023 || the hug that calms everything

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Chapter Twenty Three
el abrazo que calma todo

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¿QUÉ SE SUPONE QUE HABÍA ENTRE JUNO Y SPENCER AHORA QUE AMBOS habían aceptado lo que sentían el uno por el otro y además habían compartido mas de un beso? Esa era la pregunta que rondaba por la cabeza de Spencer desde el día de su cumpleaños. Ambos se mensajeaban todos los días que el castaño se encontraba fuera del estado e incluso tenían algunas llamadas en las noches, sin embargo aún no se hacía mención alguna sobre los avances en su relación.

Spencer no quería presionar a Juno, además sentía que ese tema debía ser tocado en persona y por cuestiones laborales, no habían podido verse en casi dos semanas. Cada que hacían planes para volver a reunirse, un caso nuevo en otro estado hacía que todo quedara pospuesto.

A Juno no le molestaba eso, comprendía que Spencer tuviera responsabilidades, además, la distancia la ayudaba a seguir pensando en todo lo que se encontraba sintiendo, por que si, le había dicho que lo quería y que quería estar a su lado, pero eso aún resultaba un tanto complicado de digerir para ella.

Estar con Spencer implicaría dejarlo entrar en maneras que creyó que no volvería a permitir.

El reloj marcaba las dos de la mañana, Juno daba vueltas en su cama al no poder dormir, tenía a su pequeña gatita de color negro dormida en sus pie, Charlotte y Minerva dormían tranquilamente en sus habitaciones, Zara tenía el turno nocturno en el hospital, por lo que la castaña era la única despierta, así que fastidiada de no poder conciliar el sueño, optó por levantarse para ir a prepararse un café.

La cafetera era lo único que se podía escuchar en todo el departamento. Juno tomó su celular para jugar con él en lo que el café se preparaba, eso la hizo ver el momento exacto en el que la pantalla de este se iluminó para mostrar que una llamada estaba entrando.

Era Spencer.

— Hola. ¿Está todo en orden?— contestó ella confundida por la hora

— Lamento mucho la hora, es solo que acabamos de volver de un caso y... no quiero estar solo— suspiró Spencer del otro lado de la línea— Esto fue demasiado... ¿Crees que pueda pasar a tu departamento? Aunque solo para hablar un momento, solo se que necesito despejar mi mente de todo lo que acabo de vivir

— Por supuesto. Cuando estés afuera mándame un mensaje para que salga a abrirte— respondió Juno preocupada por el tono de voz del castaño. No sabía que había pasado, pero en definitiva sonaba como algo verdaderamente malo— No toques el timbre porque a veces Charlotte tiene el sueño ligero y no la quiero despertar

— Gracias... te veo en un rato, no tardo— agradeció Spencer antes de colgar

Juno se puso bastante nerviosa, no sabía a que se enfrentaría en cuanto Spencer llegara. Gracias a Zara y Derek sabía lo que era que un caso te afectara, lo vio en reiteradas noches cuando el moreno aparecía en el departamento, desgastado, con ganas de gritar, llorar... nunca se había enterado de alguno de los casos, pero no hacía falta ser un genio que las cosas a las que se enfrentaban eran terribles, después de todo, el grupo veía siempre lo peor de los seres humanos.

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Solo pasaron quince minutos para que el teléfono de Juno sonara nuevamente, anunciando así que Spencer Reid había llegado. La castaña se levantó del sillón para encaminarse a la puerta, estaba nerviosa, quería apoyar a Spencer, sin embargo no estaba muy segura de si ella pudiera hacer algo por él.

Abrió la puerta y le sonrió a la figura que había del otro lado.

Spencer se había sentido demasiado abrumado por todos los horrores que había visto en el último de sus casos. No podía encontrar las palabras para expresarse del todo, había sido de las peores cosas que había visto en su vida, sentía que no podía cerrar los ojos y no ver las imágenes de ese horrible rancho en donde tantas personas perdieron la vida de una manera tan espantosa.

— Pasa, preparé café y té. También tengo algunas galletas— ofreció Juno tomando la mano del castaño para hacerlo entrar— ¿O tienes hambre? Puedo cocinarte algo y...

