Tus instintos al instante se alertaron al ver como Manjiro tenia la intención de inyectarte la sustancia que había en esa jeringa.

Empujaste a Mikey para luego hacerle una llave tirándolo al suelo y agarrándole las manos arriba de la cabeza para evitar que se moviera o se atreviera a agarrar otra ves la jeringa.

—Ahh~—

Escuchaste como Manjiro gimió de la nada, al instante notaste que estabas sentada encima del torso de este, y al moverte... 

Al instante soltaste al peli-blanco y te levantaste rápidamente para luego sentarte en una en el sillón intentando procesar lo que había pasado, eso era nuevo para ti.

No sabias que hacer ni que decir, estabas avergonzada pero a la ves enojada por lo que había intentado hacer.

Visto como Mikey se levanto con dificultad acercándose a ti, pero lo que te pareció raro, es que no te moviste de ahí.

Los brazos del peli-blanco otra ves te atraparon mientras se sentaba en tus piernas, tu instinto decía que tenias que irte de ahí y dejarlo, pero tu curiosidad quería saber lo que te iba a decir.

—No intentes alejarte de mi...yo te necesito...era la única persona que me ha echo sentir de esta forma....¿Te amo?, no se si esa palabra sea suficiente para lo que siento, aun que tampoco se si es amor...pero no permitiré que te vayas de mi lado...Nunca—

Quedaste estática al sentir como Manjiro empezó a besar tu cuello, estabas en Shock por lo que había dicho y mas por lo que estaba haciendo.

Volviste a la razón cuando el peli-blanco te mordió el cuello intentando marcar algo y que dejara marca para mostrar algo que le partencia. Tiraste a Mikey al sillón que estaba ahí para luego salir rápidamente de ahí.

Cuando saliste del departamento escuchaste como Senju dijo tu nombre junto con Shinichiro, pero no le hiciste caso, te dirigiste hacia el ascensor con intenciones de irte.

Antes de que la puerta del ascensor se cerrara, viste como Manjiro salía del departamento gritando tu nombre desesperado, como un niño al ver como su mamá se iba sin el.

Ahora solo tenias en mente no volver ahí, ni siquiera volver a la ciudad después de eso.