Situaciones difíciles

—No te preocupes por eso Shu—dijo Rei—tras unos pequeños análisis pudimos comprobar que Valt posee una amnesia temporal, es decir ira recordando las cosas poco a poco. Pero para ello necesita estar en calma, sin presiones—recalcó el oji dorado.

—entiendo, entonces ¿qué debo hacer?—preguntó Kurenai.

—pues por ahora no vengas a verlo unos días, en lo que logra estabilizarse. El golpe en la cabeza más la baja de presión podrían ser peligrosos para él, así que por el momento eso sería lo más recomendable.

—Ya veo, gracias doctor—mencionó algo desanimado para dirigirse a la sala de espera, sin embargo lo que ninguno de ellos notó fue que un rubio de ojos oscuros estaba detrás escuchando todo, por lo que sonriendo complacido se acercó hacia el cuarto donde Aoi dormía.

Estando en la sala Bell comenzó a buscar algo dentro de su ropa, sacando de está una hoja doblada por la mitad. Él se la extendió a su padre quien andaba perdido en sus pensamientos.

—¿qué es esto?—al abrirla notó varios <dibujos> de círculos y palitos los cuales simulaban ser personas, el primer dibujo parecía que un muñeco empujaba al otro; y en el segundo dibujo ese dibujo estaba en el suelo, y el que lo había tirado poseía una sonrisa <malvada>—amor ¿por qué me muestras esto? ¿Qué significa?.

—Yo vi, empujar mami, abuela mala—hablo el nene inflando sus mejillas en un tono <<molesto>>. Shu no entendió bien a lo que se refería por lo que mejor decidió volver a casa, ya había tenido suficientes emociones por un día.

—Hola dormilón, ¿cómo te sientes?—dijo Free entrando a la habitación donde Valt lo observaba confundido.

—¿quién eres?.

—soy Free, tu novio es más soy tu prometido—mencionó mostrándole un par de anillos con una pequeña tortuga encima—estábamos a punto de casarnos cuando tuviste un accidente.

—es que, no recuerdo nada de eso. Además ¿Cómo sé si lo que me dices es verdad?—se puso a la defensiva el peli azul.

—Tranquilo amor, eso no es necesario porque haré que poco a poco me ames como solías hacerlo antes—susurró para tomar la mano izquierda del oji café y colocar el anillo justo donde Shu lo había hecho antes; unas visiones algo borrosas pasaron en su mente, divisando a otra persona haciendo exactamente lo mismo… Pero ese no era Free.
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Fueron pasando algunos días en los que Free en recepción decía ser amigo de Valt y al llegar con él mentía diciendo que estaban comprometidos, sin embargo ya había ganado bastante terreno para ese entonces, así que se lanzó para hacer una jugada peligrosa.

Una noche luego de que Zero entregará los medicamentos que Valt tenía que tomar en media hora, fue llamado a otra habitación debido a un inconveniente; aprovechando que se había quedado solo Free se escabullo e ingresó sin hacer mayor ruido.

—¿qué haces aquí?, es bastante tarde—dijo Aoi un tanto sorprendido.

—hable con el doctor y me dijo que podías irte, entonces no perdamos más tiempo y vámonos—dijo un tanto apresurado desconectando a Valt de todos esos cables que tenía en el cuerpo.

—p-pero es que, aun no tengo mis medicinas y, debería llevarme una enfermera en silla de ruedas—sugirió Valt un tanto nervioso.

—¡al diablo todo eso!—gritó De la Hoya haciendo que Aoi se sobresaltara—lo siento, es solo que, no quiero que nadie se meta con nosotros. Nos iremos lejos donde nadie pueda encontrarnos, seremos felices solos tú y yo—dijo acariciando su mejilla para seguido de eso darle un pequeño beso en los labios, cosa a la cual Valt ni se inmutó.

Metiendo algunas cosas dentro de una maleta, Free tomó en brazos al peli azul para ir saliendo por la puerta trasera asegurándose en todo momento de no ser vistos, aunque eso no le funcionó ya que Zero vio la habitación vacía, así que asustado fue a buscar ayuda con seguridad y de paso llamar a la policía.
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—¿tú eres uno de los testigos?—dudó Ginga moviendo uno de los mechones grandes de cabello que tiene al frente.

