iv. hijo de poseidón
❪ HIJO DE POSEIDÓN ❫
➥maratón 2/3
—Hola, mamá. No sé si estoy haciéndolo bien, espero que puedas escucharme. Creo que solías odiar esto. Cuando el teléfono sonaba la noche después de que me dejaras en una escuela nueva. Y te decía que la gente era mala. Quería volver a casa. Bueno, la buena noticia es... que esta no es esa llamada —. Percy sonrió levemente
ㅤ»Espero que estés sentada, pero... creo que hice amigos aquí. Verdaderos amigos. Creo que incluso les agrado. Imagina eso. Además, hay un chico, creo... creo que me gusta, no lo sé. Es raro sentir esto y más por un chico, además es mayor que yo, pero eso no importa por el momento. Él no está aquí. Mi padre, no... él no apareció. Quiero decir, ignorarme es una cosa, pero él no puede ignorarte a ti. Lo haré venir aquí. Lo haré verme. Lo haré vernos a los dos.
ㅤ—Te encantará esto. Simulacro de guerra en el campamento, toda la gloria a los vencedores. Annabeth es la consejera principal de la cabaña de Atenea. Ha llevado a nuestro equipo a tres victorias consecutivas. Ha pasado mucho tiempo desde que alguien ganó una cuarta —le explicaba Luke a Percy, caminando en donde estaba entrenando la cabaña 6.
ㅤ—Ella estaba en el baño. Dijo que había estado esperando a que pasara —dijo Percy mirando a una chica, era Annabeth.
ㅤ¿Por qué la miraba tanto? ¿Acaso recuerda las noches en las que lo cuidó?
ㅤAyer Percy había llegado a la cabaña totalmente empapado, estuve a punto de ir a la cabaña de Clarisse cuando nos explicó lo que había pasado. Pero lo que más me sorprendió, y disgustó, fue que Annabeth lo estuviera siguiendo todo este tiempo.
ㅤ—Annabeth ve el mundo de otra manera. Siempre seis pasos por delante de los demás. Deberías darle un respiro —recomendó Luke.
ㅤ—¿De qué lado estás? —cuestionó Percy.
ㅤ—Del de ella, siempre. Es mi hermana menor —. Percy lo miró confundido— Quizá debería retroceder.
ㅤLos tres estábamos sentados, yo miraba a otro lado, tratando de aparentar desinterés, pero era todo lo contrario, estaba atento a cualquier cosa que Luke o Percy dijeran.
ㅤ—Antes del campamento, yo estaba de viaje. Conocí a una hija prohibida en el camino. Su nombre es Thalia —comenzó Luke.
ㅤ—¿Qué significa eso de prohibida? —preguntó Percy con curiosidad.
ㅤ—Hace mucho tiempo, Zeus, Poseidón y Hades acordaron que sus hijos se estaban volviendo demasiado poderosos, así que hicieron un pacto de no engendrar más. Y se mantuvo por mucho tiempo, hasta que Zeus rompió ese pacto. Hasta Thalia. Un hijo prohibido atrae problemas. Monstruos por doquier, una batalla constante para mantenerse con vida. Un día encontramos a esta niña escondida en un callejón. Annabeth. Nos preocupaba traerla con nosotros, exponerla a todo ese peligro. Hasta que la vimos pelear. Thalia no lo logró. Pero Annabeth y yo... sí. Somos familia desde entonces —. La cara de Luke decayó un poco, demostrando que la situación aún le afectaba.
ㅤThalia era una de las pocas chicas, o más bien personas, que me hablaban en el campamento, su estilo único era una de las cosas que la hacía destacar, pero su personalidad fuerte no se quedaba atrás. Ese día, en el que se convirtió en pino, presencié todo, su valentía fue algo de admirar, pero la cobardía de Zeus solo confirmaba por millonésima vez que en los dioses no se puede confiar.
ㅤ—Ella me observa desde que llegué. ¿Por qué?
ㅤ—Porque es una acosadora —dijo con la voz tensa, el tono que salió de mi garganta fue uno que jamás había usado.
ㅤ—Annabeth es la guerrera más fuerte del campamento. La única manera que le queda de demostrar su valía es emprender una misión. Y no es una acosadora —dijo Luke, mirándome con irritación.
ㅤ—¿Y qué tiene que ver conmigo? —. Percy no entendía nada.
ㅤ—Quirón lleva años prometiendo que, un día, llegaría un semidiós destinado a emprender una misión que ni Quirón podría prevenir. Y cuando eso pasara, ella podría unirse. Con cada recién llegado, Annabeth observa, buscando un indicio de que es el indicado. Normalmente se rinde tras un día o dos, pero... sigue observándote —le respondió Luke.
