iv. Troll in the girls' bathroom
iv. Troll en el baño de chicas
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El cabello rosa les duró una semana entera, ni siquiera Phoebe con su metamorfomagia podía cambiar de color y Theo estaba tan molesto con los gemelos que le lanzó un puñetazo a George en cuanto lo vio, por lo que le rompió la nariz, y aunque fue sorprendente no fue nada agradable ver tanta sangre caer de las fosas nasales de Weasley.
Ron incluso le había reclamado por su amistad con Theo aunque Phoebe asegura que fue idea de los gemelos en que le dijera eso, ya que horas antes los había visto acorralando al menor de los Weasley.
—Hey, ¿qué tal esa nariz Weasley? —preguntó Phoebe. George achino los ojos en cuanto pase al lado de la metamorfomaga y le dedicó una sonrisa burlona. Hermione tuvo que llevarla del brazo cambiando de dirección y Fred hizo lo mismo con su hermano gemelo, no sin antes dedicarle una sonrisa amigable.
—No busques más problemas —pidió Hermione soltando un suspiró.
—Yo no busco problemas —aclaró de forma inocente—, pero no fue justo lo que nos hizo.
—¡Nott rompió su nariz! —le recordó Hermione.
—Oh vamos, se la arreglaron con un movimiento de varita —dijo Phoebe rodando los ojos, Hermione hizo una mueca—, en cambio, el cabello rosa de Theo duró una semana entera. ¿Sabes lo que pasó una semana entera con el cabello rosa? Muchas burlas, eso paso —soltó un suspiró recordando como alumnos mayores señalaban al Slytherin de cabello rosado.
—Bueno, ambos lados estuvieron mal —aclaró Hermione.
—Lo sé, pero el puñetazo se lo merecía —di a conocer haciendo que Hermione soltará una risita.
—Si tu lo dices —canturreo siguiéndola—, por cierto, ¿a dónde vamos?
—Tengo hambre, ¿tú no? —Hermione asintió con su cabeza—. Quiero unas galletas con chispas de chocolate y un vaso de leche —dijo llevando una mano a su estómago y relamiendo sus labios de tan solo pensar en las galletas.
—¿Algo más reina? —ironizó.
—Ahora que lo dices, quiero un dragón —admitió haciendo que Hermione soltará una carcajada.
Las semanas se pasaban cada vez más rápido. Theo y Phoebe pasaban cada vez más tiempo juntos, Amber por su parte empezaba a tomar un poco más de confianza y cada vez se veía más amigable y dispuesta a hacer amigos, particularmente pasaba tiempo entre los Hufflepuff.
Y una mañana, cuando Phoebe se despertó sin ser mojada una mañana a finales de octubre, entendió que el motivo por el cual había sido despertada animadamente fue por que es veintisiete de octubre.
Su cumpleaños.
—¡Feliz cumpleaños, Phoebe! —exclamaron al unísono Amber y Hermione.
Phoebe se incomodo en aquel momento pero trato de no ser tan obvia, aunque claro que fue muy notoria esa sonrisa fingida que mostró a sus amigas.
—Gracias, no hay necesidad —murmuró rascando su cabeza.
—Sonríe bien o me enojo —le amenazó Amber, por lo que Phoebe comenzó a reír sin poder evitarlo, ya que luce bastante tierna fingiendo estar molesta—. Así me gusta —señalo con una sonrisa.
—Esto es para ti —Hermione le dio una caja de regalo, Phoebe se sentó como indio para abrirla con emoción y sin poder contenerse comenzó a reír al ver como se trataba de un libro de peinados, en el cual hay para todas las ocasiones y viene paso por paso.
—No sé cómo lo conseguiste, pero gracias Herms —dijo soltando risitas—. Y me llego la indirecta de que ya no quieres peinarme —ella asintió con su cabeza y soltando un suspiró.
—Lo siento, no me peino ni yo —admitió.
—Lo mío es mejor —Amber le dio una bolsa de color plateada con el nombre de Phoebe escrito en un plumón morado, al abrirlo se encontró con un beanie color negro—. Te servirá para cuando no quieras peinarte —Phoebe lo tomó emocionada.
—Me encanta —dijo poniendoselo sobre su enmarañado cabello—, en realidad, los dos me gustan mucho—dijo mirando agradecidas a las niñas—. Sabes Herms, este libro me sacara de apuros —murmuró viendo la portada del libro.
