𝐓𝐖𝐄𝐍𝐓𝐘 𝐄𝐈𝐆𝐇𝐓. begin what, exactly?
𝐕𝐄𝐈𝐍𝐓𝐈𝐎𝐂𝐇𝐎. ❛ ¿empezar qué, exactamente? ❜
LA ESPERANZA ES LO ÚLTIMO QUE SE PIERDE. Eso le decía su madre. Por eso, Melody tenía esperanza en que la unión de ambos dojos no se viera entorpecida por la carencia de colaboración entre Daniel y Johnny.
Y, aunque tenía pocas esperanzas y bajas expectativas, se las apañaron para rebajarlas hasta el subsuelo.
—¿Listos?
—¡Empecemos!
Los alumnos se miraron entre ellos, confundidos al no saber cómo empezar.
Demetri levantó la mano, un poco dudoso—¿Empezar qué, exactamente?
Johnny y Daniel se miraron sin saber qué hacer y Melody suspiró.
«Empezamos bien.»
—Empezar una nueva era—Respondió Larusso con convicción—. Muchos de nosotros éramos enemigos. Pero la rivalidad...—Miró al rubio antes de seguir hablando—. no tiene que ser para siempre. Faltan solo unos meses para el Campeonato All Valley y, este año, nos jugamos más que nunca. Sabemos que Cobra Kai jugará todo lo sucio que pueda. Y solo podremos derrotarlos...
—¡Dándoles tal paliza que se caguen encima!—Peters volvió a suspirar cuando Johnny interrumpió a Daniel—. Hay que pasar al siguiente nivel. Os enseñaremos una agresión más fuerte que todo lo de Cobra Kai. ¿Que pegan primero? ¡Pues pegamos antes!
—Vale, nos estamos precipitando—interrumpió Larusso—. Responderemos a lo que hagan.
—Las águilas no responden. Bajan en picado y cogen lo que quieren. Y eso haremos: recuperar el Valle.
—Lo recuperaremos de forma comedida y organizada.
—¡Morder primero!
Melody y Sam se miraron y luego la primera miró hacia Miguel, que estaba unos metros más alejado de ella.
—Venga, calentemos con unos ejercicios sencillos—opinó Daniel.
—¡Vale, colocaos!
Los alumnos obedecieron y se colocaron en dos líneas, estudiantes de Miyagi-Do y de Eagle Fang.
—Respirad y seguidme—Larusso y sus alumnos comenzaron a hacer una kata, haciendo que Johnny los mirara con confusión y decidiera hacerlo a su manera.
—¡Posiciones de combate! Preparad patada frontal...
En el momento en el que el rubio sensei dio la orden de hacer el movimiento, el pie de Mitch impactó contra la espalda de Nate, tirándolo al suelo.
—¡Joder! Perdona, tío.
Y así fue cómo las esperanzas de Melody acabaron más enterradas que la cabeza de Nate en la hierba de aquel dojo.
(...)
NO ESTABA EQUIVOCADA, Daniel y Johnny cada vez tenían más problemas y eso se veía en el entrenamiento.
Primero, Larusso le reprochó al rubio que sus alumnos se pegaban sin sentido y, cuando la espalda de Mitch impactó con una roca, fue el turno de Johnny de quejarse por tener una piedra allí en medio.
Después, Lawrence le lanzó una botella a Demetri porque —según ellos— tenían que provocarle para que atacara y ni él ni Sam parecían tener intenciones de hacerlo mientras se movían en círculo.
Acto seguido, mientras los de Miyagi-Do daban cera y pulían cera, los de Eagle Fang tuvieron que limpiar la cosa con ruedas a la que Johnny llamaba coche pero que iba peor que el monopatín de Melody y que parecía un vertedero.
A continuación, Chris vomitó en una barca que había por ahí al no poder aguantar el circuito que Johnny había montado en el aparcamiento del dojo.
Por último, Hawk rompió sin querer una de las puertas del dojo cuando Mitch esquivó su patada, molestando así a Daniel con la idea de seguir entrenando allí dentro.
Peters soltó un suspiro cuando recogió los dos primeros mechones de su pelo y los ató en la parte trasera de su cabeza solo para ver que dos pequeños mechones se habían escurrido de aquel agarre y caían por su cara. Se miró una vez más en el espejo y alisó la falda de su vestido negro y floral de gasa. Ajustó un poco su escote en forma de V para que cubriera un poco más su pecho para que Carmen no se pensara que su hijo salía con una chica que enseñaba las tetas por ahí.
