❝ O5. - 𝘿𝙞𝙖 𝙘𝙤𝙣 𝙔𝙪𝙪𝙩𝙤 ❞
𝑯𝒐𝒚 𝒑𝒓𝒆𝒔𝒆𝒏𝒕𝒂𝒎𝒐𝒔
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Día con Yuuto
╰───⌲Cap. 𝐎𝟓. ༣. . ·
Todos los alumnos guardaron sus cosas para poder irse a sus casas. Yuuto se esperó un momento al ver a algunos alumnos rodeando su escritorio en un intento de tener una conversación con él.
Volteaste a ver a Pablo, el cual estaba esperando a que terminaras de guardar tus cosas para poder irse.
—Pablo -apenada- Mira, yo creo que ya no podré irme y venir contigo -mueca.
—¿Qué? ¿Por qué?
—A partir de hoy, iré con el maestro -dices- Él es mi antiguo profesor de defensa personal, por lo que voy a entrenar a su casa a partir de ahora -sonríes.
—Oh, ya veo -asintió- En ese caso, no te molesto más -sonríe.
—Qué va, no molestas -sonríes.
Pablo se dirigió a la puerta y salió, mientras tanto, tú te dirigías hacia el escritorio donde se encontraba Yuuto, con una cara que podría no demostrar nada, pero que sabías que estaba irritado por estar rodeado de adolescentes hormonales.
—Yuuto -interrumpiste a todos los alumnos que estaba ahí. Algunos voltearon a verte con envidia, desagrado, sorpresa y a otros no les importaba.
—Mi niña hermosa -se levanta de su asiento para dirigirse a ti, y colocar un pequeño beso en tu frente- Vamos, te voy a llevar a mi casa y comeremos katsudon
—¿Podemos ver las películas de Barbie? -sonríes.
—Esas y las que tú quieras, mi vida -revuelve tu cabello y voltea a ver a los alumnos, cambiando su semblante a uno serio, que causó escalofríos en más de uno- Nos vemos mañana, alumnos. Que tengan buen día -ambos se retiraron.
Mientras caminaban, varios alumnos se les quedaba viendo. No era nada normal que un alumno y un maestro fueran juntos. Tú ibas caminando en el frente, mientras Yuuto iba con tu mochila en uno de sus hombros y su maletín en su mano por detrás de ti, con una mirada demasiado intimidante.
Tú ibas demasiado feliz, que no te percataste de la mirada que los demás alumnos les daban; como si fueran personas peligrosas. Yuuto se acercó a ti al ver que un chico se acercaba a ti con una mirada de enojo, por lo que ese alumno se alejó de ambos una vez vio a Yuuto.
Al salir, ambos se dirigieron a la camioneta que tenía; al parecer, la misma camioneta que les dio el gobierno. Sonreíste al notar varias cosas de tus padres dentro de esta, como sudaderas, chamarras, e incluso camisetas. Las guardaste en tu mochila, Yuuto se subió al asiento de piloto y comenzaron su recorrido hacia la casa de Yuuto.
• • •
Al llegar a la casa, ambos bajaron sus cosas. La casa era muy bonita, se podría decir que se parecía un poco a su antigua casa en Japón. Ambos entraron y dejaron sus cosas en la sala de estar, para dirigirse a la cocina y comenzar a preparar algo para comer.
Al finalizar, comieron entre risas y bromas por parte de ambos. Sentían que estaban nuevamente en casa, sentían que nada malo podría pasar. Hasta que te acordaste de Roberto.
—Yuuto -llamaste su atención- ¿Qué sucedió con Roberto?
—Bueno, él se retiró de su trabajo de héroe -sonríes melancólica. Sabías que a él ya no le quedaba mucho tiempo para ser héroe, pero te dolía el hecho de que haya abandonado su puesto de héroe número uno- Después de eso, se fue a vivir a Japón, a una casa cerca de la U.A. -sonríe al recordar la cara de sorpresa de tus padres al verlo en la U.A.- Ahorita él también está en la investigación del portal dimensional -asientes- También ha tratado de subirles el ánimo a tus compañeros, tus padres... Básicamente, a todos tus conocidos -sonríe- El director Nezu le preguntó si quería ser maestro en la U.A., por lo que él aceptó de inmediato, y ahora es parte del personal de la U.A.
—Vaya, han pasado tantas cosas desde que me fui -juegas un poco con la comida. La conversación te quitó el hambre, por lo que decidiste dejar a un lado todo; te sentías mal por eso, pero no querías terminar vomitando todo lo que habías estado comiendo. Yuuto te vio como si entendiera todo lo que estuviera pasando por tu mente, por lo que solamente sonrió.
—No te preocupes, puedo apartarlo y al rato lo cenas... Claro, si decides quedarte -sonríe.
—Me encantaría quedarme -sonríes. La verdad, aunque no te lo pidiera, te ibas a quedar en la casa, aunque durmieras en el sofá. Tampoco querías estar con Julio, querías tener un momento en paz y tranquilidad, y teniéndolo a él en tu disque hogar, no eras capaz ni de tener un momento a solas.
—Bien, yo dormiré en el sofá -señaló.