—Lo sé.
Una vez despierta camino al baño para tomar una rápida ducha y junto con Amber y Hermione bajaron rumbo al gran comedor. Neville, Ron y Harry le felicitaron al ver un pequeño pastel en su lugar que le había mandado su padre, junto con una carta que le había escrito donde aseguraba que solo le mandaba el pastel por que le había recordado a ella y no porque era su cumpleaños, así como su abuela le mandó una docena de sus galletas favoritas.
Fred le dio un fuerte abrazo como si de los amigos más viejos se trataran al igual que un cupón para la tienda de Honeydukes lo cual para Phoebe no tuvo mucho sentido ya que nunca ha ido a la tienda de dulces y no podrá asistir hasta su tercer año. George incluso le había felicitado con muy buenos ánimos y como si nunca le hubiese hecho aquella broma que les dejo el cabello rosado (y parte de su cara).
En la mesa de Slytherin, Theo ondeó su mano a Phoebe con mucha emoción y le guiño un ojo en mensaje de sorpresa que hizo poner bastante celoso al gemelo número dos.
—Ron, ¿tu hermano es bipolar? —preguntó al pelirrojo menor que parece estar comiéndose el pastel con la mirada.
—Creo que sí —Phoebe soltó un suspiro y partió de su pastel para compartirlo con Ron—. Gracias, que detalle.
El camino a Herbología junto con sus compañeros de Gryffindor fue bastante alegre, no paraban de felicitarle y aunque se sentía incómoda (por que realmente Phoebe odia mucho su cumpleaños) sis mejillas y su cabello no dejaban de tener un color rojizo. En cuanto to los Hufflepuff notaron que era su cumpleaños, no tardaron en empezar a felicitar a Phoebe e incluso (en medio pasillo) comenzaron a cantar la canción del cumpleaños y a desearle un divertido y alegre día.
Claro que cuando los Slytherin escucharon las felicitaciones comenzaron a burlarse de Phoebe, asegurando que eran demasiado patéticos.
Y antes de que pudiera defenderse (o lanzar algún hechizo) Amber fue quien habló dejándoles un poco sorprendido.
—De seguro, a ustedes nunca les han hecho algo así, puesto que se nota la falsedad en sus amistades —Phoebe miro asombrada a Amber, pero no fue la única. No era común ver a Amber hacer comentarios de ese tipo y menos frente a una gran cantidad de personas (al menos todos los de Gryffindor y Hufflepuff de primer años).
Obviamente Phoebe estaba tan asombrada que le dio un fuerte abrazo cual madre orgullosa.
—Así se hace pequeña Amber, saca las garras, raw —las mejillas de Amber se pusieron coloradas y soltó una risita nerviosa.
La clase de Herbología pasó tranquila, Phoebe no dejo de jugar con la tierra mientras que Ron, Neville y Harry reían al tiempo en el que Hermione quería que se pusiera quieta.
Pero al terminar, se encontró en el corredor del segundo piso con su amigo Theo, quien de su bolso sacó una pequeña caja color negra con un listón rojo.
Phoebe se cruzó de brazos y lo miró con el ceño fruncido. Claramente ella le había mencionado que no quería ningún regalo.
—Theo...
—Solo cállate y ábrelo –respondió metiendo las manos en su pantalón. Phoebe resoplo y con cuidado quitó el listón para abrir la caja, encontrándose con un lindo collar de oro el cual tiene el dije de una media luna—. Se que te gusta la luna...
—Ay Theo, no debías —musitó apenada, él alzó los hombros con una sonrisa—. Es muy hermoso, gracias –cerró nuevamente la caja y dio un brinco para abrazar a Theo, quien se tensó un poco, pero no tardó en corresponder el abrazo.
—¿Vamos a pociones? –preguntó metiendo las manos a los bolsillos de su pantalón.
—¿Después podemos ir a comer galletitas a los jardines? —preguntó Phoebe balanceándose sobre sus talones con una pequeña sonrisa.
—Phoebe es tu cumpleaños, podemos hacer lo que tu quieras...
—¡Conquistar el mundo!
—Ay no puede ser...
