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━QUÉ ESTUPIDEZ━
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Asomé mi cabeza sobre la pared del callejón en el estábamos.
Miraba con sumo detalle a los lados verificando que mi hermano no se encuentre por las calles oscuras de la aldea.
──¿Y bien? ─preguntó Shikamaru detrás mío.
──El objetivo no ha sido localizado. Podemos avanzar con precaución. ─tome su mano para caminar rápido antes de que Asuma nos encontrara y posiblemente nos matara. ──. ¿Seguro que no nos buscará en ese lugar? ─pregunte.
──Es más que seguro. ─confirmó caminando a un lado mío.
Confíe en sus palabras y seguí por el camino que me sabía de memoria a pesar de conocerlo hace poco. El Nara tenía razón, mi hermano sabrá donde estaremos, pero no es capaz de ir por el miedo que le tiene a la mujer que vive ahí.
Me detuve al llegar a la puerta de la casa del vago a un lado mío. Él soltó un suspiro dejando salir su típico "qué fastidio", abrió la puerta dejándome pasar primero.
──Tadaima. ─dijo rascando su cabeza al escuchar una fuertes y apresurados pasos.
──¡Shikamaru, ¿que horas de llegar son estas?! Te dije claramente que te quería temprano en la casa... ─Yoshino se quedó callada al verme. ──. ¡Yumei! cariño, ¿cómo estás? ─me abrazo fuertemente.
──Estoy mejor, gracias por preguntar. ─me separe dando una sonrisa cálida.
──Me alegra tanto. ─acarició mi cabello. ──. Sabes que esta también es tu casa, lo que quieras decirme hazlo con confianza. ─me tomó de los brazos. ──. Pero no te quedes aquí parada, linda. Ven acompañarnos a la cena.
Antes de poder decir algo más me tomó de la mano caminando a la mesa donde estaba el padre del Nara sentado esperando a su hijo para comer. En cuanto me miro, sonrió.
──Buenas noches, Shikaku-san. ─salude sentandome en la silla que Yoshino me dijo que me sentará, el Nara se sentó a un lado mío mientras que su madre comenzó a servir la cena.
──Por favor, Yumei. No seas tan formal, puedes llamarme solo por mi nombre. ─tome un poco de agua ya que sentía mi garganta seca de tanto correr de Asuma. ──. Después de todo somos familia. ─casi escupo el agua.
──¡Papá! ─Shikamaru miró a otro lado de brazos cruzados.
──Lo digo porque Asuma es tu maestro y ella es su hermana. ¿Por qué pensabas que lo dije? ─mire a otro lado pensando en lo contrario a eso.
──Esa no es la razón, y lo sabes muy bien Shikaku. ─le dijo su esposa. ──. Esos dos tienen algo, yo misma los vi la otra vez. ─mire al Nara, él no hallaba donde esconderse. ──. Y bien, ¿por qué venían corriendo? ─miramos a Yoshino entre sorprendidos. ──. Creen que no me doy cuenta de cuando las personas vienen corriendo a caminar solos. ¿Qué pasó? ─levantó una de sus cejas mirando a su hijo.
──Bueno, pues... ─Shikamaru buscaba alguna excusa o la forma de como decir la causa del porque corrimos.
──Mi hermano nos encontró besándonos y se enojó. ─lo dije inexpresiva, eso de sonrojarme lo dejaré de lado. ──. Y el Nara dijo que Asuma no podrá sacarme de aquí. ─comí un poco de la comida que Yoshino cocinó sintiendo las miradas de ellos. ──. La comida está deliciosa, ¿no lo crees, Nara? ─este me miró y cuando estaba por hablar le di un bocado.
──¿Eso es cierto, Shikamaru? ─preguntó su padre divertido de ver a su hijo ser alimentado por mi y sonrojado por lo que anteriormente dije sin pena alguna.
──Pues la problemática ya lo dijo. ─soltó un suspiro. ──. Qué fastidio.
