04| ¿Bryce?

Me desperté gracias a la luz que entraba por esos enormes ventanales, se me había olvidado cerrar la cortina.

Me levanté y miré el teléfono. "¿¡Las siete de la mañana!?" pensé.

Cómo no tenía otra cosa mejor que hacer bajé a preparar el desayuno para todos. Este desayuno no quería que fuese como los demás, la verdad es que me había cansado ya de las tostadas y esas cosas, así que busqué una receta por Google y la hice (si no sé algo, mi primera y mejor opción es Google).

Tras preparar el desayuno, que creo que salió mejor de lo que esperaba, me comí el desayuno sin esperar a mis padres, ya que me había entrado mucha hambre mientras lo preparaba.


(Y si, últimamente me ha dado por lo saludable)

Nada más terminar de comer me tiré al sofá, encendí Netflix y me relajé.

(...)

—¿Lucía? ¿Estás preparada para salir?—pregunto mi madre.

—Si, ya estoy preparada—grité.

—¿Y se puede saber dónde estás?—preguntó mi madre desde no sé donde.

—Es que te oímos pero no sabemos dónde estás—dijo mi padre.

—Estoy en el salón, ya voy saliendo—dije.

No esperé ninguna respuesta y salí. Fui dirección al coche y me subí, minutos después aparecieron mis padres saliendo de la casa y cerrando con llave.

(...)

—Mamá, este no me gusta—dije ajustándome el traje—. Me queda un poco estrecho.

—Pero es precioso—contestó mi madre.

—Y me queda estrecho...—añadí yo.

—Pues bueno, entonces busquemos otro—dijo mi madre saliendo del probador.

Tras una media hora buscando entre tiendas y tiendas encontré un traje precioso (y no me quedaba estrecho), creo que era el traje que más me ha gustado en toda mi vida. Era color rosa, con una falda caída y un cinturón precioso.

Entré a probármelo y me quedaba genial, busqué a mi madre con el vestido puesto por toda la tienda hasta que la encontré buscando más vestidos.

—Dios, estás hermosa—dijo dándome un abrazo—. Este es el vestido perfecto.

—Lo sé mamá, pero parece que lo dices cómo si estuviéramos buscando un vestido para casarme—dije y después las dos reímos.

Me quité el vestido y mi madre lo pagó, buscamos a mi padre y nos fuimos de nuevo a casa.

(...)

Ya me había puesto el vestido, los tacones, el maquillaje y me había arreglado el pelo.

(Sin el bolso)

Bajé y mis padres me esperaban en la puerta, mi padre vestido de traje y mi madre con un vestido formal.

—Yos, si que van arreglados—dije mirándolos a ambos.

—¿Acaso te has mirado a ti?—dijo mi padre haciendo escapar una pequeña risa

—Como dijo mamá, este es el traje perfecto. ¿Nos vamos?—pregunté ignorando el comentario de mi padre, aunque me había aguantado un poco la risa.

—Claro—dijo mi madre y entramos al coche.

(...)

Estábamos en el coche, yendo al restaurante en el cual quedaríamos con aquella mujer y creo que con su hijo. De repente me vino a la cabeza el que tenía que llamar a Mia, para explicarle las cosas, por lo que lo hice.

{Llamada rechazada}

¿Me rechazó la llamada? Pues si, cosa que no me esperaba. Intenté convencerme de que era por el simple hecho de que estaba ocupada, pero no podía, ya que cuando estaba ocupada me cogía la llamada y simplemente me lo decía.
Eso quería decir que me estaba ignorando, pero no quería pensar mucho, ya que me acordaría de algo que me pasó hace unos años.

{FLASHBACK}

—¿Sophie?—pregunté.

—¿Qué quieres Lucía?—dijo Sophie fríamente.

—¿Por qué me ignoras?—dije—Es que no lo entiendo.

—¿No lo entiendes?—empezó a reírse.

—Si, no lo entiendo—siguió riéndose falsamente—. ¿Me puedes decir por qué te ríes tanto?

—Porque pensaba que eras más lista de lo que que creía, pero no es así—dijo victoriosa.

—¿Y se puede saber por qué dices eso?—pregunté.

—A ver... ¿que por qué te ignoro? Fácil. Básicamente te he utilizado—dijo. ¿Cómo que me había utilizado? ¿Y desde cuándo se le dice a la persona que has utilizado el que la has usado a la cara?

—¿Me has utilizado?—pregunté extrañada.

—Sí, ¿tu no te dabas cuenta de que quedábamos siempre, repito, siempre sin ti?—preguntó.

—Si...—dije, la verdad es que tenían razón, siempre quedaban sin mi, pero eso no me molestaba.

—Pues eso era porque no pertenecías a nuestro grupo, aunque tu creías que si. A ver... tu eres muy guapa, y llamabas la atención de los chicos, por eso te quería a mi lado, al final conseguí lo que quería—dijo, una lágrima empezó a resbalar por mi cara.

—James...—dije.

—Si, James, desde un principio me interesó, y como era tu amigo pues me hice amiga tuya para conseguirlo, y que sepas que conseguí muchas cosas más de las que esperaba—añadió.

—Y... y... ¿Por qué me... me vienes a decir esto... esto ahora?—pregunté sollozando.

—Porque no me dejabas de llamar, eras una pesada. Además, si te fuiste a España fue algo bueno, te fuiste y no tuve que hacer nada para que fuera así, pero me molestaba que siguieras llamando aún así—dijo.

—Es que eres mi mejor amiga, por eso te llamo —dije limpiándome las lagrimas que caían por mi cara.

—Corrección: era. Para ti, para mí nunca lo fuiste—dijo.

La ira que sentía dentro de mí era tan grande que no quería seguir escuchando, le colgué y me tiré en la cama. Mis lágrimas salían y salían y no paraban.

Cuando faltaban dos días para empezar el instituto unas chicas tocaron mi puerta vendiendo galletas. Compré algunas y me quedé hablando con una de ellas, su nombre era Mia. Después coincidimos en el instituto y nos hicimos mejores amigas.

{FIN DEL FLASHBACK}

Habíamos llegado al restaurante y no me había dado cuenta. Me había salido más de una lágrima recordando aquello, pero ya lo tenía totalmente superado. Solo estuve mal unas pocas semanas y al recordarlo me pongo solo un poco sentimental.

Tras bajar del coche nos dirigimos al restaurante. Cuando entramos estaba la misma señora del otro día, y cerca de ella se encontraba un chico alto que me sonaba mucho, pero no sabía de qué.

Nos acercamos a la mesa...

—Hola Lisa. ¿Cómo estás?—dijo mi madre.

—Bastante bien, ¿y ustedes?—preguntó la señora.

—Muy bien—dijo mi madre.

—Si, muy bien—añadió mi padre.

—¿Y qué tal la mudanza?—preguntó la señora.

—Genial, casi todos los muebles ya estaban en la casa, pero algunos los tuvimos que comprar—dijo mi madre.

—Seguramente la casa esté preciosa Celia—dijo Lisa—. Ay, perdón Lucía, este es Bryce—añadió—, aunque ya se conocen.

—¡¿Bryce?!

— ¡¿Lucía?!

¡Hola hermos@s!
Espero que hayan disfrutado de este capítulo,
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Además, quería darle las gracias por todo el apoyo que está teniendo la historia, esto me ayuda mucho para seguir escribiendo con mucha ilusión.

También les agradecería mucho si recomendasen la historia a sus amigos o a quienes ustedes quieran, ya que así podría llegar a más personas
y estas poder disfrutar la historia como lo hacen ustedes.

¡Muchas gracias y hasta el próximo capítulo!

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