𝐎𝐍𝐄. strike first


𝐔𝐍𝐎. ❛ pegar primero ❜




ERA UN DÍA CUALQUIERA DE UN VERANO CUALQUIERA, o eso había pensado Melody cuando se levantó de la cama.

Se frotó los ojos para luego estirarse y quedarse sentada en el borde de la cama pensando en qué podía hacer aquel día.

Hacer los deberes había sido su primera opción, pero la había descartado tan pronto como se acordó de que el curso aún no había comenzado.

Movió la cabeza lentamente hacia el reloj para ver qué hora era. Abrió mucho los ojos con una sonrisa al ver que eran las cuatro de la tarde. Le encantaban las vacaciones porque podía despertarse tarde y no tenía que ir a un infierno.

El odio que le tenía al instituto no era por los exámenes o tareas, Melody era la mejor de la clase junto a Demetri. Era por los estúpidos rumores que se formaban en los pasillos del instituto cada vez que ella respiraba. No conocía ni la mitad de cosas que decían sobre ella y eso, de alguna manera, le asustaba un poco. Resulta que si el chico que sale con la chica más popular y rubia del instituto empieza a sentir cosas por ti, puedes darte por muerta. Pero el problema de verdad llegaba cuando Melody se encontró a sí misma teniendo un pequeño crush en Liam, el ahora ex novio de Jasmine.

Sacudió la cabeza intentando evadir aquellos pensamientos negativos y sus ojos cayeron sobre el skate que descansaba apoyado en el armario de su habitación. Sonrió levemente y se levantó de un salto hacia la silla en la cual acumulaba toda su ropa. Cogió un pantalón gris de chándal y un crop top flojo sin mangas que tenía el logo de la banda "Guns n roses".

—Buenos días mamá—Saludó mientras entraba en la cocina que conectaba con el salón en el que su madre estaba sentada haciendo cosas del trabajo.

—Al fin te despiertas. Pensé que iba a tener que entrar yo con la bocina cómo la otra vez— Bromeó Marie con una sonrisa burlona pero sin apartar la vista de los papeles.

—Ja, ja, muy graciosa. Aún sigo enfadada por eso—Contestó Melody mientras tomaba un paquete de galletas y se metía una en la boca.

—Y aún así te comes mi comida.

—Eres mi madre, tienes que alimentarme—Dijo con la boca llena ganándose una mala mirada por parte de su madre—. Además, compartir es vivir—Se acercó a darle un beso en la mejilla a la mujer y esta sonrió—. Me voy al parque.

—No vuelvas tarde.

—¡Ya lo sé!—Gritó la chica mientras cogía el skate de su habitación.

—Hace frío—Dijo su madre sin apartar la vista de los papeles viendo por el rabillo del ojo que su hija se iba solo con aquel top.

—Seguro que no es para tanto. ¡Adiós!—Melody abrió la puerta y la cerró inmediatamente—. Pensándolo mejor...—Cogió una sudadera negra y grande que sabía que se quitaría en cuanto diera unas vueltas con el skate— Ahora sí... ¡chao!—Marie rió.

—Adiós cariño.

Melody tomó una bocanada de aire mientras respiraba el aire frío que llenaba el ambiente.

Escuchó unas voces hablando y giró la cabeza para ver quién era y se encontró con un hombre y un chaval. Sonrió levemente al ver que el hombre era el señor Lawrence y se acercó al par de personas.

—Somos de Riverside—Dijo el chico mientras perseguía al hombre rubio hasta el contenedor—. Pero bueno, quería saber si tiene problemas con la presión del agua porque nuestro fregadero no va del todo bien. ¡Las botellas van al contenedor...! —Exclamó en cuanto vió al mayor tirar las botellas a la basura pero no fue capaz de evitarlo.

—Oye, panchito, llevo aquí más de diez años. Las tuberías no van, en la fuente hay pis. Lo único bueno es que aquí no tengo por qué hablar con nadie y no necesito otro crío que me dé la lata.

