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━CONSEJO━
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Cerré mis ojos al sentir el ligero roce que el viento me daba al soplar con suavidad por la aldea.
Mis pasos se detuvieron llegando al puente dejando ver el agua correr debajo de este, llevando algunos pétalos de flores al igual que hojas de árboles. Recargue mis codos en el borde del puente observando mi reflejo en el agua.
Sentía un pequeño vacío en mi pecho, cuando en lugar de observar mi reflejo, recuerdos de lo que una vez fue el equipo cinco se reflejaban. Nuestra primera misión, los constantes entrenamientos y sobre todo, nuestras comidas después de cada misión y entrenamiento.
Recordaba cuando era feliz y no lo sabía.
Pensé que jamás iba a vivir sin lamentar nada, pero ahora que no tengo nada de esos buenos tiempos, me lamento día y noche. En ese entonces no sabía apreciar lo que la vida me había dado, su castigo fue arrebatarmelo de la peor manera posible.
Unas gotas caer al agua desvanecieron los recuerdos para dejar ver mi reflejo, ahora soltando lágrimas que caían. Intenté olvidar aquellos recuerdos, pero no pude. Sin más que hacer, tomé un cigarrillo llevándolo a mis labios sintiendo mi mano temblar. Intenté encenderlo, pero la llama no salía debido a mis temblores. Intenté por varios segundo, pero no hubo éxito. Bufé lanzando el zippo lejos mío.
Cerré mis ojos impidiendo salir las lágrimas que poco a poco se iban. Respiré por la nariz teniendo todavía el cigarro en mis labios. Abrí mis pestañas cuando escuche el sonido que hace la llama del zippo al encenderse. Pronto, el cigarro ya estaba encendido.
Lo tomé entre mis dedos antes de que el humo entrara a mi garganta. De reojo visualice el cabello negro atado en punta. No tenía muchas ganas de hablar, y él tampoco parecía tener ganas.
A los pocos minutos, el silencio nos envolvió. Solo la brisa del viento nos abrazaba con firmeza mientras mis ojos solo se enfocaba en mi cigarro entre mis dedos, la llama lo estaba consumiendo dejando caer la ceniza. No sabía porque lo encendía sí ni siquiera podía llevarlos a mis labios sin dejar de pensar en Banri.
──Asuma está preocupado por ti. ─rompió el silencio, por el reflejo del agua podía podía verlo observar las nubes. ──. No sólo él. Hace más de una semana que no sabemos nada de ti. Encontrarte fue mera coincidencia.
Por su tono sabía que estaba preocupado. Hace más de una semana que dejé de ir a casa, sólo para adentrarme al bosque y retomar el entrenamiento que tenía con Banri, tratando de perfeccionar el jutsu que tenía a media. Suki era fuerte, y parecía que no estaba a su nivel. Preferí aislarme en el bosque, viviendo de él a estar en casa o con mi equipo.
──Quería estar sóla. ─hablé viendo la poca ceniza que quedaba caer.
──No creo que estar sóla es lo mejor. ─sentí su mirada en mi perfil. ──. Lo que le pasó a Banri no fue tu culpa.
Cerré mis ojos.
──No estabas allí. ─mascullé. ──. No puedes llegar y decirme que no es mi culpa cuando no estabas presente para ver cómo lo asesinaron. ─por más que quería gritar, mi voz no salía.
──No, no estaba y me hubiera gustado acompañarte. ─confesó. ──. Pero leí el reporte, Yumei. Tú estabas agotada por pelear con el otro Akatsuki. Y agradezco que estés con vida... que regresaras conmigo.
No dije nada. Simplemente deje caer el cigarro ya consumido.
──¿Te apetece una partida de shogi? ─preguntó para aliviar mi animo y no irme aislar.
──¿Para ver como me ganas? No gracias. ─me enderece mirando sus ojos.
