𝟏𝟖 ϟ 𝐏𝐄𝐑𝐃𝐄𝐑𝐓𝐄 𝐏𝐀𝐑𝐀 𝐒𝐈𝐄𝐌𝐏𝐑𝐄 ᴜɴɪᴠᴇʀsᴏ ᴀʟᴛᴇʀɴᴀᴛɪᴠᴏ
Pedido de: biu_2865 ¡Ojalá te guste! Tqmm 💛
El sonido de un secador de pelo llenaba el pequeño camerino, acompañado por el suave tintineo de anillos contra la superficie de un tocador improvisado.
Alex observaba su reflejo con detenimiento mientras terminaba de alisar su cabello, asegurándose de que ningún mechón rebelde interrumpiera el resultado que buscaba.
Hoy era importante; Scott, su novio, la había invitado a una cena especial, y aunque los nervios la acompañaban, también estaba emocionada.
Del otro lado de la habitación, Ale cerró de golpe su maleta, haciendo un ruido que resonó como una bofetada en la habitación.
──── ¿De verdad tienes tiempo para una cita ahora? ──── Preguntó con tono mordaz, sin siquiera mirarla
Alex parpadeó, sus manos deteniéndose en el rímel.
──── ¿Qué quieres decir con eso? ──── replicó, tratando de mantener la calma
──── Quiero decir que todos estamos agotados, Alex. Dany, Ale y yo hemos estado resolviendo cosas de la gira sin ayuda, y tú te largas a cenar con tu novio como si no hubiera problemas. ──── intervino Paulina, cruzándose de brazos.
Dany, quien estaba sentada en un rincón con el celular en las manos, alzó la vista y agregó más palabras.
──── No es personal, Alex, pero parece que no tomas en serio todo esto. Nosotras estamos cargando con el peso del grupo mientras tú andas en tu nube.
La presión en el pecho de Alex se intensificó. Era cierto que la gira había sido agotadora para todas, pero ella también estaba dando lo mejor de sí misma. Trató de ignorar el ardor en sus ojos mientras guardaba sus productos de maquillaje en silencio.
──── Sólo es una cena. ──── murmuró Alex, aunque su voz salió más débil de lo que quería aparentar
──── Claro. ──── respondió Ale, sarcástica ──── Mientras nosotras seguimos desvelándonos por las reuniones y los ensayos, tú disfrutas de tu cena. Espero que al menos lo valores.
Paulina y Dany no dijeron nada más, pero su expresión hablaba por sí sola: desaprobación mezclada con cansancio.
Alex respiró hondo, tratando de recuperar la compostura. Sabía que sus hermanas estaban estresadas, pero las palabras dolían.
Sin embargo, no iba a dejar que eso le arruinara la noche. Recogió su bolso y se dirigió hacia la puerta.
──── Nos vemos mañana. ──── dijo, mirando a ambas sin esperar respuesta. Cerró la puerta tras de sí, sintiendo cómo la energía pesada del camerino quedaba atrás, pero el nudo en su garganta la seguía.
Mientras bajaba las escaleras del edificio, Alex trató de sacudirse el mal sabor de boca que le habían dejado las palabras de sus hermanas.
La tensión entre ellas se había vuelto más común en las últimas semanas; la presión de las giras, los ensayos interminables y las reuniones parecían estar afectándolas a todas, pero, últimamente, sentía que ella siempre era la que salía perdiendo en sus discusiones.
Al salir por la puerta principal, Scott ya la esperaba. Su cabello castaño estaba ligeramente despeinado, como siempre, y su sonrisa despreocupada iluminaba la noche.
Alex no pudo evitar sonreír al verlo, sintiendo cómo el peso en su pecho comenzaba a disiparse un poco.
──── Hola, hermosa. ──── dijo él besando sus labios con dulzura para luego abrir la puerta del coche para ella
──── Hey. ──── respondió Alex sintiendo un poco de calidez por la muestra de amor de Scott entrando en el vehículo mientras intentaba ocultar su agotamiento detrás de una sonrisa.
Scott arrancó el auto, y durante los primeros minutos todo fue tranquilo. Él hablaba sobre su día en la universidad y los planes para las vacaciones, pero Alex apenas lograba concentrarse. Las palabras de Alejandra seguían repitiéndose en su mente como un eco.
──── ¿Todo bien? ──── preguntó Scott, notando su silencio.
Alex dudó un momento antes de asentir.
──── Sí, todo bien. ──── Le sonrió débilmente ──── Sólo un poco cansada, eso es todo.
Scott le lanzó una mirada rápida, pero no presionó más. Era una de las cosas que a Alex le encantaba de él: sabía cuándo darle espacio.