Juno fue interrumpida por un repentino abrazo por parte de Spencer.

Era extraño para ella. Normalmente retrocedía cada que alguien intentaba abrazarla, sin embargo en los brazos de Spencer el contacto no era incómodo, todo lo contrario, lo disfrutaba e incluso podía decir que se sentía segura cada que los brazos del hombre la rodeaban.

La historia con Spencer era bastante parecida, él se sentía incómodo ante el contacto físico en general, eran contadas las personas con quienes se sentía cómodo para la cercanía y Juno era una de ellas.

En esos momentos se sentía tan abrumado y tan frustrado que solo deseaba fundirse en un abrazo junto a la mujer que tanto quería.

En un principio, cuando los brazos de Spencer rodeaban a Juno, él sintió una sensación reconfortante y cálida que lo envuelve. El contacto físico con la bella castaña que lo hace suspirar logró desencadenar una respuesta fisiológica en su cuerpo, liberando tensiones acumuladas y relajando sus músculos tensos. La tranquilidad comienza a inundar su ser, permitiéndole soltar las preocupaciones que lo agobiaban.

Y es que a medida que la conexión entre ambos se intensifica, Spencer lograba percibir una profunda sensación de pertenencia y seguridad. El abrazo de Juno era como una especie d escudo invisible que lo protege del mundo exterior y de sus propias inseguridades. Siente que no está solo en su lucha y que, juntos, pueden superar cualquier obstáculo. Esa certeza le infunde esperanza y renueva su energía.

Los segundos pasaban y ninguno parecía querer romper el momento, todo lo contrario, amos parecían sumergirse más en el abrazo, lo que hacía que Spencer pudiera experimentar una oleada de amor y afecto.

Todo gracias a que la presencia de Juno le recuerda el vínculo especial que comparten, y esa conexión profunda es un bálsamo para su alma desgastada. Se siente querido incondicionalmente y comprendido en un nivel que trasciende las palabras. En ese abrazo, encuentra la aceptación total y la validación emocional que tanto anhelaba.

La tristeza y la frustración que plagaban a Spencer empezaba a desvanecerse gradualmente, siendo reemplazadas por una sensación de serenidad y felicidad. Su mente por fin parecía aclararse, logrando así liberarse de todos aquellos pensamientos negativos que tuvo desde que descubrió lo que ocultaba el rancho en donde estuvieron horas atrás.

El estrés se desvanece y, en su lugar, surge una calma renovada.

Y es que para Spencer, abrazar a Juno después de un día estresante, triste y frustrante representaba tantas cosas, cosas como lo eran la paz y tranquilidad. En los brazos de su hermosa castaña de ojos verdes, encontraba consuelo, seguridad, amor incondicional y un alivio profundo. 

Ella era un recordatorio de que, a pesar de las dificultades de la vida, siempre hay un refugio en el que puede encontrar descanso y renovación.

— Lo siento si te incomodé pero...

— Lo necesitabas— sonrió Juno rompiendo el abrazo— De verdad que no te preocupes. Pasa y cuéntame lo que te pasó

Spencer se debatía entre si debía contarle a Juno las cosas que vio en aquel caso que lo tenía tan afectado. Él veía a la castaña como alguien pura y hermosa, alguien que pese a todo lo malo que había pasado en su vida lograba ver lo bonito en el mundo... no quería arruinar eso contándole como existían personas tan horribles que causaban tanto daño.

— Fue un caso bastante intenso... no quisiera repetir en mi mente todas las imágenes que estuve viendo en las últimas horas— suspiró Spencer entrando al departamento— No quiero que tu tengas esas imágenes en la cabeza... 