—quizás sea solo un paramédico pero, yo note algo raro en esa casa que desde entonces no me deja tranquilo—habló Takao frunciendo el ceño—cuando llegué, la puerta no estaba del todo cerrada. Y solo por unos segundos vi como esa señora tenía algo en sus manos, creo que eran guantes pero, como mi misión era salvar la vida de ese chico, no le di importancia.

—¿por qué esa mujer usaría guantes?, según los informes ella ni siquiera lava un plato—mencionó Madoka.

—exacto, y cuando hice las preguntas note que ella no tenía nada en las manos—afirmó Ginga—pudo habérselos quitado pero, eso no tiene sentido ¿por qué llevaría eso?.

—quizás sea por esto—dijo Ryuga abriendo la computadora portátil que llevaba en una de sus manos—según una pequeña investigación que realice en los alrededores de la casa, pude encontrar esto en la salida trasera de la mansión—allí mostró la imagen de una rara moneda que poseía dos caras.

—acaso es lo que creo que es—mencionó Kenta entendiendo su punto.

—Esa es la marca de Joe Rurikawa—aclaro el peli blanco seriamente—por meses hemos logrado capturar a sus cómplices pero, jamás damos con él. Quizá esta sea una oportunidad de uno en un millón para capturarlo de una vez por todas—sentenció golpeando la mesa.

—La señora Shoko esta conectada con él,—dijo Ginga uniendo las piezas—perfecto, esto es motivo suficiente para tenerla bajo arresto mientras continua la investigación. Porque puede que intente escapar ahora que aún no hay <pruebas> en su contra—aclaró tomando su arma, placa y de paso su celular—iré con el juez para ejecutar su orden de captura.

—iré contigo—dijo Ryuga también tomando su arma—quien sabe, a lo mejor esa mujer también nos tenga preparado un <<accidente>> a nosotros también—dicho esto los dos se retiraron dejando esa estación de policía en completo silencio.

—espero que regresen a salvo—pidió Madoka colocando sus manos juntas encima de su pecho.
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Con su mente hecha un lío, Shu no sabía cómo seguir soportando el desprecio de Valt, de repente un golpe a su puerta lo hizo salir de sus pensamientos y se dirigió para ver quién era a esas horas. Encontrando ahí a Ranzo quien parecía haber venido corriendo hasta llegar ahí.

—Lamento la molestia pero, tienes que saber esto. Bell hizo un dibujo que tiene que ver con el accidente que Valt—dijo intentando controlar el aire de su boca.

—¿tú sabes que le pasó?.

—no mucho, pero tengo entendido de que alguien quiso matarlo, pero eso en sí no era lo que te venía a decir, sino que tienes que saber que Valt fue secuestrado del hospital.

Los ojos de Shu se abrieron de tal manera que en cualquier momento podrían salirse de su órbita, ahora el amor de su vida no sólo no lo reconocía… Sino que ahora también estaba perdido.

Sin perder ni un segundo los tres adultos seguidos del bebé, fueron directamente hacia la policía. Al llegar a la estación se encontraron con Kyoya junto con Kenta.

—se los suplico, tienen que ayudarme para encontrar a mi Valt—pidió Shu—además tengo una gran prueba sobre quien intento matarlo.

—¿en serio? ¿Cuál es?—dudó el peli verde de dos cicatrices.

—es este dibujo, además de que el niño puede testificar—hablo Rantaro (quien los había llevado ahí) entregándole el papel a Kenta, quien desdoblo la hoja para ver qué era.

—puede ser, pero lo lamento, un menor de tres años no puede testificar correctamente. No puedo aceptarlo—dijo Kenta.

—¡Abuela mala!—gritó Bell haciendo puchero—¡Abuela mala lastimó mami!.

—¡Esta bien!—dijo Kyoya cubriéndose los oídos—tomaremos su testimonio y quizás, pueda servir en el juicio contra Shoko Kurenai.