──Entonces, podemos hacer otra cosa. ─llevó su mano detrás de su cabeza. ──. ¿Qué dices?
Me quedé en silencio por unos segundos mirando al hombre al frente mío.
──Supongo que está bien. ─acepté sacando una sonrisa en su rostro.
Tenía que centrar mi atención en otras cosas. Suki no me va impedir continuar con mi vida por siempre.
El sol brillaba más que otros días. El viento corría como de costumbre y los pájaros volaban a dirección contraria al sol. Era un lindo día en todo lo que cabía.
Una vez que entré a la residencia Nara, Yoshino no dejaba de abrazarme y darme galletas con un poco de té, regañando a su hijo por no ofrecerme algo para comer. Mientras merendaba, la madre del vago me contaba que su hijo estaba muy preocupado por mi bienestar, pero que no sabía si ir conmigo fuera lo mejor.
Reí un poco al ver las mejillas ruborizadas del Nara intentando callar a su madre, lo cual era imposible. Después de perder su dignidad gracias a su madre, nos adentramos un poco en la casa tomando asiento frente al tablero del shogi.
No era muy fan de jugar shogi o al menos no con él, ya que vivía perdiendo. Con Asuma era diferente, a él le podía ganar sin dificultad, después de todo, pasar tiempo con Shikamaru tiene beneficios.
──Y gané. ─dije el vago guiñando un ojo.
──Esto es increíble. ─murmuré con sarcasmo cruzando mis brazos. ──. Ya no quiero jugar. ─hice un mohín.
El Nara soltó una leve risa.
──Quiero recordarte que me estoy conteniendo. ─vociferó con orgullo.
──¿Qué te parece si jugamos a las venciditas? ─su sonrisa se desvaneció. ──. Si gustas, puedo contenerme.
──No gracias, quiero vivir.
Rodé mis ojos divertida de la situación.
──¿Se divierten? ─una voz nos sobresaltó.
──¿Asuma? ─observamos a mi hermano vernos con una sonrisa, por un momento creí que nos iba a lanzar sus cuchillas.
──Me alegra verte bien, Yumei. ─sonrió despeinando mi cabello. ──. Está preocupado.
──Te debo una disculpa. ─me sinceré. ──. Lo siento.
──No tienes por qué. ─llevó un cigarro a sus labios. ──. Necesitabas algo de tiempo.
No dije nada, solo hice una leve sonrisa o un intento de esta.
──¿Quiere jugar, Asuma? ─preguntó el Nara acomodando el tablero. ──. Ya he aumentado mi racha de victorias con Yumei.
──Qué estupidez. ─le di un codazo mientras me sentaba a su lado dejando el lugar libre a mi hermano.
──Ya lo creo. ─habló Asuma tomando asiento. ──. Si le ganas a Yumei no creo tener oportunidad.
──Puede que le dé una oportunidad.
Por su tono de voz, no lo parecía. Mientras ellos jugaban tomé el tiempo para sacar el abanico pequeño que Banri me regaló cuando me convertí en Chunin. Siempre lo llevaba conmigo. De reojo miraba como Asuma perdía cada jugada y parecía que esta no era la excepción.
──Jaque mate. ─anunció el Nara ganando nuevamente.
──Perdí de nuevo. ─palmeó su rostro cansado de perder.
──Parece que le tocará invitar la cena después de nuestra próxima misión, sensei. ─aclaró el vago con una sonrisa maliciosa.
──Sí, eso parece.
──Ahora entiendo por qué soy yo la que mantiene la casa estable. ─comenté al saber que todo su dinero se va en el BBQ con su equipo.
──Sí, creo que ya lo sabes. ─sonrió nervioso.
──¡Hola! ─un gritó nos llamó la atención. ──. ¡Hola, Asuma-sensei! ¡Yumei!
Era Naruto, que venía corriendo feliz al ver a mi hermano y a mí.
──Ah, eres tú Naruto. ─saludó el Nara.
