★彡[ʏᴜᴜᴛᴀ ᴏᴋᴋᴏᴛꜱᴜ]彡★
ᖫᖭ
Universo Canon / Fluff
EL SONIDO de su lápiz contra el papel era todo lo que Shiori podía escuchar en ese momento. Su propia mente había bloqueado el resto del ruido a su alrededor, incluyendo el que hacían sus compañeros que entrenaban unos metros más adelante. A pesar de estar también con Maki, todos lo que sus ojos podían ver era a Yuuta, que a su vez parecía muy concentrado como para darse cuenta de su mirada sobre él. Era mejor así, puesto a que él aún desconocía de los sentimientos de la muchacha hacia él. Se moriría de vergüenza si llegaba a darse cuenta de que no dejaba de mirarlo desde que llegaron ahí.
Trataba de disimular el hecho de que apenas podía quitarle la mirada de encima mientras fingía escribir algo importante en su libreta, cuando realmente estaba haciendo garabatos sin sentido con el lápiz.
Fue entonces que una idea cruzó su cabeza, sólo por un segundo, pero lo suficiente como para considerar llevarla a cabo. De nuevo, su vida social probablemente se acabe si alguien llegaba a verla, pero no era nada del otro mundo. Sí, no tenía nada raro. Sólo que no quería que nadie se enterara que le gustaba Yuuta y por eso decidió ser lo más discreta posible.
Empezó a trazar el perfil del chico aprovechando que no le estaba prestando atención. Aunque estaba en movimiento, se centraba en sus expresiones, cómo se desplazaba por el suelo, los gestos que hacía con sus manos, la manera que tenía de moverse al pelear y... todo, en realidad. Dibujaba todo lo que podía ver y hacía su mejor esfuerzo por capturar a la perfección la esencia de su persona; o al menos lo mejor que le permitía hacer borradores apresurados por la velocidad a la que se movía él.
Cuando se sintió satisfecha — es decir, cuando la hoja casi se quedó sin espacio. — decidió terminar de llenar lo que había quedado en blanco con corazones y palabras como "lindo", "me gusta", "increíble" y "guapo". Se sentía como la persona más cursi del mundo, pero le daba igual en ese preciso momento. Ahora, sólo necesitaba un último toque para ser completamente perfecto...
En la esquina superior derecha, dibujó un triángulo, luego lo atravesó con una línea horizontal y trazó un corazón en la punta. Al lado izquierdo de su creación, escribió el nombre completo de Yuuta, y al derecho, el suyo.
Sonrió satisfecha, sintiendo como si se hubiera quitado un peso de encima sólo con hacer eso. De hecho, realmente se sentía más ligera. ¿Será porque le puso todo su amor a esa única hoja de papel? Nunca lo sabría, pero tampoco se arrepentía de haberlo hecho.
— Atún. — sintió su alma salirse de su cuerpo por un segundo cuando escuchó a Inumaki, a su lado, mirando directamente a su libreta. Giró su cabeza lentamente hacia él, en completo pánico, y él le devolvió la mirada como si no estuvieran a pocos centímetros el uno del otro. ¿Había estado tan ida en sus fantasías que no se dio cuenta cuando Inumaki se acercó tanto? Y lo peor era que, aunque no se había dado cuenta de forma directa, ya conocía esa mirada suya.
Lo había visto todo, de principio a fin.
— Inumaki... no le digas a nadie esto, por favor. — suplicó en su susurro, con la esperanza de que su compañero fuera compasivo con ella. En especial considerando que no era la primera vez que la atrapaba con las manos en la masa en medio de sus fantasías acerca de Yuuta, cuando lo miraba o suspiraba como tonta enamorada. Era el único que sabía de sus sentimientos, y esperaba que se mantuviera así por un largo, largo tiempo.
Lo que no sabía era él ya se estaba comenzando a cansar de guardarle el secreto. De poder hablar como persona normal, ya le habría dicho todo a Yuuta, pero no podía explicarle si no podía usar palabras normales. Y es que ella tampoco hacía por dónde declararse, lo cual ya lo tenía un poco cansado porque, desde lo que podía notar de ambos, era OBVIO que se gustaban. La única razón por la que Shiori no se daba cuenta de cuando Yuuta la miraba era porque lo hacía cuando ella no estaba mirando, y así pasaban todo el día, como turnándose en mirarse y hacerse ojitos a escondidas del otro. Si tan sólo uno de los dos se decidiera declararse, las cosas serían diez millones de veces más sencillas. Muchas veces pensó en escribir una nota, quizás; una que le dijera directamente "A Shiori le gustas", pero sería fácil para ella negarlo o decir que era una broma de su parte para molestarla, porque claro, eso era más creíble.