──Cómo crecen los hijos. ─dijo nostálgica la madre de el chico a un lado mío. ──. Aún recuerdo cuando te rozabas las nalgitas.
──¡Mamá! ─me reí levemente.
──Shikamaru, deja a tu madre que siga hablando. ─antes de que reclamara le di más comida. ──. Tu sigue comiendo, Nara. Sigue comiendo.
──¿Te quedas a dormir, Yumei? ─mire a mi... digo a la madre de Shikamaru.
──Si no les molesta me gustaría quedarme. ─dije probando la comida que ahora el vago me daba en la boca.
──Claro que no me molesta, al contrario puedo enseñarte las fotos de Shikamaru de bebé.
Me reí al ver el rostro de Shikamaru. Posiblemente esta noche no sea tan mala.
──¿Esto es necesario? ─pregunte guardando mi ropa en una maleta.
──Es muy necesario. ─dijo Asuma apoyado en la puerta mirándome.
──Sabes que puedo cuidarme sola en lugar de dejarme con alguien. ─guarde la última prenda cerrando la mochila colgando esta en mi espalda.
──No te dejaré una semana sola. ─habló caminando a la sala conmigo siguiéndolo. ──. Él fue el único que aceptó cuidarte porque es el que menos misiones tiene. Konohamaru se quedara en la casa de Udonm
──Me puedo quedar con la madre de Shikamaru. ─dije de brazos cruzados.
──No. ─dijo con su semblante de seriedad. ──. No te dejaré en esa casa. ─rodé mis ojos. ──. Ya tuve suficiente, te pase lo del recuerdo de besarte con mi pupilo en los exámenes. Lo de la otra noche no se quedará así, ¿escuchaste jovencita?
──Hmp, lo que digas. ─miré a otra parte. ──. Muévete que ya vamos tarde. ─camine saliendo de la casa.
En el todo el camino escuche su sermón de no acercarme a Shikamaru. Y sobre portarme bien en las misiones que la Hokage me asigne. Al fin de cuentas solo me quedé en silencio hasta que llegamos a la casa del hombre que me cuidara esta semana.
──Hola, Asuma. ─saludo cerrando su libro mirando a mi hermano, su vista cayó en mi ojo visible. ──. Hola a ti también pequeña Yumei. ─colocó su mano en mi cabeza despeinando mi cabello.
──Quita tu mano de mi cabeza, Hatake. ─tome bruscamente su brazo quitándolo de mi cabeza.
──Yo también te quiero, Yumei. ─dijo cerrando su ojo simulando una sonrisa. ──. Te recuerdo que yo te cuidare por una semana.
──Y yo te recuerdo que soy yo a la que vas a cuidar, Hatake. ─sin más que decir lo quite de su puerta entrando a su casa. Me daba igual que fuera irrespetuosa, he estado aquí por varias ocasiones.
──Te la encargo mucho, Kakashi. ─escuche a mi hermano despedirse. ──. No quiero que se acerque a Shikamaru.
──Claro, no te preocupes por ella. ─habló el espantapájaros. ──. Está en buenas manos. Y no se acercara a nadie, celoso. ─escuche la puerta cerrarse.
──La última vez que dijiste eso, me perdiste en el parque por leer tu libro. ─comente dejando mi maleta en el sillón caminando a su cocina.
──No pasó a mayores. ─dijo sentándose en el sillón con su libro.
──Me confundiste por un niño. ─dije abriendo su refrigerador. ──. Y te diste cuenta cuando ibas a cambiarme el pañal. ─comenté.
──Sí bueno, había muchos niños. ─dijo desinteresado.
──Y yo era la única azabache. ─esté solo se quedó leyendo su libro mientras miraba su refrigerador. ──. ¡Hatake! Tu frigorífico está vacío. Literalmente, no hay ni un huevo. ─grité llegando a un lado suyo. ──. Tenemos que ir al supermercado. Tenía pensando hacer mis deliciosos takoyakis
──En unos minutos, ¿sí? ─dijo sumido en su lectura.