ㅤ—"Observando" —. Hice unas comillas con los dedos, mi cara estaba completamente seria.
ㅤ—¿Puedes pedirle que pare? —preguntó Percy con un tono suplicante, mirándome de reojo.
ㅤ—Claro. Pero ¿y si tiene razón? —contestó Luke con una sonrisa.
ㅤComenzó a sonar la campana que indicaba que era momento de la simulación.
ㅤ—Héroes, es hora. El juego comienza —anunció Quirón.
ㅤ—Bien, hora de mutilar a los jabalíes —dije levantándome de la mesa, Luke, por su parte, se adelantó.
ㅤ—¿Mutilar? ¿Jabalíes? —me preguntó Percy, mirándome confundido.
ㅤ—En el juego lamentablemente no se puede mutilar o matar, pero a veces pasa. Y en cuanto a los jabalíes, son los hijos de Ares, es una forma más... práctica para llamarlos —le expliqué, agarramos las armaduras, las espadas y los escudos.
ㅤNoté que a Percy se le dificultaba ponerse la armadura, claro, doce años de su vida sin probarse una.
ㅤ—¿Necesitas ayuda? —le pregunté al acercarme.
ㅤ—Eh... Sí, gracias —su tono era de vergüenza.
ㅤComencé a ponerle la armadura. —No te sientas avergonzado, la primera vez que me puse una, casi caigo de rodillas por el peso —le dije en voz baja, no quería que nadie más escuchara.
ㅤPercy soltó una carcajada que pronto interrumpió, poniéndose la mano encima de los labios para silenciarse. —Lo siento, ¿es en serio? Es difícil de imaginarlo, te ves fuerte —dijo tratando de controlar su respiración agitada y su sonrisa burlesca.
ㅤ—Bueno, cuando llegué estaba prácticamente en los huesos, parecía menor a los años que tenía —le expliqué, una vez terminé de acomodar su armadura.
ㅤ—¿Cuántos años tenías? —preguntó con curiosidad en los ojos.
ㅤEsa mirada era algo tierno de ver, en su estancia en el campamento pocas veces se había mostrado así.
ㅤ—Tenía nueve, llevo aquí seis años —le respondí, comenzando a caminar en dirección a Quirón lo más lento posible, quería seguir hablando con él.
ㅤSu expresión pasó a ser de sorpresa. —¿Nueve? ¿No has salido del campamento desde hace seis años? —me preguntó.
ㅤAsentí.
ㅤ—Pero... ¿Y tus padres? Bueno, no sé si era madre o padre —preguntó sin rodeos, vaya que no tenía pelos en la lengua.
ㅤSabía bien que si alguien más me hubiera preguntado lo mismo, enseguida hubiera dado media vuelta y me hubiera ido, pero a Percy no le podía ocultar todo, no podía. Pero no me sentía listo, era algo que nunca había tenido que contar.
ㅤ—Prefiero contártelo en otro momento —le dije, al parecer mi voz salió algo cortante, ya que Percy rápidamente cambió de tema.
ㅤ—Si tú no has salido en seis años, qué me espera a mí.
ㅤ—Depende. Algunos campistas se quedan solo durante el verano. Algunos te dirán que si eres hijo de Afrodita o Deméter, probablemente no seas una fuerza realmente poderosa, que los monstruos podrían ignorarte, y en ese caso te las arreglarías con unos meses de entrenamiento estival y vivirías en el mundo mortal el resto del año. Pero para todos es difícil pasar desapercibidos en el mundo mortal, no importa de quién seas hijo —le expliqué.
ㅤ—¿Por qué dicen eso sobre los hijos de Afrodita y de Deméter? —. Percy se apegó más a mí, cosa que hizo sacarme una sonrisa.
ㅤ—Bueno, por lo general los subestiman, pero no creas que son menos poderosos. Los hijos de Afrodita, por ejemplo, son los maestros de la manipulación, podrían tener al mundo en sus pies, además, Afrodita solía ser la diosa de la guerra, así que sus habilidades también suelen destacar en esa área, pero pocos se animan para guardar esa apariencia de delicados. Los hijos de Deméter, por otro lado, son los que más contacto tienen con su padre divino, es atenta a ellos, eso les da ventaja, además, ella es la razón por la que los humanos existen, sin agricultura, se extinguen y sin humanos los cuales veneren a los dioses, ellos dejarían de existir.
ㅤ—Wow, ¿y cuáles son sus habilidades? —cuestionó Percy.
