ELEVEN
"ETAPA UNO: NEGACIÓN"
Cuando su padre y Naruto se despertaron, soltaron chillidos de alegría al ver a Hikari, y luego se abalanzaron contra ella.
Durante toda la tarde Hikari se la pasó con Naruto, quien le contaba todo lo que había en su ausencia, la joven de trece años le escuchaba con atención y reaccionaba cuando se debía.
Pero, nadie podía borrar la sonrisa que Hikari tuvo toda esa tarde, realmente extrañaba a su pequeño rubio.
"Debo dejar de tomar tantas misiones" pensó al ver cuanto se había perdido de la vida del pequeño rubio.
Luego, una vez ya cenados y con Naruto dormido, padre e hija charlaron sobre algo más serio después de ponerse al corriente de la vida del mayor.
La misión.
—No me encontré personalmente con él —declaró la de ojos rojos—. En la guarida que encontramos no había rastros de él o de su chakra, sin duda han pasado meses desde que estuvo ahí.
—Debe estar en otra base —murmuró el mayor—. Seguro esa debe estar más escondida.
—Escuché rumores —empezó a decir con una mueca—. Pero no sé qué tan ciertos sean, aunque no me sorprendería que fueran ciertos.
—¿De que se trata?
—Se dice que entró en una organización —empezó a decir—. Son ninjas renegados, criminales, de los más poderosos.
Hiroko soltó un suspiro, aún le dolía saber que su antiguo amigo había caído en el mal camino, tanto a él como a Jiraiya les dolía.
Pero, desde lo que había intentado hacer con Hikari hace años, les impedía apelar por él. Nadie lastimaba a su niña y salía impune.
—Creo que yo debería ayudar con-
—No, sabes tan bien como yo que lo mejor es que no te involucres con esto —le cortó con un tono firme—. Ya te retiraste papá, y te he notado demasiado feliz así.
—Pero-
—No te preocupes, nosotros nos encargaremos de encontrar a ese hombre, y lo haremos enfrentarse a la justicia.
Y con eso la conversación sobre Orochimaru terminó.
Estuvieron charlando por un rato más, y cuando finalmente el sueño empezó a ganarles, se despidieron con una sonrisa.
Hikari una ves en su habitación sonrió en grande al ver su cama, realmente extrañaba el poder dormir cómodamente y sin estar alerta todo el tiempo.
Pero, mientras intentaba conciliar el sueño, pensó en si Itachi y las dos semanas que le habían dado de descanso, ella realmente esperaba que la costumbre de alimentarse bien se le hubiera quedado.
"Debe comer y descansar bien" pensaba.
En ese momento, la conversación con Sana le vino a la mente, y de inmediato soltó un suspiro frustrada.
A ella no le gustaba Itachi, simplemente se preocupaba por él y su salud, tal como cualquier amigo lo haría.
—Es solo mi amigo... —susurró antes de quedarse completamente dormida.
[...]
Naruto observaba con atención como Hikari comía con ellos, había extrañado en sobremanera esto.
—Hoy tienes clases ¿cierto? —habló la albina mirando al pequeño rubio con una sonrisa.
—Si... pero quiero pasar el día contigo —respondió con rapidez mientras terminaba su desayuno.
—Estaré un par de semanas libre Naruto, tendremos muchos días disponibles para convivir—anunció dejando al menor sorprendido, ella no le había mencionado eso ayer.
—¿¡Enserio?! —chilló emocionado, Hikari asintió mientras se reía ante la emoción del rubio.
—Claro que sí, ahora ve a cepillarte los dientes, iré yo misma a dejarte a la academia.
No tuvo que decirlo dos veces, Naruto con rapidez fue a su habitación dejando a los dos Senju solos.
—Me alegra que al fin has tomado vacaciones —dijo el mayor—. Desde que Naruto entró a la academia has estado muy ocupada.
En el último año Hikari había estado más ausente, por eso Naruto la extrañaba tanto, no estaba acostumbrado de tener a la albina lejos.
—Intentaré no tomar tantas misiones de ahora en adelante —empezó a decir ella con una mueca, pues aunque le encantaba ser una ninja, su familia siempre iba primero—. Se que Sana y Shisui lo entenderán.
—Lo amas demasiado —afirmó el hombre sabiendo lo mucho que su hija amaba ser ninja, pero estaba dispuesta a renunciar a ese sueño por el pequeño rubio.