──No. Ahora mismo. ─él se quedó leyendo ignorando lo que dije. ──. Vamos ahora mismo, Hatake. ─me tire arriba suyo, este levantó sus manos dejándome caer en sus piernas mientras que seguía con su lectura. ──. Esto será un largo dia.
Después de varios minutos de mis llamados intensos hacia él, este por fin se levantó para ir al supermercado. A decir verdad muero de hambre y quería hacerme unos takoyakis, pero él espantapájaros no tenía nada de comida en su refrigerador.
Pude haber escapado y comprar las cosas, pero no iba a gastar mi dinero.
──¡Kakashi-sensei! ─ambos nos detuvimos al escuchar a los tres chiflados alumnos del platinado. ──. Hola a ti también, Yumei.
──Chicos, ¿qué quieren? Estoy ocupado cuidando de la pequeña. ─preguntó mientras llevaba sus manos a sus bolsillos del pantalón.
──Es que queríamos invitarlo a comer un delicioso ramen y a Yumei también ya que no la habíamos visto desde hace tiempo. ─dijo Naruto un poco ¿nervioso?
Kakashi y yo nos miramos a nuestro único ojo visible. Sabíamos que algo tenía planeado hacer y ambos decidimos seguirle el juego.
Una vez que llegamos pidieron dos ramen para nosotros, mire inexpresiva y de brazos cruzados el tazón al frente mío.
El Hatake estaba a mi derecha y sus alumnos a su derecha lejos de mi, lo cual agradezco. Miró a sus pupilos de brazos cruzados.
──Esto sí que es poco común. ─dijo mirando con recelo a sus alumnos. ──. Que me hayan traído a almorzar. ─solo permanecí en silencio comenzando a comer del ramen. ──. ¿Y bien? ─los chicos se tensaron haciéndose para atrás. ──. Vamos, chicos, pretenden algo, ¿cierto?
Yo solo comía en silencio mirando la desconfianza que le tenía el Hatake a su equipo. Aunque bueno, si yo invito a Banri este estaría más que desconfiado.
──Pe, pe, pe, pe, pe, pero, ¿por qué? ─tartamudeo Naruto.
──Ka, Ka, Ka, Kakashi-sensei ─ahora fue Sakura la que tartamudeo señalando el ramen para que coma. ──., por favor, acaba de salir del hospital. ¿Po, po, por qué no empieza a comer, po, po, por favor?
──Deja tu estúpida desconfianza y traga de una vez antes de que golpe a tus alumnos por no callarse y a ti por ser un estúpido. ─hable harta de sus tartamudeos.
──Bueno. Está bien, supongo que conociéndote es mejor comer. ─dijo refiriéndose a mi.
──Disfrútelo. ─Teuchi le sirvió su ramen.
──El puerco rostizado es gratis. ─comentó Ayame.
Mientras seguía comiendo mi ramen, observé a los tres chicos mirar de reojo a Kakashi tratando de no perder ningún detalle. Me reí al saber que ellos lo invitaron a comer solo para verlo sin su máscara.
Ilusos. ─pensé divertida, sabía que harían lo que esté en sus manos para verle el rostro.
Las intensas miradas de ellos no se despegaban de lo que el Hatake hacía. Mientras que él sabía que ellos querían verlo sin su máscara, pero aparentaba que no sabía. Tomó con lentitud los palillos y con más lentitud se llevó su mano a la máscara.
──Genial, esto se ve delicioso, ¿verdad, Yumei?
──Prefiero los takoyakis, si quieres mi opinión. ─poco me importaron las miradas de Teuchi y Ayame.
──¡Qué coincidencia, Sasuke! ─deje de ver a los chicos cuando Chouji nublo el campo de mi visión mientras que Ino caía arriba de Sasuke.
Escuche el grito de Naruto y Sakura.
──¡Quítate de ahí, Ino-puerca! ─gritó la de pelo de chicle.
──¿Qué? ─gritó la rubia.
──Diablos, no puedo ver nada. ─exclamó Naruto.