—La cría que le da la lata soy yo—Dijo Melody alegremente mientras llegaba junto a ellos—. ¿Qué tal todo señor Lawrence?—El hombre soltó un gruñido y se acercó a recoger las bolsas de basura ya vacías.

—Un placer—Le dijo al chico ignorando completamente a la castaña.

—¡Que tenga un buen día señor Lawrence!—Exclamó Melody con una sonrisa mientras se despedía del mayor con la mano y luego se giró hacia el chico—. Eres nuevo por aquí, ¿verdad?

—Sí, nos acabamos de mudar. Me llamo Miguel—El chico extendió su mano hacia la castaña y esta la estrechó con una sonrisa.

—Melody—Ambos conectaron sus ojos color café y la chica apartó su mano con delicadeza para luego recogerse el pelo en un moño—. Y, ¿que te trae por aquí, Miguel? Espero que no vengas a molestar a Johnny porque ese es mi trabajo—Dijo Melody con gracia y el chico soltó una risita.

—No te preocupes, no vengo a robarte tu puesto. Ya sabes, lo típico, mi madre consiguió trabajo aquí y nos tuvimos que mudar—Miguel metió sus manos en los bolsillos de su pantalón y se encogió de hombros.

—Pues bienvenido a, como dice Johnny, el paraíso con las tuberías rotas y las fuentes meadas—Los dos rieron levemente—. Bueno, me tengo que ir. Luego pierdo la noción del tiempo y mi madre me mata—Bromeó haciendo que el chico que tenía enfrente sonriera.

—Nos vemos, Melody.

—Hasta pronto, Miguel—La castaña se alejó patinando y Miguel no apartó la vista de su silueta hasta que desapareció en una esquina.

—Parece maja—Susurró para sí mismo mientras volvía a entrar en su casa.

La castaña patinaba por las calles mientras sentía el viento en su cara. En cuanto llegó al parque se sentó en un banco durante unos minutos.

Giró su cabeza al notar la presencia de alguien a su lado.

—Vaya, vaya Keene. ¿Qué haces tú por aquí?—Preguntó la castaña hacia el chico que se había sentado a su lado.

Robby se encogió de hombros sin mirar a la chica.

—Lo de siempre.

—¿Robar?—El chico miró hacia Melody alzando una ceja y se fijó en la sonrisa burlona que adornaba su rostro—. No, esta vez estáis estafando a alguien. Me pregunto quién será el afortunado—Robby puso los ojos en blanco intentando no sonreír con la actitud de la castaña—. ¿Otra pelea? Preguntó la chica mientras se fijaba en la brecha que tenía en la ceja.

—La verdad es que lo de la ceja me lo hice patinando.

—Pero sí hubo una pelea—Melody alzó una ceja y Robby apartó la mirada para fijarla hacia delante.

—No tienes que reprocharme nada. Ni siquiera somos amigos—Dijo el chico con frialdad.

—Claro que no. Y aquí estás, sentado a mi lado mientras charlamos animadamente—La chica sonrió alegremente mientras notaba una leve sonrisa dibujarse en los labios de Robby.

—Ya nos veremos—El chico se levantó y Melody suspiró.

—Keene—Le llamó y este se dió la vuelta. La chica se levantó y extendió su mano—. Mi pulsera.

Robby puso los ojos en blanco mientras reía y depositó la cadena de plata en la mano de la castaña.

—Nunca puedo colártela, ¿eh?

—Nope—Melody sonrió—. Bueno, es mejor que me vaya antes de que tus "amigos" nos vean hablar—Robby negó con la cabeza mientras sonreía levemente—. Adiós Robby—Dijo depositando el skate en el suelo para después subirse a él—. ¡Que sepas que eres mi no-amigo favorito!

—Adiós Melody—Se despidió el chico mientras reía al ver cómo la castaña casi se choca con un banco por dedicarle una última sonrisa.

