11| Mariposas

—¿Eso no es demasiado?—preguntó Bryce al vernos con casi dos bolsas llenas de golosinas—Creo que debería haber entrado yo a acompañaros—añadió llevándose la mano a la cabeza.

—No creo que sea para tanto, yo creo que esto está perfecto—dijo Charli.

—Si, yo también creo que lo que compramos está muy bien—añadí.

—Yo quería poner algunos paquetes de patatas más, pero Avani me dijo que no...—exclamó Dixie mirando mal a Avani.

—Claro que no, es que lo que hemos comprado es un montón, cuando dije que compremos cualquier cosa que veamos en el supermercado no me refería a exactamente todo lo que veamos—dijo Avani soltando un bufido.

—Alguien que por fin está de acuerdo conmigo—dijo Bryce feliz—. Luego si se ponen gordas no me digan nada—añadió mientras levantaba las manos al aire.

—Por un día no nos vamos a poner gordas, tonto—dije rodando los ojos divertida.

—Si tú lo dices...—dijo con una gran sonrisa.

Nos dirigimos hacia el coche y dejamos las bolsas, antes de entrar Avani habló.

—¿No es muy tarde?—preguntó— Deberíamos aprovechar de que estamos aquí e ir a comer a algún restaurante, ¿no creen?—añadió.

—Vale—dijo Dixie—, yo conozco un restaurante muy bueno.

Bryce cerró el coche y nos dirigimos al restaurante que había dicho Dixie.

(...)

—Que bueno es este restaurante—dije metiéndome el último trozo de lasaña en la boca.

—Si, es el mejor restaurante del centro comercial—dijo Dixie con una gran sonrisa—. Si no fuera por mí no hubiesen probado esta riquísima comida, ¿eh?—añadió graciosa.

—¡Muchas gracias!—exclamamos Charli y yo, y después nos reímos.

—Bueno, creo que ya hemos terminado...—dijo Bryce mientras nos miraba, por lo que asentimos con la cabeza—. Pues voy a pagar, nos vemos fuera—añadió Bryce levantándose del sitio. Pocos segundos más tarde nos levantamos nosotras también y nos dirigimos a la entrada del restaurante.

—Lucia, ¿tu eres de aquí?—me preguntó Dixie.

—Es un poco difícil de explicar—dije y todas me miraron con curiosidad—. Yo nací aquí, pero cuando tenía más o menos 11  años me mudé a España por el trabajo de mis padres. Fue un cambio bastante duro, principalmente por...—iba a seguir cuando una chica de pelo largo castaño y grandes labios se acercó a nosotras.

—¡Addi!—gritó Avani y le dio un abrazo. Pensaba que la iba a escachar.

—¡Avani!—le devolvió el abrazo—¡Charli!—exclamó para acercarse a ella y darle un abrazo—¡Y Dixie!—añadió dándole un abrazo a la nombrada anteriormente.

—Addi, ¿qué haces aquí?—preguntó Avani con una gran sonrisa.

—Vine a dar un paseo, ¿y ustedes?—preguntó.

—Vinimos a comprar unas cosas—dijo Avani.

—¿Y ella? ¿Quién es?—preguntó mirándome. Iba a contestar cuando aparece Bryce por la entrada del restaurante, saliendo con una grande y hermosa sonrisa. Se acercó a mí y posó su brazo por mi hombro. La cara de Addi cambió completamente.

—Ah, hola Addi, ¿qué tal?—le preguntó Bryce a Addi.

—Bien, ¿tú?—le preguntó un poco seria.

—Bastante bien—dijo con una sonrisa—. Bueno... Esta es Lucía, una antigua amiga—le dijo a Addi—. Lucía, esta es Addison Rae, es famosa también, no sé si la conocerás—añadió Bryce rascándose la nuca.

—La verdad es que no...—susurré, intentando que no me escuchase Addison, no quería que se sintiera mal o algo parecido.

—Y... ¿desde cuándo son amigos?—preguntó un poco... ¿molesta?

—Ehhh...—dijo Bryce, creo que notó esa molestia en su tono de voz—. Pues desde hace un tiempo, ¿por qué?—añadió curioso.

—No, por nada. Bueno, nos vemos, ¡hasta otro día!—saludó a todos con una sonrisa—. Adiós Lucía—dijo mirándome seria. Se alejó y el ambiente dejó de ser tan tenso.

—Creo que le caigo mal y no sé por qué—dije mirando hacia mis zapatos, los cuales me gustaban bastante.

—Tranquila, ya luego te explicamos—me dijo Charli con una sonrisa que me transmitió una felicidad enorme.

—Bueno, ¿nos vamos?—preguntó Bryce.

—No, antes tenemos que ir a comprar algunas prendas para Lucia—dijo Dixie bastante ilusionada. 

—La verdad es que no es algo muy necesario, podemos ir otro día...—dije con una pequeña sonrisa. La verdad es que no me importaba ir a comprar la ropa en otro momento.

