┆O.63
─ADVERTIDO─
• • •
Suspiré.
Estaba comenzando a cansarme pelear con las cosas blancas asquerosas que salían del agua a cada minuto. Parecían no tener fin. Y eso molestaba.
No eran fuertes, con un golpe podía acabar con ellos, lo que si cansaba era el numero exagerado que había.
Podía ver a simple vista que tenía minuno unos siete zetsus blancas rodearme en un intento por matarme. Cansada giré sobre mi propio eje creando un tornado de vienta que termino con la vida de todos ellos.
──Qué estupidez ─deje salir una vez que pude descansar de ellos.
Y por si no fuera poco. A nosotros nos tocaba lidiar no solo con los zetsus blancos, sino que tambien teniamos a revividos. Observaba a la lejanía como nuestro capitan se enfrentaba a los hermanos Oro y Plata. Al padre de Hinata reteniendo a su hermano. Al enamorado de Lady Tsunade retenido en una barrera para evitar dañar a las personas.
Yo corrí con suerte de haber parado a mis dos compañeros de equipo, pero gracias a eso capte la atención de cierto ex-inmortal que queria mi corazón. Así es, enfrentarte con Kakuzo revivido en la guerra fue un dolor intenso.
Nuestra batalla duro unas cuantas horas, tuve que destrozar tres corazones que tenía para pelear a puño hasta que un momento de descuido, logre detenerlo para ser sellado.
Ese combate me dejo un poco exhausta, pero en la guerra no puedes descansar ni un segundo, pues ya tenia a zetsu blancos intentando tomarme. Por suerte un golpe mío los acababa.
Intentaba tomar aire para detener a mi hermano Asuma, pero me sorprendí ligeramente cuando el equipo Ino-Shika-Cho llego enfrentando a su maestro. Juro que queria ir, pero mis enemigos al ver mis intenciones se empeñaban en dejarme ocupada.
Supongo que haber derrotado a 3 revividos era la atención de ellos.
Maldije en voz baja al ver como el equipo detuvo a su maestro sin poder despedirme de mi hermano. Aquello me desconcerto y baje mi guardia dejando al enemigo atacarme.
Sentía como mis pulmones me exigian aire, mismo que no podía otorgarle debido a que no podía respirar. Aquellos zetsus se habían coordinado para acabar conmigo y parecía que lo estaban logrando.
O eso pense, hasta ver como se quedarón inmoviles y a los segundos su propia sombra los estrangulo. Levante levemente mi cabeza mientras intentaba respirar con normalidad observando la figura del Nara en cuclillas con sus sellos de manos.
──No se supone que eres tu la que siempre me salva a mi ─escuche su voz con un toque de risa──. Parece que por fin te pude salvar.
Me extendio su mano para ayudarme a levantarme.
──No te emociones por salvarme una vez, Nara ─acepte su mano sintiendo como me levantanta pegando su cuerpo al mío──. Pero debo admitir que me encanto.
Shikamaru sonrió abrazando su cintura.
──Entonces, te salvare más seguido.
──Me gusta como suena eso ─susurró cerca de sus labios, estar a mitad de una guerra no fue impedimento para acortar toda distancia en un suave beso.
Pero sólo duro unos instantes, pues el enemigo no te dejaba descansar en ningún momento. Lance una ventisca de viento matando al zetsu que venía por la espalda del pelinegro, Shikamaru uso su sombra para acabar con el que venía a mi espalda.
Un buen equipo, ¿no?
Me gustaba tenerlo a mi lado, así podiamos pelear juntos en la guerra acabando con todos los enemigos. Así es, despues de horas sin descanso acabamos con todos los zetsus blancos antes de que oscureciera.
──Es increible ─hable con sarcasmo confiscando el arma ninja que Tenten obtuvo de uno de los hermanos Oro y Plata──. No vas a volver a usar esta arma, Tenten.
──Pero es muy útil... ─balbuceo muerta en el suelo casi sin chakra.