Robby sintió una mano en su hombro y se giró sobresaltado, listo para pegar a quién fuera.

—Hey tranquilo tío. Somos nosotros—Dijo Trey mientras retrocedía—. Me alegra ver que no bajas la guardia cuando hablas con la chica esa.

—Sigo sin saber qué le ves tío—Añadió Cruz mientras se cruzaba de brazos.

—No le veo nada. Ni siquiera es mi amiga—Robby puso los ojos en blanco y se cruzó de brazos.

—Vale, lo que tú digas. Hemos encontrado algo que puede que te guste, es un negocio gordo—Los tres chicos se alejaron del parque bajo la mirada de Melody.

Ella sabía que Robby era un buen chico, pero que su padre le abandonara cuando era pequeño y las malas influencias habían hecho que se metiera en las drogas y se saltara clase para estafar o robar a la gente.

Melody sabía lo que se sentía. Su padre también la había dejado pero, a diferencia de Robby, Eli y Demitri hacían que no cayera en un pozo sin fondo lleno de tristeza y culpa gracias a sus maratones de Harry Potter o a sus tardes de juegos de mesa. Se sentía un poco mal al pensar que ella podría haber sido su ancla como aquellos dos chicos eran para ella, pero Keene cada vez se esforzaba más en apartar a Melody de él.

La chica decidió volver a casa cuando vió que ya estaba anocheciendo. Sacó las llaves de su bolsillo y se agachó a recogerlas debido a que se le habían escurrido entre los dedos.

Cogió el manojo de llaves y puso uno de los mechones que habían caído de su moño detrás de su oreja mientras buscaba la llave que abría la puerta de su casa.

Alzó la vista una vez que encontró el maldito trozo de metal y vió a Miguel salir de el que supuso que era su apartamento. Lo saludó con una sonrisa y él sacudió su mano, luego ambos siguieron sus respectivos caminos.

—Mamá he vuelto—Dijo Melody mientras dejaba las llaves en el plato de la entrada—. ¿Mamá?—Preguntó de nuevo al no escuchar una respuesta.

Se dirigió a la cocina y encontró una nota en la nevera.

"Ha surgido una emergencia en el trabajo. Hay sobras en la nevera. Te quiere. -Mamá."

La castaña sonrió levemente y abrió la nevera dispuesta a comer algo. Encendió la tele para llenar el silencio que reinaba en su casa pero no le hizo mucho caso. Su mente se había ido a parar al chico nuevo.

Era obvio que iba a ir al mismo instituto que ella pero, ¿irían a la misma clase? A lo mejor él era más mayor o más pequeño que ella.

«A ver, corazón de melón, te saca una cabeza, ¿¡cómo demonios va a ser más pequeño?!»

Y ahí estaba su asistente personal recordándole cuando tenía pensamientos estúpidos.

Al acabar de cenar se tiró en la cama mirando hacia el techo pensando en varias cosas hasta que se quedó dormida.





(...)




MELODY SE DESPERTÓ CON EL OLOR DE TORTITAS QUE probablemente su madre estaba preparando. Se levantó de la cama y entró en la cocina.

—Buenos días.

—Hola cielo, ¿qué tal has dormido?—Preguntó su madre.

—Bien. ¿Qué pasó ayer en el trabajo?

—Surgió una cosa urgente y tuve que ir. Pero todo está bien, no te preocupes—Melody miró a su madre con desconfianza—. Ahora siéntate o se te enfriará el desayuno—La castaña obedeció y se sentó en la mesa donde había un plato de tortitas—. Por cierto, luego necesito que saques la basura y por favor, no molestes a Johnny si te lo encuentras.

