𝐄𝐏𝐈𝐋𝐎𝐆𝐎
𝑯𝒐𝒚 𝒑𝒓𝒆𝒔𝒆𝒏𝒕𝒂𝒎𝒐𝒔
.︶.︶.︶.︶.︶.︶.︶.︶.
─ ─ ─ ─ ─ ── ─ ─ ─ ─
Epílogo
╰───⌲Cap. 𝐅𝐢𝐧𝐚𝐥. ༣. . ·
Las horas pasaban, al igual que los días, las semanas, los meses y los años. La joven pareja de veinticinco años se encontraban alistándose para su boda. Una boda esperada y ansiada por muchos.
Luego de haberse graduado de la U.A., Izuku y tú decidieron mudarse hacia un apartamento no muy lejos de la casa de tus padres ni de Inko, así para tener su propia privacidad y su propio espacio. El apartamento consistía en tres habitaciones, dos baños, una sala de estar, una cocina junto con comedor y un pequeño balcón, algo perfecto para ambos.
Unos años después, cuando ambos tenían veinticuatro años, Izuku te pidió matrimonio, en la misma playa donde te pidió que fueras su pareja. Fue demasiado romántico, ya que tuvo ayuda de toda tu clase, además de la ayuda de All Might, tus padres y de Inko.
Cuando Izuku les dio la noticia a toda la clase, estos no pudieron evitar ponerse contentos. Otros no tardaron en bromear que se preparara para los hijos, algo que a Izuku le causó gracia y algo de felicidad; cuando le avisó a Inko, esta su puso a llorar a mares, diciendo que cuanto había crecido su hijo y tú, felicitándolo y apoyándolo a pedirte matrimonio; en cambio, con tus padres, Hizashi se puso a llorar igual o peor que Inko... Aizawa se mantenía serio por fuera, pero por dentro, estaba que brincaba de la felicidad y gritaba de alegría. Eso sí, ambos amenazaron a Izuku con hacerle la vida imposible en caso de que te haga sufrir, por lo que él prometió que jamás lo haría.
En la propuesta de matrimonio, pasó lo mismo que cuando te pidió que fueras su novia, hubo un pequeño picnic, bailes, risas, besos y lágrimas. Sin duda fue uno de tus mejores días de tu vida, ya que cuando estabas distraída, no te diste cuenta cuando Izuku se hincó a tu lado, llamándote con esa voz tan dulce que tanto te gustaba. Cuando te diste la vuelta, lo viste con una pequeña sonrisa, que las lágrimas no tardaron en salir; creo que es algo obvio que aceptaste.
Y bueno, por fin el día tan esperado había llegado, hubo varios nervios, enojos y tristezas, pero siguieron adelante hasta el día de su boda, siendo ahora el día más importante en sus vidas.
—¡___-chan, deprisa! ¡Faltan solo unos minutos! ¡Tus padres están en la habitación! -la voz de Ochako se escuchó del otro lado de la puerta, lo que te puso aún más nerviosa.
—¡Ya voy! -exclamaste mientras te acomodabas bien el vestido, esperando que no te vieras mal.
El vestido era al estilo princesa, de un hermoso color crema con blanco brillante, teniendo detalles dorados. Una larga y hermosa cola de unos dos metros de largo. Sus mangas cortas y escote de corazón.
Tu cabello estaba recogido en una diadema de trenza, tu cabello restante estaba amarrado en un chongo, dos pequeños mechones rizados cayendo en ambos lados de tu rostro. Tu cabello teniendo decoraciones de flores, dándole un toque final a tu cabello.
Y no nos olvidemos de tu ramo de flores. Este era del mismo color que tu vestido, teniendo flores blancas y decoraciones de color dorado. Sin duda eras una preciosura, no querías ni imaginarte cómo reaccionarían tus padres e Izuku al verte.
Respiraste y por fin decidiste en salir. Al salir, tus padres se dieron la vuelta para verte. Sonreíste al verlos sin palabras. Hizashi tapó con su mano su boca para evitar que los sollozos salieran. Aizawa se limpió la pequeña lágrima que rodó por su mejilla. Las lágrimas se comenzaron a acumular en sus ojos.
