SESIÓN DE BESOS

CAPÍTULO NUEVE

Sesión de besos,

Tetsu no entendió como había terminado entre los dos hermanos, con Ran por detrás, acariciando suavemente su cintura, y Rindo en frente, besándole ahora de una manera más agresiva mientras continuaban en el agua. El sol estaba casi oculto, y sus labios se encontraban hinchados y enrojecidos a causa de la larga sesión de besos que había tenido en aquella maravillosa puesta de sol.

Tetsu finalmente fue la primera en alejarse, intentando controlar su agitada respiración mientras miraba a Rindo, quien sonrió victorioso.

— ¿Qué demonios creen que hacen? — Ran se alejó al escuchar a la chica. — Diablos... Esto está mal.

— ¿Lo dices después de casi tragarte a mi hermano? — Ran rio burlón. — Esto no está mal, solamente somos unos locos besándonos mientras nos bañamos en el mar por la noche.

— ¿Eso suena normal? — Ran se encogió de hombros, posando sus labios una última vez sobre el cuello de la chica, dejando un casto beso. — ¿Podemos salir ya? Comienza a hacer frío.

— Claro. — Rindo tomó a la chica, nadando hasta la orilla del mar, saliendo los tres finalmente. Tetsu se quejó al sentir el frío que hacía, abrazándose a sí misma en busca de calor.

— Ven aquí. — Ran tomó su muñeca, acercando a la chica a su pecho mientras intentaba compartir su calor corporal con la menor.

— ¿Pueden llevarme a casa? — Ran asintió, guiando a la chica hasta sus motocicletas. Rindo parecía llevar debajo del asiento de su motocicleta una chaqueta, la cual no dudó en colocar sobre los hombros de la chica, quien terminó de acomodarla.

— Dúchate apenas lleguemos a tu casa. — Aconsejó, o en realidad ordenó, Rindo mientras se subía a su motocicleta y encendía el motor.

Ran ayudó a Yamagawa a subir a su vehículo, subiendo después él para así comenzar a conducir en dirección a la casa de la menor, sintiendo como la contraria se aferraba a su cuerpo, probablemente en busca de calor.
Tomó unos minutos de viaje llegar hasta su casa, y al hacerlo, Tetsu descendió de la motocicleta del mayor de los hermanos, observando a ambos, quienes le miraban con una sonrisa en sus rostros.

— No les daré un beso esta vez, largo.

— Bueno, en realidad estoy satisfecho. — Respondió Rindo.

— Yo no lo estoy. — Ran frunció el ceño, mirando a la menor. — Te besaste toda la tarde con mi hermano y a mí no me diste ni un solo beso.

— Te lo mereces por mentirme y besarme ayer. — Ran apagó el motor de su vehículo, después se cruzó de brazos, negándose a marcharse. — ¿Qué haces?

— No me iré hasta recibir algo a cambio. — Tetsu le miró indignada. — No bromeo, podría quedarme aquí toda la noche, sabes que soy capaz de hacerlo.

— Por dios, qué infantil. — Se quejó Rindo.

— Tú no hables, Rindo, a ti te besaron por una hora. — El hermano menor rio con diversión.

— Bien, bien. — Tetsu se acercó al mayor de los hermanos. — Solo uno, y corto.

— Solo uno. — Aceptó el chico de las trenzas, tomando a la chica de la cintura. — Prometo irme después de esto.

— Más te vale.

La castaña llevó una mano a la mejilla del chico, posando finalmente sus belfos sobre los contrarios en un lento y delicado beso. Ran sonrió durante el mismo, satisfecho de haber conseguido lo que quería. Sus manos acercaron a la chica aún más a su cuerpo, profundizando el beso el cual se tornó más apasionado con los segundos.

— Y se suponía que sería corto. — Bromeó Rindo, observando a los dos chicos 'comerse' frente a él. — Oigan ustedes dos, no antojen.

Tetsu se alejó de los labios del mayor, sus belfos ya comenzaban a doler por la larga sesión de besos que había tenido aquella tarde.

