CELOS

CAPÍTULO VEINTICINCO

Celos,

Rindo se apoyó en su motocicleta, frunciendo su ceño y cruzándose de brazos mientras veía a su chica hablando felizmente con un joven de cabellos negros.
¿Desde cuándo se llevaba bien con sus compañeros?
Ran se acercó a su lado, dándole un par de palmadas en la espalda a su hermano, a pesar de la sonrisa en su rostro y de su incapacidad de poder admitirlo el chico de cabello trenzado también podía describirse en aquel momento como 'jodidamente celoso'. Ambos miraban a la chica sonreír e intercambiar palabras con su compañero de clase, hasta que finalmente notaron como el chico sacaba de su bolsillo una barra de chocolate, entregándosela a la castaña.

Rindo explotó.

A pasos rápidos caminó hasta el lugar, tomando a la chica de la cintura y fingiendo una pequeña sonrisa.

Cariño, Ran está algo desesperado, ya quiere irse ¿Estás muy ocupada? — Tetsu elevó una ceja ¿Desde cuándo el chico de lentes le llamaba de esa forma? Además, la sonrisa falsa en su rostro era claramente notable para ambas personas.

— ¿Sí? — Yamagawa le siguió el juego. — Ustedes pueden adelantarse si quieren, volveré a casa con Kioko.

— ¿Ah? — Rindo sintió como la menor depositaba un beso en su mejilla.

— Hasta luego, Rindo. — El chico gruñó, rodando sus ojos antes de volver con su hermano quien rio.

— Mi turno.

— Pierdes tu tiempo. — Ran miró a su menor.

— Yo nunca pierdo, Rindo. — El chico comenzó a caminar hasta la castaña, una vez más la chica sintió como le tomaban de la cintura, interrumpiendo su conversación con el chico.

— ¿No les dije que se fueran? — Ran posó su mentón sobre el hombro de la chica, mirando fijamente al chico frente a ambos.

— Sí, pero no me iré sin ti. — Su mirada no se movió. El compañero de la menor comenzó a moverse nervioso bajo la intensa mirada del mayor de los Haitani.

— Ya veo. — Tetsu miró a su compañero, quien le sonrió incómodo.

— Tetsu-

— Yamagawa. — Corrigió Ran, la chica le codeó.

— Yamagawa, debo irme, lo siento, nos vemos mañana ¿Bien? — La chica asintió, despidiéndose con la mano del chico quien desapareció en pocos segundos.

Una vez estuvieron solos, Ran sintió como era golpeado en el abdomen, haciéndole encorvarse por un momento.

— Eso era innecesario. — Tetsu comenzó a caminar hacia Rindo.

— Nena, no puedes ir por ahí coqueteando con otros chicos frente a nosotros, en especial de Rindo, sabes que es un celoso. — La menor se detuvo, mirando a Ran quien sonrió con inocencia.

— ¿Entonces tú no estás celoso? — Ran negó. — Bien, parece que sólo a Rindo le daré algo a cambio de esto. — Exageró la chica, siendo inmediatamente detenida por el mayor.

— ¿Acaso no es obvio en mi rostro? — Yamagawa rodó los ojos. — Anda, linda, dame algo a cambio.

— ¿Qué quieres a cambio? — Ran se inclinó, señalando sus labios. — No.

— ¿Ah? — El chico de cabello trenzado notó a la chica irse, y al estar finalmente junto a Rindo, enrollar sus brazos alrededor del cuello de su hermano y fundirse ambos en un beso. — ¡Tetsu! — Se quejó el mayor.

— Debo de ir a casa y hacer unas cosas, chicos. — Comentó Yamagawa, mirando la hora en su teléfono. — ¿Puede alguno ir a dejarme? Mañana sí tendré tiempo para salir con ustedes.

— Bien. — Ran tomó la mano de la chica, guiándola a su motocicleta. Tetsu subió al vehículo, sosteniéndose de la cintura del mayor cuando este encendió el motor y comenzó a conducir rápidamente hacia su hogar. Rindo les siguió desde atrás, alcanzándolos en poco tiempo.

Tetsu apoyó su cabeza en la espalda de Ran, cerrando sus ojos y pensando en el poco tiempo que faltaba para que el año acabara, pronto los dos chicos junto a ella se graduarían y probablemente se irían a la universidad, mientras que ella tendría que esperar un año más para poder alcanzarlos. Un sentimiento nostálgico invadió su ser, el tiempo había comenzado a pasar más rápido al entrar a la adolescencia, y si Tetsu era sincera, le era muy difícil visualidad un futuro más allá de sus veinticinco años, al terminar la universidad ¿Qué haría después? ¿Obtendría un trabajo? ¿Tendría una familia? No lo sabía.
Lo único que deseaba era poder continuar al lado de los dos hermanos, de su familia y de sus pocos amigos, su círculo social diminuto era en realidad lo más preciado que tenía, y no deseaba perderlo.

El vehículo se detuvo, por lo que sus ojos se abrieron, notando que había llegado ya a casa. Ran giró un poco su torso, mirando a la chica con una sonrisa.

— Hemos llegado, preciosa. — Tetsu descendió de la motocicleta, mirando al chico.

— Gracias por traerme. — Acercándose un poco, la castaña posó sus labios sobre los del mayor, quien sonrió gustoso, alejándose a los pocos segundos. — Nos vemos mañana, Rin.

— Cuídate, linda. — Tetsu se sonrojó ante el apodo, Rindo desvió la mirada al caer en cuenta de que las manías y apodos de su hermano comenzaban a pegársele.

Ran sólo pudo reír antes de comenzar a conducir nuevamente, Rindo no tardó en seguirle, dejando a la chica atrás.
Entrando a su casa, la chica no pudo evitar sonreír, mordiendo su labio mientras deseaba que fuese mañana nuevamente para ver una vez más a los dos chicos.

¿Realmente los había odiado tanto hacía tres meses atrás? Tetsu estaba segura de que, si tuviese el poder de volver tres meses atrás, su yo del pasado no podría creerlo, e incluso se golpearía a sí misma, negándose a aceptarlo.
Algunas veces la vida podía dar vueltas demasiado extrañas, después de todo y como decían algunos: "Del odio al amor hay un solo paso".

Tetsu subió a su habitación, dejando su mochila a un lado de la puerta, lanzándose después a su cama. Su teléfono vibró, por lo que lo tomó, mirando el mensaje recién llegado.

'Estoy seguro de que estás ahora mismo pensando en mí, no paro de estornudar'.

Tetsu rodó sus ojos, respondiendo el mensaje con un simple: "Debe de ser un resfriado, nadie piensa en ti, egocéntrico de mierda".
Un nuevo mensaje volvió a llegar:

'Auch, lastimas mis sentimientos, preciosa. Lo tomaré, pero me ofende muchísimo'.

Yamagawa rio, dejando el mensaje en visto antes de levantarse y caminar al baño, se daría una ducha antes de ponerse a trabajar en su proyecto final, estaba decidida a pasar el año, aunque fuese 'raspando'.

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Algunas veces meterse con pandilleros o mafiosos termina siendo una condena ¿Lo sabían?

Solo digo.

Ya saben qué hacer si quieren otro capítulo por la tarde: votar y comentar.

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💐Un voto y un comentario se agradece.

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