirte algo antes. —Dijo rascando su nuca sin saber cómo hacerlo. Usualmente todos se enteraban del mundo sobrenatural por una tragedia que les abofeteaba allá cara. Tener que explicarlo así... bueno, no se le daba bien. —es necesario para que entiendas algunas cosas sobre lo qué pasa con Cas y Bella.

—¿de qué hablas? —dejó el hacha a un lado y lo observó. Jeremy miró a Ángela en busca de ayuda.

—debes... ver algo primero. —Ángela asintió. —ah... para que Casandra estuviera bien y pudiera mejorar, tuvo que... cambiar.

—¿cambiar? ¿Cómo que cambiar? ¿Le amputaron una pierna?

—¡no! —se apresuraron ambos. —no, no... es... ah... —Jeremy suspiró rendido. —bien, iremos al grano. No queda otra. —le hizo una seña a Ángela que se preparó mentalmente —no vives en el mundo que tú crees, esto parecerá extraño. Muy extraño. Pero debes mantener la mente abierta, y hay cosas más extrañas aún, créeme.

Antes de decir nada, Ángela murmuró algo y extendió la mano hacia el hacha clavada en el tronco. Siguieron la mirada, y el arma filosa salió volando hasta que el mango se estampó contra su mano. Ella lo tomó y sonrió viendo a Charlie que sintió que se le bajaba la presión.

—phasmatos incendia. —murmuró y el tronco comenzó a hundirse en grandes llamas de fuego. Charlie dio un respingo y se alejó, comenzando a palidecer más de lo que era.

—Ángela es bruja. —le dijo Jeremy. —yo soy un cazador. —explicó y suspiró —y existe un mundo sobrenatural. Si eso no te convence... —suspiró y miró a Ángela —esto lo hará.

Ángela chasqueó los dedos.

El siguiente sonido que se escuchó fue el de huesos quebrar, el cuello de Jeremy se giró a la derecha y cayó al suelo. Charlie boqueó sin aire y se llevó las manos a la boca antes de retroceder.

—¡tranquilo! —se apresuró y levantó la mano de Jeremy —¿este anillo que ves aquí? Es un anillo que lo va a revivir. —al ver su expresión de horror, Ángela hizo una mueca, pensando:

"Tal vez nos pasamos con las pruebas."

Y se lo confirmó el hecho de que escuchó un "pum" y miró a Charlie desmayarse hacia adelante y caer al suelo.

Ahora tenía un muerto y un desmayado temporal.











































































                           LA FAMILIA CULLEN estaba en la sala, viendo a Edward hablar y explicarle algunas cosas. Jasper se mantuvo aparte, observando la ventana y sin dar mucha atención. Ni siquiera registraba lo que su hermano decía, como no lo hizo desde que casi se suicidó con los Volturi.

Él había sentido gran peso de la carga cuando ocurrió el cumpleaños de las mellizas Swan, su descontrol, su locura. Su sed. Pero jamás le había pedido a Edward dejar a Casandra, ni le había impedido ir a buscarla. Así que no entendía el afán de su hermano ahora por recuperarla.

Él había considerado a Casandra una amiga, lo que era difícil cuando él se esforzaba en encerrarse en su burbuja, no obstante, había sido dificil aislarse de ella cuando llegó a su vida. Aún recordaba su cara de emoción cuando le regaló la cámara en su cumpleaños. Extrañaba su pasión en la fotografía.

—Son ellos. —Edward dejó las fotografías sobre la mesa. —todo su clan.

Eran fotos de todos, desde la familia Mikaelson hasta la Salvatore, junto a excepciones vagas como Elena, Caroline, Bonnie y Enzo. Eran el doble que ellos, en edad, experiencia, cantidad. La única ventaja de su lado, era que Edward, a pesar de todo, era inteligente y capaz de conseguir lo que quisiese, además de tener ahora a los Volturi de su lado, junto a una vampiro más. Tenía más herramientas y más enemigos contra su mismo objetivo: Niklaus.

—Elena Gilbert, doppelganger y humana. Eslabón débil —la señaló, ella estaba distraída en su casa. —Caroline Forbes, vampiro neófita, su madre es cazadora de vampiros pero... no son un gran problema. Enzo, vampiro que no pasa los cien años pero tiene alta tolerancia al dolor. —recordó como Katherine le explicó, siendo ella quien llegó a Victoria y le dio consejos contra Klaus a cambio la información sobre su ejército e historia con Casandra. Incluido todo sobre Augustine.

El último Augustine estaba experimentando con Enzo cuando capturó a Victoria creyendo que era un vampiro de su especie con anomalías. No obstante, no supo que no se controlaba de la misma forma y terminó muerto. Victoria liberó a Enzo, y este quedo en deuda. Luego del cuarto recluta que consiguieron juntas, Katherine llegó. Dándoles el aviso y consejos. Siempre, siempre, parecía que ella acechaba desde las sombras.

—Bonnie Bennett. —señaló a la morena en una foto con Ángela. —hermana de Angie. Bruja igual que ella. Parece igual o tan buena en la magia. A los Mikaelson ya saben y luego... —suspiró y dejó caer la foto de los hermanos Salvatore. —Damon y Stefan Salvatore.

Solo allí, justo en ese instante, los oídos de Jasper se animaron y volteó a ver a la familia reunida en la sala de estar, en el sofá o de pie, viendo la pequeña mesa donde estaban los elementos.

—Dos vampiros, son inteligentes y leales, tienen casi la edad de Jasper. —vieron de soslayo al rubio que tenía sus orbes dorados enfocando la fotografía. Sus pensamientos pasaban de momentos de la guerra hasta abruptamente una canción de 1862. "Dixie." Evitando que Edward pueda oír en su mente más que eso. —todos son débiles a la verbena, estacas de madera, y si uno cae... caen todos. Son codependientes.

—son familia. —Esme habló, con un tono triste y aún dutativo de las acciones de Edward. —hijo...

—Son una amenaza. —la cortó alzando la mirada. —y están destruyendo lo que amo.

Esme suspiró y bajó la vista, su mano entrelazada con la de Carlisle.

—Sigo buscando el roble blanco. Crece cada cien años bajo la luna rosa. Este año... debe haber solo un brote pero hace cien años importaron madera de roble blanco a Mystic Falls. Solo debo saber que hicieron con él. —explicó Rosalie.

Edward asintió y le hizo una seña a Emmett y Alice que fueron con él a revisar la verbena oculta en su jardín. Esme junto a Carlisle fueron a su oficina mientras Rosalie iba a seguir investigando en su cuarto. Todos se alejaron de ese cuarto, a excepción de Jasper que se levantó y caminó hacia el mueble con las imágenes.

Sus pálidas y callosas manos bajaron con una tortuosa lentitud hasta que las llemas pudieron percibir el papel. Tomó la fotografía de los hermanos Salvatore, estaban en una estación de servicio. El castaño fruncía el ceño viendo a su hermano mayor que sonreía como si hubiese dicho la mayor idiotez jamás dicha.

Aquellos ojos celestes, esa sonrisa pícara. Traían un mar de sensaciones a Jasper que comenzó a escuchar el sonido de disparos en sus oídos, la música ahogada bajo el ruido de risas junto al edor de alcohol en lo que parecía el mismo sentimiento que te llenaba al estar en un bar con amigos. Borrones de una sonrisa gigante y radiante, reflejos de burlas amistosas y una emoción completamente humana.

800 estrellitas y les actualizo.
150 comentarios.
Si, reviví, otra vez. Hola. JAJAJAJA

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top