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KAZEKAGE


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──Esto fue pan comido. ─dijo el castaño soltando una risita con su Byakugan activo.

El miembro de Akatsuki era un chico de alrededor de unos 19 años, rubio de ojos azules y provenía de Iwagakure. Su aspecto era lamentable, pues le faltaba ambos brazos.

──Ya entiendo. ─murmuró el Akatsuki. ──. Uno de los Kekkei Genkai de Konoha. ─entrecerró sus ojos. ──. Usaste tu Byakugan tal y como Suki lo dijo.

Apreté mis puños al escuchar aquello. No me sorprende que la Hyuga les contara sobre nuestras habilidades a los Akatsuki. 

──Gracias a tus ojos pudiste espiar mi punto ciego. ─comentó con una sonrisa. ──. ¡Esta es la primera vez que nos vemos en persona! Tengo la duda de que diferencia tendrá del Sharingan de Itachi. Suki nunca lo ha usado desde que despertó... ─se quedó en silencio. ──. No, eso sería mucho para ustedes.

Fruncí mi ceño ante eso. Lo que sea que iba a decir sentía que mi cuerpo se tensaba. No era para nada bueno.

──En serio me gustaría responder mi duda, pero mi escape tiene prioridad en este momento. ─aclaró. 

──Mm. ─emitió Gai-sensei al escucharlo. ──. Quiero presentarte al equipo Gai. El escuadrón número 1 de Konohagakure. ¡No irás a ningún lado! ─sonrió dejando ver su brillante dentadura.

──Te lo aseguro. ─dijo Lee con la guardia arriba.  

──Espero que estés listo. ─murmuró Tenten. 

──No te conozco, escoria. ─hablé atrayendo su atención. ──. Pero tú no te irás sin decirme dónde está Suki. 

El viento se movió con ferocidad dejando ver mi lado izquierdo de mi rostro. 

──Ya veo, así que tú eres la famosa Yumei de la que tanto habla Hidan. ─sonrió de medio lado mientras mi cuerpo se tensaba por escuchar ese nombre. ──. A él le dará gusto saber que sigues con vida. Y en cuanto a Suki. Solo te diré que está muy molesta por la herida en su rostro. 

Apreté mis puños sintiendo mis uñas largas enterrarse en mi carne. Ahora estaba más cerca de saber sobre el paradero de Suki y no iba a desperdiciarlo.

En un parpadeo el Akatsuki se perdió de nuestras vista. Los cinco no tardamos en ir detrás suyo peleando contra él. A pesar de no tener ambos miembros, tomaba el kunai en su boca con la cual nos hacía frente. 

Bloqueó el kunai de Tenten para ir hacia arriba logrando esquivar la patada de Lee por puros reflejos. Lancé un shuriken a la vez que los clonaba e iban con más velocidad gracias al viento. 

Esté subió por un árbol, pero no llegó mucho cuando Gai-sensei lo derribó. Antes de huir Lee comenzó a tirar una serie de golpes haciendo que retrocediera justo para que el Hyuga utilizara su palma de aire mandándolo a los aires. 

Drene chakra en manopla. En un segundo llegué a su frente en medio del aire. Con fuerza golpeó su estómago haciendo que sangrara por la boca estampándose contra él suelo.

Se levantó lentamente con dolor logrando esquivar el ataque de shuriken de Tenten. Comenzó a saltar por los aires con nosotros siguiéndole el paso. Realmente planeaba escapar.

Llegó junto a una ave blanca de un material que se me hacía un poco conocido. 

──¡Atentos! ─habló Gai-sensei. ──. No sabemos lo que planea. ¡No bajen la guardia! 

──Entendido. ─dijimos a la vez. 

──Con cuidado todos. ─dijo el Hatake que estaba con su equipo no muy lejos de aquella ave ──. Es un peleador a larga distancia que usa explosivos. ─informó. 

Caí en cuclillas frente a aquella ave, mis compañeros también aterrizaron a un lado mío. Observamos extrañados al ver cómo mordía el ave, que parece estar hecha de un material blando.

Cuando tomó un pedazo se colocó al frente nuestro masticando.