Cuando las clases se dieron por terminadas, Theo y Phoebe corrieron a su encuentro en las cocinas, donde uno de los elfos les preparó galletas con chispas de chocolate y en dos recipientes térmicos sirvió chocolate caliente. Caminaron rumbo a los jardines con emoción y tomaron asiento juntos frente al sol el cual se encuentra escondiéndose entre las montañas.
—Me encantan los atardeceres –admitió Theo.
—¡También a mi! —exclamó con emoción Phoebe— Eso significa que llega la noche y amo la noche —Theo soltó una risita y negó con su cabeza.
—Sí y que ya podré dormir.
—Y que la luna y las estrellas salen —agregó Phoebe.
—Aja, también eso —respondió sin emoción, Phoebe arrugo su nariz y le dio cinco golpe en el brazo haciendo que riera más fuerte—. Eres muy ruda, te detesto.
—No, no lo haces —aseguró haciendo ojitos.
Phoebe tomó una galleta más para llevarla a su boca, al darle la mordida se escucharon risas y gritos. Sin poder contenerse (al mismo tiempo que Theo) giró un poco su cabeza para ver a los gemelos Weasley, que están haciendo su usual alboroto. Theo hizo una mueca y resopló rodando los ojos, Phoebe solo miró con ligera molestia a un gemelo en particular y Theo al notar aquella acción decidió hablar.
—¿Por qué George te odia tanto?
—¿Por qué me odia? —preguntó con el ceño fruncido—. Ni idea, llegue a la conclusión de que es bipolar –respondió con una mueca–. Es raro, a veces me habla bien y después me molesta y... no lo entiendo —dijo ligeramente confundida—. Me agrada más Fred, desde que lo conocí en el tren me agradó mucho más que George —admitió—, aunque fue él quien me guió hacia ti —dijo dándole un ligero codazo con una sonrisa.
—Bueno, al menos ese idiota hizo algo bien —murmuró haciendo que Phoebe comenzará a reír.
—Como sea, hablando de mejores cosas, ¡ya viene Halloween!
—Oh no...
—¡Comeremos dulces! —Theo negó lentamente con su cabeza, como si eso fuera una muy mala idea—. ¡Muchos dulces!
—No, le diré a tus amigas que no te den.
—Pues, aun así, comeré.
—Mujer, siento que te volverás loca con los dulces.
—Prometo no hacerlo –trato de hacer una sonrisa tierna, pero resultó ser una completa maniática; causando que Theo escupiera la galleta para comenzar a reír.
—Casi me ahogo, estas loca Phoebe, ¡loca!
El Gran Comedor huele a calabaza, a tarta y dulces. Sin duda alguna Halloween es una de las festividades favoritas de Phoebe, la idea de comer golosinas le fascina, en especial eso de presenciar el show que sus primos y tíos le habían comentado que se celebran cada 31 de octubre. Los murciélagos vuelan sobre las calabazas que cuelgan del techo y Phoebe tuvo que reprimir sus ganas de dar brincos de alegría. Al sentarse en la mesa de los leones agito con emoción el brazo de Neville.
—Amo Halloween, ¡amo halloween! —comentó con notoria emoción.
—Tu solo amas los dulces —dijo Neville acariciando su brazo un tanto adolorido.
—También, ¡pero Hallow'en! —exclamó emocionada.
—Que no coma dulces —chilló Amber de tan solo imaginar lo hiperactiva que se pondría.
—¡Dulces vengan con mamá! —se abrazo de una calabaza repleta de dulces, Seamus y Dean comenzaron a reír al verla devorar un chocolate como si su vida dependiera de ello.
George soltó una risita al verla cambiar su cabello a un tono anaranjado para que combinara con el color de las calabazas.
—Lindo cabello, Giles —dijo sin poder evitarlo.
Phoebe dejó a medias la mordida de su galleta, la sacó de su boca y le mostró la lengua de manera infantil para después girar su cabeza de manera dramática y ver a sus amigos.
Al notar que Hermione no estaba con ellos frunció el ceño.
—¿Han visto a Hermione? —preguntó dejando los dulces en la mesa.
—No, ¿no está contigo? —pregunto Harry.
Phoebe lo miró incrédula—. Pues no Harry, si estuviese conmigo no hubiera preguntado —respondió obvia, a lo que le dio la razón.
—Cierto, que tonto —se dijo así mismo—. ¿No la has visto?
—No. Desde la clase de encantamientos, yo me fui con Theo y me dio que me vería en la sala común mas no la encontré.
