𝟑

—Las hermanas y yo estamos totalmente encantadas de que el joven Park pase la navidad con usted. —Dijo la madre superiora.

—Es la única familia que me queda. —La señora asintió en comprensión.
—Bueno y su madre, hace años que no veo a mi tia...espero que Jimin no haya dado muchos problemas.

—Todos somos hijos de dios querido. —Sonrió débilmente y al tomar de su taza de té abrió los ojos en grande, demostrando cuanto los había hecho sufrir aquel chico.

—Oh, Taeni boo. —Jimin entro sonriendo, llendo hasta el rey y dandole dos besos en la mejilla.

Taehyung le sonrió y acomodo el sombrero que llevaba.

—Que exquisita sorpresa. —Le dijo Park.

—Te vez muy bien.

—¿Y que te trae a mi riconcito privado en el purgatorio?

La madre superiora lo vio asombrada tras escuchar eso.

—Ahm... —Tae volteo a ver a la madre superiora. —Pensé que podría ser agradable que pasáramos la navidad juntos.

—Ah ¿Estaré fregando o sacudiendo?

—Como invitado. —Le dijo Tae con una gran sonrisa.

Jimin frunció su ceño en confusión.

—Después de considerarlo mucho, le dije a su majestad que podría permitirme ser un poco flexible en cuanto a las reglas dado que es navidad. —La señora sonrió.

Jimin asintió sintiéndose feliz.

—Siempre y cuando prometa volver en diciembre 26 hay una audiencia del comite disciplinario en la que debe estar presente. —Remarco el "debe" con algo de fuerza.

Park solo abrió los ojos un poco, notandose algo fastidiado.

—Prometemos que lo traeremos a tiempo madre superiora, tiene mi palabra. —Le dijo Kim con total seguridad.

—Pues en ese caso, el joven Park es libre de pasar las vacaciones en el palacio.

—Será fenomenal. —Le dijo Jimin a su primo, guiñándole un ojo.

—Gracias inspectora, si... avísenos. —Jung corto la llamada.

—¿Tienen algo? —Le pregunto Jungkook.

—Creian tener una pista pero no hubo éxito. —Nego un poco decepcionado.

Yugyeom y Jungkook suspiraron.

—Nos vendría bien una buena noticia. —Dijo Gyeom mirando a su esposo.

—No te preocupes alteza escultural. —Jimin entro a la sala, vistiendo un traje negro con algunos brillos.
—Acaba de llegar su salvación.

—Entrega especial. —Les sonrió Wheein.

—Tratese con cuidado. —Beomgyu se coloco tras Jimin, guiñandoles un ojo.

Jungkook cerro los ojos, suspirando nuevamente.

Los tres recién llegados vieron el licor sobre una mesa e inmediatamente fueron hacia ella.

Taehyung entro segundos después siendo acompañado por la señora Kim.

—¿Wheein y Beomgyu? Debe ser una broma. —Kook le reprocho.

—Jimin acepto ayudarnos pero dijo que necesitaba a su equipo.

Kook giro los ojos con fastidio.

—¿No estaban en la carcel también? —Pregunto Gyeom.

—Lo estaban pero...use mis influencias.

Mientras tanto Wheein y Jimin estaban tomándose miles de fotos.

—Es bueno ser rey. —Le dijo Jeon.

Taehyung ladeó la cabeza y exhalo profundamente.

—¿Cómo esta mi primito favorito? —Pregunto Jimin acercándose con una copa de licor en la mano, dirigiéndose a Hoseok.

—Oh bien, supongo que bien.

—Espero que no esten resentidos por el mal entendido de la última vez. —Beomgyu les sonrió.

—¿Malentendido? —Jungkook alzo un poco la voz. —Ustedes me secuestraron. —Reclamo con enfado.

—Oh si, aún lo esta. —Beomgyu volteo a ver a Wheein.

—Que alboroto. —Jimin sonrió.

Jungkook junto sus labios, mirándolos seriamente.