──Es hora de demostrar mi obra maestra definitiva. ─dijo antes de tragarse aquello.

A los segundos de comer eso, su cuerpo comenzó a hincharse repentinamente.

──Está concentrando todo su chakra en un punto. ─nos informó el castaño observando con su Byakugan. ──. Oh, no...

Sentí al viento protegerme ferozmente con un escudo bastante grueso. No entendía el porqué lo hacía.

──Escuchen. ─gritó el Hyuga. ──. ¡Deben alejarse rápido! ─les dijo al equipo del Hatake. 

Ahora entendía que sucedía. 

Iba a explotar.

──Mierda. ─solté sintiendo como el viento protegía a mi equipo por igual mientras corríamos lejos de él.

──Yumei. ─el castaño me riño aún apunto de morir.

──¡El arte verdadero es explosivo! ─fue lo último que dijo antes de explotar.

Sentí el gran calor que el fuego de la exploción desprendía acercándose a nosotros con velocidad. Hubiéramos estado quemados por el calor, sino fuera por el viento y su escudo.

Pero eso no significaba que estaríamos ilesos si nos alcanzaba.

──No vamos a lograrlo. ─susurró el Hyuga. 

──La palabra optimismo no está en tu vocabulario, ¿verdad Hyuga? ─pregunté tomando su mano para que dejara de mirar hacía atrás.  

No podía usar el viento para impulsarnos más lejos, ya que si este tocara el fuego se haría más grande y llegaría a nosotros en segundos.  

Creí que sería nuestro fin, pero no pasó aquello. La explosión se desvaneció dejando una cortina de polvo. Sentí al viento dejar el escudo para dispersar el polvo y observar el lugar. 

Por lo visto todos estaban igual de sorprendidos ante la desaparición de aquella inmensa explosión. 

──¿Qué está pasando? ─escuche al sensei preguntar mirando a los lados. 

Observamos una especie de agujero negro absorbiendo el polvo de la explosión. 

Me sobresalte al sentir un tirón proveniente de aquel agujero, como si estuviera absorbiendo algo mío. Fue unos segundos que sentí mi cuerpo pesado aferrarse a mí, lo más curioso es que no había nadie encima.

O no físicamente.

El agujero se desvaneció y a los segundos dejé de sentir aquel cuerpo. Pero escuchamos una respiración pesada junto a unos jadeos de cansancio. 

──Lo hice justo a tiempo. ─escuchamos la voz de Kakashi, él fue quien nos salvó. Su Sharingan era diferente, no había tres aspas.

Por el cansancio su equilibrio se perdió y estaba a punto de caer, pero en un parpadeo aparecí detrás suyo tomándolo entre mis brazos.

──Estás agotado. ─murmuré ayudando a que respirara mejor. ──. Sé lo que se siente. No te esfuerces, aquí estoy. 

Cerró sus ojos recargando su cabeza en mi hombro agotado por usar demasiado el Dojutsu. 

──No entiendo. ─habló Sakura ayudando a la abuela Chiyo. ──. ¿Qué fue lo que hizo?

──Acabo de enviar... ─se detuvo para respirar mirando a su pupilo. ──,  la explosión a otro espacio.

──¿Lo envió a otro lugar? ─preguntó sin entender mucho. 

──No estoy seguro de entenderlo. ─dijo Lee estando igual que la pelirrosa. ──. Parece que vencimos al enemigo. ¿Concuerdas conmigo, Tenten?

──Pero, ¿qué? ─miró al chico. ──. ¿Bromeas? O, ¿por qué me preguntas eso?

──Lo importante... ─habló a duras penas entre mis brazos. ──. ¿Todos están bien? 

──No te esfuerces. ─dije mientras el viento lo abanicaba. ──. Todos parecen estar bien. 

Justo vimos a dos clones de Naruto bajar con el Kazekage en brazos. 

──Sakura, tú... ─la miró.

Ella asintió con la cabeza sabiendo lo que iba a pedir.

En un lugar apartado de los árboles. Sakura utilizaba sus conocimientos de ninjutsu médico para saber si había algo que se podía hacer con Gaara. 