—Desde que estaba en el vientre de Kushina-san —afirmó con una sonrisa nostálgica—. Les prometí que protegería a Naruto si ellos llegaban a faltar en su vida, y aunque he intentado lo mejor... a veces siento que no hago lo suficiente.
Hiroko no esperaba tener una conversación así de profunda con su hija de trece años, sin duda alguna Hikari era demasiado madura para la edad que tenía.
—Haces más de lo que cualquiera habría esperado —contradijo el hombre—. Lo has criado desde que nació, le diste un hogar, una familia y el amor de una madre, aún cuando tu tenías solo ocho años.
—Papá....
—N-ni siquiera yo podía o quería cuidar de él en ese momento —admitió el Senju con una mueca—. Sabes que la muerte de Minato y Kushina me dolió demasiado, su partida fue... algo que no logré procesar e incluso hoy en día duele.
—Han pasado seis años —empezó a decir la albina con una mueca—. Y lo estás haciendo bien papá.
—Yo debería ser el que te consolara —se regañó a sí mismo—. Parece como si tú fueras la madre y yo el hijo.
—No es así, simplemente afrontamos las cosas de manera diferente.
—¡Estoy listo!
Los dos Senju dejaron de observarse y miraron al rubio, quien ya se encontraba listo, Hikari le sonrió y extendió su mano al pequeño, quien no dudó en tomarla.
Ambos se despidieron de Hiroko y salieron de la mansión, la menor de los Senju notó que el rubio estaba un poco callado.
—Has escuchado la conversación ¿cierto? —adivinó ella, el rubio se sonrojó al ser descubierto.
—¿Cómo lo supiste?
—Pude sentirte, soy una ninja sensor ¿recuerdas?
Ante eso el pequeño solo pudo sonrojarse más, olvidaba que Hikari era una ninja realmente poderosa y que no caía con tanta facilidad ante sus trucos.
—Hikari-chan.... ¿tu sabes lo que ocurrió con mis padres?
—Es algo complicado...
—Pero yo quiero saber, ya estoy grande.
La Senju se rió ante eso, y el pequeño no pudo evitar admirarla. La risa de Hikari era suave, tranquila, elegante, cautivadora.
—Bueno... el día que tú naciste fue realmente complicado —empezó a decir ella con una mueca—. Hubo alguien, un enemigo que se infiltró y que pues provocó muchos problemas.
No iba a decirle que muchos murieron esa noche, incluyendo sus padres, y todo por el kyūbi. No, eso no sería lo correcto.
—Ese día tus padres lucharon como los impresionantes shinobi que eran, pero... no fue suficiente —murmuró lo último.
—¿Los querías muchos?
—Así es, los quería mucho —admitió ella con una mirada triste—. Pero... esa misma noche naciste tú, el niño más increíble que he conocido en toda mi vida, y he conocido a muchos niños.
—¿Enserio lo crees?
—¡Por supuesto! —exclamó con decisión—. Todo este tiempo he estado haciendo misiones para que no se infiltren de nuevo a la aldea, he estado capturando a aquellos infiltrados y hasta ahorita hemos tenido un gran avance, y mi esfuerzo es para que tú puedas vivir con tranquilidad.
—¿Yo?
—Eres especial, Naruto —admitió ella—. Eres tan especial que muchas personas van a quererte, y no te digo esto para que te asustes, porque yo jamás dejaría que alguien te secuestre o algo por estilo, te lo digo para que al menos comprendas porque tengo tantas misiones.
Todo es por ti, pensó la albina con una leve sonrisa.
Ella no esperaba que Naruto la abrazara con fuerza, era cierto que casi todos en la aldea lo depreciaban, pero la única opinión que le iba a importar siempre era la de Hikari.
Aquella que lo había estado cuidando, amando y protegiendo durante toda su vida. Aquella que desde los ocho años tomó ese rol de madre para él.
—Nunca escuches a las personas que no te conocen Naruto, ellos no saben el increíble niño que eres —murmuró ella acariciando los cabellos del pequeño.
—Gracias, Hikari-chan —susurró el pequeño.
Siempre estaría agradecido con Hikari.
Author's note:
Perdonen la demora, pero aquí les traigo nuevo capítulo.
Prometo que al terminar Lover (fanfiction de Clark Kent) voy a actualizar más seguido.
Cuídense.
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