—¿Qué les parece si la señora Kim les muestra sus habitaciones? —Taehyung intervino rápidamente.

—Por aqui por favor.

Los tres caminaron hacia ella pero Jimin se detuvo un momento viendo a Yugyeom.

—Miau. —Dijo moviendo sus manos en forma de garra, sonriéndole coquetamente.

Jungkook dejo caer sus brazos, viendo seriamente al rubio.

—Oh, si claro. —Kim se sorprendió.
—Miau para ti también.

Kook miro ahora a su esposo, golpeando el interior de su mejilla con la lengua.

—Grrr. —Jimin le mando un beso mientras se iba del lugar.

—No hay respeto.

—No... —Dijo Gyeom en voz baja.

—No hay ninguno, cielos. —Jeon nego, estando algo molesto.

Yugyeom al ver a su esposo, solo se mantuvo en silencio con algo de temor.

Bien, ahora sabia que tal vez dormiría en el sofá de la habitación.

—¿Llego tarde al desayuno? —Jimin entro al comedor.

—Solo una hora...o tres. —Le respondió Taehyung.

Hobi y Gyeom se miraron riendo.

—Tranquilos de igual forma no iba a comer. —Minnie le robo una fresa a Beomgyu y este le grito a modo de reproche. —Pero tengo noticias, estuve en contacto con un socio que podría ayudarnos a encontrar el tesoro perdido. —Se detuvo entre Tae y Kook.

—¿Ese socio tiene un nombre? —El rey lo observo.

Wheein tomo un salero de plata y lo guardo en su bolsa.

—Prefiero no decirlo hasta que acepte pero dejame decirte una cosa, he rocks.

—Lo siento...es...¿Cantante? —Gyeom pregunto.

Hoseok retuvo una carcajada.

—Significa que es bueno, es jerga inglesa. —Le dijo Kook a su pareja.

—Lo sabia, si...claro. —Yugyeom se avergonzó un poco.

Jimin abrió los ojos sorprendido ante el desconocimiento del principe y dirigió su vista a Jung.

—Seguro es el conde de barcelona. —Wheein menciono aquello.

Cuando Hoseok volteo hacia él, Jimin lo saludo sonriendo coqueto.

Seok levanto las cejas, sorprendiendose ante eso.

—No, él es un neurótico, nunca te mira a los ojos. —Beomgyu hizo ojos viscos ante eso.

—Tiene un ojo de cristal, idiota. —Wheein lo regaño.

—Oh. —Bien ahora Choi entendía mejor.

—Necesitaré un auto, prefiero un ferrari que combine con mis zapatos. —Jimin sonrió en grande.

—El señor Lee estará encantado de llevarte. —Le dijo Yugyeom.

—Oh ¿No confías en mi alteza escultural?

—Pues no, además Bonnie y Clyde se quedaran aqui para asegurarnos de que volverás. —Esta vez fue Jungkook quien hablo.

Jimin bufo indignado.

—¿Aquí y que haremos todo el día? —Beomgyu estaba confundido.

—Bueno, podrían empezar a devolver la plata. —Le respondió el principe Kim.

—¡Beomgyu! —Wheein lo miro en reproche.

—¿Qué? —Pregunto Choi con un pedazo de pan en la boca.

—Cielos. —Taehyung suspiro, serían unas largas vacaciones navideñas.

El señor Lee bajo del auto, abriendole la puerta al rubio

Park suspiro, volteando a todos lados.

—Bien, ahora escucheme. No quiero ser impertinente su excelencia pero si no sale de ahí en 20 minutos tengo ordenes estrictas de entrar a buscarlo.

—Ugh que mandón. —Jimin se dirigió a las escaleras.

—Recuerde ¡20 minutos!

La puerta que quedaba a unos cuantos escalones de donde él estaba subiendo se abrió sola, alzo una ceja con extrañeza pero continuo su camino.

Soltó un largo suspiro e ingreso al lugar.

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