El viento soplaba con suavidad sobre nosotros observando la mirada que la pelirrosa había puesto al terminar de usar el ninjutsu. 

──¿Qué pasó? ─preguntó Naruto al verla tan callada.

Ella se levantó negando con la cabeza. 

El Kazekage había muerto. 

Fue como un balde de agua cayendo sobre mí. Hace años le había dicho que él era mi amigo como lo es Naruto, desde entonces hemos hablado un par de ocasiones. Él se había preocupado cuando mi primera misión se fue al carajo, pues desde aquella vez comenzó una pequeña amistad. 

Le afirmé que era su segunda amiga, pues Naruto fue el primero.

Las miradas de todos estaban puestas sobre Naruto. Podía sentirlo derramar unas pocas lágrimas lamentando no poder llegar a tiempo. 

──Gaara. ─murmuró su nombre soltando más lágrimas. ──. ¿Por qué, Gaara? ¿Por qué le pasó a Gaara? ¿Por qué murió así? ─se acercó a su cuerpo. ──. ¡Él acaba de hacerse Kazekage! ─gritó sin poder evitarlo. 

──Uzumaki Naruto trata de calmarte. ─pidió la abuela chiyo.

──¡Usted, cállese! ─se giró a mirarla dejando ver sus lágrimas de dolor por su pérdida.

Suspiré caminando hacía él abrazando su espalda. Necesitaba un abrazo. Él tomó mi mano dando un apretón en busca de consuelo mientras miraba a la abuela Chiyo, quien se sorprendió de verlo llorar.

──Cállese, si ustedes no le hubieran metido ese maldito demonio a Gaara. ─apretó con fuerza mi mano. ──. ¡Nada de esto hubiera pasado! ¿Alguna vez se preguntaron cómo se sentía? ¿Alguna vez lo hicieron? 

El silencio reinó por completo. Siendo honesta nunca quise preguntar aquello por respeto, ya que pensaba que él se enojaria o se sentiría mal. 

──¿Quien se creen... para venir a llamarnos jinchuriki? ¿Quiénes son para decidir el destino de alguien más? ─se giró buscando mis brazos para llorar en mi hombro con fuerza. ──. No pude salvar a Sasuke y tampoco pude salvar a Gaara. ─murmuró en mi oído. ──. Durante 3 años estuve entrenando muy duro, ¡pero nada ha cambiado!

Cerré mis ojos mientras acariciaba su cabello y su espalda dando el apoyo que necesitaba. Como si solo fuéramos él y yo, como cuando éramos niños. Él venía llorando a mis brazos cuando veía a los demás niños jugar con otros y sus padres los recogían. Siempre intentó hacerse fuerte, pero había días que ya no podía y caía en mis brazos.

Sus sollozos se detuvieron al ver a la abuela Chiyo caminando hacia el cuerpo de Gaara. Nos sorprendimos al verla drenar su chakra al cuerpo del pelirrojo. 

──¿Sra. Chiyo, ese jutsu...? ─Sakura sabía lo que pasaría después de que terminara de usar el chakra. 

Ella solo sonrió a la pelirrosa. 

Cerré mis ojos al sentir el viento moverse con suavidad dándome a entender que personas se acercaban. Eran shinobis de Sunagakure.

──No entiendo, ¿qué está haciendo? ─preguntó Naruto separándose de mí.

──Eso es... ─Gai-sensei tenía una idea.

──Sí. ─Kakashi se la afirmó. 

──¡Déjelo en paz! ¿Qué está haciendo? ─gritó Naruto sin entender.

Antes de que se abalanzará lo alejé con mi mano. 

──Suficiente, Naruto. ─dije sin mirarlo. 

──Yumei, ¿qué...? ─se quedó en silencio al ver mi mirada. 

──Ella le está devolviendo la vida a Gaara. ─dichas mis palabras el viento se hizo presente jugando con nuestros cabellos. 

Tanto él y Tenten se sorprendieron, pues los demás ya sabían lo que pasaba.

Sakura le explicó con un poco de detalle sobre el jutsu que solo la abuela Chiyo conoce. Ella poco a poco se iba quedando sin chakra. 

──No tengo suficiente chakra. ─maldijo por lo bajo. ──. Un poco más.

