~ 𝑪𝒖𝒂𝒓𝒆𝒏𝒕𝒂 𝒚 𝒅𝒐𝒔 ~
Shuji y yo fuimos al coche a recoger las cosas que habíamos dejado antes allí. Sacamos la tienda de campaña, algunas mantas, la bolsa de comida que había cogido de la tienda, y, por supuesto, la botella que me había quedado para mí. Él se había ocupado de meterlo todo en el maletero antes de salir de la ciudad.
—Has pensado en todo, ¿eh?
—¿Con quién te crees que estás?
Reímos y volvimos a donde estaban ubicados los demás. Ya eran casi las diez de la noche y todos tenían sus tiendas de campaña montadas. Nosotros nos pusimos a armarla mientras los demás aún intentaban encender una hoguera y preparaban la cena, que no era más que platos preparados que habían traído en varios envases. Smiley y Angry se habían encargado de ello, así que seguro que estaría todo buenísimo; ellos eran buenos cocineros.
—Dame ese palo de ahí —me dijo Shuji, señalando a uno de los hierros de la tienda de campaña.
—¿Este otro va aquí, no? —pregunté.
La tienda era de él, yo no tenía ni idea de cómo se montaba aquella cosa, a pesar de que tenía una en casa, pero esa era de las que se montaban solas. Más práctica, pero creo que más pequeña que esta que estábamos armando.
—Sí, y amárralo con esto —me lanzó un trozo de cuerda.
—Listo —Nos levantamos y la tienda estaba lista, aunque no sé si dormiríamos algo.
Pensaba emborracharme y estar despierta toda la noche. Hasta me tentaba la idea de ir a la playa de nuevo a bañarme en mitad de la oscuridad. Eché un vistazo al lado, vi que por fin habían conseguido encender el fuego y todos se sentaban al lado uno de otros en círculo y empezaban a comer.
Sanzu, Kisaki, Smiley, Angry, Takemichi, Hina, Emma, Draken, Yuzuha, Mitsu, Chifuyu, Mikey y Hakkai eran los que al final habían venido, aparte de nosotros dos, claro. Nos sentamos con ellos, Shuji se sentó al lado de Kisaki y yo al lado de Shuji, dejando a Sanzu en mi otro lado.
No habituábamos a ver a Sanzu sin la mascarilla, pero con nosotros sí se sentía libre de poder quitársela.
—Aún no entiendo por qué te sigues tapando, Sanzu, con lo bonita que tienes la cara.
Él me miró sonriendo como siempre hacía cuando le decía eso.
Cenamos mientras charlábamos y por fin terminamos. No comí mucho, pues entre que tuve que trabajar en la mañana, el viaje en el coche y la paliza que nos habíamos dado en la playa, lo único que quería era estar tirada bebiendo tranquila. Bueno, todo lo tranquila que se pudiese hasta que el alcohol empezase a hacer efecto.
Recogimos la basura de la cena y fui directamente hacia Draken.
—Draken, ¿y mis bolsitas? —pregunté sonriendo.
Este se rio y señaló el interior de su tienda de campaña. Me acerqué, la abrí y saqué las bolsas con su ayuda para llevarlas a donde estaban los demás. Shuji y Kisaki habían ido a una tienda cercana a comprar hielos, pues era lo único que no podíamos traer; se habrían derretido en la tarde. Llegaron al poco con suficiente hielo para que sobrase.
—Bien hecho —felicité al más alto.
—No me olvido de lo del hielo, enana, mejor que haya suficiente.
Sonreí y le dejé un beso en la mejilla.
Mikey estaba sacando ya las botellas de las bolsas y empezando a servir a todo el mundo. Volvimos a sentarnos alrededor del fuego y empezamos a beber tranquilamente mientras charlábamos entre nosotros. Yo hablaba con Shuji y con Kisaki sobre una de las veces cuando era pequeña y mi abuela me castigó sin salir por llegar a casa llena de heridas, y al final Pah —quien era su favorito de entre todos mis amigos— logró convencerla para que me dejara salir.
Terminé el primer vaso y me eché otro. Escuché que los demás estaban recordando antiguas batallitas y cómo las patadas de Mikey habían terminado la mayoría de ellas. Sonreí y volví a sentarme tras rellenar la bebida.
Se estaba realmente bien, así que me tomé un momento de silencio entre el barullo de la charla para recostarme con mis codos en el suelo y mirar hacia el cielo. Ya se había hecho de noche, podían verse las estrellas con bastante claridad, debido a que las luces de la ciudad no se interponían con su brillo. Escuchaba el crepitar de las llamas y las risas de todos mis amigos alrededor.