El restaurante al que llegaron era pequeño y acogedor, con luces cálidas que creaban un ambiente íntimo.
Scott había reservado una mesa en un rincón apartado, lo cual Alex agradeció. Necesitaba un respiro, un momento lejos de las constantes demandas de su vida con sus hermanas.
──── ¿Segura que estás bien, linda? ──── insistió Scott mientras miraba el menú. ──── Puedo notar que algo te preocupa.
Alex dejó el menú a un lado y lo miró. Sus ojos marrones estaban llenos de sinceridad, y por un momento pensó en contarle todo: el estrés, las discusiones con Dany y Pau junto a las palabras frías de Ale y la sensación de no ser suficiente. Pero, en lugar de eso, optó por una respuesta más simple.
──── Sólo ha sido una semana complicada. ──── admitió con una sonrisa cansada. ──── Pero estoy aquí contigo, y eso es lo que importa ahora.
Scott sonrió y tomó su mano sobre la mesa besando sus nudillos como siempre lo hacía.
──── Bueno, entonces hagamos que esta noche valga la pena, ¿Esta bien? ──── Alex asintió con una sonrisa sincera acercando su rostro un poco más al de su novio para darle un corto beso pero cargado de significado
Por un momento, Alex logró relajarse. La conversación fluyó más ligera, y las risas reemplazaron los pensamientos oscuros que la habían acompañado al salir del camerino.
Sin embargo, una parte de ella sabía que no podía ignorar para siempre los problemas con sus hermanas.
La noche pasó rápida y agradable. Scott la llevó de regreso al edificio donde se alojaban, estacionando justo frente a la entrada.
──── Gracias por esta noche, Scott. ──── dijo Alex mientras lo abrazaba antes de salir del auto ──── Necesitaba alejarme un poco.
──── Siempre. ──── respondió él, acariciándole el cabello. ──── Cuídate, ¿Sí? Y cualquier cosa que necesites, estoy aquí.
Alex salió del auto de Scott, despidiéndose con una sonrisa, pero en su interior sentía una mezcla de emociones que no podía ignorar.
Cruzó la calle apresurada, perdida en sus pensamientos, mientras Scott esperó hasta verla entrar al edificio antes de marcharse.
Sin embargo, la calma duró poco.
El chirrido de unos frenos y un golpe seco rasgaron la noche. Un auto que venía a toda velocidad no logró frenar a tiempo, y Alex ni siquiera tuvo oportunidad de reaccionar.
Su cuerpo cayó con fuerza contra el asfalto, mientras el conductor frenaba de golpe totalmente horrorizado.
Horas después...
El sonido del teléfono interrumpió el silencio del camerino donde Alejandra, Daniela y Paulina intentaban descansar tras otro largo día de ensayos. Ale fue quien contestó, su voz apagada por el cansancio.
──── ¿Hola?
──── ¿Es usted familiar de Alexandra Samantha Villarreal Vélez? ──── Preguntó una voz formal del otro lado de la línea
Alejandra se enderezó de inmediato sintiendo como una oleada de angustia la llenaba.
──── Sí, soy una de sus hermanas mayores, ¿Qué ocurre?
──── Lamento que no tengo tengo buenas noticias, Alexandra ha sufrido un accidente automovilístico. Está en el hospital central. Necesitamos que venga lo más pronto posible.
La llamada fue breve, pero el impacto fue devastador. Alejandra sintió que el aire abandonaba sus pulmones y las ganas de vomitar se hicieron presentes.
Daniela y Paulina, al ver su expresión, se acercaron de inmediato.
──── ¿Qué pasa? ──── preguntó Paulina con evidente preocupación
──── Es Alex… ──── Ale apenas pudo articular las palabras. ──── Está en el hospital… tuvo un accidente de auto.
Sin perder tiempo, las tres salieron del camerino. Al llegar al lobby del edificio, fueron recibidas por el caos. De alguna manera, la noticia ya se había filtrado, y los paparazzis esperaban afuera como buitres.
¡Alejandra! ¿Qué sabes del accidente?
¿Es cierto que Alex está grave?
¿Creen que esto afectará la gira?
Las preguntas llovían como proyectiles, pero ninguna de las hermanas se detuvo.
Paulina empujó a un fotógrafo que se acercó demasiado haciendo que chocará contra la pared húmeda. Mientras
Daniela trataba de cubrir a Ale para abrirse paso.
──── Déjennos en paz! ──── Gritó Daniela antes de subir al auto que las esperaba.
