Hardin no podía ocultar lo feliz que estaba al ver a su tía Rebekah fuera de ese lugar horrible donde había estado atrapada. Después de lo que había hecho para asegurarse de que ella estuviera a salvo, ver la sonrisa en su rostro lo hizo sentir una mezcla de orgullo y alivio.
Rebekah lo miró fijamente mientras lo sostenía en sus brazos, su expresión reflejaba gratitud, pero también una pizca de tristeza, como si aún no pudiera creer que por fin estaba libre.
─ Ya me dijeron que gracias a ti me sacaron de ese lugar ─ dijo Rebekah, su voz suave pero llena de sinceridad. Mientras lo acariciaba con ternura, su mirada se suavizó, agradecida por la visión que Hardin le mostró a su hermano.
La original estaba visiblemente emocionada de volver a estar con sus sobrinos. Durante su tiempo en el asilo de Fauline Cottage, había pasado momentos de desesperanza, creyendo que podría quedarse atrapada allí para siempre. Estar con ellos de nuevo, sentir el calor de su familia, era un consuelo inmenso. Sin embargo, a pesar de ese alivio, algo en su mente seguía inquietándola.
Rebekah se desvió un momento en sus pensamientos, recordando un detalle perturbador. Durante su tiempo en el asilo, había visto un ataúd en una de las habitaciones más aisladas, un lugar al que casi nadie tenía acceso. Ese ataúd había captado su atención, y aunque no había tenido tiempo de investigar más a fondo, un presentimiento la invadía: ¿Podría ser Freya? La idea de que su hermana desaparecida estuviera encerrada allí le hacía pensar que algo mucho más oscuro estaba en juego.
Sacudió la cabeza, desechando esos pensamientos por el momento, para centrarse en lo que realmente importaba. Miró a Hardin, quien la observaba con esa tranquilidad propia de él.
Rebekah sonrió con ternura, sintiendo una mezcla de amor y nostalgia. No era el cuerpo en el que estaba acostumbrada a estar y ver a su sobrino, pero la conexión que tenían seguía siendo la misma.
Hardin, aunque contento de tenerla cerca, también sentía un poco de extrañeza. A pesar de que su tía Rebekah estaba a salvo y sana, era raro verla en el cuerpo de una bruja desconocida.
El pequeño Mikaelson agradeció profundamente que su tía estuviera a salvo, pero dentro de él, algo aún le decía que no todo estaba resuelto. Había demasiado por hacer. Aún quedaban amenazas por enfrentar, y la sombra de Dahlia seguía rondando sus pensamientos. El futuro no sería fácil, pensó Hardin, pero estaba preparado. Sabía que no podía bajar la guardia, no con tantas amenazas aún acechando.
El día con Rebekah, Camille y Hope había sido una de esas raras tardes de tranquilidad que, aunque breves, eran muy necesarias. Se reían, jugaban, compartían momentos sencillos pero significativos. A pesar de la tensión subyacente, Hardin sintió una pequeña chispa de normalidad. Pero eso no duraría mucho.
Al final de la tarde, Rebekah tuvo que irse para intentar resolver lo que quedaba pendiente sobre el cambio de cuerpo. Había mucho que hacer, y la situación no podía esperar. Camille y Elijah se encargaron de Hope y Hardin, asegurándose de que los niños estuvieran bien mientras Rebekah se marchaba.
Hardin, al quedarse con Camille y Elijah, trató de seguir el ritmo de los eventos, aunque sentía que algo estaba fuera de lugar. Pasaron un rato más jugando, pero no tardó mucho en sentirse cansado. Finalmente, se quedó dormido por unos breves 30 minutos. Cuando despertó, la casa estaba tranquila, pero en su mente las preguntas seguían fluyendo sin cesar.
Se quedó mirando al techo por un largo rato, pensando en lo que debería estar sucediendo con sus padres.
Sabía que su madre, Hayley, estaba con los licántropos, enfrentando problemas que solo los de su raza podían comprender. Estaba lejos, y él no podía hacer nada para ayudarla. Mientras tanto, su padre, Klaus, estaba ocupado con los vampiros de Marcel, luchando por liberar a su hermano Kol y evitar que lo drenaran hasta la muerte. Además, aún debía buscar la forma de salvar a Marcel de la mordida de licántropo antes de que fuera demasiado tarde.
Hardin cerró los ojos por un momento, intentando tranquilizar su mente, pero sabía que no podía. Todo lo que tenía que hacer ahora era esperar. Y aunque ese era el peor sentimiento para él, también sabía que su tiempo para actuar llegaría pronto.
Era un Mikaelson, y los Mikaelson siempre tenían una forma de hacer las cosas, aunque el camino fuera largo y peligroso. Pero por ahora, solo podía esperar, y eso lo llenaba de incertidumbre.
[...]
Hardin estaba sentado en el suelo, sus pequeñas manos moviendo con cierta falta de interés los autos de carrera. A pesar de su intento por jugar, un profundo aburrimiento lo envolvía. Se sentía atrapado en la quietud de la casa, mientras los problemas fuera seguían sin resolverse. Miraba a Hope, su hermana, que dormía tranquila y sin preocupaciones, y a veces no podía evitar sentir una pizca de envidia. Ella, en su pequeño mundo, parecía ser capaz de desconectarse del caos que los rodeaba, mientras él, se veía obligado a cargar con la carga de la realidad.