«Estás siendo un poco paranoica. ¡Te conocen desde hace un año!»
Volvió a suspirar pensando que aquello era verdad.
Se sentó en su cama para atarse los cordones y, cuando levantó la vista, sus ojos reconocieron algo que desentonaba con el suelo de debajo de su mesilla de noche. Era un cacho de papel de fotografía.
Lo cogió y observó la parte blanca de atrás mientras se incorporaba, era una foto normal y corriente. O eso pensaba hasta que le dio la vuelta. Su corazón paró de latir durante un segundo a la vez que ella aguantaba la respiración.
Una pequeña Melody le sonreía con los brazos alrededor del cuello de un pequeño Robby, que parecía genuinamente feliz después de aquel torneo de fútbol.
Sintió cómo su corazón se estrujó en su pecho al recordar aquel día. El pequeño Keene se había caído al principio del partido y no quería seguir jugando porque pensaba que no valía para nada, así que Melody se acercó a él y, después de una buena charla sobre lo bueno que era él jugando al fútbol, Robby volvió a salir al campo. La pequeña Peters corría con la pelota entre los pies, completamente sola, pero, en el último momento, decidió pasársela a Robby para que él marcara su primer gol en aquel torneo. Aún podía oír sus risas mientras se abrazaban al celebrar que la pelota había entrado entre aquellos tres palos y también sentir el abrazo de todos sus compañeros mientras gritaban de alegría.
Una sonrisa triste apareció en su rostro.
Lo echaba mucho de menos.
Sí, Robby no había sido el mejor amigo de todos esos últimos meses, pero seguía siendo Robby y Melody nunca iba a parar de preocuparse por él. Por eso no paraba de darle vueltas al asunto de Keene uniéndose a su padre en el dojo que amenazaba la seguridad de todos sus amigos.
—¡Mierda!—La exclamación de Johnny la sacó de sus pensamientos e hizo que saliera casi corriendo a la cocina, dejando la foto por ahí.
—Por favor, dime que no has quemado nada—Pidió mientras aparecía en la cocina casi al instante.
—¿Mi dedo te preocupa?—preguntó el rubio alzando su dedo índice, que estaba un poco rojo.
—Nah, tienes nueva más.
Melody se acercó a los platos y se remangó antes de meter un dedo en la salsa para probarla—Le falta sal—El bote voló hacia ella y lo cogió con una mano—. Gracias.
Echó un poco de sal marina en aquel tazón y luego removió, siendo consciente de que Johnny la estaba observando fijamente.
—¿De dónde has sacado eso?
—Era de mi madre—Volvió a meter el dedo para probarla y sonrió—. Perfecto.
—Te ves bien—Halagó el rubio con una sonrisa nostálgica. Ese había sido uno de los primeros vestidos que Mary había cosido ella misma.
—Gracias—Melody le sonrió y luego carraspeó—. Ya lo sabía, pero gracias—Lawrence puso los ojos en blanco y ella rió.
Siguieron preparando la cena hasta que llegaron los Díaz y se sentaron en la mesa.
—La cena está lista—Anunció Johnny mientras ponía la comida en el centro de la mesa—. Esta noche toca fajitas con verduras a la parrilla. Tengo pico de gallo y tortillas de maíz y harina—El hombre se sentó, orgulloso de su presentación.
—¡Wow! Menuda pintaza, Johnny—halagó Carmen.
—Gracias, he sacado la receta de internet. Lo quería auténtico.
—¿Auténtico? ¿Para quién? Somos ecuatorianos no somos mexicanos—Rosa rió y Miguel y Carmen se unieron.
—¡Mamá!
—Tenga, pruebe esto. Mango picante. Como en su país—Johnny vertió aquella salsa en el plato de la mujer, pero se pasó un poquito.
—Ah, gracias.
—Bueno, ¿qué tal el gran primer día?—preguntó Carmen y Melody suspiró de nuevo.
—Pues eso, el primer día. Ahí vamos—Los dos adolescentes sentados al frente de Johnny asintieron.
—Me alegro de que Daniel y tú trabajéis juntos. Solo quiero que Miguel esté a salvo.
—Tengo la espalda mejor que nunca—Aseguró el latino—. No te preocupes.
Melody sonrió al ver la sonrisa tímida de Miguel y luego bajó la mirada a su comida, aún sonriendo.
—Es tu madre, siempre se preocupará—Le dijo Johnny y luego se volvió hacia Carmen—. No te preocupes, yo lo vigilo.
