ii. Slughorn Club


No pude evitar verla, era bonita. Tenía cabello rubio y ojos verdes. No era su tipo, al menos no hasta donde yo sabía.

Apenas y me miró.

Sin importar cuánto me esforzaba, el no me miraba.

Mierda, sentía ganas de lanzarle un hechizo o algo.

¿Podría enamorarlo? De poder podía, había un hechizo o pócima para todo, pero yo quería que su amor por mi fuera real, que fuera orgánico y sin obligaciones.

—Buenas noches–Dije. Ahí algunos sonrieron, mientras que otros miraban expectantes: no sabían que yo vendría. Tom me miró sin darme importancia y después volvió su vista a su cita.

—Buenas noches querida–Se acercó el profesor Slughorn a mi y me saludó.–Trajiste una cita, estupendo. Siéntanse cómodos, hay comida, pueden hablar, lo que necesiten.

—Gracias profesor–Respondimos ambos como si estuviera ensayado.

El se alejó para hablar con otros estudiantes y nosotros bajamos los escalones con tranquilidad. Nos acercamos a Billy y a su cita, una pobre Hufflepuff que se sentía como una oveja entre lobos, no la culpaba.

—Te ves muy bien Diana–Admitió ella. Su vestido era lo contrario del mío: color amarillo chillón, era esponjado, y le llegaba hasta los tobillos, llevaba tacones para hacerla ver más alta, cometido que había logrado. Su cabello estaba atado en un moño alto.

Su cita era más tranquila, un smoking negro que probablemente sus padres le habían rentado para impresionar a la chica, tenía suerte de que fuera una mestiza, porque si no, ya estaría medio muerta aquí.

No era secreto para nadie que todos aquí éramos puristas, no se podía cambiar, había simple gente que no merecía ser llamado un mago, y ellos eran llamado sangre sucia, al menos así me gustaba llamarlos a mi.

La inspeccione de arriba a abajo y sonreí un poco, la verdad es que no quería ponerla más nerviosa de lo que ya estaba, ella no era el problema, además, se veía tierna.

—Tu también te ves muy bien.–Halague. Ella se miró.

—Mamá le gusta mucho el color amarillo, yo prefiero algo más azulado–Sonreí.

—Tal vez, pero no tienes nada de que preocuparte, te ves bien.

—Es lo que yo le digo, pero nunca me cree–Aseguró Billy.

—Una mujer tiene derecho a ser insegura–Aclare.

—Tu no lo eres.

—En este momento no.–Fije mi vista a Tom por unos segundos y después la devolví al chico castaño–Al menos no mucho.

—Oh ya... ¿tu enamoramiento con Tom otra vez?–Se burló un poco.

—No lo ha dejado ir desde primero–Se burló también Abraxhas.

—Y tú no has dejado ir a tu dragón de peluche y nadie te dice nada–Todos rieron menos el peliblanco.

—No es gracioso Lennox.

—Claro que lo es Malfoy.

—Bien muchachos, reúnanse, es hora de la cena–Slughorn nos llamó.

Nos acercamos todos a la mesa, y gracias a Salazar Slytherin, me tocó al lado de Tom, quien no me miró cuando Malfoy arrastró la silla para mi y me hizo sentar antes de guiñarme un ojo. Podría no caerle bien Tom, pero igual me apoyaba en mis momentos enamoradizos.

Los elfos domésticos empezaron a servirnos, agradecí cuando me sirvieron una copa de vino y la tomé con cuidado.

—¿Qué crees que haces aquí?–Murmuró Tom. Lo mire con curiosidad, pero el revolvía su copa moviendo su muñeca.

—Soy parte del club.

—Lo se, pero ¿por qué?

—Porque soy inteligente.

—No vengas con cuentos estúpidos y dime la verdad, porque si estás aquí por mi...

—¿Y qué si lo estoy?–Dije sin vergüenzas. El tomó un trago de su copa.

—Deja de intentarlo. Te he dicho un millón de veces que no pasará.

—¿El que?–Me hice la desentendida. El suspiró frustrado y no pude evitar sonreír, hasta frustrado por mi se veía lindo.

—Olvídame Lennox. Lo nuestro nunca pasará. Ni en un millón de años podría fijarme en alguien como tú.

—Tommy creo que hay algo que no has entendido.–Tomé un poco de mi vino y sus ojos grises se encontraron con los míos.–Serás mío sin importar cuánto tiempo tarde.

—Soy un capricho para ti.

—Tal vez, pero no me importa.–Ambos notamos como la mano pálida de su cita se hizo presente sobre la suya, pero ninguno le tomó importancia, no nos inmutamos ante tal acto tan mínimo.

—Muchachos, la cena está servida–Nos indicó el maestro y apenas noté la comida frente a mi en el plato.

Había pollo asado, elote desgranado, entre otras cosas, no era la gran cosa, pero no me quejaba.

Deje mi copa en la mesa y Tom siguió mis movimientos.

—Olvídame y tal vez no te haga daño.–Susurró.

—Me encanta cuando tratas de intimidarme–Tomé el tenedor y empecé a comer lentamente para no terminar pronto.

—Eres tan molesta.

—Y tú tan encantador...

—Deja de coquetear.

—Soy Sarah–Nos interrumpió su acompañante. Ambos la miramos seriamente, ella se hizo pequeña en su silla ante nosotros.–Lo siento...

—No, está bien. Soy Diana...

—Lennox, lo se.

—¿Lo sabes?–La mire expectante. Ella asintió con la cabeza.

—Eres popular. Además, Tom me ha hablado de ti.

—¿Ah si? ¿Y qué te ha dicho?

—Nada en especial, solo que eres inteligente, y que no le agradas mucho.–Se sinceró. A pesar de que eso era ofensivo, a ella no pareció importarle, no parecía tener remordimiento, como si no se hubiera dado cuenta.

Alce una ceja.

—Okey... ¿qué más?

—Diana...–Intervino Tom para que no siguiera preguntando nada.

—No, déjala. Quiero saber lo que has dicho sobre mi, quiero saberlo todo.–Apretó la mandíbula, lo cual lo hacía ver incluso mejor.

—El me dijo...–Ella soltó un chillido y dejó de hablar. Tom había puesto la mano en su pierna. No me agradó saber cómo la estaba tocando.

Mire hacia otro lado para no tener que ver ese espectáculo.

—Diana.–Mire al profesor.–Escuché que están planeando hacerte jefa de Slytherin este año, que suerte, no muchas estudiantes de quinto año pueden decir que son la jefa de su casa.

—Gracias profesor, me he esforzado y en serio espero que me den esa oportunidad. Amaría estar protegiendo la escuela.

—Claro, Tom también es jefe de la casa de Slytherin, ¿lo sabias?

—No lo sabía–Mentí. Abraxhas rió bajo y le di un codazo en las costillas.

—Bueno, creo que serán un increíble equipo de trabajo.

—Yo también lo creo.

—Aunque, no deben estar todo el tiempo juntos, cada quien toma su camino, ¿no?–Preguntó  Sarah.

—Si y no. Debemos estar comunicados en todo momento–Dijo Tom.

—Oh, que bien...–Murmuró la rubia y tomó de su copa hasta el fondo.–Igual aún no está claro sí ambos serán jefes de Slytherin.

—Crucemos los dedos–Respondí y tome mi copa, hice una seña de brindis y tomé mi vino.


✶⊶⊷⊶⊷❍⊶⊷⊶⊷✶

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top