Yo solo los ignoraba terminando con lo último de mi ramen. Sentí como alguien recargo su cabeza en mi cuello, sabía quién era no necesitaba girar mi cabeza.
──¿Qué haces aquí problemática? ─pregunto.
──Asuma me dejó al cuidado de Kakashi y a él lo invitaron a almorzar y me llevó consigo. ─dije terminando de comer.
──Cierto, Asuma-sensei dijo que se iría a una misión. ─levantó su cabeza. ──. Qué fastidio.
Deje los palillos encima del tazón vacío a un lado del otro tazón vacío de Kakashi.
──Hecho. Estuvo rico, ¿o no, Yumei? ─me miró.
──Reservo mis comentarios. ─dije levantándome de la silla.
──¡Qué rápido! ─miramos a los tres teniendo a Ino y a Chouji neutralizados contra la mesa.
──¿Eh? ¿Pasa algo? ─preguntó el Hatake.
──Ay no, claro que no. ¿Por qué dijo eso? ─dijo Sakura irónicamente.
──Porque todos están actuando más idiota que de costumbre. ─hubo un silencio, normalmente siempre recibo un golpe de Suki y Kenzo se disculpa diciendo sus estupideces. ──. Vamos de una vez, Hatake. Tenemos que ir por los víveres.
Mire a Ayame y a Teuchi sonrojados observando a Kakashi. Lo más lógico es que lo vieron sin la máscara cosa que descontento y puso más intrigado a los chicos.
──Ahora sí, esto es personal. ─expresaron los tres chicos del equipo de Kakashi.
──Qué estupidez. ─me crucé de brazos cerrando mis ojos.
──Bien, me tomé la libertad de hacer una lista. ─dije dándole un pedazo de papel. ──. Tu te encargas de esto y yo de lo otro.
──Suena bien. ─dijo leyendo su parte. ──. ¿Te veo en 30 minutos?
──Si es menos estaría estupendo. ─solté yendo al primer pasillo que me correspondía.
Siempre vengo a comprar los víveres, casi siempre sola por ello conozco donde estarán las cosas. No tardé en tener mi canasta llena con las cosas de las listas y alguna que otra chatarra que compro para tener por si me dan ganas de comer chucherías.
Ya habían pasado más de 30 minutos y el Hatake no aparecía por ningún lado.
──Claramente llegar en 30 minutos para él significa llegar una hora después. ─murmuré caminando por los pasillos buscando al hombre.
Me quedé de pie al encontrarlo en un pasillo, estaba tan sumergido revisando cuál de los dos productos era mejor llevar. Lo peor era ver que no llevaba nada en la canasta.
──Hatake, da igual cual lleves. Las dos son una porquería. ─hablé una vez que me acerqué.
──Tienes razón. ─este se levantó sin llevar ninguna.
──Maldito espantapájaros. ─maldije por lo bajo.
Después de una hora más en el supermercado y media hora en la fila para pagar, tomamos por fin el camino a la casa.
Sentía que alguien nos estaba siguiendo, si yo lo sentía, el platinado a mi lado igual lo sentía.
Y ambos teníamos la "leve" sospecha de quienes son. Son nada más y nada menos que sus estúpidos hijos no deseados que el Hokage le encaramó.
O eso es lo que nos decía Banri a nosotros.
Íbamos caminando tranquilamente cada quien con una bolsa, el Hatake llevaba su parte y yo la mía con algunas chucherías que desde luego pague con mi dinero ya que el muy tacaño de el espantapájaros no quiso comprarme.
Me detuve al no escuchar los pasos del platinado, cuando gire lo mire lanzando la bolsa de las compras que logre atraparla.
──Kakashi pervertido ataca de nuevo. ─murmuré mirando inexpresiva al adulto mirando la vitrina de una librería buscando su porquería de libro.
Giré mi cabeza al mismo tiempo que Kakashi veía el gran anuncio de la película que se va a estrenar basada en un libro. Basada en el libro de porquería que lee uno de los ninjas más temidos por las naciones.