—Bueno Miguel, dime, ¿cómo te gusta estar haciendo karate con tu novia? Me imagino que les encanta el combate de mano en mano—Rosa rió de nuevo y Melody miró al chico al solo entender dos palabras de lo que había dicho la mujer. Novia y karate.
—Me alegro de que al fin estéis saliendo juntos. Ya era hora—Ambos se sonrojaron y le sonrieron a Carmen, un poco avergonzados.
—No somos los únicos que salen con alguien, ¿verdad, sensei?—Los ojos de Johnny, Melody y Carmen se abrieron de la sorpresa—. Tuvo una cita con el amor de su vida. La que dejó escapar—El rubio se removió incómodo en su asiento cuando se dio cuenta de que Miguel hablaba de Ali.
—Ah, ¿sí?
—No fue una cita, no—Negó Johnny.
—Está siendo modesto. A ver, te hicimos fotos para que molaras... Bueno, no es que no moles, pero tenía que parecer especial para ella—Melody se pasó una mano por la cara. Genial.
—Tampoco fue para tanto...
—Cuéntales lo del sushi—Interrumpió el latino.
—No hace falta.
—Mira, no sé por qué se corta. Fuimos a por sushi porque a Ali le gusta, o eso creíamos. Total, que pedimos un dragon roll...
Melody dejó su tenedor en el plato y le dedicó una mirada de disculpa a Johnny. Tampoco es que ella pudiera hacer mucho, ¿cómo le dices al chico que te gusta y al que le gustas que vuestro sensei sale con su madre?
(...)
UNA VEZ LA CENA SE HABÍA TERMINADO, Melody y Miguel fueron a la habitación de la primera mientras Johnny y Carmen recogían las cosas de la mesa.
Los dos estaban sentados al borde de la cama, hablando de varios temas que no tuvieran que ver con el karate, ambos querían un descanso de eso.
Sin embargo, los ojos de Miguel se clavaron en un papel que estaba sobre la mesilla de noche de Peters.
—¿Qué es esto?—preguntó mientras la tomaba.
Mentiría si dijera que no se sorprendió al ver la misma foto que unos meses atrás adornaba la nevera de Johnny, pero a Melody no le molestó que la viera o al menos no lo parecía.
—Es una foto. Mía y de Robby. Después de ganar nuestro primer torneo—respondió mientras jugaba con el dobladillo de la falda de su vestido—. La acabo de encontrar hace un rato debajo de mi mesilla.
Miguel miró a la chica, que tenía la mirada clavada en el suelo, y puso una de sus manos sobre las de ella.
—¿Estás bien?
Ella pareció pensárselo antes de asentir—Sí. Solo que... lo echo de menos. Sé que puede sonar tonto pero...
—No, para nada—Melody miró al pelinegro, que la observaba con cariño, haciendo que su corazón se acelerara—. Es tu amigo, es normal que lo eches de menos. Ven aquí—Miguel pasó su brazo por sus hombros y la apretó contra su pecho, reconfortándola.
—¿Crees que... crees que debería hablar con él?—preguntó con un hilo de voz—. Ahora que está en Cobra Kai podría intentar hablar con él para que vuelva y se una a Miyagi-Do de nuevo. O a Eagle Fang. O a lo que sea que hemos montado en ese jardín—El pecho de Miguel vibró cuando este se rió, sacándole una sonrisa a la chica—. No me gusta que esté tan cerca de mi padre—admitió mientras se alejaba.
—Aún no sabemos si se ha unido cien por cien—Melody frunció el ceño y él se relamió los labios antes de explicarse—. No estaba en la pelea en casa de Sam.
—¿Y entonces qué hacía allí? ¿Probarse el gi de Cobra Kai para llevarlo a la semana de la moda en París?—Miguel arrugó la nariz y ladeó la cabeza.
—Ya, tienes razón—Ambos rieron y ella tomó las manos de él entre las suyas.
—Gracias por tomarte tan bien que hable de Robby. Sé que habéis tenido vuestros inconvenientes pero...
—¿Inconvenientes como tirarme desde un segundo piso?—Ella frunció los labios y asintió, un poco avergonzada por haber minimizado la situación—. Ey, tranquila. Ya te dije que fue un accidente, y en los accidentes...—El latino dejó la frase abierta para que ella la terminara, y eso hizo.
—Nadie tiene la culpa.
—Exacto.