—¿mi mamá?—dudó Shu sintiendo que el suelo se caía,—¿acaso ella fue…

—si y lo siento, pero todas las pruebas que tenemos, recalcan que fue ella la que quiso acabar con Valt; en estos momentos Ginga y Ryuga fueron por ella—aclaró Kenta.

—¿y qué haremos respecto a Valt?—preguntó Ranzo.

—creo que lo mejor sería colocar un anuncio en la internet,—mencionó Rantaro con Bell en brazos—quizás de ese modo alguien puede saber que esta desaparecido y nos pueda dar información.

—esa es una buena idea—dijo Kenta levemente animado—utilicen el número de esta estación, así podremos mantenernos en contacto.

Asintiendo los tres decidieron volver a casa, era muy tarde así que lo mejor era descansar un poco para aclarar la mente; sin embargo unas horas antes Hagane y Ryuga se habían metido a un gran problema…

Los dos estaban cerca de llegar a la mansión Kurenai, pero cerca de unos callejones baldíos Ginga notó como una extraña silueta pareciera estar escabulléndose de alguien.

—¿viste eso?.

—si, no sé porque algo me dice que ese sujeto sabe de nosotros—mencionó Ryuga cargando su pistola—lo mejor será averiguar qué demonios está pasando.

Ambos con pistola en mano se metieron por el callejón tratando de encontrar pistas, aunque lo único que encontraron fue basura y un enorme silencio.

—¿estás seguro de que entró por aquí?.

—¡Claro!, estoy seguro de que estaba por aquí—intento explicar el peli rojo algo nervioso.

—¡vaya pedazos de escoria! ¡No pensé que vendrían por mi!—dijo una sombra arriba de sus cabezas—¡lastima que de aquí no van a salir!.

—¡muéstrate maldito!—gritó Ryuga apuntando con el arma.

—dejemos que la suerte lo decida—mencionó el desconocido lanzando una moneda al aire y en cuestión de segundos saco una pistola, para soltar un tiro que impactó en el peli blanco; quien cayó al suelo.

—¡Ryuga!—gritó Ginga, para disparar hacia la sombra quien huyó cruzando una pared, pero soltando una extraña moneda que terminó en el piso,—demonios, ay no Ryuga—Hagane se agachó para ver qué la bala le había rozado en el hombro izquierdo, muy cerca de la arteria carótida.—debemos ir a un hospital, esto puede ser peligroso.

—olvídate de mi, ve por ese tipo—ordenó el oji ámbar.

—¡ni hablar! ¡Debemos ir ahora!—sentenció Ginga pero ahí se percató de la moneda—que raro, esto tiene cara de payaso.

—¡Es Joe!—dijo Ryuga sujetando su hombro cubierto de sangre—esa es la misma señal que encontré cuando investigue en la mansión; quizás él intuyó de que iríamos detrás suyo, y ahora más que nunca sabe que no tiene escapatoria.

—Bien pero primero debemos curarte, de nada sirve ganar esta partida si no puedes moverte—mencionó Ginga con una pequeña sonrisa—por suerte tengo el número de Takao, él puede ayudarnos ahora.

—me molesta que seas tan amable conmigo—bufó el peli blanco.

—gracias yo también te quiero—se burló Hagane colocando el celular en su oído.
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Por otro lado en la mansión Kurenai Shoko y Tetsu estaban empacando sus cosas de forma un tanto apresurada, ¿la razón? Pues se habían enterado de que la policía iba ir por ellas, por el intento de homicidio contra Valt, así que decidieron tomar el primer vuelo con destino a Estados Unidos; el caso no había sido mostrado aún a los medios, por lo que tenían tiempo para huir y empezar una nueva vida lejos.

—no podemos irnos aún—intervino Shoko—debemos llevarnos al mocoso de Bell, toda mi riqueza depende de él.

—¡madre por favor!, no tenemos tiempo para eso. Mira lo que pasó por querer conseguir dinero fácil, ahora somos unas prófugas de la justicia—dijo Tetsu enojada por el comportamiento de su madre.

—si quieres irte, ¡lárgate!—gritó Shoko dejando sus cosas en la cama—yo no me sacrifique tantos años para nada, ese dinero será mío, y no habrá nadie ahora que me lo impida—sonrió abriendo la puerta de su habitación.