—Ya te he dicho que no le molesto. Solo le alegro el día—Su madre levantó las cejas regañándola con la mirada—. Lo siento, ¿vale? Es lo único interesante que hay aquí. Creo que los del piso de arriba murieron y nadie fue a recoger los cadáveres—Susurró la castaña y su madre rió mientras negaba con la cabeza—. Bueno, lo era hasta que llegaron los nuevos vecinos.

—¿Nuevos vecinos?—Preguntó la mujer mientras se sentaba frente a su hija.

—Exacto. Ayer al salir me encontré a un chico y a...

—Uy, ¿un chico?—Marie miró a su hija con picardía—. ¿Es mono?—Melody se encogió de hombros.

—No me fijé.

—Bueno, espero que seáis amigos. Así dejas de ver a ese chico del parque—La castaña puso los ojos en blanco.

—No sé qué tienes en contra de Robby, mamá.

—No es un buen chico.Melody bufó.

—¡Lo conoces desde pequeño! Sabes cómo es—La castaña estaba cansada de esas discusiones.

—Pero sé lo que hace ahora, y no me gusta—Melody gruñó. Era imposible hablar con su madre sobre Robby.

—Voy a sacar la basura—Dijo mientras se levantaba.

—¿No te cambias?—Preguntó su madre viendo que la chica llevaba puesto un pantalón de pijama con dibujos de koalas y una sudadera grande.

—¿Debería?—Melody miró hacia su atuendo con confusión.

—No lo sé, a lo mejor te encuentras con el vecino nuevo—Marie le guiñó un ojo a su hija que puso los ojos en blanco con una sonrisa.

—Adiós—Dijo para después cerrar la puerta.

Al girarse se encontró con Miguel, que estaba apoyado en una maceta mientras miraba su móvil.

—Hey—Saludó Melody.

El chico apartó la cabeza de la pantalla para encontrarse con la castaña que caminaba hacia los contenedores.

—Hola.

Melody sentía los ojos de Miguel sobre ella mientras se disponía a tirar la basura.

—No te preocupes, yo sí que reciclo. No cómo Johnny—Bromeó la castaña mientras se giraba para ver al chico.

—¿Qué?—Balbuceó el pelinegro al saber que la chica se dió cuenta de que la estaba mirando.

—Tiene que haber una razón para que me estés mirando fijamente. Y espero que no seas un acosador—Miguel rió y la chica se acercó a él.

Es solo que eres la primera chica que veo que no se arregla para tirar la basura.

Melody alzó las cejas intentando no reír—¿En serio no parece que me arreglé? Me llevó 30 minutos elegir este outfit—La chica hizo un puchero y ambos rieron—. Creeme es más normal salir así que con 10 kilos de maquillaje y unos tacones de 20 centímetros.

—Eso es verdad—Coincidió Miguel.

—Por cierto, ¿qué hacías? Parecía que estabas esperando a alguien—Preguntó la castaña mientras se apoyaba en la misma maceta que el chico pero a su lado.

—La verdad es que estoy esperando al señor Lawrence—Melody lo miró con curiosidad—. Quería darle las gracias por... —El sonido de un motor hizo que ambos se fijaran en el coche que acababa de llegar.

Miguel se acercó al ver al hombre rubio dentro del vehículo y Melody lo siguió.

—Quería darle las gracias.

—Pues ya están dadas—Dijo Johnny para luego alejarse.

—¿Lo de anoche era taekwondo, jiu-jitsu o artes marciales mixtas?—Preguntó el pelinegro mientras lo seguía junto a la castaña.

—Es karate. Karate tradicional—Melody abrió mucho los ojos.

—¿Le pegaste a alguien?—Preguntó sorprendida.

—A un grupo de chicos molestos que no cerraban el pico—La chica soltó una leve risita al notar la molestia en la voz del hombre.

Al ver que Miguel no se reía alzó las cejas.

—¿Enserio pegaste a unos chavales?—Preguntó con incredulidad.

—¡Melody!—La chica cerró los ojos al escuchar la voz de su madre.