Los dos se miraron a los ojos con una pequeña sonrisa en sus labios y cuando los ojos de Miguel se posaron en los labios de ella, su corazón dió un salto y pudo sentir en su estómago a aquel famoso cosquilleo al que llamaban mariposas.
Comenzaron a acortar la distancia entre ellos, pero cuando Miguel puso su mano sobre la mejilla de su novia, algo sonó fuera de la habitación.
—¡Miggy! ¡Nos vamos!—El latino echó la cabeza hacia atrás mientras bufaba y Melody rió.
—Ve—Dijo entre risas—. Nos vemos mañana.
Peters se inclinó y dejó un beso en la mejilla del chico con delicadeza.
—Nos vemos mañana—repitió él, un poco aturdido, antes de levantarse y unirse a su madre en el recorrido hacia su apartamento.
Melody suspiró y se dejó caer sobre la cama. Miró hacia la foto que descansaba a unos centímetros suya sobre el colchón y se pasó las manos por la cara mientras bufaba.
(...)
—¿LISTOS? ¡SALUDO!
De vuelta al dojo, Melody no era capaz de parar de pensar en aquella fotografía que Miguel había encontrado y en que, a lo mejor, debería intentar hablar con Robby para que dejase Cobra Kai.
Por eso el anuncio de Johnny y Daniel la pilló tan desprevenida.
—El sensei Lawrence y yo compartimos el objetivo de prepararos para el campeonato—Comenzó Larusso.
—Pero tenemos métodos distintos.
—Sabemos que enseñaros distintos puntos de vista a la vez puede ser confuso.
—Así que hemos encontrado una solución: divide y vencerás—Melody frunció el ceño y miró a Miguel, que estaba igual que ella—. Eagle Fang entrenará delante.
—Y Miyagi-Do, aquí.
—Creí que juntos éramos más fuertes—Habló Díaz.
—Y que lo de divide y vencerás era para usar en el enemigo, no en tus propias tropas—Añadió Peters.
—Seguimos trabajando juntos.
—Pero separados. En extremos opuestos del dojo. Venga, Águilas, seguidme.
—Miyagi-Do, acercaos.
Los alumnos de distintos grupos comenzaron a despedirse para después tomar caminos separados.
Sam y Melody se miraron y la segunda se encogió de hombros.
—Tenemos que hablar de esto.
—Sí—Coincidió Larusso—. ¿Después de clase?
—Me parece bien.
Se despidieron con un movimiento de mano y cada una siguió a su respectivo sensei.
No iba a mentir, todo aquello le olía a desastre catastrófico, pero se olvidó de la situación cuando Johnny anunció que practicarían los barridos frontales con Hawk.
Aquello, como era de esperar, no acabó bien. De hecho, hizo que el chico de la cresta se marchara y que los adultos volvieran a discutir.
«¿Estás segura de que esta es una buena idea?»
Ya ni lo sabía.
(...)
A CADA PASO QUE DABA, MÁS SE LE NUBLABAN LAS IDEAS y tenía menos claro qué demonios iba a decir. Solo sabía que necesitaba hacerlo.
Su móvil comenzó a vibrar en su bolsillo y ella lo atendió casi al instante al ver quién era.
—Hey. ¿Cómo ha ido?
—No sé si ha funcionado, ya veremos—respondió Miguel al otro lado de la línea y Melody suspiró—. ¿Qué hay del señor Larusso?
—Sam no me ha dicho nada todavía pero no sé si le hará caso. Hoy parecían muy enfadados—La castaña comenzó a jugar con el dobladillo de su sudadera a la vez que se mordía el labio con nerviosismo.
—Bueno, hemos hecho lo que hemos podido. Si esto no mantiene unidos a los dojos, yo ya no sé qué lo hará—Los ojos color café de la chica se posaron sobre el chico que hacía trucos sobre su monopatín.
—Tenemos que intentarlo todo. Por mucho que nos cueste—Una oleada de nervios la invadió cuando volvió a mirar a Robby, que parecía no haber reparado en su presencia.
—Está bien.
—Adiós.
—Adiós, cariño—Melody dibujó una pequeña sonrisa en sus labios como si el pelinegro pudiera verla y luego colgó el teléfono para meterlo en su bolsillo y caminar hacia Keene.
Si antes no sabía qué iba a decirle, en ese momento su mente se había quedado en blanco. Así que simplemente se acercó mientras jugaba nerviosamente con sus dedos y respiró hondo.
