𝐓𝐄𝐍
"DESFILE"
KATNISS ESTABA SENTADA ESCUCHANDO CON ATENCIÓN A HAYMITCH, la castaña sabía que escuchar al rubio sería muy importante para lograr sobrevivir.
—Quiero que olviden todo lo que creen saber sobre los juegos —empezó a decir el rubio—. Lo del año pasado fue un juego de niños, este año se enfrentan a asesinos experimentados.
—De acuerdo ¿Eso como nos afecta? —cuestionó Peeta Mallark, el tributo del distrito doce y "prometido" de Katniss.
—Significa que van a necesitar aliados —fue la respuesta de Haymitch.
—De acuerdo, creo que si-
—Tu no eres el problema —le cortó el mayor, ambos rubios se giraron a observar a Katniss..
—No —afirmó la castaña, no deseaba aliados.
—Miren, comienzan con desventaja. La mayoría lleva años de ser amigos.
—Solo seremos los primeros que querrán matar.
—Háganlo como quieran, pero yo conozco a esta gente. Si van solos, lo primero que harán será ir tras de ustedes. Tras los dos.
—Katniss, por favor.
Luego de un silencio, ella habló.
—¿Cómo podríamos confiar unos en otro?
—No se trata de confiar, se trata de sobrevivir.
Entonces Haymitch empezó a mostrarle los demás tributos profesionales. Fue en el distrito cuatro que se detuvieron a hablar un poco más.
—Finnick Odair ¿cierto? —Katniss lo reconoció.
—Si. Ganó sus juegos a los 14 años, el más joven de la historia —respondió Haymitch—. Muy humilde.
—Bromeas.
—Si, bromeó. Es un pavorreal, un engreído. Pero es el consentido del Capitolio, aquí lo adoran. Encantador, inteligente y muy hábil en el combate, en especial en agua.
—¿Y sus debilidades?
—Una, Narcissa —respondió el rubio y entonces se mostró a la pelirroja de ojos verdes—. Es una chica maravillosa, amable y dulce, pero tampoco es indefensa.Esa mujer tiene una inteligencia impresionante, cualquiera la confundiría con alguien parte del distrito tres.
—Significa que no tienen debilidad alguna.
—No la tienen, por eso es mejor tenerlos como aliados que como enemigos —concordó el rubio.
[...]
La pelirroja miró con una mueca el vestuario que Venix le deseaba poner. Narcissa en definitiva no estaba dispuesta ni tampoco de acuerdo con la elección.
—No me voy a poner eso, Venix —se negó la pelirroja con el ceño fruncido.
—Oh vamos cariño, te vas a ver fantástica, además la tela que coloque en el interior cubrirá tus partes más privadas.
—Venix-
—Finnick también usará algo parecido —se apresuró a decir la mujer—. Irán combinados.
—Ese maldito engreído debe estar contento con esto —chilló la pelirroja frustrada.
Su novio era un egocéntrico que adoraba la atención sin duda alguna. O bueno, así se comportaba cuando estaban en el Capitolio. En su hogar la única atención que siempre buscaba era la de su esposa.
Una vez ya vestida, no pudo evitar hacer una mueca ante el vestuario que le tocó. Su vestido era hecho de una tela que hacía alusión a las redes, dejaba mucha piel que mostrar. Por suerte si se cubrían sus partes privadas con una tela color nude que Venix colocó en el interior del vestido.
Para complementar usó unas sandalias y un maquillaje sencillo. Al terminar su preparación ella salió en busca de su novio o sus mentores.
Annie y Tristán eran los únicos presentes, los dos mentores explicaron que Finnick había decidido bajar antes.
—Ese tonto sabe lo que le espera cuando lo encuentre —murmuró la pelirroja molesta.
La pareja solo se rió, ellos sabían que Narcissa solo le reclamaría al rubio y este la persuadía con caricias y besos. Esa era su dinámica.
Al llegar con los demás tributos ella buscó a Finnick con el ceño fruncido, pero este se quitó al notar al rubio charlar con Katniss Everdeen, su molestia se vio reemplazada con sorpresa.
De brazos cruzados ella empezó a esperar a su amado, quien no tardó en darse cuenta de su presencia.
—Si me disculpas chica en llamas.... mi preciosa me espera —se despidió el rubio con una sonrisa.