No era que no eran cercanos; eran amigos. A menudo convivían y se habían acercado el uno al otro con el paso del tiempo, al punto que su amistad se había vuelto bastante cercana. Quizás era por eso que le tenían tanto miedo a confesarse sus sentimientos.
Pero ahora... ahora las cosas eran diferentes. La creación de la muchacha era evidencia física de lo que sentía. Sin embargo, no había forma de que le permitiera siquiera acercarse a su libreta; menos tenerla en sus manos.
A menos...
—...Inumaki, la cara que tienes me está dando miedo. No vas a decir nada a Yuuta, ¿verdad? ¿VERDAD? — la mirada del contrario alternó entre ella y el objeto que sostenía. Una y otra vez, cada vez más rápido, por lo que ella pronto imitó su acción y miró al cuaderno en sus manos. Se dio cuenta de lo que planeaba, y era un plan infalible que ni con sus mejores esfuerzos podría impedir. — No te atreverías... — observó como abría su boca para hablar, y trató de detenerlo una última vez en una súplica desesperada. — No lo hagas; te lo ruego. Inumaki, piénsalo bien. Hay mejores maneras para que se entere. ¡Se lo diré mañana si quieres! ¡En persona! ¡Pero no lo hagas! ¡Ten algo de piedad! No. Lo. Hagas. Por favor. ¿Para éstas cosas es que vas a usar tu técnica maldita? ¿No te da vergüenza?
Pero su pedida de piedad no tuvo ningún éxito. Más que nada seguía hablando para qué él no lo hiciera, pero no tenía caso. Lo iba a hacer de todas formas.
— ¡No te muevas! — una fuerza invisible la obligó a mantenerse en su lugar al escuchar esas palabras salir de su boca. No podía moverse, por más que quisiera, y fue en ese instante que Inumaki tomó la libreta de sus manos y corrió en dirección a Yuuta.
¡NOOOOOOOOO!
Lloró internamente. Era su final; ya no había nada que pudiera detenerlo. Si iba a morir, que fuera en ese momento. Hubiera dado igual de no ser por la sombrilla del amor que había puesto en la esquina, donde se evidenciaba que había sido ella quien hizo todo eso. ¡Maldita sombrilla del amor! ¿Por qué la dibujó? ¿Por qué no se dio cuenta de que Inumaki la estaba viendo? ¿Por qué tenía que ser tan cursi con respecto a sus sentimientos?
Ahora veía, rendida, como Inumaki caminaba tranquilamente e interrumpía el entrenamiento de Yuuta con Maki para que viera lo que traía en sus manos de manera orgullosa.
— ¡Atún con mayonesa! — alzó la libreta para que la viera y luego la extendió hacia él. Yuuta ladeó la cabeza, confundido, y le echó un vistazo al objeto que le estaban ofreciendo.
Al analizar el contenido de la libreta, su rostro se tornó color carmesí lentamente. Y de no ser por la sombrilla dibujada en la esquina, no sabría qué había sido Shiori la que lo había hecho. Quería decir eso que... ella gustaba de él también, y por lo tanto, no debía temerle a confesar sus sentimientos.
— Eh... ¿me dan un momento? Tengo que hablar con Shiori. — al verlo alejarse sin dejarlos contestar, Maki quedó confundida, pero tampoco lo detenía porque, a fin de cuentas, ni sabía lo que estaba pasando. Casi podía decir que le daba igual, excepto que para ella también era obvio que esos dos se gustaban. Ahora tenía curiosidad por saber qué vio que lo hizo querer hablar con ella de inmediato.
— ¿Qué le diste? ¿La libreta de Nakano?— Inumaki asintió. — ¿Pues qué tenía?
— Atún con mayonesa. — quiso explicar, formando un corazón con sus manos.
— ¿Eh? ¿Como una declaración de amor o algo? — él asintió de nuevo. — ¡¿Ya?! ¡Por fin! ¡Ya no puedo seguirlos viendo siendo tan obvios! ¡Que se hagan novios de una vez!