──Ya se que es útil, pero no lo sabes controlar y casi mueres ─lo coloque en mi espalda, al ser un arma de viento me servia a mi──. Ahora deja que te revise un ninja medico.
──Pero Yumei...
──Pero nada, Tenten ─la aleje de mí al ver que un joven se acerco a ella para atenderla──. La dejo en sus manos.
Me despedí para acercarme a Shikamaru abrazandolo por la espalda. Su cuerpo se tenso pero al ver que era yo se relajo. Ambos estabamos agotados así que unos segundos en silencio no viene mal.
──¿Cómo te encuentras? ─preguntó tomando mi mano para dejar un beso en ella.
──Cansada ─levante un poco mi vista para verlo por encima de su hombro──. Y tú, ¿cómo te sientes?
──Ahora que estas conmigo, mejor ─se giro quedando frente a mí abrazando mi cuerpo al suyo──. Siento que cualquier momento acabare en el suelo.
──Bueno, considerando que era un flojo es normal que estes peor que yo ─reí un poco ante su mala mirada──. Pero así te quiero, mi estúpido favorito.
──No conocía mucho tu lado cariñoso, cielo. ─rodó sus ojos por los palabras──. Eso me gano por gustarme la problematica.
──Ajá~ No creas que el tenerme sería algo distinto al no ser nada.
──Ya lo noté ─junto su frente con la mía──. Pero me da igual. Te quiero así como eres.
Sonreí cerrando mis ojos disfrutando de su cariño hacía mi. Sentía como poco a poco sus labios rozaban los míos para fundirse en un beso, y hubiera sido así sino fuera porque el suelo se sacudio y el estrondoso sonido de una invocación nos hizo separarnos quedando atonitos con lo que veiamos.
Uchiha Madara había invocado una cosa parecida a una estatua con forma humanoide horrorosa. Estaba más grande que el padre de Chouji.
──Tengo un mal presentimiento. ─murmuró Shika.
──Esa cosa es más grande que Chouji. ─hablo Ino llegando a nuestra par.
Chouji fue junto a su padre para enfrentarla al ser de su estatura.
──Qué es lo que busca. ─hablé para mi mismo. Eso de llegar derepente no parecía ser inteligentr de su parte sin tener algo en mente.
Pero no sabía lo que buscaba.
Un rugido basto para lanzar a todo desde lo más alto y junto a ellos a los dos hombre del clan Akimichi.
Tanto Shikamaru como yo tardamos un poco en decifrar lo que era esa estatua. Gracias al Kazekage conformamos que es la figura humana en la cual absorbia a los Bijuus. Y si estaba aquí era por una cosa solamente.
El poder de los hermanos Oro y Plata por contener chakra del Kyubi.
Shikamaru logro paralizarlo con su sombra antes de tomara aquel contenedor.
──Quieres aprovecharte de Ginkaku y Kinkaki quienes poseen el chakra del Kuybi y en el momento oportuno, sellarlos en ese monstrou ─habló el Nara ganando la atención del Uchiha.
──Al parecer las Fuerzas Aliadas tienen a alguien hábil entre ellos ─comentó el hombre──. Es algo incómodo tenerte como enemigo.
──Eso quiere decir que aquel gigante es... ─se quedó en silencio sabiendo lo que es.
Sentí el estruendo de la cosa acercarse a nosotros. Sin embargo venía especialmente por Shikamaru. No sé como lo hice, pero lo tomé alejandolo del lugar hasta quedar encima de una roca.
──Creí que te perdía ─mis labios formularon mirandolo en busca de una herida.
──Me salvaste como siempre, Yumei. ─sonrió levemente. ──. Gracias.
Busque con la mirada al Uchiha pero este habia desaparecido junto con el contenedor donde se encontraba el chakra del Kyubi. La estatua desaparecio a la par dejando silencio entre nosotros.
Los ninjas medicos no tardaron en movilizarse ayudando a quienes lo necesitaban. Otros sellaban aquellos revividos mientras que Choza creaba un sello al amado de la Hokage.