Miré a Shuji y volví a pensar que, de no ser por él, ahora mismo estaría en mi casa aburrida. O puede que dormida, y que me hubiera perdido todo esto. Me acerqué un poco más a él y rocé su mano con la mía. Yo no podía verlos, pero seguramente, el brillo que tenía en mis ojos en ese momento podría ser el más notable que había tenido nunca.
Él entrelazó mi mano con la suya mientras seguía hablando con Kisaki de no sé qué parte de una moto. Kisaki no parecía muy interesado, sin embargo, pude ver que Draken escuchaba el monólogo que tenía Shuji.
—¿Tú entiendes de motos? —le preguntó Draken desde la lejanía.
—Claro, ¿qué te hace pensar que no? —contestó él.
Para mi sorpresa, Draken se levantó y se sentó al lado de Kisaki. Se puso a hablar de aparatejos y piezas de motos con Shuji. Yo estaba con los ojos como platos y miré a Emma, que tenía exactamente la misma cara que yo. Ambas dejamos escapar una risita silenciosa mientras los mirábamos, charlando tan normal sin querer matarse el uno al otro.
Pasó un rato y terminé el segundo vaso. Al parecer los demás también iban terminando los suyos, ya habíamos bebido todos al menos un par de ellos, y empezaba a notarse el puntito gracioso en algunos que no estaban acostumbrados a beber; Hina tenía una sonrisita tonta en la mirada. Volví a levantarme para rellenar el vaso una vez más y, al final, Mikey soltó la perla.
—¡Ryoko! ¡Hoy sí! Vamos a jugar al "Yo nunca", que en la fiesta te lo perdiste.
Puse una sonrisita de emoción mientras terminaba de echar el refresco en el vaso.
—Esto va a ser gracioso —escuché que le decía Draken a Shuji a mis espaldas.
—¿Por? —preguntó Shuji. Draken se levantaba para volver al lado de Emma.
—Porque aquí este demonio bebe con casi todas las preguntas —Draken me agarró por el hombro y empezó a darme con los nudillos en la cabeza.
—¡Ah, imbécil, que duele, para! —Hinqué dos dedos en su costado para que me soltara y él se dobló a causa del ligero dolor que de seguro había sentido. Rio y se sentó detrás de Emma para abrazarla, pues parecía tener frío.
La verdad es que sí que había empezado a hacer frío; la brisa nocturna, y más estando al lado del mar, hizo que a mí me entrara también un escalofrío. Shuji se levantó y fue a la tienda de campaña para sacar un par de mantas y un par de sudaderas, se puso una de ellas y me tiró la otra. Era de él.
—Póntela, y dale esto a Emma —Me dio una de las mantas y se la tiré por el aire a Emma, tratando de evitar el fuego de la hoguera.
—¡Gracias, Hanma! —gritó la rubia desde lo lejos, Draken no hizo ningún gesto raro aquella vez, sorprendiéndome de nuevo.
Shuji volvió al suelo e hizo que me sentara entre sus piernas, al igual que Emma y Draken; recostando mi espalda en su pecho. Pasó la otra manta que había cogido por encima de mí.
—Ahora sí se está bien. Qué calentito —dije, tapándome un poco más con la manta sin soltar el vaso.
Noté que se acercó a mi oído por un momento.
—Calentita vas a estar de aquí a un rato —susurró sin que nadie se enterase y abrazó mi cintura con uno de sus brazos, dejando el otro, fuera, pues con esa otra mano estaba sosteniendo su bebida—. Me estoy dando cuenta que lo de los jueguecitos te gusta mucho. Bien, pues nosotros vamos a jugar a dos a la vez.
Me estaba provocando demasiado diciéndome eso al oído, lo estaba haciendo a propósito.
Giré mi cara un momento y le lancé una mirada a modo de pregunta "¿Estás cachondo o qué?". Muchas veces no hacía falta ni que nos habláramos, sólo con mirarnos de cierta manera ya sabíamos lo que nos estaba diciendo el otro.
—Sí —respondió, dándole un sorbo a su bebida.
Esa conversación había sucedido en apenas unos segundos, mientras Mikey le explicaba a Hina como se jugaba al "Yo nunca".
—A ver, la cosa es: se hacen preguntas del estilo "Yo nunca he hecho tal cosa" y, si la has hecho, bebes. Es simple. ¿Jugamos todos, no?
¿Qué estaba pensando hacer Shuji? Bueno, fuera lo que fuera iba a averiguarlo pronto.
—¿Quién tiene la aplicación del juego? —pregunté dando un sorbo al vaso.