¿Tan rápido había pasado el tiempo? ¿En qué momento dejaste de ser esa niña inocente que habían salvado de las garras de la Liga de Villanos, para pasar a ser toda una mujercita que estaba a punto de casarse y formar su propia vida y familia? No lo sabían, pero se sentían demasiado tristes, no querían dejarte ir, pero tenían que hacerlo. No podías estar con ellos todo el tiempo, también debías de formar tu propia vida, de crear tu propia familia...
Te acercaste lentamente hacia ellos, todavía sin dejar de verlos. Las lágrimas también comenzaron a acumularse en tus ojos, tratando de no derramarlas para no arruinar tu maquillaje. Te sentías triste al verlos así, ya que sabías que ellos estaban procesando de que ya no eras su pequeña niña, que ahora eras una señorita e ibas a casarte.
Al estar al fin frente a ellos, ambos te abrazaron con fuerza. Reíste y los abrazaste con la misma fuerza. Ambos te acariciaban la espalda, los brazos, y te daban besos en las mejillas, las manos y la frente. El ambiente se sentía demasiado triste.
—My little princess (Mi princesita) -Hizashi habló, tratando de limpiarse las lágrimas para evitar mojar tu vestido.
—I know (Lo sé) -acaricias su mejilla para darle un beso.
—¿Cuándo creciste tanto? -Shota acaricia tu mejilla.
—No lo sé -sonríes aún con lágrimas en los ojos.
—Ya no eres una niña, ahora estás a punto de casarte -dijo.
—Y me pone demasiado feliz -ríes- Pero también ya no pasaremos tanto tiempo como antes
—Eso lo sabemos... -suspiró, pasando saliva para tratar de desaparecer el nudo en su garganta- Pero no podemos dejar de pensar que ya no serás nuestra pequeña
—Siempre seré su pequeña, que eso jamás se les olvide -sonreíste.
—¿Ya están listos? Ya vamos a comenzar -Mina apareció por la puerta.
—Sí, ya estamos listos -sonreíste, limpiándote con un pañuelo las lágrimas.
—Bien, vamos -ambos te ofrecieron sus brazos.
📍Iglesia
Ya todos los invitados estaban en el lugar, solo estaban a la espera de la novia. Al fondo se encontraba el novio, esperando nerviosa y ansiosamente la llegada de su futura esposa. Katsuki y Shoto estaban a su lado, viendo como el pecoso caminaba de un lado a otro.
El pelicenizo se hartó de verlo caminando de un lado a otro, que no tardó en darle un pequeño golpe en la nuca. El peliverde se sobó, viendo a su amigo de la infancia con el ceño fruncido; Shoto solo se les quedaba viendo de manera neutral.
—¡Kacchan! -exclamó.
—¡Ya cálmate, nerd! ¡Ella va a venir!
—¿Pero y si se arrepiente?
—Has visto que ___-san viene de otra dimensión, ha pasado por demasiadas cosas para estar a tu lado, ¿y tú crees que ella se arrepiente? -Shoto se metió a la conversación.
—El idiota mitad-mitad tiene razón -rodó los ojos- Ha pasado por demasiadas cosas como para que se arrepienta al último minuto
—Pero -la música empezó a sonar.
Todos, absolutamente todos, dirigieron su vista hacia la entrada de la iglesia. En la entrada, se encontraron a tus padres, a ti y a Eri. Eri entró saltando muy feliz, mientras iba soltando pétalos por todo el camino; detrás de ella, tus padres y tú iban caminando hacia el altar.
En ningún momento despegaste tu vista de Izuku, se veía demasiado guapo. Su pantalón, chaqueta, chaleco y corbata de color negro. Su camisa de color verde, el mismo verde de sus ojos y de su cabello. Su cabello desordenado como tanto te gustaba, ahora estando en una media coleta por lo largo que estaba.