—Es mejor que me vaya. Nos vemos—Le dijo a Miguel y entró en su casa.

—¿Qué te he dicho?—Marie tenía las manos en las caderas y el ceño fruncido. Cosa que no era una buena señal.

—¡Esta vez no fue mi culpa! Estaba hablando con Miguel, que estaba esperando a Johnny, y luego él apareció. Era como tener una conversación indirectamente. Lo siento, ¿vale? Solo intento hacer que no se sienta más solo—Marie se sentó al lado de su hija en el sofá.

—Sé que no tienes malas intenciones, pero Johnny es... especial. Déjalo ser.

—¿Tú lo conoces?—Preguntó con el ceño fruncido.

—¿Sabes qué? ¿Por qué no vas al supermercado y compras algo para los nuevos vecinos?

«Oh, oh, cambio de tema. Abortar misión . ¡Abortar misión!»

La castaña suspiró. Su vocecita tenía razón, cuando su madre cambiaba de tema era mejor seguirle el juego.

—Está bien—Melody se levantó y luego dio la vuelta—. Pensándolo mejor, iré mañana. Me apetece ir a dar una vuelta a la playa.

—No vuelvas tarde, ¿vale?—La castaña asintió y fue a su habitación a cambiarse.

Esta vez hacía un poco más de calor así que cogió un pantalón corto y una camiseta grande. Cogió su skate y salió por la puerta después de despedirse de su madre.

Melody comenzó a patinar dejándose llevar. Llevaba tanto tiempo recorriendo las calles de la ciudad que ya dejaba que su skate la llevara.

Una vez en la playa, la brisa del mar se coló por sus orificios nasales haciendo que una sonrisa apareciera en su rostro.

Iba a extrañar el verano.

Recogió su skate y lo puso debajo de su brazo mientras caminaba por el paseo de la playa.

—Pero mira a quién tenemos aquí—Melody se congeló al oír aquella voz y se giró intentando parecer natural—. ¿Qué te trae por la playa, guapa?

«Venía a ver tíos buenos pero me desilusioné al encontrarme contigo. Dile eso.»

—¿Qué quieres Kyler? ¿No tienes a tus amigos a tu alrededor esta vez?—La castaña miró por encima del hombro del chico y pudo ver a Robby junto a otros dos chicos.

—Estarán por ahí. Además, no creo que quieras que vean lo que vamos a hacer—Melody pudo notar los ojos de Robby sobre ella mientras Kyler acercaba una mano a su pelo e intentaba acariciarlo.

Intentó calmar su ritmo cardíaco mientras pensaba alguna escapatoria para que aquel chico que decía que no era su amigo no se abalanzara sobre el asiático. Además, no podía hacer mucho delante de toda esa gente.

La voz de Sam Larrusso sonó detrás de ambos y los dos se giraron encontrándose con toda la pandilla—Ya hemos comprado las bebidas, ¿vienes?—Ella señaló la playa con la cabeza.

Peters clavó sus ojos en Jasmine mientras la miraba con frialdad y la rubia le hizo un escaneo de arriba abajo.

—¿Qué hacías con esta?

Antes de que Melody pudiera decir algo, Kyler se le adelantó—Se me acercó de la nada y comenzó a hablarme—La chica le miró con una ceja enarcada—. ¿Vamos?—Preguntó el asiático pasando un brazo por los hombros de Sam.

El grupo comenzó a alejarse de Melody y esta aprovechó para ponerle la zancadilla al gordito de grupo haciendo que este tropezara y empujara a Kyler y a Sam, que a su vez se chocaron con Jasmine y derramaron su café con hielo por su blusa.

Peters sonrió satisfecha por el gran efecto dominó que había creado, puso el skate en el suelo y se fue rodando

Al pasar por delante de Robby y sus amigos pudo notar cómo le sonreía y la chica le guiñó un ojo.

—Tío. Esa tía está buena. ¿Por qué no te lo montas con ella?—Preguntó Cruz y Robby puso los ojos en blanco mientras sus amigos reían.

