𝑯𝒐𝒚 𝒑𝒓𝒆𝒔𝒆𝒏𝒕𝒂𝒎𝒐𝒔
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Discusión
╰───⌲Cap. 𝟏𝟕. ༣. . 

Era de mañana, y al despertar, notaste algo rodeando tu cintura. Al abrir los ojos, pudiste ver como Izuku estaba durmiendo a tu lado, con su brazo alrededor de tu cintura, abrazándote.

Tenía su boca ligeramente abierta y un hilo de baba en su mejilla, algo que se te hacía bastante tierno. ¿Cómo podía ser tan tierno así? Querías morder esas regordetas mejillas y que quedaran de color rojo. Reíste por tus pensamientos y viste la hora en el reloj, pudiste notar que apenas eran las tres y media de la madrugada.

Dirigiste tu mano hacia el cabello de Izuku y empezaste a acariciarlo. Una sonrisa se asomó inconscientemente en tu rostro. En el rostro de Izuku también apareció una pequeña sonrisa y un suspiró salió de sus labios.

Sonreíste y bostezaste, lentamente te levantaste de la cama, tratando de no despertar a Izuku. Saliste de la habitación para dirigirte a la sala.

Fuiste a la ventana y notaste la luna llena. ¿Por qué te gustaba tanto ver la luna y las estrellas? Ni idea.

—Vaya, hoy se ve demasiado linda la luna -sonríes.

Unos pasos en el pasillo te llamaron la atención. Volteaste a ver al lugar, y notaste que Izuku estaba despierto,  tenía el cabello algo desordenado. Reíste en voz baja.

—¿No deberías de estar dormido? -preguntas.

—Lo mismo te pregunto yo -atacó.

Reíste por el comentario. Caminó para estar a tu lado y admirar también la belleza que les mostraba la luna en esos momentos.

—¿Sigues preocupada? -cuestionó.

—Creo que es algo obvio -sonríes- Pero... Yo no los voy a buscar -volteas a verlo- Tampoco los culpo ¿Sabes? -caminas hacia el sillón para sentarte- Sabía las consecuencias de mis actos, y aun así decidí tomar la decisión incorrecta -suspiras.

—Todavía puedes terminar esto -dijo Izuku.

—No -niegas- Yo inicié esto, debo de terminarlo -determinada.

Izuku sonríe con comprensión y se sienta a tu lado. Después de segundos de silencio, Izuku decidió en hablar.

—¿Alguna ve te has enamorado? -te sorprendió la pregunta, pero decidiste responder.

—Sí, me he enamorado y una sola vez en la vida -sonríes.

—¿De quién? -sonó algo triste, pero lo dejaste pasar.

—De alguien que no sabía de mi existencia -suspiras- Pero que ahora si la sabe -sonríes inconscientemente, y sin que te dieras cuenta, un pequeño sonrojo apareció en tu rostro.

Izuku simplemente se te quedaba viendo con una sonrisa triste, por lo que no dijo nada más.

—¿Y tú, te has enamorado? -sonríes.

—Sí, varias veces, pero me rechazaban simplemente por no tener un quirk -tristemente sonríe- Siempre me humillaban y... Decidí el ya no enamorarme nunca más -voltea a verte.

Con cuidado, acariciaste su mejilla, y este inclinó su cara más cerca de tu mano, buscando más contacto con ella misma.

—Verás que aparecerá alguien que de verdad sepa valorarte -sonríes. ¿Por qué dolía tanto decirlo?

—Eso espero -suspiró.

Siguieron platicando un par de minutos más, y sin siquiera darse cuenta, ambos se quedaron dormidos en el sillón, abrazados el uno al otro.

• • •

Ambos se encontraban de camino a la secundaria.

Al llegar, se cambiaron los zapatos y todo normal. O bueno, hasta que escucharon todos los rumores que escuchaban de los alumnos.

—No sabía que a Bakugo le gustaban extranjeras -susurraron.

—¿Es cierto que Bakugo es pareja de la chica extranjera? -susurró una chica.

—Pobre chica, el sufrimiento que tendrá con Bakugo -susurró otra chica.

—Yo podría ser mejor novio que él -dijo una voz ronca.

—Yo soy mucho más bonita que esa extranjera -una voz engreída se escuchó atrás tuyo.

De acuerdo, ese comentario te dio justo en tu baja autoestima. Así, entre muchas más cosas, se escuchaban en los pasillos de la escuela secundaria.

—El rumor se esparció demasiado rápido, más de lo que tenía planeado -dices, viendo disimuladamente a los alrededores.

—Bueno, si estamos hablando de Kacchan es posible que él le haya dicho a alguien, y ese alguien se lo contó a alguien más, y así sucesivamente -dijo.

—Es posible -contestas.

Se dirigieron al salón y al entrar, todas las miradas estaban puestas sobre ustedes. Ignorándolas, se dirigieron a sus asientos, pero al llegar al tuyo, encontraste un ramo de rosas, con una carta y una caja de chocolates.

—¿Es en serio? -Izuku sonó algo enojado por ver el regalo.

—Al parecer -nerviosa, tomas el ramo de rosas.

