🕸;; three ;;🕸
—Keon Hee, mira esto.
El mayor abrió los ojos para dirigir la mirada al menor, incluso antes de que el otro comenzara, notó que la caja ya no tenia su forma perfecta cuadrada.
Vió a Hwan Woong alzar su pie para dar un paso, aunque el cristal estuviera a pocos centímetros de él, descendió, y la pared de vidrio retrocedió, creando nueva suelo, más espacio.
Keon Hee alzó sus cejas.
—¿Cómo?— preguntó el mayor, levantándose del suelo donde hacía su pasatiempo favorito, dormir, recordó las veces que había caminado en los bordes, las paredes nunca se había movido.
—Es como el otro día... Sólo quiero avanzar, y las paredes se mueven por mí— dijo el menor, continuó caminando, la pared continuó escapando de su paso.
Keon Hee quiso intentarlo, se posó en la pared opuesta, mirando a la oscuridad, dió un primer paso, pequeño y dudoso, el cristal se movió, una pequeña sonrisa se formo en sus labios.
Continuó avanzando, paso por paso, quizás encontraba algo entre toda la oscuridad, quizás había algo entre toda esa nada.
Caminó una gran distancia, sin darse cuenta, el paso lento y la monotonía del exterior lo llevaron muy lejos de donde había partido.
—¡Keon Hee!
Escuchó un grito alejado, y se volteó con algo de susto, sus ojos se abrieron ampliamente al ver el largo pasillo de vidrio que se habia convertido la caja, esa imagen infinita casi parecía como cuando miraba hacia arriba.
—¡Keon Hee!
Escuchó a Hwan Woong gritar su nombre de nuevo, a lo lejos vio el menor correr hacia él, su llamado sonaba desesperado y asustado, corría como si su vida dependiera de ello hacia él.
—¡Hwan Woong!
Keon Hee comenzó a correr también a su encuentro, el menor continuaba llamándolo y si voz sonaba tan aterrada que pensó que aquel pobre chico había visto algún monstruo, ya más cerca escuchó su llanto mientras seguía gritando su nombre con pánico.
—¡Hwan Woong! ¡Aquí estoy!
El menor estiró una mano hacia él en cuanto estuvo cerca, y Keon Hee sólo la tomó y tiró de su cuerpo, cayendo entre sus brazos, se tambaleó sobre sus piernas cuando él se abrazó a su cuerpo con toda su fuerza, mientras temblaba de forma violenta y lloraba desconsoladamente sobre su hombro, Hwan Woong tomó su mano y se aferró a ella con fuerza, tomando el cuello del mayor.
—Hwan Woong... Hwan Woong....— acarició su cabello, dejó pequeños besos en su cabeza, lo abrazó con firmeza. —Hwan Woong ya... ¿Qué viste? ¿Qué pasó?
Hwan Woong negó.
—E-Estabas muy lejos...— murmuró, entre llanto. —Estabas lejos y yo estaba solo.
—Hwan Woong, no estás solo.
—Creí que te irías, no sé, qué está cosa se separaría y quedaros uno de cada lado y ya estaría solo... Para siempre.... No quiero perderte, eres lo único que tengo.
Keon Hee sólo pudo abrazarlo, y dejarlo llorar mientras veía a las paredes que habían apartado acercarse con lentitud, volviendo a la forma cuadrada de la caja original.
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