—Cállate—Ordenó mientras los otros dos chicos continuaban riéndose—.Además, ayer decías que no le veías nada.

—Eso fue antes de ver cómo le quedan esos pantalones. Buf...—Trey se apoyó en el hombro de su amigo y ambos miraron la parte trasera de la chica que se alejaba cada vez más.





(...)




MELODY SE ENCONTRABA EN LA PEQUEÑA TIENDA EN LA QUE su madre y ella compraban lo necesario para alimentarse mientras buscaba ingredientes para cocinar algo para sus nuevos vecinos.

Había decidido que le haría unas galletas. Pagó lo que necesitaba y salió de la tienda con el skate en la mano.

Lo dejó en el suelo y puso un pie sobre él pero no arrancó, ya que se fijó en que Johnny estaba allí también.

Un hombre le estaba dando las llaves de algo y luego se dieron la mano. En cuanto el hombre se fue, Johnny se fijó en que Melody lo estaba mirando y sonrió levemente.

La chica se sorprendió al ver aquella sonrisa. Lo conocía desde siempre y nunca lo había visto sonreír. Pero aquella sorpresa no le prohibió saludar al hombre rubio con la mano para después seguir su camino.

Al llegar a su casa cogió su móvil y buscó recetas de galletas para después ponerse manos a la obra.

Melody no era la persona más organizada y, en la cocina, eso se notaba. Una vez que metió las galletas en el horno suspiró al ver el desastre que tendría que limpiar.

Su madre no volvería temprano. Le había mandado un mensaje diciendo que las cosas se habían complicado en el trabajo y que volvería en un par de horas.

Una vez que las galletas estaban listas las puso en un plato y se dirigió a la puerta de la casa de Miguel.

Tocó el timbre y esperó a que alguien abriera la puerta.

—¡Miguel! ¡Abre la puerta!—Escuchó que alguien gritaba desde el interior.

—¡Ya voy yaya!—Segundos después la puerta se abrió mostrando a Miguel—. ¡Melody! Hola.

—Hola. Bienvenidos al vecindario—Dijo la castaña extendiendo el plato de galletas.

—No tenías por qué—El chico cogió el plato con una sonrisa.

—¿Quién es? ¿Tu nueva novia?—Preguntó la abuela de Miguel apareciendo al lado del pelinegro. Miguel simplemente esperó que Melody no entendiera el español.

—Mamá, deja a los niños en paz—Dijo una mujer apareciendo al otro lado del chico—. Hola, soy Carmen, la madre de Miguel.

—Soy Melody, un placer—La castaña sonrió tiernamente.

—Melody trajo galletas—Dijo el pelinegro dándole el plato a su madre.

—Tienen muy buena pinta, ¿es tu propia receta?—Preguntó Carmen y Melody rió mirando hacia el suelo.

—La verdad es que la saqué de youtube—Miguel sonrió mientras su madre reía levemente.

—Bueno, gracias—Dijo Carmen mientras se alejaba junto a la abuela del chico para dejar las galletas en la mesa.

—Melody—La llamó Miguel—. Tienes harina... aquí—El pelinegro señaló su mejilla, la chica pasó la manga de su sudadera para limpiar el polvo y luego rió.

—Soy un desastre en la cocina.

—Oye, Melody. ¿Quieres quedarte a cenar?—Preguntó Carmen.

—Me encantaría pero mi madre volverá pronto del trabajo y no quiero que cene sola. Pero gracias—Mintió antes de sonreír y la mujer asintió.

—No te preocupes, gracias por las galletas.

—De nada—Melody sonrió—. Nos vemos—Le dijo a Miguel y luego volvió a su casa.













AAAAAAAA

El primer capítulo de NM ya está aquí!

Espero que os guste mucho y lo disfrutéis tanto como yo disfruto escribiéndolo :)


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