Durante el camino al hospital, el silencio era insoportable. Alejandra miraba por la ventana, intentando contener las lágrimas, mientras Paulina apretaba los puños y Daniela trataba de mantener la calma.
──── Esto no puede estar pasando… murmuró Ale, finalmente rompiendo el silencio.
─── Estará bien. ──── dijo Paulina, aunque su voz temblaba. ──── Es Alex, siempre se las arregla para salir adelante.
Pero ni siquiera ella estaba convencida de sus propias palabras.
Al llegar al hospital, las tres se dirigieron directamente a la recepción. Alejandra fue la primera en hablar.
──── Estamos aquí por Alexandra Villarreal. Nos llamaron hace rato.
La recepcionista asintió con una expresión sombría y les indicó el camino hacia la sala de emergencias. Al entrar, el médico de turno se acercó de inmediato.
──── Alexandra llegó con múltiples fracturas y un traumatismo craneoencefálico. ──── Informó con una mueca ──── Está en coma inducido para estabilizarla, pero su estado es crítico.
Alejandra sintió que el suelo desaparecía bajo sus pies. Paulina la sostuvo antes de que se derrumbara de rodillas mientras Daniela intentaba obtener más información.
────¿Cuánto tiempo estará así? ¿Mi hermana va a despertar? ──── preguntó Daniela, tratando de mantener la calma.
──── No podemos decirlo con certeza. ──── respondió el médico. ──── Hemos hecho todo lo posible. Ahora depende de su cuerpo.
Alejandra no pudo contenerse más. Se llevó las manos al rostro, ahogando un sollozo.
──── Esto es mi culpa… le dije esas cosas horribles. Si no hubiera salido… si yo no…
Daniela la abrazó con fuerza.
──── No es tu culpa, Aletita. No podías saberlo.
Pero Ale no podía dejar de repetirlo en su mente. Las palabras que le había dicho a Alex antes de que se fuera eran como dagas clavándose en su corazón.
─── Quiero verla. ─── dijo finalmente.
El médico asintió, guiándolas hacia la habitación donde Alex estaba conectada a varios monitores y máquinas que mantenían su cuerpo funcionando. Alejandra se acercó lentamente, sus piernas temblaban con cada paso.
──── Alex… ──── susurró, tomando la mano fría y delgada de su hermana menor ──── Por favor, despierta. Perdóname… No me hagas esto, no me dejes...
El silencio de la habitación fue su única respuesta.
Paulina nunca había sentido una impotencia tan grande. Mientras veía a Alejandra hundida en culpa y a Alex inconsciente en la cama del hospital.
Una rabia creciente comenzaba a consumirla. Se obligaba a mantenerse fuerte, pero sus pensamientos estaban llenos de "¿por qué?".
Se apartó un momento del cuarto para no derrumbarse frente a Ale. Al encontrarse sola en el pasillo, golpeó la pared con fuerza, reprimiendo las lágrimas que amenazaban con salir.
"Alex es fuerte", se dijo una y otra vez. "Ella va a salir de esta. Tiene que hacerlo."
Daniela trataba de procesar todo con un nudo en la garganta. Siempre había sido la hermana racional, la que buscaba soluciones prácticas, pero en ese momento no había un plan que pudiera seguir.
Lo único que podía hacer era estar allí, apoyando a Alejandra y cuidando que Paulina no perdiera el control.
En silencio, observaba a su hermana menor desde la esquina de la habitación. Alex parecía tan frágil, tan distinta a la chica vivaz que siempre se adelantaba al resto para enfrentar la vida con una sonrisa.
Daniela se prometió no quebrarse. "Si Ale y Pau caen, yo tengo que ser su soporte."
Scott estaba sentado en la sala de espera, con las manos enterradas en su rostro. Lloraba sin consuelo, rodeado por los murmullos de los otros visitantes.
No podía dejar de repetir en su mente lo que había pasado esa noche, cada detalle, cada segundo en el que pensó que Alex estaba segura.
──── Debí insistir en llevarla hasta la puerta. Debí asegurarme de que estuviera a salvo. ──── murmuraba entre sollozos. La culpa lo aplastaba con cada respiración.
Cuando el médico salió a darle información, Scott apenas logró asimilarla. Lo único que entendió fue "estado crítico". Y eso bastó para romperlo aún más.
NOTA:
holaa! Aquí está el universo alternativo donde Alex queda en coma y nunca jamás despierta 🤗
Nada, me queda un pedido más, y se me acaban. Así que hablen:)
¿Ya felicitaron a Ale por su cumple? No sean maleducados y denle lo mejor de los deseos en sus 20 😭 Ya está tan grande alv
Atte: Gabi
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