Queriendo ignorar esa conversación, Yuuta se le acercó a su compañera a paso veloz; como temiendo que fuera a salir corriendo de él. Pero no lo hizo; ya se había rendido hace rato. Sabía que no importaba cuánto quisiera, no podía negar lo que había en esa libreta y él ahora sabía que le gustaba. Sólo podía esperar que no se arruinara su amistad por aquello.
Nervioso, Yuuta se mantuvo de pie frente a ella. Por un momento ninguno de los dos se atrevió a decir nada. Shiori respiró hondo, tomando valor para dar el primer paso y hablar. Ya había pasado vergüenza; ya daba igual si le decía directamente lo que sentía.
— Entonces, acerca de lo que había en mi libreta. Ya sabes que dibujo, ¿no? Y a veces dibujo también cosas que me gustan, y pues, te dibujé a ti, así que eso. Me gustas mucho; no se suponía que te enteraras así pero Inumaki se robó mi libreta y ya no pude moverme y ahora lo sabes. Perdón por haberte dibujado sin que supieras y por poner nuestros nombres en un tonto paraguas del amor, yo-
— Me gustas también. — viendo que logró hacer que dejara de hablar a la velocidad de la luz, continuó con lo que tenía que decir. — Por eso... no le molesta que me hayas dibujado o que hayas puesto nuestros nombres en un paraguas del amor. De hecho yo... lo hice también un par de veces; aunque sea tú lo hiciste sólo una, jaja... — una risa nerviosa se escapó de su boca al admitir eso último, para luego terminar de hablar. — Pensé que no te sentías igual... por eso no dije nada.
— Y yo aquí pensando que estaba siendo muy obvia. — rió también, en un intento por aligerar el ambiente que se formó entre ellos. A pesar de todo, no era totalmente incómodo. Sabiendo los sentimientos del otro, era un poco más fácil abrirse a expresar verbalmente lo que había en sus corazones; lo cuales parecían latir en sincronía. Shiori dirigió su mirada al suelo, aún un poco inquieta, pero se decidió a dar el primer paso y hacer la pregunta. — Entonces... si tú me gustas y yo te gusto también...
— ¿Quieres ser mi novia? — se adelantó a ella, dejándola completamente atónita. — ¡Lo siento! Tú lo ibas a decir.
— ¡No, e-está bien! Era.. bueno, es lo mismo, ¿no? Quiero decir... — suspiró con fuerza, obligándose a sí misma a calmar sus pensamientos y responder de forma adecuada. — Sí, quiero ser tu novia.
— ¿Sí? — ella asintió, y acto seguido se levantó de donde se encontraba sentada. Aún sin estar muy seguro de qué hacer, Yuuta extendió sus brazos hacia ella. — Um... ¿un abrazo?
La fémina soltó una risita y volvió a asentir con la cabeza.
— Claro.
Sin esperar un segundo más, caminó hasta estar en sus brazos. Se quedaron así durante algunos segundos, sin decir nada; sólo disfrutando del contacto que compartían ahora que sus sentimientos salieron a la luz. La calidez que se daban en ese momento no tenía comparación, y harían lo que fuera para que ese momento les durara para siempre.
Cuando se sintió listo, Yuuta fue el primero en darle un beso pequeño en la mejilla, pero fue ella quien dio el paso y se acercó a darle uno en sus labios. Cerraron sus ojos, olvidándose por un momento que sus compañeros probablemente los estaban viendo, y se sumergieron por completo en las sensaciones que les provocaba ese primer beso. Su primer beso. El primero de muchos.
Al separarse, aún sonrojados, estaban demasiado metidos en su propia burbuja donde no existía nada más que ellos... hasta que escucharon los gritos emocionados de fanático de Panda, que estaba celebrando que por fin se habían besado. Parecía más emocionado que ellos. El resto de sus compañeros parecían felices por ellos también.
En especial Inumaki, que celebraba el éxito de su plan como si hubiera descubierto la cura del cáncer.
Podían decir lo que quisieran de él, pero gracias a su intervención ahora estaban juntos.
🫀 Inumaki el verdadero héroe de la historia.
No sé mucho ni entiendo demasiado de Yuuta, pero igual quería escribir algo de él. Perdón si algo no tiene sentido; espero que haya quedado bien 😭✋️
Besitos en las manos, cuídense y tomen mucha agua.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top