— ¿Tan mal estuvo? Por dios— exclamó Juno cerrando la puerta— Respeto si no quieres hablarlo, pero en algún momento tendrás que hacerlo y si no es conmigo que sea con alguien mas, tampoco es bueno que te quedes con esa clase de cosas guardadas

— El buró nos tiene un psicólogo asignado para cuando pasan esta clase de situaciones... hablaré con ella en otro momento. Ahora solo quiero estar contigo— sonrió Spencer ligeramente

— Me hace feliz saber que en momentos como estos pienses en mi como alguien que puede ayudarte, ya sea para escucharte o simplemente para distraer tu cabeza de todos los problemas— dijo Juno caminando a la cocina— Antes tenía la costumbre de aislarme cuando pasaba por situaciones como la tuya... bueno, no exactamente como la tuya porque yo no trabajo para el FBI... espero me esté dando a entender

— Si, si te estás dando a entender— rio ligeramente el hombre— ¿Puedo preguntar por qué te aislabas? 

— Como te lo había mencionado, las cosas en mi vida cambiaron mucho después de la muerte de mi madre y una de las cosas que tuvo un gran cambio fue la manera en la que debía lidiar con mis emociones— explicaba Juno mientras servía café en una taza— A la nueva esposa de mi padre no le gustaba la idea de tener a una niña llorando en la casa, entonces siempre que algo me afectaba, me mandaba a encerrarme en mi habitación... nadie nunca fue a consolarme y de alguna manera me hizo creer que yo tendría que lidiar siempre sola con lo que estuviera sintiendo

— Pero no tienes que hacerlo, ya no— dijo Spencer mirándola— No volverás a estar sola. Tienes a Charlotte, a Zara, a su madre a tus amigos y ahora me tienes a mi...

— Lo sé, me costó bastantes años comprender que ya no volveré a estar sola, mucho menos ahora que tengo una hija— sonrió Juno mirando una foto de Charlotte colgada en el muro de la sala— Mi pequeña...

— Eres una grandiosa madre— exclamó Spencer— Se que el comentario no tiene relación alguna a lo que estábamos hablando, pero quería recalcarlo. Eres una excelente madre

Spencer admiraba a Juno por demasiadas cosas, pero sin duda la principal era por toda la fortaleza de la mujer y por todo lo que había luchado para sacar adelante a Charlotte aún después de ser despreciada por el padre de la pequeña.

¿Cómo un padre podía rechazar a su propia sangre? ¿Cómo alguien tenía el corazón para abandonar a alguien que vino de ti?

Esas eran las preguntas que rondaban por la cabeza de Spencer cada que veía a Charlotte riendo y jugando. Ella era una niña maravillosa, alguien amable, dulce, tierna... era solo una niña que merecía todas las bellas cosas que existían en el mundo y aún así su padre la despreció.

— ¿En que piensas?— preguntó Juno bebiendo de su taza de té

— En Charlotte— respondió él también mirando la foto de la niña— En la maravillosa niña que es... de verdad que por mas vueltas que le doy en la cabeza, no logro comprender como su padre tuvo el corazón para comportarse como lo hizo con ambas

Y vaya que esa respuesta tomó por sorpresa a Juno.

— No quería incomodarte...— trató de decir Spencer al ver el rostro de la chica

— No te preocupes, lo entiendo— negó Juno tomando asiento junto a él— Y respondiendo a las cosas que pensabas... la verdad yo tampoco logro entender las decisiones de Austin... aunque si te soy honesta evito pensar en ello, después de todo no es como que por encontrar una respuesta el tiempo este pudiera retroceder...

— ¿Puedo decir que tu ex es un idiota?

— Me indignaría si no lo pensaras— rio Juno— Y aunque no le deseo ninguna clase de mal, créeme cuando te digo que he pensado cosas peores sobre él. Sobre todo después de que me separé de él

— ¿Y ella nunca pregunta por él?

— Hace unos meses lo hizo. Me partió el corazón el no saber como explicarle porque su papá no la llamaba o no la venía a ver...— suspiró Juno— Y aunque esa ocasión me dijo que no quería saber nada él si eso me hacía sentir triste, yo sé que cuando crezca comenzará a hacer mas preguntas... eso la va a lastimar y odiaré demasiado a Austin si la veo llorar por su culpa

— El dolor será inevitable, pero sabrá vivir con él, sabrá como vivir sin que eso le afecte. ¿Y sabes por qué estoy tan seguro de eso? Porque Charlotte tiene una mamá increíble que logra llenar los vacíos que otros pueden dejar— trató de animar Spencer— Te lo dice alguien que también fue abandonado por su padre, esa clase de dolores son inevitables, pero cuando tienes a una madre que te ama tanto como tú a Charlotte... las heridas sanan mucho más rápido