Entrecerré mis ojos al percatarme de tres cabelleras de distintos colores sobresaliendo del anuncio, el que más sobresalía era un azabache que parecía trasero de pato.
──Qué estupidez. ─suelto al ver lo "grande" que serían para el espionaje.
──Aguarda, Yumei. ─gritó Kakashi apunto de darle un paro cardíaco al ver el anuncio. ──. Mi libro favorito será llevado al cine.
──Una gran estupidez. ─digo inexpresiva.
──Debería comprar boletos en preventa. ─me tomó de los hombros corriendo para desaparecer al dar vuelta en la esquina.
──Vuelvo a decir: Qué estupidez. ─dije sintiendo al mayor soltarme encima de un techo observando a sus tres pupilos disgustados al haber perdido a su sensei.
──Me sigues el rollo. ─ni siquiera lo miré.
──Supongo. ─solté sintiendo el viento golpear mi cabello.
El Hatake tomó su bolsa de víveres y en un parpadeo nos encontrábamos detrás de los tres chicos que buscaban con la mirada algo o mejor dicho a alguien.
──Aguarden. ─los tres se tensaron al escuchar a su sensei hablar a sus espaldas. ──. ¿Qué están haciendo? ─pregunto lo obvio. ──. ¿Me necesitan para algo, chicos?
Estos comenzaron a temblar frenéticamente.
──No, no, en serio. ─hablaron los tres a la vez.
Kakashi los miraba fijamente, estos al sentir su mirada giraron de forma ridículamente espantados, me daba risa el rostro de Sasuke.
──Qué estupidez. ─solté caminado a la casa harta de las estupideces que sus pupilos hacían.
Entre las calles podía escuchar los murmullos y las miradas de lastima.
──¿Puedes creerlo? Su compañera de equipo traicionó a la aldea y asesinó a su otro compañero.
──Yo escuché que ella asesinó al novio de Yumei-san.
──No, era el novio de la traidora.
──A mi me dijo una fuente confiable, que la traidora se reveló cuando se enteró de un secreto de aldea.
Me limite a ignorar los murmullos y seguir caminando con mi cabeza en alto, sin prestarle atención a las miradas de los aldeanos.
Kakashi se fue a una misión en una granja con su equipo que trataban de ver su rostro sin la máscara. Ahora estaba al frente de la Hokage esperando a que acepte lo que le vengo a pedir.
──Sabes que el equipo 5 oficialmente ha sido disuelto, ¿cierto? ─habló la rubia.
──Sé que Banri dejó de ser sensei para volver a solo ser misiones. ─comente inexpresiva, pero muy adentro de mi me dolía eso.
──Sé que no es fácil de tomar, pero fue lo mejor. Siempre serán el equipo 5 dirigido por Uzumaki Banri. Ustedes pueden seguirse viendo o entrenando, después de todo es tu sensei desde que eras pequeña. ─cerró sus ojos recargando sus codos en el escritorio. ──. Todavía sigo viendo en cual equipo puedo asignarte mediante tus capacidades.
──Puedo pedirle un favor. ─me miró con mucha atención. ──. Quiero unirme a los ANBU bajo el mando de usted.
──Sabes que eso no le agradaría a tu hermano. ─recargo su espalda en la silla.
──Le agrade o no, es mi decisión no la de él. No voy a estar de brazos cruzados esperando a que me asigne un equipo. ─hable con mi semblante de siempre, pero con determinación en mis ojos.
──Hagamos un trato. ─se recompuso en su silla. ──. Tu entras al ANBU bajo mis órdenes hasta que encuentre un equipo apropiado para ti.
──Mientras usted siga siendo la Hokage. Significa que estaré un largo tiempo en el ANBU. ─ella no era muy trabajadora y el buscarme un equipo apropiado no es complicado.
──Bien, trato hecho. ─sonrió. ──. Mañana tendrás tu primera misión, puedes ir a buscar el uniforme.
No dije nada solo camine saliendo de la oficina. Realmente no quería estar sin hacer nada hasta que ella me buscara un equipo. Otra cosa que tengo en mi mente es aprender a usar el Byakugan, solo Kakashi y posiblemente el clan Hyuga me pueden ayudar mejor que nadie.
