MANOS TRAVIESAS
CAPÍTULO ONCE
Manos traviesas,
— ¿Qué sucede, preciosa? — Preguntó Ran, notando a la chica recostada sobre la mesa, sin mirarles. Desde que fueron a recoger a la chica para almorzar juntos notaron sus ánimos abajo, y aún no sabían la razón de ello.
— ¿Nos dirás que sucede? — Preguntó esta vez Rindo, Tetsu se recompuso, mirando a ambos hermanos.
— No es nada... — La menor suspiró. — ¿Recuerdas que te dije que no podría salir hoy después de clases porque quería despedirme de mis padres antes de que se marcharan? — Rindo asintió. — Me enviaron un mensaje diciendo que su vuelo fue adelantado, en este momento el vuelo debe de estar por despegar.
— Oh, linda, no te deprimas por eso. — Ran se sentó a su lado, acariciando su cabeza. — Pronto volverán, el tiempo pasa volando últimamente.
La chica sintió, mirando su comida antes de hacer una mueca.
— No tengo hambre.
— Come. — Ordenó Rindo. — Aunque sea la mitad, no andarás por ahí con el estómago vacío.
— No seas tan duro con ella, hermano.
— Está bien, tiene razón. — Tetsu estiró su mano, tomando los palillos y comenzando a comer sin ánimos.
Ambos hermanos le observaron, dándose miradas preocupadas entre sí en alguna que otra ocasión.
— Ya que no tienes nada que hacer después de clases ¿Qué te parece si para distraerte vas con nosotros a dar una vuelta en motocicleta?
— No me apetece, chicos. — Yamagawa dejó la mitad de su comida a un lado. — Solo quiero ir a casa y dormir después de las clases.
— Entiendo. — Ran acarició su mejilla. — ¿Quieres algo de compañía? Así no te sentirás tan mal después de todo, Rindo a veces puede ser un payaso imbécil, te sacará más de una sonrisa, estoy seguro.
— Sigo aquí, pedazo de mierda. — Se quejó el chico de lentes.
— Sí... Supongo que está bien.
Ran asintió, tomando la bandeja de la chica para ir a dejarla a su sitio y desechar la comida restante. Rindo se acercó a Tetsu, mirándole por unos segundos antes de tomarle por la nuca y depositar un par de suaves besos en los labios de la menor.
— ¿Quieres hacer algo cuando lleguemos a tu casa?
— Nada más que dormir, estoy algo cansada de cualquier forma. — El contrario asintió. — No es necesario que vayan, estarán solos si me quedo dormida, no creo que sea muy cortés de mi parte.
— O podemos dormir juntos. — Tetsu sonrió al notar la sonrisa coqueta en los labios de Rindo.
— Ni siquiera lo intentes, Haitani.
— Oh, vamos, no te haría nada que no quisieras. — Aseguró el chico.
— Ustedes Haitani tienen la mala reputación de ser unos mentirosos que se salen con la suya.
— ¿Yo?
— Los dos. — Rindo sonrió, negando. — Promete que no harán nada raro.
— Te lo prometo, no te haría nada que fuese a dañarte. — Tetsu asintió.
— Muy bien, vámonos. — Volvió Ran, tomando sus cosas y las de la menor.
— ¿A dónde? — Preguntó la chica, el hermano mayor no respondió más que con una sonrisa coqueta.
— Por ahí, es preferible a estar aquí por mucho tiempo. — Respondió Rindo por su hermano, tomando a la chica de la cintura, saliendo de la cafetería por la puerta trasera.
Tetsu giró su rostro por un momento, notando una mesa con un gran grupo de chicas quienes le miraban con sus usuales expresiones molestas. Tetsu bajó la mirada, en aquel momento no tenía ánimos para nada.
[...]
— Bien, pondré reglas. — Habló la chica mientras dejaba su mochila a un lado de la puerta. — Nada de cosas raras, nada de ruido después de las once de la noche, no manos locas o traviesas y nada de andar por toda la casa haciendo desastres. — Tetsu se giró, mirando a los dos hermanos quienes sonrieron. — ¿Entendido?
— Entendido. — Respondieron los dos hermanos.
— Iré a cambiarme el uniforme, ustedes pueden cambiarse aquí. — Avisó la chica, tomando un par de prendas cómodas de su armario, y saliendo segundos después en dirección al baño principal, a pesar de que había un baño en su habitación, prefería evitar inconvenientes y cambiarse en otro sitio.
Los dos hermanos se miraron por unos segundos antes de comenzar a sacarse la ropa. Habían acordado que esa noche acompañarían a la chica ya que querían animarla un poco, así que finalmente y después de insistir un poco, la chica les dejó quedarse a dormir en su casa. Había hablado con la ama de llaves antes para que así no ocurrieran malentendidos que llegarán a oídos de sus padres, y después de una pequeña advertencia a los dos hermanos sobre qué hacer y qué no hacer, Tetsu les prestó un par de pijamas de su padre a los chicos.
— Me queda perfecto. — Rio Ran, mirándose en un gran espejo que había en la habitación.
— Sí, a mi igual. — Respondió Rindo, caminando a la cama y dejándose caer sobre esta.
— Desearía tener una cama tan grande. — Ran miró a su hermano, ambos sonrieron con picardía. Quién sabe, cosas de hombres.
Tetsu volvió a la habitación, tocando un par de veces antes de entrar, notando así a los dos hermanos acostados cómodamente sobre su cama.
— Creí haberles dicho que no se acomodaran mucho, ustedes dormirán en la habitación de invitados.
La chica se acomodó entre ambos varones, tomando el control remoto de la TV en su habitación, colocando cualquier canal al azar.
— Bien ¿Algo que quieran hacer? — La chica esperó una respuesta de los dos hermanos, pero esta jamás llegó, por lo que miró primero a Ran.
Yamagawa se sobresaltó al notar al hermano mayor abalanzarse sobre ella, uniendo ferozmente sus labios en un intenso beso.
— Ran- Espera. — La chica le alejó por unos segundos. — Dije que nada de manos traviesas.
— No estoy tocando nada indebido ¿O sí? — Ran sonrió, volviendo a fundirse ambos en un beso. Tetsu frunció su ceño al sentir otro par de labios sobre la sensible piel de su cuello, provocando que su piel se erizara. No era necesario ver para saber quién era quien acariciaba su cintura desde atrás, mientras Ran continuaba en su batalla de besos fogosos con la chica.
Tetsu se quejó al sentir como los dientes del hermano mayor tiraban de su labio inferior mientras una sonrisa victoriosa se estiraba en su rostro.
— Tetsu... — Susurró Rindo en su oído. — ¿Estás segura de que no habrá manos traviesas hoy?
Un intenso sonrojo se instaló en el rostro de la chica cuando un vergonzoso gemido que salía de sus labios fue ahogado por un beso de parte del mayor, quien volvió a sonreír.
— No estoy tan seguro de eso, preciosa.
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- Si veo considerable apoyo al capítulo de hoy en la tarde subo el siguiente. Good luck.
💐Un voto y un comentario se agradece.
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