—¡¡Alto policía!!—gritó Ginga abriendo la puerta de una patada, con su arma al frente buscando a las responsables—¡Tetsu y Shoko Kurenai! ¡Quedan bajo arresto!.

—¡ay lo sabía!—dijo Tetsu asustada—¿ahora qué haremos?.

—usaremos la ventana, ese idiota vino solo; así que si huimos rápido no podrá alcanzarnos—mencionó Shoko cerrando la puerta con seguro para abrir la ventana y observar que efectivamente no había nadie más con Ginga.

—¡no piensen que no vi venir eso!—gritó Hagane abriendo la puerta de una patada, sin querer activo del gatillo impactando en la pierna de Tetsu quien adolorida cayó al suelo. Shoko sin pensarlo dos veces se lanzó por la ventana, para la sorpresa del peli rojo.—quizás corrió con suerte pero eso no volverá a ocurrir—saca unas esposas—estas bajo arresto por atentado de muerte contra el ciudadano Valt Aoi—coloca a Tetsu boca abajo—te llevaré a un hospital pero estarás bajo custodia policial.
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Muy lejos entre un par de montañas una cabaña albergaba a dos personas en su interior, siendo Free quien sonriendo cambio el vendaje de la cabeza de Valt, quien llevaba un buen rato quejándose de un pequeño dolor de cabeza.

—Estaremos solo un par de días aquí, luego nos iremos a vivir a España. Justo como lo habías planeado antes amor.

—ojalá pudiera recordar algo de eso—mencionó Aoi un tanto desilusionado por no poder hacer nada.

—no te preocupes, cuando nos vayamos lejos podremos iniciar nuevos recuerdos juntos, donde nadie podrá separarnos y ser plenamente felices—dijo Free abrazando al peli azul quien de repente comenzó a tener esos raros flashback que solía tener en el hospital. En ellos se apreciaba a sí mismo abrazando a un sujeto de cabellos blancos quien, luego de eso le daba un beso en los labios el cual el oji café no dudaba en corresponder.

—¡No entiendo nada! ¡¿Qué rayos pasa conmigo?!—gritó Valt exaltado sujetándose la cabeza.

—Calma corazón, quizás es producto de que no has dormido bien, o quizá tomaste mal tus medicinas—intento Free persuadirlo tomando sus manos.

—dime una cosa… ¿Quién es Shu y por qué su nombre resuena tanto en mi cabeza?—soltó Aoi con demasiada firmeza, haciendo que la sonrisa del rubio desapareciera y ahora sus ojos parecían arder de la frustración de no poder hacer que Valt se olvidará de ese otro sujeto.

La granja de los Akaba era conocida por crecer en medio de un frondoso bosque a las afueras de la ciudad, en medio de estos hay un camino ancho de tierra que tiene cuesta arriba; donde hay una pequeña cabaña la cual Taiga Akaba creó con el fin de que las personas que lleguen de paseo, no pasen por un mal momento.

Esa mañana en específico Taiga envió a sus hijos por unas manzanas que iban a necesitar, así que sin más ambos fueron a cumplir con esa tarea. Aiga y Naru llevaban en sus manos unos cestos donde colocarían la fruta; pero la niña tenía la costumbre de siempre llevar su tablet a todos lados. Y revisando notó un curioso mensaje que decía:

Emergencia, el joven Valt Aoi se encuentra desaparecido si usted o alguien más tiene información sobre él por favor contactarse con alguno de estos números.

—pobre chico, no quiero ni pensar como se siente su familia ahora—mencionó ella preocupada.

—déjame ver que pasa—dijo Aiga leyendo la nota—es bastante raro esto, pero no tenemos tiempo, papá quiere esas manzanas y no podemos hacerlo enojar.

—¡¡Aaaaah!!—un grito de horror fue escuchado por ambos, a lo que ellos decidieron subir a uno de los árboles para mantenerse a salvo, en caso de que algo malo pasará. Y así fue, ya que delante de ellos en aquel camino de tierra en bajada iba Valt corriendo lo más rápido que podía, gritando por ayuda y detrás suyo un sujeto rubio que en sus manos llevaba una cuerda. Debido al miedo y sin querer Naru presionó grabar, evidenciando el momento exacto cuando Aoi cayó al suelo y Free se colocó encima suyo para amarrarlo, levantarlo de mala gana y llevarlo otra vez cuesta arriba.