──¿Qué sucede? ─preguntó Asuma.
──¿Por qué corres como si tu vida dependiera de ello? ─cuestione guardando mi abanico una vez después de limpiarlo.
──Hay algo que necesito preguntarles, ¿me regalan un minuto?
El Nara me miró, como si me intentara dar permiso para ir con él. Lo ignoré y me levanté.
──Supongo que si. ─camine hacía él. ──. ¿Para qué nos necesitas, Naruto?
──Necesito un truco para poder perfeccionar la alteración de mi chakra de viento.
Me sorprendí de escuchar su petición. Nunca había pensado que él fuera de los pocos que hay con esa naturaleza.
──¿Un truco para perfeccionar la alteración del chakra de viento? ─cuestionó mi hermano una vez lejos del tablero de shogi.
──Oye, no me digas que estás entrenando para cambiar la naturaleza del chakra. ─habló Shikamaru a un lado mío.
──Sí.
──¿Estás seguro de eso? ─pregunté cruzando mis brazos. ──. No es algo fácil de realizar.
──Se necesita ser muy bueno para hacerlo. ─agregó el Nara.
──Lo sé. Por eso vine a pedirle un consejo a Asuma-sensei y me saque la lotería al ver a Yumei aquí. ─aseguró mirando a mi hermano y a mi. ──. Por qué ustedes tienen la misma naturaleza de chakra de viento al igual que yo, ¿verdad?
──Yo jamás hubiera imaginado que tenias naturaleza de viento. ─comentó Asuma. ──. Esto es muy interesante.
──La verdad es que sí. ─dije, levanté mi mano dejando fluir chakra. ──. Es muy poco común que en Konoha haya personas con esta naturaleza. ─poco a poco el chakra se fue moldeando dejando ver un tornado en la palma de mi mano, mientras el viento se movía con fuerza. ──. Es una lástima, ya que esta naturaleza es perfecta en todos los sentidos.
Lo lancé a un árbol lejos nuestro, cuando hizo contacto con la madera, el árbol quedó hecho pedazos.
──¡Asombroso! ─los ojos de Naruto brillaban. ──. ¿Cómo hiciste eso?
──Moldeando mi chakra. ─me encogí de hombros.
──Eso lo puede lograr ya que Yumei aprendió a a cambiar la naturaleza de su chakra. ─añadió Shikamaru con una leve sonrisa.
──Jamás habría pensado que pudieras hacer eso, Yumei, "ttebayo. ─sonrió en grande. ──. ¿Y de casualidad no tienes ninguna otra naturaleza de chakra como el capitán Yamato?
Según sabía Yamato era el nombre de Tenzo.
──El clan Sarutobi se especialista es jutsu's de fuego. ─informé.──. Por lo tanto mi naturaleza de chakra es tanto Fūton y el Katon. Aunque no me gusta mucho el fuego, ya que es superior al viento. ─una ventisca de viento se presento, dando a entender que el viento esta de acuerdo conmigo.
──Sorprendente. Mis ganas de cambiar mi naturaleza de chakra sr incrementan. ─sus ojos brillaron. ──. Por eso necesito un consejo. ─nos miró a ambos, pero se detuvo en mi hermano. ──. Asuma-sensei, necesito que me enseñe a cómo perfeccionarlo, me urge un poco.
──A ver, veamos. ─por su sonrisa sé que hará algo. ──. Podría aceptar hacerlo sí accedes a pagar la cuenta de la cena del equipo Asuma en el BBQ después de su próxima misión.
──Oiga, eso está feo.
──Eso ya es pararse de abusivo. ─completé después de que el Nara hablará.
Naruto aceptó sin tener otra opción.
Asuma le habló sobre sus cuchillas y le demostró la diferencia de una cuchilla normal a una con chakra. El truco era finas y afiladas. Nunca hay que olvidar aquello.
Mientras ellos estaban absortos en lo suyo, el Nara aprovechó eso para recargar su cabeza en mi hombro.