"¿Por qué no puedo dormir tanto como ella?" pensaba Hardin. Sabía que, aunque fuera un niño, necesitaba mantenerse alerta, escuchar lo que sucedía a su alrededor. No podía permitirse perderse ni un detalle de lo que ocurría en la casa. Eso era vital para él. Estaba en un punto donde cada pequeño fragmento de información podría ser crucial.
Se deslizó con agilidad hacia el lado del sofá, un lugar que le daba la suficiente privacidad para escuchar a Camille y Elijah sin ser visto. El pequeño Mikaelson se acurrucó allí, con la vista fija en los dos adultos que discutían sobre algo que le interesó mucho: la puerta roja.
La conversación de Camille y Elijah lo atrapó, especialmente cuando Elijah mencionó a Tatia, su primer amor, y cómo la había matado después de convertirse en vampiro. Hardin frunció el ceño, una sensación de tristeza invadiéndolo al ver la expresión de su tío. La conversación continuó, pero cuando Elijah cayó al suelo inconsciente, Hardin se tensó. Sabía que algo grave estaba ocurriendo, y su intuición le decía que la respuesta tenía que ver con la influencia de Finn. En ese instante, Hardin sintió una profunda rabia hacia él, algo que nunca había experimentado antes.
"¿Por qué hace esto? ¿Por qué no puede simplemente vivir su vida y dejar de causar problemas?" pensó Hardin, realmente molesto por las decisiones de su tío Finn. Odiaba lo que estaba haciendo, y no podía comprenderlo. No podía entender por qué Finn insistía en pelear contra su propia familia.
Cuando vio a Camille tomar el teléfono, Hardin intentó acercarse a su tío Elijah, pero en ese momento, Camille lo levantó con cuidado, impidiéndole llegar a su tío. El pequeño se quedó quieto, observando con ansiedad mientras Camille marcaba el número de Klaus. Hardin ya sabía lo que pasaba. Su padre debía estar en una situación similar, incapaz de ayudar.
Unos momentos después, escuchó la voz sorprendida de Camille, llamando a Davina desde el teléfono de Klaus. Hardin sintió una preocupación creciente apoderándose de él. La expresión de Camille, de angustia y sorpresa, solo hizo que su nerviosismo aumentara.
Camille preguntó con desesperación:
─ ¿Qué hacemos?
Hardin sintió una frustración creciente al no poder hacer nada para ayudar. Estaba demasiado pequeño para actuar, pero sentía que su impotencia le desgarraba por dentro. Quería ayudar, estar allí para sus padres, para sus tíos, pero ¿cómo? La situación era más grande que él.
Mientras Camille continuaba hablando con Davina al teléfono, Hardin miraba a su tío Elijah inconsciente en el suelo. No podía hacer nada. Todo lo que podía hacer era mirar, impotente, mientras Camille intentaba, en vano, despertar a Elijah. El ambiente estaba cargado de tensión, y el joven Mikaelson sentía la presión de todo lo que estaba sucediendo.
Cuando Camille lo abrazó y lo sostuvo en sus brazos, Hardin se sintió algo reconfortado, pero esa sensación de inquietud no se desvaneció. Finn estaba jugando un papel importante en todo esto, y Hardin sabía que no podían quedarse de brazos cruzados. Se quedó allí, quieto, mirando a su tío sin poder hacer nada, esperando, sin saber que, en su interior, la pequeña chispa de rabia que sentía hacia su tío Finn solo seguía creciendo.
Después de un rato, cuando ya parecía que la situación no mejoraría, algo cambió. Elijah despertó repentinamente, con una expresión de miedo en su rostro. La respiración de Hardin se liberó por un momento, y sonrió, aliviado, al ver que su tío había vuelto en sí.
─ Gracias a Dios, ¿estás bien? ─ preguntó Camille con voz temblorosa, aún sin creer que Elijah había despertado.
─ Por ahora... ─ respondió Elijah, aún algo aturdido, mientras intentaba ponerse de pie, mirando a su alrededor. La situación parecía más crítica de lo que había imaginado, pero al menos no estaba solo.
Camille, con rapidez, le trajo una bolsa de sangre, algo que ayudó a Elijah a recuperarse más rápido. Con cada sorbo, el vampiro original comenzó a recobrar fuerzas, y aunque seguía notoriamente cansado, al menos ya no estaba tan vulnerable.
Hardin, aún en brazos de Camille, intentaba descansar mientras tomaba su biberón de leche. Era extraño cómo la vida continuaba de alguna manera, incluso en medio del caos. A pesar de los problemas, todo seguía adelante, pero no sin un precio.
Mientras esperaba, observaba a su hermana Hope, que también había despertado de su sueño. Hardin la miró, y su corazón se suavizó al ver su dulce rostro. Era tan pequeña, tan inocente. No debía pasar por todo lo que pasó en la serie, había sufrido pérdidas desde niña.
"Voy a protegerla," se prometió a sí mismo. "Voy a hacer todo lo que esté a mi alcance para evitar que pase por lo mismo que en la serie."
Hardin había aprendido que no podía controlar todo lo que sucedía, pero sí podía hacer algo por su hermana. Y eso, en este momento, era lo único que importaba.
Mientras tomaba su leche y escuchaba a su tío Elijah hablar por teléfono con su padre, Klaus, Hardin se permitió una pequeña sonrisa. "Por lo menos están luchando," pensó. "Tío Finn, lo siento, pero no te vas a salir con la suya."
¡CAPÍTULO 13!
Actualización después de tanto tiempo sin activar la historia.
¿Qué les pareció el capítulo?.
[ EDITADO Y CORREGIDO ]
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