💠[1.7] hidden love uncovering the past































Los mellizos se acomodan en el cuarto que Lisandro había preparado para ellos que iban a pasar la noche con su padre. Después de la escuela, el argentino quiso pasar tiempo con los tres en lo que su mamá se quedaba horas extra trabajando por lo que fueron al centro de la ciudad de compras y luego regresaron a las dos horas debido a que tanto como Myrcella como Rhaegar tenían tarea.

El atleta intentó ayudarlos con sus trabajos pero se le complicaba las matemáticas pues Myrcella estaba en una clase avanzada sorprendiendo a su mismo padre. Incluso cuando llegó Tina a la casa, le pidió ayuda pero también se quedó muy confundida.

—Qué clase de profesor le enseña estas ecuaciones avanzadas a una pobre de 9 años! —se queja la argentina.

—Es porque esta es una todo cerebrito —se burla Rhaegar.

—Al menos salí inteligente, no como tú que sigues sin entender las divisiones —defiende la pequeña.

Tina aprovecha para burlarse de su hermano mayor— bueno, ya sabemos que la inteligencia la sacaste de tu madre —dice entre risas.

Lisandro frunce el ceño—. Oye! Tampoco soy tan inútil!

—Sí, tía! Papá es el mejor futbolista del mundo! Algo que no todos pueden lograr, como Myrcella que ni pasar el balón con los pies puede —contradice de nuevo para molestar a su hermana quien lo ignora y se pone de nuevo a hacer su tarea.

—Y tú, se puede saber por qué tan bien vestida? —resalta Lisandro a su hermana quien lucia un vestido corto pegado a su cuerpo con una chaqueta negra de cuero y tacones elegantes.

La castaña comienza a ponerse nerviosa— iré a un convivio con unos amigos del trabajo.

Esto le da mala espina a Lisandro— ah... ya veo. Y no sabes si Mar va a ir?

Martina suspira de alivio ante el hecho de que su hermano no sospechaba de otra cosa—. No lo sé...? Lo dudo, la he visto muy ocupada con varias conferencias virtuales. Es una mujer muy ocupada.

—Si, lo sé —acierta el argentino enamorado.

Le llega una notificación al celular de Tina indicando que ya estaba afuera para recogerla— en fin, ya llegaron por mi. Luego nos vemos, hermano...

—Espera! Necesito revisar con quién te vas —pide.

La chica comienza a templar— ay! No tienes por qué preocuparte. Estaré bien. A diferencia tuya, yo sí me sé cuidar —recalca para evitar problemas.

No obstante, ahora si el central comienza a tener sus dudas de que su hermana le había estado ocultando algo estas semanas—. A qué te refieres con eso de "yo sí me sé cuidar"? Hablas de... —no termina la frase al tener en claro lo que sucedía.

Sale de la casa para encontrarse con un auto familiar quien frente a este se encontraba nada más y nada menos que su compañero de equipo Alejandro Garnacho. Los ojos del joven futbolista se tornan a unos de temor al ver que Lisandro se aproxima a él con rencor.

—Hey, Licha! Voy a llevar a tu querido clon a una reunión porque fui el perdedor que le tocó quedarse con ella. Lo puedes creer? —dice para disimular pero fue esfuerzo en vano.

—No me digas! —replica sarcástico— mi hermana jamás compartiría el mismo auto que tú, a menos que... —se gira para encontrarse con Tina quien estaba procesando la situación—. Martina, te has estado viendo con Garnacho? —cuestiona.

La argentina buscaba qué decir— yo... —toma aire—. Sí! Me he estado viendo con Alejandro —se coloca junto al atacante del United— nos hemos estado viendo estas semanas y descubrimos que poco a poco nos estamos enamorando del otro.

Lisandro seguía sin creer la relación entre su hermana y su amigo cercano— Licha, te prometo que he tratado a Tina como se merece, la cuido y protejo de todo. No tienes porque preocuparte, ella está en buenas manos —se atreve a pasar su brazo rodeando los hombros de la castaña.

En estos instantes se sintió traicionado por Martina—. Por qué nunca me lo dijeron? Acaso temían que fuese a interferir entre ustedes?

—No! No es por eso —intenta convencer la menor— atravesabas por muchas cosas que no quería yo sumarme a una de ellas y que te estresaras por eso. Te íbamos a decir cuando ya estuvieras estable con Mar y los mellizos.

—Yo creo que algo así de importante no podía esperar, no crees? —regaña.

—Oh! Tu crees? —la castaña nota el cambio radical de actitud de su hermano.

—Soy tu hermano y merecía saber.

—Si por esas vamos, no crees que yo merecía saber lo que sucedió aquel día que encaraste al padre de Mar? Digo, soy tu hermana —lanza haciendo que el rostro de Lisandro adopte un gesto de sorpresa.

—De qué hablas?! Yo te dije que no logré alcanzar el avión!

Tina sonríe burlona— mientes. Yo sé que algo más sucedió. Tardaste en regresarte.

—Agh! Hubo tráfico en el camino...

—Quieres dejar de mentirme y decirme la maldita verdad de una vez!!! —demanda alzando la voz—. Mar me dijo que te viste muy tenso cuando se vieron.

Ambos futbolistas se asombraron por la actitud de Tina. Lisandro bajo la mirada al no querer recordar ese preciso momento. Se hizo la promesa de que no dejaría que lo afectara en su presente. Sin embargo, los errores que uno comete en el pasado, llegarán a pasar factura en un futuro.

—Tienes razón. Deberíamos comenzar a preocuparnos por nuestros propios problemas —se limita a decir la verdad—. Que se diviertan a donde sea que se vayan.

Se regresa a la entrada fijándose que Rhaegar había estado asomándose. Lisandro acaricia su rostro—. Por qué mi tía se ve triste? Se va a ir para siempre? —pregunta preocupado.

—No, mi amor —besa la frente de su hijo—. No es nada.

Y ambos regresan a la casa.

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