capitulo diez












ALEX PASABA EL TIEMPO CON NEWT Y LOS JARDINEROS, ya que era otro día lento y no quería estar sola después del Destierro. Ella y Newt se turnaban para golpear un árbol parcialmente cortado con un hacha mientras Zart trabajaba para sacar las raíces del suelo. Thomas y Chuck estaban sentados sin hacer nada.

—¿Por qué entraría Alby al Laberinto? Él no... no es un Corredor—,señaló el chico de la camisa azul como si no fuera ya obvio para el resto.

La chica suspiró mientras se secaba una gota de sudor de la frente, impidiendo que resbalara por su cara mientras jadeaba un poco.—Es el líder. Puede ser lo que quiera—.

—Además, ya todo es diferente. Alby fue a seguir los pasos de Ben antes del anochecer—,explicó el segundo al mando mientras se cansaba un poco de que el chico nuevo se quedara ahí sentado.—¿Vas a ayudar?

—Entonces, ahora volverá al lugar donde picaron a...—

New lo cortó antes de que pudiera terminar la frase porque todos sabían lo que iba a preguntar.—Alby sabe lo que hace, ¿okay? Sabe más que cualquiera—.

—¿De qué hablas?—Cuestionó Thomas, apuñalando el suelo con el machete que tenía en las manos. Alex estaba empezando a frustrarse con él. Quizás Gally tenía razón. Este chico hacía muchas preguntas.

—Lo que escuchaste es lo que es, ¿okay?—,dijo ella, dejando de cortar para informarle,—Cada mes, la Caja envía un novato. Pero alguien llego primero, ¿verdad? Alguien tuvo que pasar un mes completo en el Área, solo. Ese fue Alby—.

Newt asintió con la cabeza mientras cortaba.—No debió ser fácil. Pero cuando llegaron más novatos y Alex, uno tras otro, entendió las cosas, y aprendió que lo más importante de todo es que nos tenemos el uno al otro, todos estamos en esto juntos.—

Thomas asintió, dándoles a entender que lo entendía, antes de dirigirse hacia ellos con su machete. Se arrodilló en el suelo mientras Newt y Alex retrocedían para dejarle espacio. Se colocó en una buena posición antes de golpear con fuerza la base del árbol, dejando una marca. Alex miró a Newt y sonrió un poco.

—Ahí lo tienes, Novato—.

Al cabo de un par de minutos, empezó a llover, así que se vieron obligados a refugiarse bajo la cosa con aspecto de tienda de campaña donde dormían la mayoría de los chicos. Alby y Minho aún no habían vuelto, y todos estaban un poco nerviosos.

—Ya tenían que haber vuelto—,dijo Thomas, y Alex luchó contra el impulso de poner los ojos en blanco. Podría ser sólo porque estaba estresada, pero era realmente molesto cómo había pasado sólo un par de días en el Área, y pensaba que sabía más que el resto de ellos.—Qué pasa si no vuelven—.

—Seguro vuelven—,le aseguró Newt mientras miraba las paredes.

El chico moreno se acercó al rubio con expresión interrogante y preocupada. Con tantas preguntas estaba asustando aún más a la gente que les rodeaba.—¿Pero qué pasa si no?—.

—Se acabó—,espetó la chica, y decidiendo que ya no podía quedarse allí de pie, se adentró en la tienda y encontró una hamaca en la parte trasera donde podía sentarse a observar la lluvia.

Rebotó el pie nerviosamente mientras miraba a lo lejos. Sus pensamientos, básicamente inexistentes, se vieron interrumpidos por alguien que se tumbaba en la hamaca contigua a la suya. Levantó la vista y vio a Gally frente a ella con una expresión ilegible.—Parece que estás pensando en algo importante—.

—Es que me gusta la lluvia—,le informó ella, regresando a su mirada fija en la lluvia.—Me tranquiliza—.

—¿Recuerdas aquella vez que Alby se enfadó tanto con nosotros que nos hizo trabajar bajo la lluvia?—,preguntó él con las cejas levantadas. En realidad, había habido un par de veces que eso había sucedido, pero una de ellas fue particularmente miserable.