—por mis borregos—susurró Aiga asustado de lo que acababa de ser testigo—¿qué demonios fue eso?.

—ese chico, es el que está, secuestrado—hablo entrecortado la niña ya que las lágrimas en sus ojos, más el nudo en su garganta le impedían hablar claro—¡tenemos que hacer algo! ¡Ese pobre chico nos necesita!.

—tranquila,—dijo tomando de los hombros a su hermana menor—eso haremos, volvamos a casa y reportemos esto a la policía, ¿ok?—Naru asintió limpiando sus lágrimas, ahora ambos bajaron del árbol para irse corriendo de regreso a la granja… Tenían una denuncia que hacer.
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Por otro lado en el hospital, Ginga observaba cómo Zero terminaba de vendar la herida en la pierna de Tetsu, quien estaba un tanto avergonzada de estar en esa situación ya que sus manos estaban esposadas.

—¿dónde está tu madre?—soltó el peli rojo sin la más mínima chispa de consideración.

—no lo sé, ella quería huir a Estados Unidos, pero después de que salió de la mansión no sé hacia donde quería ir, lo digo enserio—confesó un tanto nerviosa sin poder disimularlo.

—Pues tendré que buscar hasta debajo de las piedras, pero ella no se salvará de pagar su castigo por todo el daño que ha hecho—dijo Hagane al mismo tiempo que recibía una llamada—¿hola?, si, ¿qué pasa Kenta?.

—recibimos una llamada anónima diciéndonos la dirección exacta de donde puede estar Valt—mencionó el peli verde un tanto emocionado—ahora enviaré a unas patrullas para verificar el área, ya que es una zona alejada y peligrosa.

—Yo también iré, este caso me comprometí a terminarlo y eso haré—dijo firme—te avisare cuando ya me encuentre allá.

—está bien y Ginga

—¿si?.

—buena suerte—dijo sonriendo sin poder ser visto por el otro quien también sonrió.

—¡Takao que bueno que estas aquí!—exclamó Hagane viendo como el peli azul pasaba cerca de allí—necesito que vengas conmigo.

—¿qué? Pero ¿a dónde?—dudó el peli azul.

—necesitaremos ayuda en caso de que alguien resulte herido, no quiero correr dos veces con la misma <suerte>—recalcó frunciendo el ceño.

—ah bueno, sobre eso pues, si ese es el caso, andando—contestó el oji azul un tanto nervioso—si alguien necesita de mi ayuda, pues ahí estaré.

—excelente, Zero vigila de ella hasta que otro compañero venga. Mientras tanto nosotros tenemos trabajo que hacer—encargó Hagane.

—vayan sin pena, les prometo que todo saldrá bien—dijo el peli negro con una leve sonrisa.

Sin más los dos chicos salieron del Hospital, con rumbo a la dirección que les había enviado Kenta.

—yo no quería que las cosas terminarán así—dijo Tetsu cabizbaja.

—Tus acciones ya han hablado bastante, así que mejor abstente de buscar excusas—soltó Zero mostrando una personalidad muy diferente a la que solía enseñar a sus pacientes, haciendo sudar frío a la chica.
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—¡Shu! ¡Shu hijo! ¡Tienes que saber esto!—le grito Jinemon (abuelo de Bell y padre de Nadia) esté se había regresado de España al saber las cosas por las cuales estaba pasando su nieto, así que ahora se estaba quedando en el apartamento de Kurenai hasta que se resolviera todo ese asunto.

—¿qué ocurre señor?.

—¿acaso él no es ese chico que estas buscando?—dijo encendiendo la televisión, enseñándole como en esos momentos estaban pasando el video que horas antes Naru había captado en su tablet; la sangre dentro de Shu hervía de la rabia al ver como ese sujeto atacaba a su amado y se lo llevaba en medio de la nada. Molesto tomó sus llaves y salió de allí sin decir ni una sola palabra, esto causó escalofríos en Jinemon quien sintió un pequeño tirón de su pantalón—¡oh Bell-chan!—carga al menor quien parecía asustado—descuida, esto sólo es una pesadilla; te prometo que pronto esta familia volverá a ser la de antes… Espero.

