───CHAPTER FOUR
mi gran amigo, mi amable dolor

            Dime Sa-Ra, ¿Recuerdas el día en el que hiciste tu primera exposición de 'arte'?

No creo que logres recordar, estabas demasiado drogada.

Fue divertido, ver como metias el pie en el barro cada tanto y tu madre tenía que hablar por ti ligeramente, desviando la atención a otros cuadros para que no se dieran cuenta de tu asqueroso desastre.

Ella era tu cómplice, sabía cuánta cantidad de droga tenías, con quienes te acostabas y con quienes te metías en problemas.

Como dicen... El amor de una madre puede más que cualquier cosa.

No lo creo, realmente.

Mi madre me abandonó solo porque mi padre prefirió ser un padre de iglesia, no me llevo con ella, solo me abandono.

Pero está bien, lo recompenso haciéndome exitosa, pagando mi universidad y ayudando un poco a Dong-Eun.

Por que si, Dong-Eun había sido difícil de tratar por bastante tiempo para mi madre, para mi no.

Mientras que con todos los demás era un libro cerrado, conmigo fue un libro abierto con todas las letras.

Ella me conocía y yo a ella.

Siempre fuimos ella y yo hasta que Si-Woo llegó a nuestras vidas, pero de resto, fue así.

───¡Quítate idiota!

El insulto de mi hermana me causó gracia y repulsión, observando a uno de sus trabajadores disculparse de rodillas y a ella reírse por 'lo patético que se veía'.

Sigue riéndote, Sa-Ra, yo me reiré mucho mejor al final.

2015, estados unidos

───¿A dónde me llevas?

La pregunta fría de Dong-eun me asustó tras un rato de silencio, respondiendo con un ligero golpe con mi índice en su mandíbula.

───Si vas a hablar después de un silencio, que sea con un poquito de cariño.

───¿Te asustaste en serio?

───No.

Supe que Dong-eun quería reírse en mi cara, intentando girarse con insistencia mientras yo lo evitaba sosteniéndola de los hombros.

───¡Dong-eun ya!

No supe en qué momento logró soltarse de mis manos para darse la vuelta.

───Espero no hayas abierto los ojos, Dong-Eun───Advertí viendo sus labios curvarse un poco, sus ojos cerrados y ahora apretados con fuerza.

───No los abri.

───Eso espero───Murmuró tomando sus manos con duda, ayudándole a seguir avanzando.

───¿Vas a tirarme de un edificio?

───¡No, Dong-Eun!───Grite molesta, Dong-Eun se burló───Ahora si, abre tus ojos.

Ella no tardó en hacerlo, parpadeando una sola vez mientras observaba los alrededores.

A Don-Eun siempre le han gustado las flores rojas, pero una vez misma me dijo que eran iguales a su propia sangre, y que también adoraba las moradas por asemejarse a los moretones que habían en su cuerpo alguna vez en el pasado.

Por lo que, uniendo los colores de ambas cosas, di con las lavandas, de un lila pálido y aromáticas para relajar.

En medio había una mesa con el juego que ella estaba aprendiendo a jugar, el Go.

───Como ahora aprendes el go y como lidiar con niños chillones y sentimentales, opte por aprender el go, claro que... No se mucho aun───Me reí nerviosa───Pero pensé que podríamos pasar un lindo momento juntas antes de tu examen.

Debido a que este era su segundo examen para aprobar, a Dong-Eun le había sugerido venir a estados unidos para que presentara en paz y no tener a la vista al montón de inútiles, encargándome yo de eso para que ella se concentrara en sus estudios.

Yo estudié administración, solo para tener una buena carrera que funcionara aquí y en Corea, pero me dedico casi a tiempo completo a la ópera.

Era mi pasión y me salía muy bien.

───Es bonito.

───¿En verdad te gusto?───Le pregunté casi desconfiada, Dong-Eun asintió.

───Es muy bonito, es como me gusta, llamativo pero delicado───Murmuró con una ligera curva en sus labios, yo sonreí orgullosa de mi misma.

───Lo adjuntare a mi libro de 'acciones que le gustaron abiertamente a mi esposa'

Ella se rió sin evitarlo, haciéndome reír y parándome frente a ella para ver su rostro con fascinación.

Sus manos tomaron los costados de mi rostro y beso mi nariz junto a mi frente.

───Cuando logre pasar el examen, volveremos y...

───Dong-Eun───Llame duramente viendo sus ojos parpadear───No hablemos de nuestra venganza, no ahora, por favor.

───Como digas───Susurró besando mi nariz nuevamente, rodeándome con sus brazos───... Gracias.

Mis brazos rodearon su cuerpo, sintiéndolo destensar fácilmente bajo mi toque cuidadoso, su cabeza se ocultó entre mi cabello y piel, su rostro estaba justo contra la piel de mi cuello poniéndome un poco nerviosa.

Ella siempre fue fría, pero sus acciones tan jodidamente cálidas.

───Siempre estaré para ti.

Yeo-Jin, Sa-Ra, creo que les gustaría demasiado saber lo mucho que prospere oculta de ustedes.

Digo, Yeo-Jin, tu esposo es un viejo amigo mío, estudiamos administracion juntos y el ejercio otra carrera después de graduarse.

Y Sa-Ra... Tus padres están a mis pies con tal de que ponga en alto sus nombres como un honorable e increíble padre y una devota mujer de buen gusto en inmuebles.

Es divertido.

Juego Go con Do-Yeong, el me gana un par de veces y después arrastro sus victorias con las mías, bebemos café juntos y lo ayudaba en un par de cosas del trabajo, juntos, a solas. Sin que tú lo supieras.

¿Acaso Yeo-Jin se volvería loca al enterarse?