—¡Ah! ¿Hay una aplicación para el teléfono? —preguntó Takemichi, algo sorprendido.
—Claro, así no tenemos que pensar las preguntas —contesté. Shuji estaba empezando a acariciarme el costado por debajo de la sudadera.
Smiley sacó el teléfono y abrió la aplicación.
—No vale mentir, ya sabéis cómo funciona. Si se ha hecho, se bebe. Sí o sí, que aquí todos sabemos quién va a mentir y quién no —dijo, iniciando el juego—. Me pido leer las preguntas, ¿todos tenéis bebida, no? —estaba riéndose y dándole codazos a su hermano, quien lo miraba con la cara completamente seria. Miró alrededor, comprobando que todos teníamos los vasos llenos.
—Bien, empecemos —sonreía—. Bueno, empezamos bien: "Yo nunca me he tirado a un calvo".
—¡¡Emma, bebe!! —grité riendo a carcajadas. Pareció hacerle gracia, y bebió riendo mientras Draken le daba pequeños golpecitos a modo de reproche. Fue la única que bebió.
—Venga, la siguiente: "Yo nunca le he quitado la virginidad a alguien"
Bebimos todos.
No nos extrañamos ninguno, todos sabíamos con quien había sido cada uno. Noté que Shuji empezó a bajar su mano hacia mi muslo. Se acercó a mi oído y nuevamente acercó su boca a mi oído mientras los demás reían de la cara de Angry.
—Cada vez que bebas, voy a mover mi mano, ese es el juego al que vamos a jugar tú y yo —susurró mientras sonreía.
Los demás no podían ver nada, pues la manta nos tapaba un brazo a cada uno. Por un momento pensé si Emma y Draken estarían haciendo algo similar, pero los miré y ellos estaban tan normal, con la manta por las piernas y los brazos fuera. No, ellos no eran así.
—¡Tercera pregunta! Uy, "A mí nunca me han masturbado o he masturbado a alguien en la calle".
Shuji, Sanzu y yo bebimos. La mano de Shuji empezó a acariciarme el interior del muslo, haciendo pequeños círculos con las yemas de los dedos sobre la piel. Los demás reían.
—Si empezamos con preguntas de sexo, Riri va a acabar fatal —dijo Emma entre risas.
—No te preocupes, aguantaré, tampoco es que vaya a beber en todo Emma, no exageres —contesté, también riendo.
—Una más normalita, venga "Yo nunca he perdido mi ropa interior".
Vi que Mikey, Smiley, Hakkai y Sanzu bebían.
—Bebe —me dijo Shuji—, acuérdate de las escaleras.
—¡Pero no las había perdido!
—Bebe —ordenó.
Bebí. Su mano subió un poco más hacia arriba y empezó a apretarme con los dedos por la ingle. Me estremecí un poco y noté que mi temperatura empezó a subir.
—Otra más. "A mí nunca me ha gustado nadie de los presentes"
Involuntariamente miré a Draken y su mirada se cruzó con la mía por un segundo. Imaginé que él sabía lo de cuando era pequeña. Así que no le di más importancia y bebí, al fin y al cabo, Shuji estaba allí y me gustaba, así que no había nada raro en ello. En realidad bebimos casi todos. Solo Kisaki, Hakkai, Mikey, Chifuyu y Angry no bebieron.
—Ya me gustaría a mí saber estas cosas, pero como no podemos preguntar, me tendré que quedar con la duda para siempre —dije en alto.
Shuji pasó su mano a mi entrepierna y empezó a acariciarme por encima del short. La respiración se me agitaba con cada pasada que hacía con los dedos. Lo escuchaba reírse en voz baja de mis comentarios.
—Estáis muy paraditos algunos, ¿eh? Venga va, más, más, aquí van a salir todos los trapos sucios —Smiley se estaba viniendo arriba—. "Yo nunca he consumido sustancias ilegales"
Shuji, Sanzu y yo bebimos. Los tres nos quedamos mirándonos las caras, bueno Sanzu y yo ya lo sabíamos el uno del otro, pero no de Shuji.
—Ya sé con quién me voy a quedar después cuando todos se acuesten —dijo Sanzu riéndose alto.
Noté que la mano que estaba entre mis piernas se metía por dentro del short y empezó a acariciarme por encima del bikini. Apreté el muslo de Shuji con la mano que me cubría la manta.
