Maratón 1/2

Caminabas rumbo a la habitación de la Oiran en la casa donde estaba infiltrado Tanjiro, te hiciste pasar por supervisora para ver en que condiciones se encontraban las prostitutas del lugar.

Tocaste levemente la puerta corrediza esperando una aceptación para poder entrar, escuchaste una vos amable dándote el permiso de entrar.

—Con permiso Oiran...—Te adentraste la habitación intentando no ponerte nerviosa al ver como ella te sonreía

—¿Eres nueva?—pregunto con curiosidad ya que no te había visto antes

—Si...—te sentaste al frente de ella mientras la examinabas y fingías a notar en una libreta

El tiempo pasaba sin darte cuenta, te habías entretenido hablando con ella, su vos y sonrisa eran tranquilizadora, hace tiempo que no sentías esa tranquilidad en tu pecho. Hablaban como si fueran "amigas", era como si ya se conocieran de antes.

La Oiran empezó a contarte sobre su sueño, el cual era ser libre, no estar en ese lugar, ya había pagado su deuda, pero no podía ir sin que alguien la compre. Por la forma en que lo decía, parecía una ilusión más que un sueño, en el fondo quería eso, pero se había encariñado las niñas que la acompañaban, y se notaba la preocupación de que algo les pase.

Mientras más la escuchabas, tu corazón se estrujaba, ¿Por qué te sentías triste?.

—¿Y si yo te compro junto con las niñas?—rápidamente te mordiste la lengua por lo que habías dicho y también te regañabas mentalmente por lo que dijiste, pero el impulso te domino

—¿Eh?, ¿R-Realmente harías eso?, y-yo no se que decir...—notaste como sus ojos empezaron a brillar con ilusión, lo cual hizo que cualquier pensamiento se bloqueara—Pero...¿No seria mucho dinero...?

—Tengo suficiente para hacer lo que me plazca...por así decirlo—reíste levemente nerviosa con un ligero sonrojo por el abrazo que te acaba de proporcionar la Oiran

—Gracias...enserio muchas gracias...—

Ahora te dirigías hacia la casa donde se encontraba infiltrado Zenitsu, y por ahí buscarlo ya que desde el día anterior no se había comunicado.

Mientras caminabas en dirección a la habitación de la Oiran, escuchabas los rumores de las empleadas, diciendo que ella era muy impulsiva, gritona y malvada, como un demonio. Lo cual hizo que te entrara la curiosidad.

Cuando llegaste, tocaste la puerta para ver si estaba la Oiran adentro, y si, estaba.

Con tan solo poner un pie en esa habitación, al instante sentiste el aroma de un demonio, o mejor dicho, de una demonio.

El sentimiento de inquietud lo desvaneciste al instante para que no sospechara, agradecías poder controlar tus emociones.

—¿Eres la supervisora?—hablo con una vos amistosa y tierna, sabia ocultar las apariencias

—Así es Oiran....-—Antes de que puedas seguir hablando, la Oiran tropezó con un pequeño bache, pero antes de que cayera la agarraste rápidamente de la cintura, al instante Warabihime se agarro de tus hombros para no caer, esta al notar la posición sintió un calor extraño en sus mejillas, lo cual hizo que se sintiera confundida

Por tu lado, aprovechaste la situación para verificar que grado de luna era, por el olor, era un demonio fuerte, pero tampoco tanto, debe estar por la 6to.

La alejaste de ti sin ser brusca, no debías levantar sospechas, ya que si ella atacaba, posiblemente muchas persona terminen heridas, y esa no era la misión. 

—Gracias...—susurro algo casi inaudible pero lo escuchaste

Solo asentiste con la cabeza, debías terminar esto ya para avisarle a Uzui sobre la demonio.