—¡Robby!—El chico frenó de golpe al reconocer aquella voz y luego miró a Melody, que parecía nerviosa—. Esperaba encontrarte aquí.
Keene se encogió de hombros y la miró—¿Qué quieres?
La chica clavó la mirada en el suelo e hizo dos puños con sus manos para no seguir retorciendo sus dedos.
—Estaba muy enfadada por todo. Mi padre de vuelta, Kreese, la pelea, el accidente, mi incapacidad para tomar buenas decisiones...—Levantó la cabeza y se apartó un mechón que ondeaba con la suave brisa que había en el parque—. Y lo pagué contigo—Peters se humedeció los labios con nerviosismo—. Solo quiero que sepas que siento lo que te dije y que... no es lo que pienso en realidad. Eres una buena persona, yo lo sé, el señor Larusso lo sabe y tu padre también lo sabe. Pero me sorprendió la forma en la que los trataste el otro día.
—Mi padre pudo elegir—Dijo con rabia—. Y eligió ser un triste borracho que aún no ha encarrilado su vida. ¿Y ahora quiere recuperar el tiempo perdido para redimirse? Ni de coña.
Melody suspiró—Johnny está intentando cambiar. Vamos, Robby. ¿Tú tampoco intentarías cambiar las cosas en el mismo momento en el que te diste cuenta de que has hecho todo mal?—El castaño negó con la cabeza.
—Es demasiado tarde.
—¿Por qué? ¿Porque estás en Cobra Kai?—Robby enarcó una ceja.
—No tengo que darte explicaciones—Peters suspiró mientras sentía que la desesperación se adueñaba de ella.
—Tienes razón, lo siento. Solo prométeme una cosa—Al ver que Robby no tenía intenciones de irse y estaba dispuesto a escucharla, continuó—. Prométeme que vas a tener cuidado y que no vas a hacer algo de lo que puedas arrepentirte.
—¿Por qué te importa lo que haga?—preguntó el chico, poniéndose a la defensiva—. Creí que ya no tendría tu ayuda, o al menos eso dijiste el otro día en el dojo.
—Robby, ya te lo dije, no pienso ninguna de esas cosas. Solo lo dije porque estaba enfadada y dolida porque me habías apartado de nuevo—Melody se cruzó de brazos con timidez—. Aunque aún sigo sin entender por qué lo hiciste—Murmuró y el chico soltó una risita incrédula.
—Vaya, sí que estás ciega—Robby negó con la cabeza antes de seguir hablando—. Te apartaba porque no era capaz de mirarte y no pensar que habías besado a Miguel—La chica frunció el ceño, totalmente confundida.
—¿Y eso te molestaba?
—Sí, y mucho—Admitió, haciendo que la castaña se confundiera aún más.
—¿Por qué?
—Porque me gustas, Melody—confesó.
Eso sí que no se lo esperaba.
La boca de la chica se abrió de la sorpresa y sus brazos cayeron a ambos lados de su cuerpo.
¿Que Robby qué? No, era imposible. No podía...
Pero él se lo acababa de decir, y parecía completamente sincero, lo que la hizo sentir el doble de mal.
—¿Necesitas algo más?—Melody abrió la boca, pero al ver que no era capaz de articular una palabra bajó la cabeza y negó—. Bien. Adiós, Melody.
Robby puso su skate en el suelo y se alejó patinando, dejando a la castaña dándole vueltas a todo mientras aquellas cuatro palabras se repetían una y otra vez en su cerebro.
(...)
SU CEÑO FRUNCIDO Y EL HECHO DE QUE TENÍA LOS OJOS CLAVADOS en un punto fijo del interior del coche en el que estaba sentada, indicaban que Melody le estaba dando vueltas a algo, pero Miguel no sabía qué pasaba por su cabeza, así que decidió intentar distraerla.
—Buenos días, m'lady. Mi nombre es Miguel y hoy seré su chófer—El pelinegro se subió en el asiento del piloto y después se giró hacia la chica, que estaba en el asiento trasero—. Si es que me ayuda a hacer un puente—Peters solo lo miró durante unos segundos y luego miró a sus dedos, que se retorcían en su regazo—. Wow, ¿ni una risa por cortesía?—La chica sonrió.
—Necesitaba pensar, por eso me fui antes—Miguel frunció el ceño y se giró aún más hacia ella, indicándole que le estaba prestando atención.
—¿Está todo bien?—Melody estiró su mano y acarició el pelo del latino con una pequeña sonrisa mientras asentía.