— Ahora puedo irme a dormir feliz, gracias, preciosa. — Ran dejó un rápido y corto beso final en los labios de la chica, quien rodó sus ojos y se giró, caminando hacia la entrada.

— ¡Mañana vendré por ti para ir a la preparatoria!

— ¡Qué ni se les ocurra, hermanos Haitani!

Ambos hermanos rieron, Yamagawa pudo escuchar como los motores de sus motocicletas rugían fuertemente, alejándose rápidamente del lugar.
Una estúpida sonrisa se estiró en su rostro mientras tocaba sus labios, los cuales continuaban hinchados. Tetsu se maldijo mentalmente ¿Qué carajos pensaba al besarse de esa manera con los dos hermanos? ¿Qué pensarían sus padres al saber que su hija se besaba, no sólo con uno, sino con dos tipos a la vez? Y como si no fuera suficiente, ambos hermanos eran conocidos por andar por allí rompiendo huesos a otras personas.

Tetsu suspiró, pensarlo demasiado le daría dolor de cabeza, así que decidió ir directamente al baño para así ducharse y sacarse la arena del mar de encima suyo.

[...]

La alarma sonó una vez más avisando a la chica de castaños cabellos que era hora de levantarse para así ir a la escuela, pero la pereza era más fuerte que ella en aquel momento.

— ¿No puedo simplemente no ir? — Tras un bostezo, la chica sufrió de un bombardeo de recuerdos.

Todo lo sucedido la tarde anterior con ambos hermanos volvió a su cabeza, provocando que sus mejillas se pintaran de un suave rojo. De un salto se levantó de la cama, caminando hacia el baño, en donde decidió no ducharse con agua caliente y girar el grifo de agua fría, soltando un alto quejido al sentir el frío líquido impactar con su cuerpo.

Tras salir del baño, la chica se vistió con su uniforme y tomó sus cosas, bajando al comedor, en donde 'oh sorpresa', se encontró con sus padres.

— ¿Mamá? — La voz de la chica llamó la atención de la pareja, quienes le miraron con una sonrisa.

— Hola, corazón ¿Cómo amaneciste? — Preguntó su madre mientras bebía de su taza de café.

— Estoy bien ¿Ustedes?

— Estamos bien. — Su padre señaló el asiento libre. — Ven a desayunar.

Tetsu no dudó en tomar asiento junto a sus padres, comiendo felizmente su desayuno, pues pocas veces al mes tenía la oportunidad de desayunar junto a sus progenitores.

— Tetsu. — Llamó su padre, la chica le miró. — Aprovechando que estamos aquí ahora, tenemos un viaje algo extenso esta vez.

— Nos iremos por un mes al exterior, espero que eso no te moleste.

La tostada en la boca de la chica cayó nuevamente al plato al escuchar "un mes" salir de los labios de su madre.

— ¿Todo un mes? — Sus padres asintieron, Tetsu solamente suspiró. — Está bien, no me molesta, sé que es por trabajo... ¿Cuándo se van?

— Gracias por comprender, cielo. — Respondió su padre. — El vuelo sale hoy por la noche.

La chica asintió, entendiendo perfectamente la situación.

— Te dejaremos bastante dinero en efectivo, pero sabes que si necesitas más puedes usar tu tarjeta de crédito, solo no abuses de ella. — Aclaró su madre, la chica asintió, sabía cómo administrar el dinero.

— Bien, supongo que no hay problema. — La menor se colocó en pie tras terminar su desayuno. — Debo ir a la escuela.

Su padre se puso en pie. — Nos vemos, cariño, ten cuidado al volver.

— Si lo deseas, puedes traer a tus amigos para que no te sientas sola. — Su madre sonrió. — Solo ten cuidado con lo que hagas.

— Entendido, nos vemos, los quiero. — La chica salió de la casa, despidiéndose de sus padres.

Sintió su corazón palpitar fuertemente al observar un par de motocicletas estacionadas fuera de su hogar, y sobre ellas los dos hermanos con los que había pasado soñando toda la noche mirándole con una sonrisa coqueta.

— ¿Nos vamos, bonita?

Tetsu rodó sus ojos mientras sonreía, acercándose a los dos chicos.

— Andando.

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