Estaba dispuesta a dar de mi chakra. Desde que Kenzo falleció me dije a mi misma que haría lo posible para que mis camaradas, amigos y familia no murieran y Gaara estaba dentro de la lista.  

Todos los presentes se sorprendieron al verme frente a ella con mis manos en las suyas. 

──Tome mi chakra. ─dije sinceramente y en mi ojo se podía reflejar.

──Yumei. ─mi equipo estaba más que sorprendido de mis palabras y mirada.

Sakura no tenía palabras. Nunca me había visto así.

──Puede utilizar mi chakra también. ─Naruto se acercó a mi lado. ──. Use cuando necesite. Así resultara, ¿no?

──Por favor. ─pedí, ella me miró sin entender el motivo de porque le daba mi chakra. 

De Naruto lo entendía, pues él y Gaara vivieron su vida como jinchuriki, ¿pero porque una chica antipática ayuda a revivir al Kazekage?

──¿Por qué? ─preguntó sin entender.

──Por qué es lo que una amiga hace, ¿no? 

Sus ojos se abrieron de sorpresa sin creerlo. 

──Pongan sus manos sobre las mías. ─pidió, ambos lo hicimos y el chakra fue más grande y fuerte.

A comparación del rubio, mi chakra no era tanto, pero poco me importó. No quería perder a alguien más en mi vida.

 ──En este mundo de shinobi creado por viejos frívolos. ─habló la abuela Chiyo. ──. Es muy gratificante saber que existen almas como las suyas. Hasta ahora todo en la vida lo había hecho muy mal, pero al fin, al final de mi vida, finalmente podré hacer algo bueno a cambio.

Ya somos dos. ─pensé mirando a Gaara. 

──Los errores de los viejos de Suna y Konoha quedarán atrás. ─miró el cielo. ──. El futuro que les espera será diferente, y no gracias a nosotros. ─miró nuestras manos. ──. Tu poder especial del que Kakashi me habló. ─se refirió al rubio. ──. Puede cambiar el futuro dramáticamente, muchacho. Conviértete en un Hokage como nunca ha habido. 

Naruto solo se quedó en silencio al escuchar sus palabras.

──Y tú jovencita. ─me miró. ──. Eres una persona de grandes sentimientos, pero los ocultas muy bien. Aparentas que nada te importa cuando por dentro es lo contrario. 

Miré a otro lado. Ella sabía leerme muy bien. Soy muy sentimental, me preocupa todo, pero nunca lo expresó. Mis palabras y actitudes llegan a herir a las personas, pero lo hago para que no mueran por una imprudencia. 

──Y en cuanto a ti, Sakura. ─la nombrada la miró. ──. En el futuro ayuda a la gente cercana a tu corazón, no a una abuela anciana que está a punto de morir. Te pareces tanto a mí, niña. Pocas mujeres poseen un espíritu tan fuerte y amable.

Las lágrimas en ella no tardaron en aparecer en su rostro. 

──Escucha Naruto, Yumei, quisiera pedirles un gran favor. ─nos miró. ──. Naruto, tú eres la única persona en el mundo que conoce el dolor de Gaara. Él también conoce tu dolor. Y tú, por lo que veo, son amigos desde niños a pesar de aquello. Por favor, cuiden de Gaara. 

Me sorprendí de sus palabras. Mi mirada se enfocó en el pelirrojo, recordando mi niñez junto a Naruto. Las veces que los aldeanos nos miraban mal, a Naruto por el Kyubi y a mí por estar con él. 

Recordé aquel señor de las máscaras tratar muy mal a Naruto, solo por mirar las máscaras. A los niños que se burlaban e incluso a Iruka-sensei cuando lo trato pésimo al principio. 

Y en todos los recuerdos estaba con él hasta que Banri nos separó y mi disciplina comenzó. Me sentía mal al pensar que Gaara pasó lo mismo, pero sin nadie que le dijera que no estaba solo. 

Miré aquellos ojos abrirse dejando ver sus iris turquesas. Parecía desorientado, como si estuviera soñando, no podía ni sentarse él solo. 