Tapó su boca con su mano al verte caminar en dirección hacia él, tus ojos brillando más que nunca, esa sonrisa que tanto amaba. Amaba todo de ti, y agradecía que ahora ibas a ser suya para siempre. Los sollozos de ambos se volvieron un poco más fuerte al tomarse de la mano, ahora yendo solos hacia sus lugares en el altar. Tus padres se retiraron, no sin antes darle una mirada de advertencia a Izuku.
—Buenas tardes. Nos encontramos hoy aquí reunidos para unir en matrimonio a Midoriya Izuku y ___ Aizawa Yamada. Antes de dar lectura al acta matrimonial, me gustaría dirigir unas palabras a los novios y a todos los presentes. Ante todo, muchas felicidades por haber decidido a dar el gran paso que supone unir sus vidas. En este feliz momento han constatado ante sus seres queridos que han encontrado en el otro a esa persona que los completa y con la que merece la pena pasar el resto de sus días. Ahora tienen frente a ustedes un viaje lleno de sorpresas: una vida entera. En el camino se encontrarán de todo. Eso es el matrimonio: desde momentos de gran felicidad a situaciones que pondrán a prueba sus fuerzas.
"Tendrán que sortear los obstáculos, pero si son firmes en su amor, lograrán superarlos. Tolerancia, respeto, paciencia, cariño, confianza, capacidad para perdonar las faltas del otro y amor son los ingredientes imprescindibles de esa fórmula mágica y secreta que les dará la felicidad. Para finalizar, quisiera daros un pequeño consejo: Midoriya Izuku, ___ Aizawa Yamada, encuentren el amor en los grandes acontecimientos, como el día de hoy, pero también en las cosas más pequeñas y simples. Por ejemplo, en el último beso de buenas noches antes de dormirse cada noche. Solo me queda desearles, de corazón, que la ilusión que hoy vemos en ustedes perviva para siempre."
"Tras estas palabras, procedo a dar lectura al acta matrimonial: Siendo las catorce horas del día veinticinco de Noviembre del dos mil treinta y nueve, comparecen quienes acreditan ser Midoriya Izuku y ___ Aizawa Yamada, al objeto de contraer matrimonio en virtud de autorización recaída en el expediente número mil sesenta y siete. Quiero hacer constar que se han cumplido todas las prescripciones legales para la celebración de este matrimonio, sin que en la audiencia sustitutoria de edictos se haya presentado ni denunciado impedimento ni obstáculo para esta celebración."
"A continuación, Midoriya Inko, madre del novio, nos leerá algo que ha escrito en honor de la pareja."
—En este punto, paso a dar lectura a los artículos del sesenta y seis al sesenta y ocho del Código Civil, a los cuales ustedes, Izuku y ___, estarán facultados y obligados una vez hayan contraído matrimonio. Estos artículos resumen lo que debe ser su vida en común -voltea a verlos- Artículo sesenta y seis: Los cónyuges son iguales en derechos y deberes. Artículo sesenta y siete: Los cónyuges deben respetarse y ayudarse mutuamente y actuar en interés de la familia. Artículo sesenta y ocho: Los cónyuges están obligados a vivir juntos, guardarse fidelidad y socorrerse mutuamente. Deberán, además, compartir las responsabilidades domésticas y el cuidado y atención de ascendientes y descendientes y otras personas dependientes a su cargo.
—Hemos llegado al momento clave de la ceremonia en el que ustedes deben tomar la palabra para confirmar lo que sentís el uno por el otro. Así pues, les pregunto: Midoriya Izuku, ¿Quieres contraer matrimonio con ___ Aizawa Yamada y efectivamente lo contraes en este acto? -pregunta.
—Sí, quiero -dice sonriente.
—___ Aizawa Yamada, ¿Quieres contraer matrimonio con Midoriya Izuku y efectivamente lo contraes en este acto?
—Sí, quiero -asientes sonriente.
—Ahora pueden proceder al intercambio de los anillos.
