━━━𝐏𝐑𝐎𝐋𝐎𝐆𝐎
❝𝘘𝘶𝘪𝘦𝘳𝘰 𝘲𝘶𝘦 𝘵𝘦 𝘳𝘪𝘯𝘥𝘢𝘴 𝘢 𝘮𝘪 𝘦𝘯 𝘵𝘰𝘥𝘰 𝘷𝘰𝘭𝘶𝘯𝘵𝘢𝘳𝘪𝘢𝘮𝘦𝘯𝘵𝘦. 𝘗𝘢𝘳𝘢 𝘤𝘰𝘮𝘱𝘭𝘢𝘤𝘦𝘳𝘮𝘦❞
Kochou no era una mujer que se preocupara por sentimientos que carecían de importancia o por deseos nacidos de la banalidad humana, la pasión, el erotismo o la complacencia de actos que para ella eran repugnantes como el sexo con el género opuesto le parecían una pérdida de tiempo pese a las buenas opiniones o chismes que viajaban de boca en boca.
Aun así, como médico, la curiosidad por el cuerpo masculino y las sensaciones que este podría causar en el propio la intrigaban; es por eso que estaba ciertamente ansiosa por la reunión que tendría con su mejor amiga y Pilar del amor, Kanroji Mitsuri.
—¡Buenos días! —Saludó con su brillante y característica sonrisa al encargado antes de navegar por el lugar con su verde mirada y encontrar a quién buscaba. —¡Shinobu–Chan!
—Buenos días Kanroji–San. —Asintió con la cabeza, que a diferencia de estrambótica mujer, poseía una sonrisa neutra, demostrando el control envidiable que tenía sobre sus emociones.
—¡Estás hermosa Shinobu–Chan! —Aduló tomando asiento frente a ella, no sin darle un caluroso abrazo y un beso en la mejilla con anterioridad. —Aunque tu siempre eres y te ves hermosa.
—Ara, agradezco tus halagos Kanroji–San. —Shinobu alzó su mano pidiendo ser atendida por un mesero de la localidad, solicitando que se le trajera dos Te verde.
—¡De nada! —Aplaudió emocionada. —Me sorprendió que quisieras tener una reunión conmigo Shinobu–Chan, creí que estarías creando nuevos venenos para los demonios, ¡oh, eso es tan asombroso! ¡Eres tan inteligente!
Carcajeo, aun no lograba entender la capacidad de su amiga de cambiar el tema de conversación con tal facilidad y rapidez. —Bueno Kanroji–San, te contaré por qué te cite.
Mitsuri asintió, ambas recibieron sus bebidas y se dispusieron hablar.
—Verás Kanroji–San, tú sabes que como médico debo investigar muchos ámbitos en relación a las reacciones del cuerpo humano. —La de cabello bicolor asintió, no entendiendo muy bien pero bastante concentrada en las palabras de la menor. —Así que, si no te incomoda, quiero preguntar algunas cosas de tu relación con Iguro–San.
Mitsuri se quedó en silencio, procesando la información dada por la pilar insecto antes de sentir su pecho apretarse conmocionado y sentir su respiración pesada, los colores subieron a su rostro y la vergüenza se delató a modo de un fuerte sonrojo.
—¡¿Eh?! ¡¿Re-relación?! ¡Pero qué dices! ¡¿Cuál relación?! —Declaró moviendo sus manos nerviosamente de arriba abajo. Shinobu quiso aguantar la risa, sin embargo, la diversión que causaba la pilar del amor pudo más y terminó por soltar una carcajada limpia que sólo avergonzó más a la joven de trenzas.
—Soy una mujer muy perspicaz Kanroji–San, no tiene sentido ocultarlo.
—No tiene sentido ocultarlo eh... —Murmuró, estaba muy avergonzada de su actitud porque de seguro, fue su culpa que su amiga supiera que ella y el pilar de la serpiente tenían una relación sentimental, en cuestiones de cuidarse de no ser descubiertos, su pareja era mucho más reservado que ella.