──Qué estupidez. ─solté mirando el atardecer. ──. Al parecer ese es mi "qué fastidio". ─solté sintiendo el viento despeinarme.
──Aquí tienes tu uniforme. ─el ANBU me entregó una caja con mis pertenencias.
──Gracias. ─la tomé.
──Estarás en el escuadrón de rastreo. La Hokage dijo que el viento te puede decir la ubicación de los enemigos, ¿no? ─preguntó caminando al frente mío.
──Es lo que dicen. ─conteste fríamente.
──Nuestra unidad se encarga de perseguir a los ninjas renegados y posteriormente matarlos.
──Créeme que lo sé. ─dije deteniendo mis pasos cuando él lo hizo.
──Aquí se encuentran tus compañeros. ─me miró de reojo. ──. Buena suerte, la necesitarás.
Escuche sus pasos alejarse hasta perderse entre el pasillo. Tomé aquel plomo de la puerta abriéndola hasta dejar ver el interior.
──Mi nombre es Sautobi Yumei y me uno a ANBU a partir de hoy. ─me presenté atrayendo la atención de todos. ──. Diría que es un placer trabajar con ustedes, pero la verdad es que no.
Sin prestar más atención me dirigí al armario que tenía indicada la caja con mis pertenencias.
──¿Es ella?
──La hija del difunto Hokage.
──Su compañera de equipo la traicionó.
Ignoré como costumbre los murmullos y miradas hacia mi persona. Deje la caja dentro del armario.
──El equipo tendrá práctica de entrenamiento dentro de cinco minutos en el tercer campo de entrenamiento. ─me informó uno de ellos.
──Entendido. ─dije sin dejar de acomodar mis cosas.
──Te veremos allá.
A los pocos segundos la habitación quedó en silencio por completo. Aproveché esto para colocarme mí uniforme, anteriormente me habían colocado el tatuaje en mi hombro izquierdo y ahora con el uniforme puesto se dejaba ver.
Mi vista se enfocó en un pequeño libro, sabía que se trataba del libro bingo donde vienen los ninjas renegados. Por mera curiosidad lo abrí hojeando un poco hasta que encontré el retrato de alguien en específico.
──Hyuga Suki. ─leí su nombre. ──. Ninja renegado de Konohagakure. Criminal de rango B. ─tal vez ahora era B, pero los años cambian.
Cerré de golpe el libro tratando de olvidar aquello. No me podía permitir que su mero nombre me destruyera mi vida. Decidí mejor guardar en mi porta armas el libro.
Al estar lista me coloqué mi máscara, era de un gato con rayas color verde. Salí de la habitación para dirigirme al lugar de entrenamiento llegando justo a tiempo.
──Así que tú eres Yumei. ─se acercó un tipo de cabello castaño, eso era lo que sobresalía de su máscara. ──. Yo soy el líder de esta unidad. Espero y te sientas bienvenida.
Solo lo miré de reojo por unos segundos.
──Bien, comencemos con el entrenamiento.
Troné mi cuello.
El entrenamiento ANBU era muy pesado, pero gracias al tiempo que tuve con Banri, pude estar a su par.
Estaba por anochecer y me encontraba de camino a la casa del Hatake, pues mi hermano me dejó con él. Si mis cálculos no me fallan él ya debió de haber llegado de aquella pequeña misión de unas granjas.
Me detuve un poco para observar el inicio del atardecer sintiendo la fresca brisa revolotear mi cabello.
──Aquí está la problemática. ─abrí mis ojos al escuchar una voz a mi espalda.
──Nara. ─lo miré sobre mi hombro. ──. ¿Para que me buscabas?
──Si te lo digo te irás. ─dijo llevando su mano a la cabeza. Alcé una ceja.
──Supongo que me conoces bien. ─deje de verlo para enfocar mi vista en el sol.
