𝟬𝟵. Time To Say Goodbye
Ella escuchó sin interrumpir. Escuchó el cómo todo empezó como una broma, como una forma de divertirse en Halloween, algo sencillo y que pensaron que no dañaría a nadie, en especial no a ellos.
Le contó el cómo tuvieron que ocultar la verdad para que ellas les ayudaran, el cómo realmente se arrepentía de mentir, pero sabía que había sido necesario solo para que no los lastimaran y para salir de ahí.
Ambos se quedaron en silencio, pensando en lo que había pasado.
—Por favor dime que no estarás enojada toda la noche.
—No estaré enojada toda la noche... entiendo que lo hiciste porque querías salir de aquí. Pero igual son unos idiotas por burlarse de una bruja, todos saben que eso no se hace.
—Pensamos que era una charlatana.–Ambos rieron.
—Pudiste haberme dicho, solo te habría regañado por idiota, pero igual te habría ayudado.
—Claro, porque tú eres así... pensándolo bien, ¿por qué me ayudaste?
—No lo sé... tal vez porque me recordaste un poco a mi, un humano rechazado por todos, intranquilo...
—Podrías morderme.
—No lo haré.–El alzo su ceja.
—¿No quieres que me quede contigo?
—No es eso, créeme que no. Es que no quiero causarte ese pesar.
—Eres increíble, no creo que eso sea un pesar.
—No es eso, ¿sabes a todos los que veré morir? ¿Lo mucho que quisiera salir, ser normal?
—Ser normal es aburrido.
—Ser normal es más seguro, ¿no me digas que no tienes sueños más allá de ser sobrenatural?
—Yo... yo quisiera unirme al FBI, ser un agente especial.–Ella sonrió.
—Entonces esfuérzate para serlo, serás parte de un equipo de iguales y te olvidarás de este mundo, de lo sobrenatural... y también de mi.
—No creo poder olvidarte nunca.
—Créeme que lo harás, seré como una mala pesadilla.
—Eres más como un sueño.–Se levantó y la ayudó a levantarse.–¿Por qué no vienes con nosotros?
—No puedo hacerlo.
—¿Por qué no?
—Este es el lugar para mi, un lugar de raros e inadaptados, ahora soy uno de ellos, nunca volveré a ser una humana normal, pero tú puedes serlo, quiero que lo seas. Espero que crezcas, tengas una buena esposa, hijos y que estés en el FBI, yo no podría darte eso, nunca podría.
—No quiero eso si no estoy contigo...–Ella sonrió y acaricio su rostro.
—No dejes tus sueños por mi, solo soy como... un enamoramiento de Halloween.
—Eres más que eso para mi. No soy como tu ex, en serio quiero estar contigo.
—Pero yo quiero que seas feliz.
—Seremos felices, podrías venir, o podría venir, nos arreglaremos, te lo prometo...
—No Stiles. Tú perteneces a tu mundo... y yo pertenezco al mío.–Ambos se miraron. El asintió y junto sus frentes, tratando de evitar las lágrimas.
[...]
Se juntaron todos en la plaza de la calabaza gigante. Stiles y Lilith habían juntado sus manos mientras ella tenía su cabeza en el hombro del chico. No quería dejarlo ir, pero sabía que era lo mejor. Igualmente el sentía su corazón romper, tanto que deseaba irse antes y ahora solo quería quedarse junto a ella.
Scott y Annabelle no parecían mucho mejor, era difícil despedirse de un amor, no importaba que tan fugaz había sido.
La bruja se encargó de hacer el hechizo, usando la poción que habían hecho antes. Un enorme portal se abrió en el piso y apareció por él el autobús amarillo. De el salió el conductor. A Sophie se le abrieron los ojos como platos.