Ella asintió, recordando aquella vez. Al final del día estaba cubierta de barro y olía horrible.—Ah, sí. Lo recuerdo. ¿Qué fue lo que hicimos?—

—Alguien dejó abierta la puerta de la Granja y entró un montón de barro—,le recordó, y ella sonrió al recordarlo.—Nadie lo admitió, así que nos castigó a todos—.

—Ah, sí. Esa fui yo—,admitió ella, una sonrisa de satisfacción apareció en su rostro mientras él se quedaba boquiabierto.

Tomó una de las almohadas de la hamaca que tenía al lado y se la tiró a la cara. Ella la atrapó con una risita y la rodeó con los brazos. Él exclamó:—Cabeza de chorlito—.

—Oye, no quería enfrentarme a la ira de Alby—,se defendió ella, levantando las manos mientras se explicaba.—Probablemente me habría obligado a limpiar los baños—.

—Entonces, ¿nos dejaste sufrir a todos para no tener que limpiar los baños?—,le preguntó él con las cejas levantadas.

Ella se encogió de hombros con una pequeña sonrisa, sin saber qué responder que no la hiciera parecer tan egoísta.—A veces se pone muy asqueroso ahí dentro. ¿Qué hacen ustedes para que sea tan asqueroso?—.

—¿De verdad quieres saberlo?—,preguntó él, moviendo las cejas de un modo sugerente que hizo que ella arrugara la cara con disgusto.

—No, en realidad no quiero—.

《 ✢ 》

MIENTRAS LA LLUVIA PARABA, todos los Habitantes se reunían en torno a las puertas, que iban a cerrarse en cualquier momento, y Alby y Minho aún no habían vuelto. Cada pequeño ruido que venía del Laberinto los hacía saltar y tratar de asomarse a la esquina para ver si eran sus amigos.

—¿No podemos enviar a alguien a que los busque?—.preguntó Thomas con curiosidad y nerviosismo. Él y todos los Encargados tenían un mal presentimiento sobre la situación.

—Va contra las reglas—,respondió Gally desde donde estaba agachado en el suelo. Esto ya había ocurrido un par de veces, y cuando enviaron a alguien tras la persona, ambos acabaron muertos. Así es como se creó la regla de que nadie entra en el Laberinto excepto los Corredores.—Si no vuelven, adios—.

El chico de la camisa azul aún parecía un poco confundido, así que Alex explicó:—No podemos arriesgarnos a perder a nadie más—.Se oyó un fuerte crujido, y las Puertas comenzaron a cerrarse lentamente al ser golpeadas por una ráfaga de viento.

—¡Ahí!—gritó Thomas, señalando el pasillo del Laberinto. Siguieron su dedo y vieron a Minho y Alby que se dirigían hacia el Área.

La sonrisa de alivio de Alex se desvaneció cuando se dio cuenta de que el Corredor llevaba a su líder a medio camino, gruñendo al hacerlo. Arrugó las cejas y murmuró:—Algo anda mal—.

—¡Tú puedes, Minho! ¡Corre!—llamó Chuck desde al lado de Thomas, y el resto de los Habitantes se unieron, gritando desesperadamente palabras de ánimo. Alby se cayó de la espalda de Minho, así que el chico trató de arrastrarlo por los pies.

Newt murmuró:—No creo que pueda lograrlo—.

—¡Déjalo, Minho!—,ordenó la chica cuando se dio cuenta de que el Novato tenía razón. Los puertas estaban casi cerradas, y no había forma de que pudieran llegar.—¡Déjalo!—

—¡Minho, tienes que dejar a Alby!—Gally asintió mientras Alex se pasaba una mano estresada por el pelo. Iban muy despacio.

Todo parecía moverse a cámara lenta mientras la chica miraba a Thomas que tenía un brillo en los ojos como si estuviera a punto de hacer algo. Cuando se dio cuenta, ya era demasiado tarde. Entró corriendo en el laberinto, y apenas pudo atravesarlo antes de que las puertas se cerraran tras él. Varias personas, entre ellas Newt y Alex, extendieron la mano en un intento de agarrarlo, pero no funcionó. Pateó una roca con rabia cuando su vista fue bloqueada por la piedra.

—Ese idiota de mierda—.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top