ㅤ—Bueno, son cocineros por naturaleza, muy buenos, también hacen crecer a las plantas, cosa esencial para la existencia de los seres vivos. Además, pueden tener una mejor conexión con las ninfas y las dríadas, pueden usar plantas venenosas o curativas. La verdad sus habilidades son de las mejores, en mi opinión.
ㅤJusto en ese momento estuvimos frente a Quirón, junto con el resto de campistas.
ㅤ—¿Luego me puedes seguir explicando sobre el resto de cabañas? —me preguntó Percy con esperanza rebosando los hermosos ojos.
ㅤ—Claro.
ㅤEl juego ya había comenzado, me había separado para ir con Annabeth y Percy, con la excusa de que tenía que cuidarlo, Annabeth accedió con la condición de que no estorbara en su plan, como si me importara. Iba detrás de ellos, escuchando su conversación.
ㅤ—Escucha, lo entiendo. Eres mejor que yo en esto, pero necesito hacerlo bien. No puedo detallarlo, pero necesito que mi padre vea que me va bien. Así que si esperas que sepa cómo hacer algo que no sé hacer... y termino cayéndome de bruces, no puede pasarme eso ahora —hablaba Percy.
ㅤAnnabeth se detuvo, estuvo a punto de hablar hasta que notó que la correa de la armadura de Percy estaba mal ajustada, noté que en su mente se le había ocurrido algo.
ㅤAnnabeth alzó su brazo para ajustar la correa de la armadura de Percy, quien la miró con confusión.
ㅤEn ese momento mi cara tomó una expresión de enojo, me acerqué a paso rápido y pasé entremedio de ambos chicos. —El juego va a comenzar pronto, menos charla, chicos —dije con un tono cortante en la voz.
ㅤ—Claro —respondió Annabeth con su expresión tranquila.
ㅤPercy me miró con sorpresa por mi actitud, lo ignoré y seguí caminando con los puños apretados, sin que ninguno se diera cuenta me escondí detrás de unos árboles, quería escuchar su conversación, pero no me podría quedar parado en medio del camino, sería raro.
ㅤ—¿Qué le pasa? —preguntó Percy.
ㅤ—Aún no sabes dónde encajas en todo esto, ¿no? —habló Annabeth cambiando de tema.
ㅤLa señal de que el juego comenzó sonó por todo el bosque.
ㅤ—Empezó el juego —. Annabeth se puso su gorra de los Yankees y se volvió invisible, dejando a Percy sorprendido.
ㅤ—Espera, ¿qué?
ㅤ—Regalo de mi madre —le explicó la chica. —No te preocupes, lo harás genial —lo tranquilizó Annabeth volviendo a ponerse la gorra.
ㅤ—¿Genial? ¿Qué cosa? —trató de saber Percy, sin éxito.
ㅤEstaba maldiciendo en voz baja toda la situación que había presenciado. —¿Por qué le arregló la correa? Él solito podía, yo incluso pude haberlo hecho, ella no tuvo que tocarlo —susurraba con enojo.
ㅤ—¿En serio estás haciendo un berrinche por tus celos? —. Era la voz de Annabeth.
ㅤSalté en mi lugar, me había olvidado de su estúpida gorra. —¿Qué dices? No estoy haciendo un berrinche y no estoy celoso —dije bajando cada vez más el tono de mi voz, no quería que Percy nos escuchara.
ㅤAnnabeth se sacó la gorra y rodó los ojos. —Claro que estás celoso, mírate. No puedes negar que te gusta ese chico —dijo con tono de obviedad.
ㅤSuspiré. —Mira, a ti no te debe de interesar si me gusta o no. Yo soy el encargado de ese chico, necesito estar al pendiente. Y más cuando pareces muy interesada en la profecía que, al parecer, los involucra a ambos, pero de la cual él no está enterado.
ㅤAmbos voltearon a ver qué estaba haciendo Percy al escuchar un ruido, pero ellos tuvieron que desviar la mirada rápidamente, ya que Percy estaba orinando en una roca.
ㅤAnnabeth soltó el aire retenido debido a la sorpresa. —Bueno, yo me voy a esconder mejor. Nos vemos más tarde. Ah, por cierto, si me interesa, porque tú no me has tratado de la mejor manera —se despidió la chica poniéndose la gorra.
ㅤSolté un bufido, porque en parte tenía razón, pero no lo iba a admitir.
ㅤ—Pareces un acosador escondido así —se escuchó la voz de la chica.
ㅤ¿Ahora yo era el acosador? Genial, era lo último que quería.
ㅤLuego de unos minutos llegaron Clarisse y dos de sus hermanos. Me puse alerta sin dar a conocer mi escondite, era obvio que Clarisse se quería vengar de Percy, pero yo no lo iba a permitir.