Estaba por caer, pero en un segundo llegué a su espalda tomando sus hombros a tiempo, antes de que cayera al suelo nuevamente. Sentí a los ninjas de Sunagakure llegar justo cuando Naruto lo tomaba de su hombro para que reaccionara.

──Gaara. ─le llamó con una sonrisa.

──Naruto. ─se sorprendió de verlo.

Su rostro se giró y en cuanto vio a shinobis de su aldea alrededor de él, se sorprendió más.

──¿Qué está pasando? ─preguntó echándose para atrás acostándose en mi hombro dándose cuenta de mi presencia. ──. Yumei. 

──Todos vinimos ayudarte. ─le aclaro Naruto. ──. Nos tenías a todos muertos de preocupación incluso a Yumei. 

──Naruto. ─miré a otro lado. 

──¡Kazekage-sama! ─una castaña corrió para verlo mejor. ──. ¿Se encuentra bien? 

Él asintió con la cabeza, sin palabras, aún sin creer lo que pasaba a su alrededor. 

──Eres un estúpido Gaara. ─dije por lo bajo para que sólo él escuchara con tanto grito de felicidad. ──. Tenias preocupado a muchas personas. 

Él cerró sus ojos descansando en mi hombro con una pequeña sonrisa en su rostro. 

Jamás imaginó que esto fuera a pasar en su vida.

──Nos preocupastes, "ttebayo. ─sonrió nuevamente el rubio.

──¿A poco? Claro que nos tenías muy angustiados, hermanito. ─abrió sus ojos al escuchar a Kankuro.

──¿Quieren calmarse ustedes dos, por favor? ─pidió Temari llegando a un lado mió. ──. Gaara es el Kazekage, ¿lo olvidaron? Muestre respeto y déjenlo descansar, par de bobos. 

──¿Qué puedes esperar de Naruto y Kankuro? ─suspiré intentando levantarme, pero la rubia me lo impidió. ──. ¿No querías que lo dejara descansar? ─pregunté alzando una ceja.

──Tú no, he escuchado que eres muy cómoda y Gaara lo necesita. ─se cruzó de brazos.

──¿Ahora soy una almohada? ─alcé una ceja. ──. Y creía que nada más podía pasar en mi vida. 

──Esto lo debe de saber Shikamaru. ─dijo Naruto con una mano ocultando su boca para no ver su sonrisa de gato malvado. 

Le di una mala mirada.

Gaara se alejó de mí intentando levantarse por su propia cuenta.

──Cálmate, no debes levantarte tan rápido. ─le dije de cuclillas ayudando a su cometido. ──. Tu cuerpo todavía no se recupera del todo del rigor mortis. ─creo que así se llamaba.

──Descansa un poco más encima de Yumei. ─le sugirió Temari.

La miré indignada de que me tome como una almohada.

Pero, Gaara le hizo caso y se dejó caer nuevamente en mi hombro. Supongo que le haré el gran favor a la abuela Chiyo. Su cuerpo lo tenía Sakura.

Miré de reojo a las dos chicas hablar hasta por los codos sobre lo atractivo que era Gaara. Una de ellas empujó a Naruto para estar cerca de él. 

──Ya sé que estoy feo, pero no es para tanto, "ttebayo. ─murmuró el rubio.

──Ah, no te sientas mal. ─Kankuro se acercó a Naruto. ──. Las chicas siempre tienen debilidad por los chicos galanes de élite. Y lo acabas de comprobar.

──Estoy seguro de que alguna vez escuche a Shikamaru decir algo así. ─alcé una ceja al escuchar a Naruto. ──. Y míralo a él, creí que estaba en mi club, pero él tiene a Yumei.

──Etto... ─miré a la castaña. ──. ¿Si gusta puedo tomar su lugar? 

──Llevas más de dos años fuera de la aldea, ¿quien dijo eso? ─pregunté ignorando a las mocosas.

──No te diré. ─me enseñó su lengua.

──Tsk. ─chasqueé con disgusto. 

Seguramente fue él mismo. 

Pd: Aprecien a mi bella Yumei, porque me costo trabajo hacerla. Ese es la vestimenta que llevara en toda la historia. –claramente va a cambiar después de la guerra–


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