— Esperemos que sea como lo dices. No soportaría ver que mi hija llorara por culpa de alguien ausente— decía Juno mirando al suelo

•••

Spencer había pasado el resto de la madrugada en el departamento de Juno. Ambos se quedaron despiertos toda la noche hablando de cualquier clase de cosa que los hiciera felices, compartieron algunos de sus recuerdos favoritos e incluso algunos no tan agradables.

Fue una gran noche para ambos en donde ambos pudieron comprobar nuevamente lo felices que se sentían en compañía uno del otro.

Pero entonces el sonido de un despertador hizo que Juno dejara dejara de reír por unos momentos. Era el suyo, lo que significaba que era momento de despertar a Charlotte para llevarla al colegio.

Ambos habían perdido la noción del tiempo.

— Mierda, tengo que comenzar a preparar el desayuno— exclamó Juno viendo como el reloj de la sala ya marcaba las 6:30 de la mañana— ¿¡En que momento amaneció!?

Juno se disculpó un momento con Spencer para levantarse velozmente del sillón, tenía que ir al cuarto de su hija para comenzar a despertarla.

— Charlotte, cariño— decía Juno besando la frente de su hija— Es momento de despertar. Ve a ducharte mientras te hago de desayunar

— Cinco minutos mas— pidió la niña cubriéndose con las mantas hasta la cabeza

— Siempre dices eso y se nos acaba haciendo tarde— respondió Juno destapando a la niña— Si te apresuras podrás encontrar una sorpresa en la sala

— ¿¡Sorpresa!?— exclamó la niña emocionada, pero aún adormilada

— Tómalo con calma, termina de abrir bien los ojos y sales para ver quien se encuentra en la sala— sonrió Juno— Buenos días, corazón

— Buenos días, mami— dijo nuevamente Charlotte, pero ahora besando la mejilla de Juno

La castaña salió del cuarto y se encontró con Spencer sonriéndole.

— Tenía que darle un incentivo para sacarla de la cama y se que en cuanto te vea se pondrá feliz— dijo Juno sonriendo de vuelta— ¿Te quedas a desayunar? Puedo pasar a dejarte en el auto a tu departamento después de dejar a Charlotte en la escuela

— ¿Hoy no irás a la pastelería?

— No. Charlotte tiene una reunión para jugar con Jack después de la escuela— respondió Juno amarrando su cabello en una coleta para comenzar a cocinar— Y antes de que lo preguntes, si me refiero a Jack, el hijo de tu jefe. Al parecer ambos se llevaron bien el día de tu cumpleaños, de hecho ya conocí a Hailey porque coincidimos en un parque hace unos días

— Oh vaya, que bueno que se llevarán bien— sonrió Spencer— Y pues, si no tienes problemas o no te cambio los planes, me encantaría quedarme al desayuno

— Excelente. Hoy le prometí a Charlotte que le haría hotcakes con leche de fresa, ¿Estás bien con eso o quieres que te prepare otra cosa?— preguntó Juno

— Es perfecto, ¿Necesitas...?

— ¡Spencer!— exclamó la voz cargada se felicidad de Charlotte

La niña salió de su cuarto y corrió para abrazar las piernas del castaño, quien enternecido por la reacción de la niña, correspondió el gesto de inmediato.

Juno sonrió al ver el cariño que Charlotte le había tomado a Spencer y viceversa. Eso la hacía darse cuenta que había acertado en aceptar al castaño en su vida.

Y eso la hacía muy feliz.

creo que es el mayor tiempo que me he ausentado en este fic y les pido una disculpa, pero pasé por un bloqueo creativo que no me dejaba pasar de los primeros párrafos, además de que estaba con poco tiempo por encontrarme a finales de semestre.

en fin, ya estoy de regreso, esperando que sigan aquí para comentar y votar muchísimo, prometiendo no volver a desaparecer tanto tiempo, jeje.

K.

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