Se perfectamente de la atracción que Do-Yeong alguna vez sintió hacia mi, y yo ciertamente se como obtener la atención necesaria.

Tal vez, por no decir que es por eso, Dong-Eun detesta que me reúna con él, si bien su estabilidad emocional es seria y desequilibrada, su amor propio seguía siendo lo más inestable de su ser.

Seguido besaba sus cicatrices, la complacia en todo lo que yo podía, la hacía suspirar en las noches y lograba calmar sus pesadillas.

Mi mujer ha sufrido, tal vez más que yo.

Mi mujer, llena de cicatrices que demuestran su cruda y vil historia como una víctima de acoso.

Sus heridas eran peores que las mías, mi padre cuidaba su imagen, mi madrastra más, por lo tanto cuidaban la reputación de sus hijas.

O bueno, la de Sa-Ra por mera voluntad propia, y yo por que soy su primogénita ilegítima.

───Rona-Ri.

Mis ojos fueron hacia el hombre parado al lado mío, sonriendo al ver a mi querido amigo después de un par de meses fuera de Corea.

───Do-Yeong───Salude levantándome para abrazarlo, recostando mi cabeza en su pecho olfateando su perfume masculino.

Si bien él sintió atracción por mi, yo solo sentía mero cariño fraternal, pero él nunca supo mucho de mi vida más de lo que yo quise que supiera.

Oh, Do-Yeong, te adoro, pero adoro mas la sensación placentera de obtener mi venganza por todo mi sufrimiento.

───No sabes lo mucho que me alegra que estés aquí, Rona-Ri───Me sonrió una vez nos separamos, sentándose frente a mi y llamando a un mesero───¿Que tal estuvieron las presentaciones vocacionales?

Entrecerre mis ojos a él, acercándome a la mesa para susurrar:

───Todos pelean por tenerme───Le guiñe un ojo viéndolo reír, yo seguí la risa, saludando brevemente al mesero.

───Nos da dos cafés latte helados y dos postres de frutos rojos, por favor───Pidió Do-Yeong con amabilidad, sujeto mis manos viendo al mesero asentir y retirarse.

───Me conoces───Me queje con una risa, Do-Yeong respiro hondo.

───Eres mi mejor amiga, obviamente iba a conocerte, boba.

La sonrisa en mi rostro fue imposible de borrar.

───Debiste pedir uno de red velvet para ti, Do-Yeong, amas este pastel───Me queje esta vez viendo su sonrisa y negación.

───Prefiero que mi mejor amiga me lo prepare, extraño tus postres.

───¿Como cuando nos trasnochamos estudiando arduamente para los exámenes?

───Recuerdo que mi madre pensaba que moriríamos por tanta sobreexigencia, pero míranos ahora. Soy un empresario exitoso, y tu una cantante de ópera aclamada.

───Shh, me harás sonrojar───Le sonreí con alegría───Por un momento pensé en ejercer como empresaria, hacer negocios ambos, ir a fiestas juntos, pero mi pasión pudo ganar.

───Y menos mal, eres una excelente cantante. Pero no hablemos de trabajo, hablemos de nuestras vidas, ¿cómo te ha ido con tu enfermedad?

Ah, mi enfermedad.

Solté aire inconscientemente, pensando, él sabía de mi ansiedad, nunca supo porque, pero pude ejercer una buena mentira al respecto.

La presión de mis padres, que me exigían un pago mensualmente. Claro me encargue de ensuciar más sus nombres con el.

De modo que, de llegar el momento, el podría defenderme y hacer que Yeo-Jin viese nuestra cercanía.

Ella siempre deseó ser una madre ejemplar y amorosa, una esposa hogareña.

Pero, ella no amaba a Do-Yeong, lo único que amaba de él, era su dinero.

Sentí pena por él cuando escuché su deseo de salir con ella, creyendo que ella lo amaba.

Mi pobre Do-Yeong...

───Es difícil aun, tengo ataques de ansiedad y...───Le mostré mis manos con vendas, mis heridas no eran mentira.

Dong-Eun intentaba tranquilizarme, pero tenía la presión de esta ciudad, mi asquerosa familia y el que ahora todos ellos sabían de mi estadía aquí...

Retome mis impulsos, mis heridas que Dong-Eun besaba en busca de calmar mi ansioso ser.

Do-Yeong tomó mis manos, analizando las curas en ellas.

───Son de hace un tiempo, con un buen tratamiento y una buena alimentación sanan más rápido.

Sus dedos acariciaron mis curas, una mueca se presentó en su rostro, pero no era de decepción o molestia, eran de tristeza por mi estado.

───Cuando sientas el impulso de tu ansiedad no dudes en llamarme, Rona-Ri, soy tu mejor amigo, no un enemigo, por favor───Me pidió casi en un ruego, incline mi cabeza a un costado con una ligera sonrisa.

Nunca ha sido mi enemigo, era el único hombre en el que yo podía confiar.

Siempre lo mantuve vigilado, por lo que sabía perfectamente de su inocencia en todo este cruel asunto.

───Lo haré, gracias por apoyarme y no reaccionar con molestia como habitualmente hacen.

───Entiendo la presión sobre tus hombros, la ópera tampoco es sencilla... Yo siempre estaré para ti.

Él es tan bueno, carismático, nunca dudaba en ayudar a quienes le importaba.

Por eso mismo, siempre supe que en parte pagaba una suma buena a la iglesia de mi padre para quitar un poco de exigencia de su parte, compraba muebles en el negocio de mi madrastra e incluso compró unas pinturas a Sa-Ra, todo en perfecto anonimato.

No dude en levantarme de mi asiento para sentarme a su lado, abrazándolo con fuerza. El me abrazo con protección, cariño, otorgandome el afecto de un hermano hacia mi persona lastimada y ansiosa.