—Eso creo—Él enarcó una ceja y ella suspiró—. No lo sé—Su mano volvió a estar sobre su regazo y el pelinegro ladeó la cabeza—. Ayer fui a hablar con Robby, sentí que debía hacerlo así que fui al parque de skate. Pero la conversación tomó un rumbo... inesperado y acabó con Robby diciéndome que yo le gusto.
Miguel la miró, sorprendido. Era cierto que durante la pelea en el instituto, los sentimientos de Robby por Melody le habían resultado algo obvios. Pero una suposición y una confesión eran dos cosas completamente distintas.
—Simplemente me chocó mucho porque nunca me había dado cuenta—La chica volvió a retorcer sus dedos—. A lo mejor si me hubiera dado cuenta mucho antes podría...
—No hagas eso—La interrumpió el latino—. No te tortures.
—Pero está en Cobra Kai. Con mi padre—Le recordó—. Tú sabes lo mal que lo pasé con él.
—Lo sé—Miguel estiró su mano y agarró una de las de la castaña—. Pero lo único que podemos hacer ahora es entrenar para ganar ese torneo.
Ella le dio un apretón a la mano del chico con una pequeña sonrisa—Gracias—Murmuró.
Él le sonrió antes de girarse y sentarse correctamente en el asiento.
—¡Hola, Hawk!—Saludó Miguel, sin embargo, el otro chico lo ignoró, haciendo que los dos adolescentes del coche fruncieran el ceño—. ¡Hawk!—El pelinegro miró a la chica—. ¿Eso era un mazo?
Los dos adolescentes se apresuraron a salir del coche y seguir al chico de la cresta para averiguar qué estaba tramando.
(...)
CUANDO DANIEL Y JOHNNY LLEGARON AL DOJO CON LA IDEA CLARA DE que le dirían a los chicos que no seguirían adelante con aquella fusión de ambos dojos, fueron sorprendidos por Hawk, que tiraba una de las vallas que había en Miyagi-Do.
—¡Hey! ¿Qué haces?—preguntó Larusso, alarmado.
—Ambos tenían razón—Comenzó Eli—. Hablar es barato—dijo mirando a Johnny ya que eso le había dicho el rubio cuando Hawk dijo que había cambiado—. Así que voy a construir un puente—Demetri se acercó por detrás, completamente emocionado.
—Más concretamente una plataforma de Okinawa—El chico le enseñó el diseño a los dos adultos, que los miraban desconcertados—. Eli es un hacha del diseño. Lo he mirado y está genial.
—El señor Miyagi usaba esto como almacén pero supondría más espacio para entrenar—Habló Sam.
—Todos ayudaremos a construirla, suponiendo que nuestros senseis lo aprueban—Melody se plantó al lado de Miguel y le sonrió cuando el chico acabó de hablar.
Daniel y Johnny parecían estar en shock, ya que ninguno reaccionaba.
—No os preocupéis, seguro que hay algo que también podéis hacer—Dijo Peters con una sonrisa en el rostro.
—Me encanta esta cosa—Añadió Liam acercándose a ellos y zarandeando una azada—. Facilita mucho eso de quitar las plantas—La herramienta se escurrió de las manos del ruloso y Melody tuvo que dar un saltito hacia atrás para que no cayera directamente en su pie—. Lo siento—Se disculpó con una sonrisa forzada.
—Dame eso antes de que mates a alguien—Masculló la castaña mientras cogía la azada y la alejaba de Liam.
—A mí me parece bien—Larusso miró al rubio, que asintió.
—Sí, suena genial—La sonrisa de Melody se ensanchó al escuchar la contestación de ambos adultos.
Johnny los abrazó a ella y a Miguel durante unos pocos segundos para después ponerse manos a la obra.
Puede que, después de todo, aquella unión sí fuera una buena idea.
SEASON 4 IS HERE BABY!!!!!!!!
Estoy muy emocionada por escribir esta tmporada porque realmente fue ÉPICA.
Btw, agárrense que vienen curvas en este acto because me apetece hacer sufrir a todo el mundo jeje.
Liam 🌸🌺✨💟🥰 Liam con la azada 😈👿👹👺
Also, Melody y Robby, ¿la reconciliación pa cuando?
Por cierto, siento haberme tardado tanto en actualizar pero tenía un dolor de cabeza horrible y pues ahora estoy en cuarentena jeje, anyways, espero que os haya gustado este capítulo :)
NO MERCY, BITCHES!
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