──El cambio de naturaleza de viento es mejor para el combate de corto y mediano alcance. ─informó Asuma. ──. Hay algunas excepciones, personas que pueden usarla para largo alcance como es el caso de Yumei.
──¡Eso es increíble! ─Naruto me miró. ──. Algún consejo que me des, Yumei.
Tomé una hoja de árbol que iba volando gracias a la brisa que hacía.
──No esfuerces a tu cuerpo, ese es el error que todos cometén.
Coloque una mano sobre encima de la otra dejando en medio la hoja.
──Mantén una postura relajada mientras que imaginas tu chakra dividirse, como lo comentó Asuma, finas y afiladas.
Con mi cuerpo relajado imagine aquello en mi mente sintiendo como el viento movía mis cabellos. Una vez que lo dominas, no necesitas imaginar aquello.
──Deja que el viento envuelva tu cuerpo y cuando menos lo esperes ─abrí mi mano dejando ver la hoja partida por la mitad. ──, ya tienes lo que buscabas.
Ante eso, sonrió en grande.
──El día que busques otro consejo, no dudes en buscarme. ─aconsejó mi hermano. ──. Siempre y cuando tengas dinero para invitar la cena. ─aclaró.
──¡Claro que sí! ─suspiré al ver lo tonto que era. ──. Muchas gracias, "ttebayo. ─dicho eso, desapareció
Era un clon.
──Qué curioso. ─comentó el Nara. ──. Así que era un clon de sombra.
──Eso parece. ─cruce mis brazos.
──Pobre Naruto. Seguramente no recuerda que Chouji es miembro de nuestro equipo. ─soltó Asuma.
──Es muy cruel, sensei.
──Ni que lo digas. ─estuve de acuerdo con él.
Él sólo se rió.
──No le queda mucho tiempo. ─murmuró el Nara con seriedad. ──. Realmente creen que pueda perfeccionar un nuevo ninjutsu antes de que aparezcan los Akatsuki.
Mi cuerpo se tenso.
──Pues eso ya lo veremos. ─dijo Asuma.
──¿No cree que sería preferible esconder a Naruto en algún lugar seguro? ─cuestionó el vago. ──. Antes de que los Akatsuki se manifiesten.
──Esa decisión es exclusiva de la Hokage. ─aclaró el mayor.
──¿Y tú realmente piensas que Naruto se quedará escondido si los Akatsuki llegan a manifestarse? ─inquirí mirando a Shikamaru. ──. Naruto hará todo, menos quedarse quieto.
──Lo olvidaba por completo. ─me miró de reojo. ──. Él es un fastidio.
──¿Que no es un fastidio para ti, Nara? ─cuestione mirando de reojo al chico.
──Te apuesto que tú no, problemática. ─sonrió de medio lado dejando caer su cabeza en mi hombro.
Cerré mis ojos disfrutando de su compañía hasta que sentí unas manos separarnos de golpe.
──Creo que ya es hora de irnos, ¿no? ─Asuma me arrastraba lejos del Nara.
──Si tú lo dices. ─me despedí con la mano mirando al Nara cada vez más lejos.
Él imitó mi acción hasta que lo perdí de vista.
──¿Era necesario arrastrarme? ─pregunté cruzando mis brazos ahora caminando por mi cuenta.
──Muy necesario. ─afirmó dando una calada a su cigarro. ──. No me gusta que estén muy... juntitos.
Bufé ante sus celos.
──Deberías de comenzar a dejar tus celos de hermano sobreprotector de lado. Es agobiante. ─expresé mirando las calles desiertas, ya estaba oscureciendo.
──¿Para qué ustedes dos estén muy melosos? Ni loco. ─se rehusaba
──Asuma, sabes que dentro de algunos años tal vez me casé con un hombre, ¿no? ─lo miré de reojo, él se puso rígido. ──. Y tú no vas a impedir eso.