Shu en el estacionamiento estaba golpeando el timón con furia, y no era para menos… El solo recordar los gritos de auxilio de su amado, y sobre todo por las personas que grabaron pudieron haberlo ayudado, pero no, prefirieron hacerse los <importantes> a costa de la libertad de su novio.

—Resiste Valt, ya voy por ti—susurró decidido y es que resulta que para la mala suerte de Free, Kurenai sabía donde era ese lugar ya que irónicamente su madre lo llevó allí cuando tenía 10 años, solamente para ver si podía hacer crecer sus negocios ahí, la memoria de Shu era bastante buena porque recordaba el camino como si hubiera sido ayer.
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Debajo de un puente, con sus ropas algo sucias y desgastadas estaba Shoko; quien corrió hasta terminar en ese lugar con tal de que la policía no la viera.

—¿esto es gracioso no?, la mujer más rica de este país viviendo como una rata, ¿así o más irónico es el karma?—dijo una voz burlona detrás de ella.

—¡¿quién eres?! ¡Muéstrate maldito bastardo!

—vaya carácter mujer, no importa cuanto dinero tengas; para mi eres una mujer corriente que no vale nada—soltó Joe jugando con su moneda de siempre—odias a un chico simplemente por capricho de una fortuna que ni siquiera es tuya, vaya tontería.

—¡cierra la boca!, tú eres igual, tú me diste la idea de cómo acabar con él!—recalcó Shoko apuntándole con el dedo.

—una cosa es planearlo y otra muy diferente es hacerlo—refutó con soberbia—yo no moví ni un solo dedo, todo ocurrió por culpa tuya y mira la situación en la que estas. Prófuga de la justicia, tu hijo te odia por intentar matar al hombre que ama, tu hija esta detenida por ser tu cómplice, quizás nunca más vuelvas a ver a tu nieto… Y yo, siguiendo mi vida como acostumbró, ahora dime ¿quién de los dos es más miserable?.

—¡Ya basta!—gritó Shoko agachándose para tomar una roca (no muy grande pero tampoco demasiado pequeña) y la lanzo contra Joe, quien estaba con la guardia baja impactándole en la frente. El sujeto se fue de espaldas cayendo con fuerza al suelo, en ese instante una ligera lluvia comenzó a caer. Mientras que Shoko salía corriendo en busca de un nuevo refugio…
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En la cabaña Valt se encontraba amarrado a una cama, mientras que Free estaba a la par suya con un cuchillo en manos.

—¿por qué haces todo esto? ¿Qué daño te he hecho?.

—jamás aceptaste mi amor, es cierto que nos conocemos desde los 11 años, pero nunca pudiste verme de otra manera, cuando empezaste a salir con Momoko sabía que esa hija de puta solo te estaba utilizando para ganar la beca a España; ¿o es que acaso no sabías eso?—le preguntó molestó cosa que Aoi negó con lágrimas en sus ojos—cuando terminaron supe que vendrías conmigo porque he sido tu único amigo en todo este tiempo, y luego de haber bebido pues… Quise hacerte mío, pero—cambia su mirada por una más comprensiva—no pude hacerlo, no podría hacerle daño a la persona que más amo en este mundo.

—si en verdad me amarás, no harías todo esto—dijo Valt un poco más firme—por favor libérame, ya nada vas a ganar, recuerdo todo por lo bueno y malo que hemos pasado así que, ya no tiene caso mentir.

—pero ahora tú dime una cosa, ¿acaso no hubieras hecho un acto suicida por la persona que amas?—fue la pregunta que Free soltó de pronto, haciendo que ésta como si fuera un eco, se fuera repitiendo una y otra vez en su cabeza… Recordando aquella ocasión en la que saltó de la ventana para salvar a Bell, el hijo del hombre que más ama… Entendiendo así, lo que Free quería transmitirle.

Continuará.

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