ㅤPercy al darse cuenta se paró con nervios de la roca. —La bandera está por allí. No está aquí.
ㅤ—Lo sabemos. Sí, la gloria está bien. La venganza es más divertida —dijo Clarisse con una sonrisa.
ㅤPercy agarró su escudo y espada. —No mutilar. Es la única regla —recordó.
ㅤ—Sí, supongo que perderé privilegios de postre por un tiempo. Viviré —le contestó Clarisse y comenzó a atacar.
ㅤSentía demasiadas ganas de meterme en la pelea, no soportaba a Clarisse y menos su actitud.
ㅤ—No me interesa mutilarte ni matarte, lo creas o no. Solo quiero que admitas que eras un fraude. Me haría sentir mejor. ¿Ya te sientes capaz?... Supongo que no —dijo lo último al ver que Percy salía corriendo.
ㅤLa pelea se fue trasladando hasta el lago, yo todavía no atacaba hasta que vi que Percy necesitaba apoyo, así que tomé mi espada y entré en acción.
ㅤPercy al principio se sorprendió, pero continuó luchando, ahora con mi apoyo. Rápidamente, dejé fuera de combate a los dos hermanos de Clarisse al herirlos con mi espada, cabe señalar que no fue de gravedad, lamentablemente.
ㅤVi como Percy tomaba la lanza de Clarisse y se me ocurrió una idea.
ㅤ—¡Sujétala bien, Percy! —le grité al chico.
ㅤClarisse y Percy voltearon, el rubio acató la orden sin rechistar.
ㅤMe acerqué con rapidez y golpeé la parte posterior de las rodillas de Clarisse, haciendo que cayera aun sosteniendo su lanza.
ㅤ—Dile adiós al regalito de tu padre —le dije con burla.
ㅤPisé la parte que Clarisse sostenía y le grité a Percy:
ㅤ—¡Tira ese extremo hacia arriba, ahora!
ㅤPercy lo hizo en ese instante y la lanza se partió en dos, Clarisse no alcanzó a detenernos y miró con horror la escena.
ㅤ—¡No! —gritó con furia y desesperación.
ㅤMe empujó y fue directo a Percy, pero en eso apareció el equipo de Annabeth con la bandera roja, anunciando que eran los vencedores.
ㅤClarisse soltó a Percy y se fue con rabia, ignorándome, a pesar de que fui yo quien rompió su lanza.
ㅤ—Nada mal, héroe —. Era Annabeth.
ㅤ—¿Estuviste aquí todo el tiempo? —preguntó Percy al verla.
ㅤ—Sí.
ㅤ—¿Estuviste aquí todo el tiempo y no nos ayudaste? —preguntó otra vez, incrédulo.
ㅤ—Sí —dijo Annabeth como si fuera lo más obvio del mundo.
ㅤ—¿Por qué? —. Percy no entendía la razón o motivo de Annabeth.
ㅤ—Escucha... Percy. Lo siento —se disculpó Annabeth para luego tirarlo al lago.
ㅤ—¿Qué te pasa?
ㅤMiré confundido la acción de Annabeth, hasta que recordé el incidente del baño, dándome una idea de lo que quería hacer la chica. Volteé a ver a Percy, quien se estaba curando como por arte de magia, gracias al agua.
ㅤ—No entiendo —dijo Percy.
ㅤ—Sal del agua, Percy —dijo Annabeth.
ㅤ—¿Qué...?
ㅤ—Hazlo y calla.
ㅤLo hizo, vi como estuvo a nada de caer de rodillas, así que lo sujeté, evitando su caída.
ㅤ—Oh, Estigio —maldijo Annabeth—. Esto no es bueno. Yo no quería... Supuse que habría sido Zeus.
ㅤAntes de que Percy pudiera preguntar qué quería decir, se escuchó un gruñido canino, demasiado cerca. Era un gruñido que pareció abrir en dos el bosque.
ㅤLos vítores de los campistas cesaron al instante. Quirón, quien apenas había llegado, gritó en griego:
ㅤ—¡Apártense! ¡Mi arco!
ㅤAnnabeth desenvainó su espada, yo la seguí.
ㅤEn las rocas situadas encima de nosotros había un enorme perro negro, con ojos rojos como la lava y colmillos que parecían dagas, era un perro del infierno.
ㅤY miraba fijamente a Percy.
ㅤNadie se movió, y Annabeth gritó:
ㅤ—¡Percy, corre!
ㅤIntentó interponerse entre el perro y Percy, pero el perro era muy rápido. Le saltó por encima y se abalanzó sobre Percy.