—¡¿Marcus?!–El conductor, un zombie la miró. Era un zombie casi deshecho, su piel colgaba en su rostro, aún así ella había reconocido a su amor. Marcus la reconoció también y corrió hacia ella. Ambos se dieron un beso, por un momento, solo por un momento apareció la figura antigua del hombre, mostrando al joven atrapado bajo la máscara. Ambos se miraron el uno al otro y se dieron un abrazo.
Scott y Annabelle no perdieron el tiempo y también se dieron un beso. Stiles miró a Lilith, y ella lo miró de vuelta.
—Supongo que este es el adiós.–Se atrevió a decir el.
—Lo es.
—Te extrañare más que nadie.
—Lo sé... te extrañare más.–Ambos se abrazaron sin poder evitarlo, sintiendo como el otro lo apretaba con toda su fuerza. Eran amantes trágicos, ¿pero quien no lo era? Ninguna de las tres parejas que estaban aquí eran felices, y probablemente nunca lo serían.
Así era la vida, así era el destino. No se puede luchar con el destino, pero si se puede cambiar.
Lilith beso los labios de su amado y el le devolvió el beso, ambos sintieron las mariposas, como si este hubiera sido su primer beso. Ambos se gustaban, ambos querían estar juntos, y también ambos sabían que eso no pasaría.
Se separaron cuando el aire les faltó y juntaron sus frentes.
—Lilith.–La voz de Sophie le llamó la atención.
—¿Si?
—Quiero mi deseo ahora.–Ella asintió.–Quiero quedarme con el. Quiero estar con mi amor para siempre.–Lilith miró a Annabelle, quien sonrió y asintió.
—Lo haremos posible.–Sophie le sonrió de vuelta y ambos subieron al autobús sin esperar más. Scott se despidió por última vez de Anna y subió al autobús, pero Stiles no se sentía capaz de dejar a Lilith, sentía sus piernas temblar y sus ojos a punto de llorar. Annabelle se acercó y le dio una Polaroid.
—Para que no la olvides.–Murmuró en su oído, pero Lilith no escuchó. Annabelle se alejó de la pareja y esperó pacientemente. Stiles miró a Lilith.
—Te quiero.
—Yo te quiero más.–Ambos juntaron sus frentes de nuevo y suspiraron. Lilith fue la primera en soltar su mano y dar un paso para atrás. Stiles asintió y subió al camión. No tardo en despegar después de eso.
Lilith retrocedió unos pasos más y después volteó a mirar a su amiga. Ella abrió sus brazos, sabiendo. Lilith corrió hacia ella y empezó a llorar, Annabelle trató de consolarla como pudo, pero sabía que no era sencillo. Un corazón roto no se arregla con un par de palabras, se arregla con el tiempo, aunque estaba segura de que se tardaría en arreglarse.
Stiles no estaba mucho mejor. El autobús no lo sorprendió porque seguía lagrimeando. Vio la foto que la sirena le había dado; una foto de Lilith y el bailando, solo se veía el vestido, el cabello y la corona de ella, pero podía ver el cómo sus ojos brillaban al verla. Sabía que nunca sentiría nada igual.
El autobús se detuvo y los dejaron bajar a ambos.
Stiles y Scott se quedaron parados en la nada, frente a la camioneta de Stiles, donde todo el viaje había empezado. Ambos se veían igual, pero todo había cambiado ya.
Se miraron y se dieron un abrazo, tratando de consolarse el uno al otro por lo mucho que habían perdido y encontrado en las últimas horas.
El teléfono de Stiles sonó en su bolsillo. El lo tomó y vio el identificador; "Lydia" el notó el nombre y canceló la llamada para volver a abrazar a su mejor amigo.
Nunca nada sería como antes, eso era seguro.
✶⊶⊷⊶⊷❍⊶⊷⊶⊷✶
Capítulo final del especial de Halloween !!
Muchas gracias por leer, tenía ganas de hacer un final agrio en alguna de mis historias, y espero que les agrade (o si no, que los haga llorar un rato o sobre pensar sobre su vida amorosa, como lo hizo conmigo)
Eso fue todo por este especial, los ama, Montse
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