—Yo, Midoriya Izuku, te tomo a ti, ___ Aizawa Yamada, como esposa y prometo serte fiel y cuidar de ti en la riqueza y en la pobreza, en la salud y en la enfermedad, todos los días de mi vida -coloca tu anillo.
—Yo, ___ Aizawa Yamada, te tomo a ti, Midoriya Izuku, como esposo y prometo serte fiel y cuidar de ti en la riqueza y en la pobreza, en la salud y en la enfermedad, todos los días de mi vida -le colocas el anillo.
—En este momento, los novios procederán a la entrega de las arras, una tradición muy antigua procedente de Oriente y que el Derecho Romano hizo suya. Seguramente ya sabrán que son trece monedas: doce de ellas en representación de la prosperidad que vivirán los doce meses del año y la última para ayudar a los que han tenido menos suerte que ustedes.
Katsuki toma la bandeja y pone las arras en las manos de Izuku.
—___, recibe estas arras como signo de los bienes que vamos a compartir -coloca las arras en tus manos.
—Izuku, recibe estas arras como signo de los bienes que vamos a compartir -le entregas las arras.
—Como concejal del Ayuntamiento de Japón y en virtud de los poderes que me confiere la legislación del país Japonés, yo los declaro unidos en matrimonio. Enhorabuena, pueden besarse.
Ambos firmaron el papel y por fin se besaron. Todos estallaron en gritos de felicidad, la prensa no paraba de tomarles fotos y vídeos, estaban grabando todo y estaba siendo transmitido a nivel nacional.
• • •
Algunos años después
Los años pasaban, y la pareja de esposos se amaban cada vez más. Tanto fue su amor, que un año después de haberse casado, la pareja tuvo la pequeña noticia de que serían padres, pero no de un bebé, sino que de dos hermosos bebés, un bello niño y una hermosa niña.
Actualmente, te encontrabas en la camilla del hospital, terminando de amamantar a cada uno de tus hijos. La puerta de la habitación fue abierta por nada más y nada menos que tu querido esposo. No había podido estar presente en el parto debido a una misión, por suerte, una amable enfermera te ayudó a grabar el parto para tenerlo de recuerdo.
Izuku traía en sus brazos un gran ramo de rosas rojas, junto con algunos globos y tus dulces favoritos. Le sonreíste con felicidad antes de ver a los bebés; a paso lento, se fue acercando para estar a tu lado. Unas lágrimas comenzaron a bajar por las mejillas de tu esposo.
—Son hermosos -sollozó.
—Cárgalos -sonreíste.
—¿Qué? Pero, ¿y si los tiro o los lastimo? -en sus ojos se mostraba la preocupación de hacerles daño.
—No lo harás Izuku, confía, te ayudaré -sonríes, mientras le extendías a tus hijos.
Con delicadeza, tomó en ambos brazos a sus hijos, sintiendo sus pequeños cuerpos acurrucarse en sus brazos. Sonrío en grande y les dio un beso en la frente a cada uno. Volteó a verte con una pequeña sonrisa, se inclinó y te dio un largo beso en los labios. Se separaron, y juntaron sus frentes.
—Gracias, de verdad, gracias por darme una familia -sonrió- Te amo
—Yo también te amo, cariño
Agradecías demasiado la segunda oportunidad que el universo te había dado. Lo único que podías pensar era, "Me enamoré en 2D", porque te enamoraste por primera vez de ese chico lindo y amable a través de una pantalla.
Sin duda nunca cambiarías nada de esto, porque a pesar de haber vivido cosas horribles en el pasado, no te arrepentías de que hayan sucedido, porque sin la ayuda de Shigaraki Tomura, no estarías viviendo lo que estás viviendo ahora. Posiblemente, tu vida sería otra en estos momentos, quien sabe, posiblemente ya hasta muerta estarías.
Pero, sin duda, no cambiarías nada de lo que te ha pasado. Estabas demasiado enamorada del pecoso, y él de ti. Amabas a tu familia, cómo no tenían ni idea. Esperabas que así siguiera, por el resto de tus días.
Fin
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top