—No, no -niegas- Es tu casa, yo me quedo a dormir en el sofá -te levantas y dejas el plato en el fregadero.
—Quiero que descanses -te toma de los hombros- Esas ojeras demuestran que no has dormido desde hace mucho tiempo -señaló- Además, creo que debes de volver a comenzar con tu dieta. Tu cuerpo está más delgado que antes -negó- ¿Desde hace cuánto no comes bien?
—Bueno... -piensas, mientras colocas tu dedo en tu mentón- He estado comiendo, pero menos de lo que acostumbro -dices. No querías decirle que había días que no comías en la casa de Julio para evitar verte con el mayor.
—¿Por qué?
—Bueno, el apetito ha cambiado -mueca- El hambre a veces se me va, pero luego como una fruta para no quedarme con hambre -volteas a verlo a lo que él asintió con una sonrisa.
—Bien, supongo que como no quieres ver a tu padre de esta dimensión -volvió a hablar antes de que le reclamaras- Sé que ya no es tu padre legalmente, pero tus padres no están aquí para poder hacerse cargo de ti y, aunque yo esté aquí, no tengo tu custodia legal para poder traerte a vivir aquí permanentemente -asentiste- Ahora, regresando al tema principal, tengo una habitación llena de cajas, ahí podemos hacer tu habitación en caso de que no quieras quedarte en casa de tu padre, ¿qué te parece? Podemos comenzar a comprar con el dinero que comiencen a darme, ya que será una buena paga
—Me parece bien -asentiste con una pequeña sonrisa- Aunque para aclarar, voy a estar la mayoría del tiempo aquí
—Me parece excelente -revuelve tu cabello.
—Por cierto, encontré un par de cosas de mis padres en la camioneta, no te importa que me los quede, ¿verdad?
—Claro que no, pequeña -niega- Son cosas que son de tus padres, estás en todo tu derecho de quedarte con ellas
—Muchas gracias
• • •
Ambos se encontraban entrenando en el patio trasero de la casa. Ambos estaban teniendo una pelea cuerpo a cuerpo, algo difícil, ya que tus técnicas habían mejorado bastante como para resistir por mucho tiempo en una pelea; algo que lo que Yuuto estaba demasiado orgulloso.
Siguieron peleando durante unos minutos más, hasta que ya no pudiste resistir más y te rendiste. El dolor en tus piernas y brazos era insoportable, ya no creías que podrías aguantar un poco más.
Yuuto entró a la casa mientras tú te echabas en el suelo, esperando descansar un poco más de la fuerte pelea que acaban de terminar. Yuuto salió con dos vasos de agua y te entregó una.
—Gracias -él asintió. Abriste la botella y bebiste todo su contenido, sin dejar siquiera una gota. Yuuto rio al ver la desesperación que tenías al tomar la botella de agua.
—Ve a bañarte, apestas a sudor -ríe al ver tu cara de indignación. Molestarte era su pasatiempo favorito- Ya te mostré la casa, te dejaré una muda de ropa en mi cama para que te cambies. Después de eso, podemos ver las películas de Barbie que tú quieras, y si quieres, podemos tener una rutina de skincare, de esas que tanto te gustan
No objetaste nada y te levantaste rápidamente para dirigirte al baño de la habitación de Yuuto. Notaste que tus cosas para baño estaban aquí, por lo que sonreíste para tus adentros y comenzaste a asearte.
• • •
Ya habías salido de bañarte, por lo que te cambiaste a una camiseta, unos shorts de Yuuto, y una sudadera de Aizawa. Saliste después de haberte secado el cabello y te dirigiste hacia la sala de estar.
Ahí te encontraste a Yuuto con dos tazones de palomitas, jugos y productos de skincare para cada uno. Él, al notar tu presencia, te sonrió y se acercó a ti. Le encantaba que el brillo en tus ojos se volviera más intenso al ver que todo estaba preparado.
—¿Lista?
—Nací lista -sonríes.
Ambos se dirigieron al sillón más grande, pusieron tu cuenta de Netflix y se dispusieron a ver todas las películas de Barbie. Por otro lado, Yuuto no quería perturbar la paz que estabas teniendo ese día, y menos con lo que acaba de llegar a tu celular.
Julio te había mandado mensaje preguntando en donde estabas, por lo que solo le contestó que estabas con un amigo y que no molestara; después de que él haya visto el mensaje, solamente Julio mandó un "Está bien" y se desconectó.
• • •
Te habías quedado dormida en el hombro de Yuuto después de comenzar a ver la película "Barbie en una aventura de sirenas". Él te cargó en brazos y se dirigió rápidamente a su habitación para dejarte en la cama y arroparte con las sábanas.
Te dio un pequeño beso en la frente, prendió la lámpara que usabas en la noche para dormir cuando estabas en Japón, salió de la habitación y se dirigió a la sala para recoger todo. Al finalizar, se acomodó en el sillón y se quedó dormido, todavía pensando en tu sonrisa de felicidad cuando lo identificaste al entrar a tu salón.
Ese día, dos almas pudieron descansar en paz después de varias semanas, demasiado alegres de que el otro estuviera bien.
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