──¡Humano, es hora de levantarse!

Papyrus le quitó la sabana de encima a Frisk quien se quejo mientras se sentaba a regañadientes.

──Hice tus favoritos, hot cakes con fresas y miel.

──Gracias Paps, ya bajo.

El esqueleto se fue cerrando la puerta dejando al castaño solo.
Frisk miró su despertador, eran las nueve de la mañana; no debió escaparse durante la noche a fotografiar el autopista.

Se levantó y fue a tomar una ducha rápida para poder ponerse su uniforme y bajar a desayunar.

──Buen día niño.

──Hola Sans.

Papyrus les sirvió el desayuno a ambos, Frisk comió lo más rápido que pudo, saborandolo lo más que podía, Sans comía a paso lento.

──¿Tienes prisa?

──Un poco, necesito llegar antes.

──Bien, pero ten cuidado de no hacer nada malo.

──Adiós Sans, Papyrus; los veo más tarde.

Tomó su mochila y salió de la casa en dirección al colegio.

[...]

──¿Por qué no regresas al subsuelo y te llevas a los demás monstruos contigo? "Majestad".

Los dos chicos aventaron a Asriel contra la pared acorralandolo.

──¡Ey! ¿Qué creen que están haciendo?

──Embajador, no es nada que le interese, usted también debería regresar a su país, por cierto.

──Cierra la boca, pendejo.

[...]

──Gracias Frisk, pero no era necesario golpearlo, puedes meterte en problemas.

──No te preocupes por eso, de todas formas eso me ayudó para arreglar mis solicitudes para mi siguiente junta.

El monstruo y el humano iban caminando a la cafetería del colegio para poder comprar algo de comer, Asriel soltó un jadeo al ver la cicatriz en el ahora inexistente ojo derecho de Frisk.

──¿Cómo sigues de tu ojo?

──¿Esto? No te preocupes, ya no duele o sangra.

──Realmente lo siento.

──Descuida, me lo merecía; mejor preocúpate porque vamos a comer.