Ron y Harry compartieron miradas.
Phoebe tomo una manzana de caramelo pensando en las opciones y lugares donde se podría encontrar su amiga, y la biblioteca era el más llamativo.
—¿Buscan a Hermione? —preguntó Lavander.
—Está en el baño llorando —Phoebe dejó a medias la mordida de su manzana con caramelo y miró sin poder creerle a Parvati—. En serio, estaba en el baño de chicas del primer piso.
No tuvo que decir más para que Phoebe se parara se un brinco, Amber sigue hablando con Neville y no se da cuenta de lo que está sucediendo pero Phoebe no quería que fuese, seguro se ponía a llorar con ella.
«Dulces».
Corrio dando brincos a la mesa de Slytherin, tomo a Theo de los hombros y se inclinó para susurrar en su oído.
—Por favor, guardame dulces, tengo que ir hacer algo urgente —suplicó.
—¿Qué? —preguntó confundido.
—Una amiga está triste y no puedo dejarla sola —Theo la miro con algo de ternura—. Por favor —hizo un puchero y el comenzó a poner dulces en su plato. —gracias, eres el mejor amigo.
—Lo sé.
Tras ver cómo Theo le guardaba dulces, Phoebe salió del Gran Comedor para correr al baño de chicas del primer piso, afortunadamente no estaba tan lejos de donde se encontraba, por lo que termino llegando rápido. Claro que como Phoebe es mejor comiendo que corriendo, llego algo candada y haciéndole falta oxígeno.
—¿Herms? —preguntó al entrar al baño.
Escuchó un sollozo prevenir del tercer cubículo y camino tratando de recuperar la respiración. Lentamente trato de abrir la puerta pero esta tenía llave.
—¡Vete!
Phoebe ignoro eso y saco su varita para apuntar a la cerradura.
—¡Alohomora!
Hermione se encuentra sentada en la esquina del cubículo abrazando sus rodillas, su rostro se encuentra escondido entre sus rodillas y a Phoebe le dolió el estómago de tan solo ver a su amiga de esa forma.
—Herms, ¿qué ocurre? –preguntó con voz dulce—. Hey, somos amigas, ¿a quién golpeo? —preguntó acariciando su cabello.
Hermione descubrió su rostro lentamente y limpio sus lágrimas con la manga de su túnica.
—Es estúpido —murmuró.
—No si te hace sentir triste —dijo hincándose frente a ella.
—Ron... los niños... —Phoebe frunció el ceño y Hermione suspiró—. Estaban diciendo que soy irritante —Phoebe achino sus ojos, por la mirada de Hermione se puede ver que esas palabras realmente le dolieron.
—¿Qué?
—Y es por eso que nadie quiere ser mi amigo.
Phoebe quería golpearlos a todos.
—Bien, entiendo que pase desapercibida, pero si me tengo que cambiar mi nombre a Nadie para ser tu amiga, lo haría —Hermione mostró una pequeña sonrisa tímida mientras continúa limpiando sus lagrimas—. ¿Y que si eres irritante Herms? Ellos sólo te tienes envidia por que eres súper inteligente —dijo sonriendo—. Eres mi amiga, ignora a los niños, son estúpidos. Aparte, ¿quién no quisiera ser tu amiga? Eres la bruja más brillante que he conocido en toda mi corta y bella vida —Hermione comenzó a reír sin poder evitarlo—. Vamos, sé que paso mucho tiempo con Theo pero eso no significa que no seamos amigas, ¿somos amigas, cierto? —preguntó rápidamente.
—Lo somos —dijo con una pequeña sonrisa.
Phoebe se inclino para darle un fuerte abrazo y cual madre besó su cabeza. Fingió escupir por los cabellos enmarañados de Hermione y se ganó un ligero golpe mientras ambas reían.
—Andando, vamos que me esperan unos dulces.
—Oh no, por favor —suplicó Hermione—. No comas dulces.
—¿¡Por qué todos dicen eso!? Yo quiero mis dulces. —ambas salieron del cubículo, Hermione continuó limpio sus ojos para eliminar cualquier rastro de lagrimas y la boca de Phoebe se abrió de golpe al ver un troll entrando al baño.
Ambas gritaron fuertemente completamente asustadas. ¿¡Que hace un troll en el baño de chicas!?
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