—¿Quieres un azucarillo Cissa? —fue lo primero que el rubio dijo.
—¿Cómo se te ocurre aceptar la idea de vestirnos así? —le reclamó ella—. Entiendo que adores la atención pero-
—Quería verte a ti así —le cortó él mientras se acercaba más a la pelirroja—. Y déjame decirte que Venix hizo un estupendo trabajo, eres divina.
—Tu estás semidesnudo, Finnick, no creas que eso me parece divertido.
—Bueno esto es sólo las consecuencias por querer verte a ti así.
—Eres un-
—¿Encantador y asombroso hombre?
—Un pervertido.
Se subieron al carro, cuando les tocó salir Finnick saludaba todos y les lanzaba sonrisas coquetas mientras que Narcissa con timidez saludaba y sonreía levemente.
Snow apareció y dio su discurso, luego sonó el himno y dieron otra vuelta antes de irse una vez terminado el espectáculo.
Al bajarse de los carros la pareja se dirigió a una de sus amigas vencedoras, quien al ver a cierto rubio no pudo evitar rodar los ojos con fastidio.
—Johanna, te han vuelto a vestir de árbol —fue lo primero que dijo Finnick con burla.
—Finnick, no sabía que querías ser un prostituto hoy –rebatió la castaña molesta—. Espero que tomatito te deje por exhibicionista.
—Ella no me dejaría por nada en el mundo —replicó confiado el rubio.
—Después de lo de hoy....
—¡Cissa! —le reclamó el rubio al notar como se puso de parte de Johanna.
—Yo los dejó con sus problemas maritales, nos vemos.
—No la molestes Finnick, yo no te defenderé si decide clavarte su hacha.
—Me estás ofendiendo mucho hoy princesa, considera dormir sola hoy.
—Está bien —respondió ella simplemente mientras se alejaba del rubio quien borró su sonrisa divertida por una expresión de preocupación.
—Era una bromita mi amor, sabes cómo soy yo.
—Bueno, yo no lo tome como una bromita —le molestó la pelirroja mientras se deshacía el peinado.
—Cissa, sabes que no puedo dormir si tú no estás conmigo ¿Serías tan mala como para no ayudarme a dormir?
—Manipulador, eso es lo que eres.
—Los momentos desesperados requieren medidas desesperadas.
—Dios, no te soporto.
—Eso no dices cuando tengo mi boca en-
—Terminas esa frase y te dejo de hablar, Finnick.
—¿Me dejarás dormir contigo o no? Todo depende de eso, sabes que yo no tengo vergüenza.
—En que momento me vine a fijar en ti —susurró la pelirroja mientras rodaba los ojos—. Sabes que nunca sería tan cruel como para evitar que duermas.
—Eres tan linda en ocasiones —murmuró él mientras tomaba de la cintura a la chica—. Lamento tanto no haberte pedido matrimonio. Pero arreglaré eso cuando todo esto termine.
Ella no entendió bien las palabras de su novio, pero sospechaba que Finnick le ocultaba algo, y no sabía si era bueno o malo.
Mientras caminaban hacia los elevadores la pelirroja notó cierta cabellera rubia que se le había conocida, sin dudar se acercó a la persona.
—¡Haymitch! —espetó la pelirroja con una gran sonrisa, no tardó en abrazar al hombre—. Es bueno verte aquí.
—Narcissa —dijo el hombre del distrito once con una leve sonrisa—. ¿Dónde dejaste a tu chicle?
—Está allá esperando —señaló al rubio, quien se encontraba de brazos cruzados esperando a su amada—. Finnick sabe que no tardarás en molestarlo si se acerca.
—Buena elección —coincidió el rubio divertido.
Haymitch y Narcissa se conocieron en la edición numero setenta y uno de los juegos, desde entonces han mantenido una relación cordial y podría ser que incluso una amistad.
—Se que no te gusta recordarlo y también se que fue ayer pero.... feliz cumpleaños —espetó ella con una pequeña sonrisa.
—Gracias Cissa —murmuró el rubio con un deje de...¿tristeza?
—Nos vemos luego Haymitch —se despidió con una sonrisa mientras retrocedía unos cuantos pasos.
Mientras la pelirroja caminaba hacia su amado, los dos tributos del distrito doce no pudieron quitar su rostro de sorpresa. El cumpleaños de Haymitch era el día de la Cosecha.
Cissa's dress
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