ㅤVi como las garras afiladas del perro atravesaban la armadura de Percy, una gran preocupación me invadió, pero pronto fue reemplazada por la ira de ver a Percy siendo atacado y lastimado.
ㅤSin pensarlo dos veces, me abalancé encima del animal, escalé su lomo, escuchando los gritos de los campistas diciendo que me bajara, el perro estaba tan enfocado en Percy que apenas notó mi presencia. Alcé mi espada con las dos manos y la clavé en la cabeza del canino, escuché cómo las flechas de Quirón rompían la barrera de sonido y se enterraban en el cuello del perro, rematándolo.
ㅤFinalmente el perro cayó muerto a los pies de Percy.
ㅤMe bajé lo más rápido que pude, necesitaba ver el estado de Percy. Al poder verlo bien, me di cuenta de que estaba muy malherido, solté mi espada, lo cargué al estilo nupcial y me metí con él al lago.
ㅤ—Di immortales! —exclamó Annabeth—. Eso era un perro del infierno de los Campos de Castigo. No están... se supone que no...
ㅤ—Alguien lo ha invocado —dijo Quirón—. Alguien del campamento.
ㅤLuke se acercó. Había olvidado el estandarte y su momento de gloria se había esfumado.
ㅤ—¡Percy tiene la culpa de todo! —vociferó Clarisse—. ¡Percy lo ha invocado!
ㅤ—Cállate, niña —le espetó Quirón.
ㅤ—¡Cállate! ¡Cierra la puta boca! —le grité al mismo tiempo.
ㅤObservamos el cadáver del perro del infierno derretirse en una sombra, fundirse con el suelo hasta desaparecer. Todo el campamento se congregó en torno a mí y a Percy, al notar como sus heridas sanaban, otra vez, gracias al agua.
ㅤAlgunos campistas se quedaron boquiabiertos.
ㅤ—Bueno, yo... la verdad es que no sé cómo... —intentó disculparse Percy una vez recuperado, no lo solté, aún viendo que ya podía mantenerse de pie—. Perdón...
ㅤPero no estaban mirando cómo sanaban sus heridas. Miraban algo encima de nuestras cabezas. Miré hacia arriba y el mundo paró, otra vez pasaba lo mismo, otro prohibido.
ㅤ—Percy —dijo Annabeth, señalando la figura del tridente de Poseidón, que se alzaba con un brillo verde que poco a poco se iba desvaneciendo.
ㅤ—Tu padre —murmuró Annabeth—. Esto no es nada bueno.
ㅤ—Ya está determinado —anunció Quirón.
ㅤTodos empezaron a arrodillarse, incluso los campistas de la cabaña de Ares, aunque no parecían nada contentos. Yo también lo hice, soltando a Percy en el proceso, sintiendo el agua mojar hasta la altura de mis muslos, mi cabeza daba vueltas y el resentimiento crecía a niveles alarmantes en mí.
ㅤ—¿Mi padre? —preguntó Percy perplejo.
ㅤNo pude más, me levanté, tomé mi espada y caminé de vuelta al campamento, pero Quirón habló otra vez.
ㅤ—Poseidón —repuso Quirón—. Sacudidor de tierras, portador de tormentas, padre de los caballos. Salve, Perseus Jackson, hijo del dios del mar.
ㅤUn estruendo se escuchó, todos miraron en dirección al sonido, hacia mí, viendo cómo había partido en dos la espada en mis manos, cortándome las palmas en el proceso. Me di media vuelta, sentí como el aire se hacía frío, contrarrestando la época de verano, sentí una energía recorrer mi cuerpo, la tensión que yo mismo había generado se sentía en el ambiente y sin más, me fui furioso camino a la cabaña de Hermes, de los viajeros, de los ladrones, de los olvidados, de los no reclamados.
ㅤEsto no puede ser. ¿En menos de una semana ya lo reclama uno de los tres grandes? Los Dioses son cada vez más despreciables, maldita sea la hora en la que mi madre se involucró con uno. Caminaba rápidamente, solo me quería alejar de todos.
ㅤY para colmo tenía que ser un chico prohibido, ¿acaso no tuvieron suficiente con hacer sufrir a Thalia?
ㅤEs una mierda ser semidiós.
Nota de la autora: COMO QUE 5.5K EN UN DÍA?? CADA VEZ LES ESTOY MÁS AGRADECIDA. Bueeno, tarde pero cumplí, 2046 palabras en este capítulo. Este capítulo estuvo algo intenso para mí. Se ve más reflejada la personalidad de Teivel y como se dieron cuenta es un poco muy impulsivo.
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