Jeon Jungkook

Llegar a donde vivía anteriormente la castaña era demasiado peligroso, en todas partes habían personas custodiando el lugar, pero lo más terrible de eso era que ningún policía eran los que hacían guardia en cada parte donde pasaba.

—¿Es normal este tipo de situaciones? —pregunté al taxista que me hacía el favor de llevar al lugar donde se encontraba Hazel.

Él me observó a través del espejo retrovisor y sonrió a medias, tenía un mal presentimiento ante su respuesta.

—En este país es normal ver cómo dejan colgado en algunos locales o en la carretera, cabezas decapitadas, bolsas con el cuerpo de la persona asesinada, carteles donde dan advertencias y por si fuera poco, la trata de personas o trata de blancas. —respondió con un tono serio, sin ningún tipo de emoción en sus palabras.

¿En verdad hacían eso? Era totalmente loco ver lo en lo que el mundo se está convirtiendo a causa de personas sin escrúpulos que no les importa dañar a personas inocentes.

Ahora es cuando yo me preguntaba si valía la pena arriesgar mi vida para venir por la mujer que me volvió loco.

—Solo no esté observando curioso a este tipo de personas, manténgase al margen de todo esto. —concluyó para seguir rumbo al lugar donde vería a la castaña.

No podía criticar la inseguridad que atravesaba México, ya que cada país vivía lo mismo, incluso peor de lo que pueda imaginar. A este punto, sentía pena por Hazel, el tener que crecer a base de mafiosos a su alrededor y lo peor, terminar siendo una de ellos.

Y la entendía, eso estaba claro. La había juzgado muy mal que con sólo recordar las palabras denigrantes que hice en su contra, me hacía sentir un completo imbécil, solo esperaba poder verla y que me escuchara, no quiero dejarla, no cuando estoy sintiendo cosas por ella.

—Aquí es jóven, espero sepa lo que esté haciendo, este lugar es muy peligroso y está monitoreado por la mafia. —advirtió, a lo que yo simplemente asentí, pagándole el viaje y de paso darle una propina.

—Gracias, que tenga un buen día.

El señor asintió y se fue de inmediato, en cierta parte entendía porque. Por mi parte, observé el lugar donde vivía Hazel, según Seokjin, ella estaba aquí.

¿Tenía miedo?No, era un policía que aunque sea un imbécil por enamorarme de alguien que está prohibida, estaba capacitado para este tipo de casos, aunque sólo vistiera como alguien simple.

—¿Se te perdió algo coreanito?

Voltee a ver al sujeto que estaba a mi lado, traía una pistola en su bolsillo trasero, su vestimenta era similar a la de un vaquero.

—Estoy buscando a mi novia, vive por aquí.

—¿Estás seguro? —preguntó poco convencido.

—Si, su nombre es Hazel Jones.

El hombre me miró unos segundos y después sacó un teléfono, lo que me hizo la idea que a alguien le había informado sobre mi presencia, pues después de esto, tomó mi nuca y con la otra tenía su pistola apuntando mi espalda.

—A la jefa se le respeta, a mi no me vendrás con el cuento que son pareja. —murmura en mi oído. —¿Sabes que no eres el único imbécil que viene a decir eso con la intención de pasarse de listo para poder sobornarla?—exclamó divertido.

Yo lo miré de reojo, sabía que algo malo podía pasar, pero no debía actuar por impulso, menos cuando sentí un golpe en la cabeza, aunque por mucho que lo quisiera, no debía defenderme. 

—Ahora si te cargó el payaso cabrón.

Fue lo último que escuché antes de recibir otro golpe que me dejó inconsciente, sin tener en cuenta a donde me llevaría el hombre que me tenía a su merced.

Sentía mi cuerpo adolorido, como si hubiera recibido múltiples golpes en cada parte de este, mis ojos sentían la luz querer atravesarlos e incluso, podía percibir un aroma familiar, sabía que era ella, no cabía duda, pero lo que me extrañaba era la posición en la que me encontraba.

Fui despertando levemente, mis ojos demostraban cansancio cuando era totalmente ilógico porque ni siquiera caminé para llegar aquí, aparte de la "buena" bienvenida que obtuve por el hombre que logró encerrarme aquí, y digo encerrarme porque al despertar completamente, lo tenía frente a mí vigilando que no pudiera hacer algo en contra suya.

Mis manos estaban atadas a la silla y aún sentía ese dolor en mi cuerpo, pero lo que me dejó totalmente sorprendido era ver a la mujer que era la causante de todo esto, mi Hazel, mi hermosa mujer estaba ahí, tan bella como la última vez que la ví. Sin embargo, mi corazón se estrujó al mirar sus ojos y que estos me vieran con resentimiento.

—Al fin despertó el bello durmiente.—dijo la castaña, acercándose a mí con una sonrisa socarrona.

La veía distinta, no portaba los outfits de antes, ahora vestía ropa oscura, unos botines del mismo color y su maquillaje un poco remarcado, lo que hacia lucir su rostro más femenino, sus labios pintados de rojo captaron mi atención, demasiado que ansiaba querer devorarlos.

—Quería venir a verte, pero veo que no soy bienvenido aquí.