──Espera, me estás diciendo que te vas a casar con Shikamaru. ─se detuvo de golpe.
──Solo te estoy diciendo lo que algún día pasara y tú no lo vas a poder impedir. ─respondí con sinceridad. ──. Además, en ningún momento especifique que sería con Nara.
──Pero lo pensaste, ¿no? ─me quedé en silencio. ──. ¡Me niego!
──Cómo si eso me importara. ─retomé mi camino.
──¡Antes muerto que ver como mi hermana y mi pupilo me dan sobrinos! ─exclamó llegando a mi par.
──Entonces cierra los ojos, Asuma. ─ahogué una risa al ver su ceño fruncido.
──¿Por qué no buscas a otro?
──¿A quién? ─lo encaré. ──. Asuma, el Nara es inteligente y un gran estratega, y sobre todo se deja mangonear fácilmente.
──Comienzo a preocuparme por Shikamaru. ─balbuceó.
──Si en un futuro voy a tener un hijo, prefiero que sea un Nara. ─dije con naturalidad.
──Entonces, ¿realmente te gusta Shikamaru? ─preguntó seriamente.
Preferí no decir nada. Ni afirmar, ni negar su pregunta. Desde que tengo memoria, siempre me ha gustado el Nara.
Desde ese día.
──¡Yumei-obasan!
Escuché un grito y cuando reaccione me veía envuelta en unos brazos no tan pequeños como los recordaba.
──Hola, Konohamaru. ─acaricie su cabello.
──¡Me alegra verte! ─sonrió en grande.
──A mi igual, pequeño.
──Bueno, ahora que estás aquí Konohamaru, ¿quieren ir a cenar a algún lugar? ─propuso Asuma pasando su mano por el cabello del pequeño ──. O, podemos ir a casa y hacer la cena.
──Ir a comer. ─respondió el enano.
──Ya escuchaste a la hoja, hay que comer afuera. ─le di un golpecito en su frente con mi dedo índice impulsado por el pulgar. ──. El mayor invita, ¿no?
──Por supuesto... espera, ¡¿qué?!
Ya era demasiado tarde, ambos caminábamos delante de él dirigiéndonos al primer puesto que encontrábamos. Era el Ikkyu, un pequeño restaurante donde vendían gran variedad de comidas, pero la más deliciosa eran los takoyakis.
──Entonces, el gato saltó de los arbustos e iba a escalar el árbol, pero lo atrapé antes de que escapara. ─contó Konohamaru su misión mientras esperábamos nuestra orden.
──Vaya, sonó muy intensa. ─solté con sarcasmo escondido. ──. Recuerdo cuando era genin y tenía que hacer esas misiones.
Crucé mis brazos en forma de desagrado. Aunque nunca lo mencione o lo exprese, me desesperaba mucho hacer ese tipo de misiones aburridas.
──Me trae recuerdos de cuando yo era genin. ─suspiró mi hermano con nostalgia. ──. Hace muchos años.
──Sí, pero tenias cosas que nosotros no. ─le aclaré.
──Sí. Cómo al Shodai Hokage. ─completó Konohamaru con risas.
Asuma se ofendió.
──No soy tan viejo. ─se excusó indignado.
──Primer síntoma de no aceptar la vejez; la negación. ─comenté siguiendo el juego.
Mi pequeño sobrino se soltó a reír mientras Asuma cruzaba sus brazos "molesto".
──Sigan así y pongo la cuenta individual. ─amenazó.
──Pero no tan viejo como Kurenai, ella es mayor aue tú por meses, ¿no? ─dije, para no pagar.
Al final, la cena pasó entre platicas, contando anécdotas que hemos tenido en nuestras misiones o entrenamientos. Por primera vez, desde hace más de una semana que no me sentía tan feliz.
Estar con mi familia me hizo olvidar la muerte de Banri por unos instantes.
Aunque nada es para siempre.
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