—No te sientas culpable, no sólo tú cambio de actitud te delató, muchas cosas en Iguro–San también lo hicieron. —Rio burlándose de la ingenuidad de sus compañeros cazadores.
—Bueno, yo, ¿Qué-qué deseas preguntarme? —Susurró aún avergonzada y con una mano sobre su boca para aminorar el sonido de su voz temblorosa.
—Es algo simple, no tienes porque angustiarte. —Shinobu recargo levemente su cuerpo sobre la mesa para hacer más discreta su conversación. —¿Qué sientes cuando estás con él?
Eso descoloco a Mitsuri, vendiendo de su amiga, esperaba algo más complejo.
—Oh, mucha felicidad. —Respondió sin dudar, Kocho alzó una ceja dubitativa, no era la respuesta que esperaba. —Iguro–San cuida muy bien de mí, me protege, me mima y consiente mis caprichos con la comida... —Pronto la vergüenza fue pasando a segundo ámbito y carecía de importancia en la romántica historia de amor de Kanroji.
—Espera Kanroji–San, detente un segundo.
—¿Sí?
—Creo que me entendiste mal, o yo no me explique lo suficientemente bien, no me refiero a un ámbito emocional.
Mitsuri giro su cabeza ligeramente, confundida. —¿Ah, no?
—No, yo me refiero a un ámbito físico. —Carraspeo si garganta. —¿Cómo te sientes con él en el sexo?
Silencio.
—"¿Eh, escuche mal acaso? No, no, estoy segura que escuche lo que escuche pero... ¡No tenía idea de que Shinobu–Chan podría ser tan atrevida!"
—¿Kanroji–San?
—¡¿Sí?! —Reaccionó, enderezando su espalda y perdiendo su mirada en algún punto que no fueran los ojos de su amiga.
—¿Cómo te sientes en el sexo con Iguro–San? ¿Qué sensaciones te provoca?
No podía responder eso, ¡simplemente no!
—Sí te sientes incomoda al respecto, no hay necesidad de que respondas Kanroji–San. —Mitsuri observó a su amiga, ¿por qué preguntaba esas cosas como si carecieran de importancia? ¿De verdad sólo era para propósitos investigativos?
—Yo quiero ayudar... —Musitó jugando con sus manos bajo la mesa. Shinobu la observó fijamente antes de negar con la cabeza, desanimando a la de iris esmeralda.
—No lo haré si te incomoda Kanroji–San, podré preguntarle a alguien más.
—¡Pero, solo conmigo tienes esta confianza! ¡¿no es así?! —La pilar insecto asintió, su amiga no mentía al respecto y sería más difícil que alguien que no conoce le dijera ese tipo de información a alguien que conoce más tiempo.
Pero no por eso significaba que incomodaría a Mitsuri.
—¡Yo te contaré! —Respiro profundamente, calmando el errático ritmo de su corazón. —Es... Satisfactorio. —Cerro sus ojos, era tan difícil. —Cuando me toca, siento electricidad recorrer por mi cuerpo, sus besos aumentan la temperatura y es como si estuviera en un cuarto oscuro con ligeras luces cuando esta... Esta dentro de mí.
—Electricidad, calor... ¿Puedes ser más clara respecto a lo último?
—"¡No me tortures más Shinobu–Chan!" —Rogó mentalmente queriendo huir del lugar. —Es que no sé cómo explicártelo correctamente, es una sensación estimulante, sientes como si estuvieras flotando en un espacio oscuro y vieras luces cada vez que lo sientes... e-entrar.
—Sensación estimulante. —Se quedó en silencio unos segundos antes de cuestionar una última cosa. —¿Y cuando termina dentro de ti?
—Ah.
Un segundo.
Tres segundos.
Cinco segundos.
—¡¿Kanroji–San?! ¡Oye! —Shinobu se levantó preocupada cuando la vio desplomarse de la silla cayendo de forma estrepitosa al suelo al desmayarse. Su rostro estaba hirviendo en temperatura y aun inconsciente, musitaba cosas inentendibles.
Tal vez, se había pasado un poco.
Ahora tendría que hacer la otra parte de la investigación por su cuenta.
11.04.2021
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