Tomaste la carta en manos y con cuidado la abriste. Leíste el contenido de la carta y una pequeña risa salió de tus labios. Izuku te quitó la carta y la leyó.

—No me atrevo a decírtelo directamente. Porque sé que mi mundo se detiene tan pronto como te veo. Eres la persona con la que siempre he soñado, completamente personificada. Quiero estar a tu lado y hacerte la más feliz del universo. -dijo- Jamás había visto a Kacchan así -voltea a verte para entregarte la carta.

—Supongo que es por el reto -susurras.

—Es posible -ambos rieron.

Ambos se sentaron y comenzaron a platicar. Pasaron un par de minutos y llegó Bakugo junto con los chicos que siempre está. Sin percatarte, se acerca a ti y sin previo aviso, te toma del rostro y te da un beso en la mejilla.

—Hola preciosa -sonríe.

—Hola -sonríes algo incómoda por las miradas entrometidas de los demás.

—¿Cómo estás? -deja su mochila en su mesa.

—Bastante bien -volteas a ver disimuladamente a Izuku, quien tenía el ceño fruncido- ¿Y tú? -sonríes.

—Bien, soñé contigo -sonríe.

—Me alegro

El profesor entró y la clase comenzó. Durante toda la clase, no pudiste pasar desapercibido la mirada penetrante de algunos alumnos sobre ti, como de las chicas, pero sobre todo, la de Izuku.

¿Por qué se veía enojado? No habías hecho nada que lo hiciera enojar, ¿o sí? Debías de hablar con él en el descanso, necesitabas averiguar la razón por la cual estaba enojado.

• • •

La hora del descanso había llegado, e Izuku y tú estaban detrás de la escuela tomando el almuerzo.

De repente, el sonido de los celulares les llamó la atención, por lo que ambos sacaron sus celulares y revisaron los mensajes.

—¿Te llegó el mismo? -preguntas.

Este asintió.

—Después de la escuela a las cuatro de la tarde nos espera en Dagoba Municipal Beach Park -dijo- No está muy lejos de casa, podremos llegar sin problemas -sonríe.

—Está bien -asientes.

—¿Ha pasado algo con Kacchan? -pregunta después de estar en unos largos segundos en silencio.

—Pues solamente los besos en las mejillas y regalos -dices- Y ojalá que no pase a mayores -ríes.

Izuku estaba vez no se ríe contigo, lo que te desconcertó por completo.

—Zuzu ¿Todo bien? Desde que llegamos al salón estás así, como si estuvieras enojado -preguntas.

Izuku salió de su trance y voltea a verte con un pequeño sonrojo en sus mejillas.

—S-Sí, todo bien -nervioso.

Asentiste no muy convencida y siguieron almorzando entre pláticas y risas.

• • •

Ya era la hora de la salida. Izuku llevaba ambas mochilas debido a que tú tenías el ramo de rosas y no querías que se maltrataran, e Izuku se ofreció a llevar tu mochila.

Al salir, te encontraste con la sorpresa de que la camioneta de Yuuto estaba estacionada frente a ustedes.

De la camioneta, bajaron tus padres, por lo que rápidamente tomaste la mano de Izuku y comenzaron a caminar rápidamente en dirección a la casa de Izuku.

—¡___! -Aizawa gritó.

Lo ignoraste y seguiste caminando sin siquiera detenerte. El pecoso apretó el agarre en tu mano y comenzó a caminar a la par tuya. Te abrazó por los hombros para que no te separaras de él.

—¡Princess, please, listen to us! -Mic gritó- ¡Midoriya, please!

—No necesito nada de que hablar con ustedes, todo quedó claro -volteas a verlos- No me vuelvan a buscar en este tiempo, y si quieren hablar conmigo, no me importa -retomas tu camino.

—¡___, por favor, solo escúchanos! -sollozó Aizawa.

Detienes tu paso y volteas a verlo directamente a los ojos.

—Izuku, ve a la casa, en unos momentos te alcanzo -le sonríes.

Este asintió no muy convencido y, haciendo una pequeña reverencia, retomó su camino en dirección a la casa. Volviste a mirar a Aizawa con dolor en tus ojos. ¿Por qué no entendían que necesitabas estar lejos por un momento?

—No voy a escuchar nada, y menos si viene de ti, ya me dijiste todo lo que me tenías que decir -sonríes- Ahora, si me disculpas, necesito ir con Inko-san e Izu-chan -haces una reverencia, das la vuelta y comienzas a caminar.

Aizawa corrió rápidamente hacia ti para abrazarte por la espalda. Tenía miedo de que le tuvieras miedo.

—Por favor, solo te pido que me perdones -sollozó- Fui demasiado injusto al hablarte de ese modo, prometí que no sería igual a él -lo interrumpes.

—¡Jamás vuelvas a mencionarlo! -te alejas abruptamente de él- En mi vida, necesité de un hombre, y dudo que en este momento, necesite a alguien de ustedes -sales corriendo.

Aizawa cayó de rodillas y Mic lo abrazó por los hombros, también sollozando junto a él.

—Es mi culpa -sollozó con dolor.

Mic no sabía qué decir, pero sabía que la mejor decisión era tener un poco de distancia entre ustedes para que se calme la situación.