—No, tranquila, vamos hoy—dijo Avani—. Si hay alguien en contra que levante la mano—añadió Avani, y a continuación nadie levantó la mano.

—¡Pues vamos allá!—exclamó Charli.

(...)

Estuvimos mirando los escaparates de muchas tiendas. Habíamos mirado ya como la séptima, y en todo este tiempo transcurrido Bryce no me había soltado de al lado suyo, todavía sigue con su brazo en mi hombro.

A veces intento zafarme de su agarre, como en este momento, pero nunca lo logro.

—¿Te molesta?—me preguntó subiendo una ceja mientras me miraba fijamente.

—No...—dije mirando hacia otro lado, intentando que él no me mirase a mí.

—¿Entonces?—preguntó sin más.

—Entonces, ¿qué?—le pregunté curiosa. Aunque ya sabía a qué se refería.

—¿Por qué quieres que te quite el brazo?—preguntó con una sonrisa burlona. 

—No quiero que me quites el brazo—dije sin mirarle a los ojos. Sé que le había mentido, pero si le decía que si quería que me quitase el brazo me preguntaría por qué, y ni yo sé por qué.

—Vale—dijo y me apretó más hacia él, específicamente contra su pecho.

Unas pequeñas cosas empezaron a despertar en el interior de mi estomago, era una sensación extraña, nunca la había sentido. No me desagradaba, pero tampoco que encantaba. Era una especie de nerviosismo mezclado con emoción o algo parecido, como si se tratase de unas pequeñas mariposas revoloteando en mi estomago. De repente, mi corazón empezó a ir a mil por hora, y me empezó a faltar el aire. No sabía que hacer, y lo único que se me ocurrió en ese momento era salir corriendo.

Y así fue. Salí corriendo al baño más cercano.

Corrí como si mi vida fuese en ello, me dio igual quien me estuviese viendo en ese momento.

Llegué al baño y me miré al espejo, tenía la cara bastante roja.

Me eché un poco de agua en la cara para refrescármela, y después me la sequé con un trozo de papel. Me volví a mirar en el espejo.

¿Qué acaba de pasar?—me pregunté a mi misma.

—¿Lucía?—preguntó una voz entrando al baño— ¡Lucía!—gritó Avani y me dio un abrazo.

—Hola—dije con una sonrisa tímida.

—¿Estás bien?—dijo agarrándome de la cara. Asentí— ¿Entonces se puede saber por qué saliste corriendo?—me preguntó.

—Yo...—dije—. No lo sé— añadí encogiéndome de hombros.

—¿Y lo hiciste así por así? ¿Sin más?—me preguntó extrañada.

—Exacto—dije.

—No te creo—me dijo seria—. Cuando lleguemos a la Hype me cuentas—me señaló con el dedo como si me estuviese amenazando con ello.

—Si...—le dije.

—Bueno, pues salgamos, que nos esperan—dijo agarrándome del brazo para sacarme del baño.

Cuando llegamos en donde estaban Charli, Dixie y... Bryce, Avani les hizo una seña para que siguiésemos caminando. 

—¿Está bien?—oí preguntarle Charli a Avani.

—Si, yo me había preocupado—añadió Dixie un poco triste.

—Si, está bien, ya nos contará en la Hype—le contestó Avani.

Seguí caminando, cuando noté a alguien a mi lado. Rezaba a todos los dioses, hasta a los egipcios, de que no se tratase de quien creía, pero se ve que no me hicieron ni pizca de caso.

—¿Te has propuesto correr alguna maratón?—me preguntó Bryce, pero ni le miré ni le contesté—¿Así que ahora me ignoras? ¿Se puede saber por qué?—añadió con una pequeña pizca de molestia.

Le miré y desvié al momento la mirada.

—¿Qué te he hecho?—me preguntó nuevamente.

—Nada, déjame—le dije, no quería volver a sentir esa extraña sensación.

—Mmmm...—sentí a Bryce acercarse—. Dime una razón coherente que me haga plantearme dejar de hablarte, pequeña—me susurró demasiado cerca del oído, con una voz bastante ronca.

Volví a sentir unos pequeños nervios, pero está vez un escalofrío recorrió mi cuerpo. ¿Qué me pasaba hoy?

—Déjame—fue lo único que le dije antes de alejarme de su lado e irme con las chicas.

¡Hola hermos@s!
Un nuevo capítulo...
¿Qué les ha parecido?

A mi la verdad es que me gustó mucho,
y espero que a ustedes también.

Quiero aclarar que a mí Addison me cae súper bien,
más bien la amo muchísimo, pero en la historia
no va a tener un papel muy bueno por así decirlo.
Espero que lo entiendan y
no se ofendan ni nada por el estilo.

Si os gustó el capítulo no duden en dejar vuestra
estrellita y comentar.

Tengan un hermoso y precioso día.
¡Hasta le próximo capítulo!

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