Ella rió junto a los hombres que estaban con ella, escoltándola. Era estúpido que creyeran que podía hacerle algo, estaba atado y era experto en poder escapar, pero el sentimiento que tenia por Hazel era intenso que me dejaba atar si eso me mantendría cerca de ella.

—Vaya, por fin te das cuenta de la realidad de las cosas.—dijo con rencor en sus palabras.

—Hazel, yo...

La puerta siendo abierta interrumpió mis palabras, cosa que me frustró muchísimo, pero lo que me ganó la curiosidad fue el hombre que entraba sin siquiera decir algo, simplemente fue hacia Hazel para darle un beso en los labios frente a mi y después mirarme.

Quería vomitar de la rabia, mi corazón se hizo pedazos al verla feliz y distinta a como la conocí, sentí mis ojos picar por las lagrimas que acumulaban al presenciar aquel beso.

—¿Es él?—preguntó el rubio, mientras Hazel asentía levemente sin dejar de observarme.

—Hablaré con él un momento, ¿puedes checar la mercancía que acaba de llegar mientras platico con él a solas? 

—Claro, no te preocupes.—respondió para volver a besarla, tocando su rostro con delicadeza.

—¡Suéltala!—grité con repulsión, pero solo me ignoraron, siguiendo en su mundo.

Finalmente dejaron de besarse y el hombre salió seguido de los hombres de la fémina, yo no pude evitar llorar por lo que estaba sintiendo en ese instante, era como si me quitaran lo más valioso que tenía.

Que estúpido fui al no darme cuenta. —pensé.

—¿Por qué lloras?—escuché su voz. Estaba divirtiéndose ante esta situación.—Ay Jungkook, Jungkook...no entiendo porque viniste aquí, solo te condenaste a tu muerte querido.

—¿Qué te hicieron? ¡¿Por qué haces esto?!—pregunté exaltado, mientras las lagrimas recorrían mis mejillas.

Hazel volvió a reírse y se acercó, tomó mi rostro y me miró con asco, algo que me dolió.

—Por que llegó el momento de mandarte a la mierda. —dijo segura, apretando su agarre en mis rostro.—Honestamente estaba reconsiderando la idea de mantenerte con vida, pero no creí que llegaras como un perro buscando a su dueño en busca de su muerte.

—Veo que estás actuando a como eres en realidad.—exclamé con reproche.

Ella soltó un suspiró, soltando mi cara bruscamente. El verla actuar así era algo que no quería creer, pero debía de admitirlo porque esto era lo que en verdad era, era un estúpido policía que no supo actuar como debía y ahora estaba afrontando las consecuencias de ello.

—Tu sabes perfectamente lo que era y lo que soy, ¿o me equivoco?—soltó con enojo.—¡Fuiste tan imbécil que mientras tu seguías con tus intentos de querer seducirme para poder atraparme, yo me burlaba de tu insensatez y lo idiota que eras actuando como un "profesor" tratando de fingir o mejor aún, intentando ser el superhéroe fuerte que salva a las personas del peligro en el que están! Yo siempre doy un paso adelante, oficial Jeon.

-¡¿Te estás escuchando?!—dije harto de su necedad e inmadurez.—Si, lo admito, quería atraparte y verte tras la rejas porque las cosas que hacías no son correctas y menos en mi país, pero como todo hombre me cegué ante tus encantos.

—¡Bravo! El gran oficial Jeon Jungkook admitiendo sus errores en vivo y en directo para su próxima presa.—aplaudió, soltando una leve risita que comenzaba a fastidiar.—Te sentía un cabrón al hacer eso que no pensaste que mientras tu seguías ingeniando planes estúpidos, yo daba un paso más adelante, aunque no niego que follabas de puta madre.

Apreté los puños de la rabia que estaba sintiendo por aquella mujer por la que moría por tener a mi lado de nuevo, cada palabra era como un puñal por la espalda.

—¿Es por eso que ahora te follas a ese rubiecito? ¡Responde!

—Y si ese fuera el caso, ¿a ti qué mas te da Jungkook?—agaché la cabeza para que no viera lo dolido que estaba, pero ella se acercó a mi, sentándose en mis piernas para levantar mi cabeza y acariciar mi mejilla para luego susurrar cerca de mis labios algo que me dejó estático ante sus palabras. —¿Qué pasa Jeon?, acaso tienes miedo que otro hombre pueda tenerme en sus brazos, follándome tan duro como a mi me gusta, ¿hum?

Ahí entendí que no era completamente mía.

HOLAAAA, LAMENTO LA DEMORA LINDAS PERO MI TESIS ME ROBA TODA LA ATENCIÓN, PERO AQUÍ LES TRAIGO NUEVA ACTUALIZACIÓN.

AHORA SÍ VIMOS UN POCO DEL SUFRIMIENTO QUE TENDRÁ JUNGKOOK Y ME DA UN POCO DE PENITA, PERO EQUIS.

ESPERO LES GUSTE EL CAPÍTULO Y SÓLO DECIRLES QUE QUEDAN 10 CAPÍTULOS PARA SU FINAL 😭.

MUCHAS GRACIAS POR EL APOYO A ESTA HISTORIA Y LOS 11K DE LEÍDAS, ME EMOCIONO, LAS AMO POR ESO ❤️‍🩹.

NOS  LEEMOS PRONTO, BESITOS 💋.