──Espero no morir por esto. ─antes de cuestionar el porqué sentí mi cuerpo paralizarse por completo. ──. Kagemane no Jutsu realizado exitosamente.
──Pero–... ─mi cuerpo dio media vuelta viendo ahora su espalda. ──. ¿Qué carajos tramas, Nara?
──Tramamos. ─escuche dos voces salir de los arbustos, eran sus compañeros. ──. Solo déjate llevar, Yumei. ─dijo Chouji comiendo papas.
──Hay que ir con los demás antes de que el jutsu se deshaga. ─comentó Ino mirando a los chicos.
──Los voy a matar. ─solté al sentir mi cuerpo correr detrás del Nara, quien se encargaba de hacerlo.
Estuvimos corriendo por unos minutos hasta llegar a un lugar conocido. Era el BBQ, dentro de este se encontraban los demás equipos.
──¡Yumei! ─gritó Naruto al verme. ──. Hasta que llegaron, Shikamaru. ¿Por qué tardaron tanto?
──Sí, ¿por qué tardaron tanto? ─Kiba miró asesinamente al Nara.
──Métete en tus problemas, Kiba. ─soltó el chico. ──. Nos tardamos porque no encontrábamos a Yumei.
──¿Qué has dicho? ─el dueño de Akamaru pareció molestarle sus palabras.
──Bueno, ya. ─intervino Sakura. ──. No estamos para gritar.
──Por primera vez estoy de acuerdo con Sakura. ─dijo Ino tomando asiento a un lado de Sasuke. ──. Es mejor comenzar a comer antes de que Chouji se lo termine.
──¡Oye, Ino-puerca aléjate de Sasuke! ─no tardé en escuchar su grito.
──Oblígame, frente de marquesina.
Solté un suspiro sintiendo el jutsu desvanecerse.
──Ay, no. ─el Nara me miró asustado.
──Si esto era lo que me ibas a decir, me lo hubieras dicho. ─me crucé de brazos mirando al Nara. ──. Hubiera preferido caminar que correr como loca por media aldea.
──Creí que no ibas aceptar. ─se rascó su cabeza. ──. Aunque ya no importa mucho. ─me miró a los ojos. ──. Entonces, ¿comemos?
──Supongo. ─solté un suspiro.
El Nara me dejó sentarme antes que él, quedando frente a Sasuke que ignoraba a Sakura e Ino a sus lados. Me sorprende de antemano verle aquí, al igual que a la mayoría.
──Me sorprende verte aquí, Uchiha. ─lo miré, esté lo hizo por igual.
──Hmp. ─cerró sus ojos por unos segundos. ──. Si fuera tú aprovechaba para verme, seguramente la próxima vez que nos veamos será dentro de tiempo.
Ante sus palabras me acordé que ahora que entre al ANBU, verlos me será imposible.
──Quizás tengas razón.
──¡Primero Shikamaru y ahora tú también Sasuke! ─gritó Kiba molesto.
──Qué fastidio. ─murmuró a mi lado.
──Kiba, no creo que tengas oportunidad con Yumei. ─le susurró Shino, pero lo ignoró.
──N-naruto-kun puedes comerte mi parte.
── ¡Gracias, Hinata! ¡Eres lo máximo "ttebayo!
──¡Chouji eso era mío!
──¡Pues ya no!
──Sasuke-kun, te serví un poco.
Cerré mis ojos por unos segundos sabiendo la razón por la que están aquí.
Para que no me sienta sola.
──Gracias, chicos.
Todos se quedaron en silencio observando a mi persona. Sonrieron a si forma y agradecí que no haya tocado el tema.
Solo disfrutamos de la noche.
Con Ino y Sakura peleando por la atención del azabache, Sasuke ignorando todo a su alrededor, Kiba gritando a dos chicos por algo sobre mí, Shino ignorado, Hinata nerviosa dando su comida a Naruto quien comía gustosamente, Chouji peleando la comida y Shikamaru tratando de alejarme del Inozuka y Uchiha e incluso se acostó en mi hombro sin pena alguna.
Era una noche normal entre los novatos.
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