Y con eso la noche cayó.
Caminaba ignorando a Tenten suplicarme en darle el arma que casi la mataba.
──Muy apenas y te mantienes de pie, Tenten. ─me detuve y justo logre sostenerla antes de que cayera. ──. Mejor descansa, aún estas débil.
──Quiero mi tesoro... ─hizo un berrinche mientras la dejaba en su lugar. ──. Yumei, por favor, damelo.
──Lo siento, Tenten. Es por tu bien. ─me miró creyendo que se lo decia por negarle el arma, pero fue porque la noqueé. ──. Ahora descansa.
La deje recostada mientras tomaba algo de comida. Iba a buscar a Shikamaru, quien hablaba con Darui sobre lo que esta tarde. Suspiré llegando al lugar en el cual acordamos, sin embargo me quedo de pie observando algo que me dejo helada.
Shikamaru estaba besando a otra mujer.
No podía ver bien a la zorra que besaba a mi novio, solo podía ver su cabellera azabache larga. La luz de la luna no me permitía apreciar su rostro. Una rabia corrio por mis venas al verlos juntos que deje la comida de lado y sin pensarlo tomé a la mujer del cabello alejandola de mi novio.
──Él tiene novia, estupida. ─la lance haciendo que cayera al suelo de hocico.
──¿Yumei? ─giré viendo al infiel sorprendido, mirando a la chica en el suelo. ──. ¿Qué demonios?
Fruncí mi ceño y camine hacia él solo para darle una bofetaba.
──Eres increible, Nara. ─cruce mis brazos mirando a otra parte. ──. ¿Como se te ocurre engañarme a mitad de una guerra? ¿Quieres que te maté y que crean que fue el enemigo quien te asesino?
Él seguia incredulo a lo que miraba. Tan solo señalo detras mío, a lo que miré quedando en silencio por lo que veía.
La mujer con la que me engaño resulto ser yo.
──¿Qué demonios? ─solté un suspiro. ──. De nuevo otra yo.
──¿De nuevo? ─inquirio Shika confundido.
Me acerque a ella sacando mi manopla drenando chakra. Ya habia pasado esto una vez, y ahora no tenía paciencia para tardar horas en acabar con ella. En un segundo desaparecí de su vista para aparecer detras suyo acabando con su vida de un golpe.
──No tengo tiempo para otro clon. ─cruce mis brazos mirando su cuerpo esperando a que desapareciera como hace tiempo, pero me sorprendi al ver a un zetsu blanco. ──. ¿Qué significa esto?
El Nara y yo nos miramos para acercarnos lentamente a este.
──No me digas que los zetsus blancos pueden clonarse en alguien. ─miré al Nara. ──. Estamos jodidos.
──Ni que lo digas. ─me miró con su mejilla roja. ──. Lo bueno que ahora se que eres tu la real.
Tomé su mano entre la mía.
──No te soltaré sabiendo que eres el real. ─él no parecia quejarse. ──. Tenemos que informar al capitán.
──Vamos juntos. ─apretó mi mano para caminar.
Me detuve para que él lo hiciera. Él se giro confundido de mi acción.
──Tu vuelves a besar a otra persona aunque tenga mi rostro, y te juro que te dejo sin desendencia, Nara. ─sostuve sus mejillas con mi mano desocupada. ──. ¿Entendido?
──S-sí, cielo. ─temblo ante mi tacto frío. ──. Además, no crees que yo sufrí al besar a un zetsu. No es lindo. Ya decia que su aliento apestaba.
Sonreí dejando un profundo beso que él no se espero. Mi lengua se dio paso entre su cavidad bucal sintiendo como intentaba jugar con la mía, pero fue envano, le gane. Me separé dejando un hilo de saliva que iba desapareciendo al alejarme.
──Ya estas advertido, cariño. ─palmeé su mejilla para caminar.
──Qué fastidio. ─lo escuche suspirar para seguir mis pasos detrás mío.
Solo esperaba que este problema se resulelva cuanto antes.
• • •
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top