Al final, con la tontería y algunas preguntas más, las botellas empezaron a terminarse y se iba notando los efectos del alcohol en algunos. Kisaki y Angry se fueron a sus respectivas tiendas de campaña pues se estaban quedando dormidos, Draken bebía ya casi con todas las preguntas, fueran ciertas o no. Pero seguíamos jugando. Habían hecho varias preguntas más normales en las que no había bebido y durante las cuales aún notaba los dedos de Shuji tocándome por encima de la parte de abajo del bikini, empecé a retorcerme un poco, ya me estaba calentando demasiado.
—"A mí nunca me han interrumpido mientras tenía sexo" —gritó Smiley, que alzaba su vaso al aire.
—¡¡¡Mikey!!! ¡Joder, cómo te odio! —grité, a mí también me estaba haciendo efecto haber bebido, ya ni sabía cuántos vasos había vaciado—. ¡Y para colmo, más de una vez, cabrón!
Shuji, Sanzu, Draken, Emma, Takemichi, Hina y yo bebimos, de hecho yo le di dos o tres sorbos.
Apartó la tela del bikini y empezó a tocar directamente sobre mi piel, moviendo los dedos suavemente de arriba abajo. Yo de verdad que no sé si alguien se había dado cuenta de lo que estaba pasando debajo de la manta, pero ya no iba a poder aguantar mucho más así, de seguro tenía la cara colorada, y no precisamente por el alcohol. Recorría sus dedos en círculos apretando de vez en cuando mi clítoris entre dos de ellos.
—Venga, ¡ya las últimas! —di las gracias al cielo por que el juego fuera a terminar y poder salir de allí. No sabía a dónde, pero iba a llevármelo de allí a algún lugar donde no nos escuchara nadie.
—"Yo nunca he follado dentro de un coche".
Solo Sanzu, Shuji, Draken y Emma bebieron.
— ¿En serio no? —me susurró al oído y yo negué con la cabeza. Apretó un poco más su mano e introdujo un dedo en mi interior. Por cómo notaba su pecho moverse en mi espalda, sabía que su respiración estaba igual de agitada que la mía.
—No he bebido —le susurré.
—Ya me da igual que bebas o no, quiero terminar de jugar a esto.
—¡La última, señores... y señoritas! —gritó Smiley, haciendo una reverencia y poniéndose de pie, se había guardado el móvil en el bolsillo—. ¡"Yo nunca me he bañado en la playa de noche"!
Todos bebimos una última vez.
Shuji quitó su mano y me cogió en brazos. Takemichi y Draken hicieron lo mismo con sus novias y empezamos todos a correr hacia la playa en mitad de la noche. Las chicas nos subimos a las espaldas de quienes nos cargaban, Yuzuha se subió a la espalda de Hakkai, Emma a la de Draken, Hina a la de Takemichi y yo a la de Shuji. Empezaron a correr más rápido, por ver quién de los cuatro llegaba antes a la orilla.
Le hice perder, pues durante el caminó me dediqué a besarle y a darle pequeñas mordidas en el cuello que le hacían estremecerse con cada paso que daba y se tuvo que parar un par de veces a pensarse, seguramente, si llevarme al agua o follarme allí mismo. Pero se dirigió hacia el agua como los demás mientras sonreía.
Me dejó un momento en el suelo para quitarse la sudadera y tirarla a la arena. Yo hice lo mismo, me quité la ropa y me quedé en bikini. Volvió a levantarme, enrollando mis piernas en su cintura y acercándose a la orilla. Lo notaba respirar agitadamente, por el calentón, y por la carrera que acababa de pegarse. Me mordió el cuello de manera un poco más brusca, pero sin llegar a hacerme daño.
Giré mi vista alrededor, Emma y Draken se habían quedado tirados en la arena, con Takemichi y Hina al lado. Se estaban riendo en alto y rebozándose en la fría arena. Los demás habían entrado al agua y se reían de que a Yuzuha le daba miedo estar ahí por la noche, no se veía absolutamente nada.
Las manos de Shuji me apretaron el culo y empezó a besarme mientras nos metíamos cada vez más en el agua, hasta que casi le llegó a la cintura y se impulsó para que los dos cayéramos de lleno al mar.
Cuando sacamos las cabezas del agua, reímos y nadamos hacia los demás.
Sanzu se acercó a nosotros.
—Lo de antes no era coña, aunque creo que vosotros preferís pasarlo bien solos, luego os doy algo.
Por una vez —bueno, no era la primera— me apeteció. Miré a Shuji y asentimos a la vez.
—Vais a pasarlo mejor de lo que creéis, pero iros a algún sitio donde no puedan oíros.
—Por eso no te preocupes —contestó Shuji—. No nos van a escuchar.
Sanzu rió y se alejó de nosotros. Él volvió a acercarse a mi oído.
—Esto va a ser divertido.
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