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Después de esa conversación, no hubo más que decir en esa noche, porque Basil nunca contestó a lo que parecían plegarias desesperadas de Ratigan...

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Sentía mucho frío, demasiado, tanto que me obligó a abrir los ojos. Creí que era porque estaba durmiendo en un sótano, no... ático, pero cuando abrí los ojos en vez de ver ese estrecho cuarto, vi... mi departamento, mi departamento en la calle Baker.

Todo estaba en su sitio, incluso la chimenea estaba encendida, lo cual era extraño porque se sentía como si hiciera mucho frío. Salía vapor de mi hocico y no podía saber de dónde provenía aquel gélido sentimiento, porque no se sentía como si fuera algo de la ventana o del ambiente, venía desde dentro de mí y eso era extraño.

Mientras buscaba con qué abrigarme, pasé por el estante que tenía dedicado para investigar a Ratigan. Me sentí incómodo pasando al lado por lo que había pasado antes de irme a dormir, asumo que voy a dormir unas 2 horas pero como sea...

Me volví, ya que quería bajar la foto, no quería verlo, quería procesarlo todo primero, pero cuando iba a hacerlo la foto no estaba en su sitio, simplemente no estaba.

Ahí empecé a entrar en pánico, debía ser un sueño, ¡tiene que ser un sueño!

Empecé a buscar los típicos patrones para detectar un sueño: mirar las manos, la hora, mirar hacia arriba, nada, todo se veía (y se sentía) como si fuera real.

Empecé a revisar todo buscando algo, lo que sea, pero todo estaba donde debería estar, menos la foto y mi violín. Ninguno de los dos estaba y eso me desesperaba; intenté buscarlos pero no estaban en ningún lado, y el frío definitivamente no ayudaba.

Mis manos temblaban, me dolía la cabeza, el pecho, me sentía indefenso y no entendía el porqué o mejor dicho, quería fingir que no entendía el porqué...

Me acerqué a la chimenea por mero instinto en busca de calor, casi por desesperación y miedo. Odiaba ese sentimiento de estar ahogándome, de estar paralizado, como congelado y anhelando ese sentimiento de querer quemarme, de buscar cualquier forma de calor.

Creo que ya me está pasando factura, me estoy volviendo un psicótico melodramático de primera, solo debía recordar que era un sueño, nada más, no podía ser real, era imposible.

Me senté frente a la chimenea y ahí estaba tanto mi violín como la foto de Ratigan en el fuego, ambos objetos completamente chamuscados y vueltos casi que carbón.

"Solo es un sueño...", susurré cansado mientras me quedaba sentado esperando a despertar, todo suena muy dramático pero el saber que no es real solo lo hace surreal, nada más.

Estaba sentado esperando a despertar y viendo el fuego mientras moría de frío. Escuché un sonido de violín.

"Saludo de Amor...", susurré reconociendo la melodía a la perfección, y cuando quise mirar de dónde provenía esa melodía, "este sueño no se puede poner más raro...", susurré frustrado.

Detrás de mí se encontraba una figura borrosa y ennegrecida, casi hecha de ceniza que calca plenamente el cuerpo y forma de Ratigan, me estaba dando la espalda y se mantenía tocando mi violín tranquilamente.

"Entonces... ¿cuál será tu respuesta, Basil?" Preguntó esa figura en tono sereno.

"¿Respuesta a qué? Y además, ¿qué eres?, ¿mi subconsciente?" Lo encaré cansado mientras aún me quedaba sentado en el suelo intentando ignorar la bella melodía.

"Mh, chico listo, aunque no exactamente... pero no ignores la pregunta, ¿cuál es tu respuesta?" Me preguntó en un tono tranquilo, aunque en un abrir y cerrar de ojos ya se encontraba frente a mí. "¿Qué le respondes a un hombre desesperado que te ha entregado su corazón al descubierto y lo que has hecho ha sido dejarlo cercar?"

Su tono no era acusatorio a pesar de tener el rostro de mi peor enemigo y, al contrario, se mantenía tranquilo.

"Tú sabes por qué lo he hecho. Se supone que eres parte de mi subconsciente, no deberías preguntarme a mí esas cosas", respondí levantándome y pasando por su lado. No quería responder, ¿por qué tendría que responder...?

Esa... cosa simplemente volvió a pararse frente a mí, pero tomando mi mentón y obligándome a mirarlo, se sentía cálido, era como si Ratigan-

"Quiero que pongas en palabras lo que has estado guardando en tu casa de memorias, ya sabes, la culpa. Quiero que lo aceptes... que salga de tus labios esas palabras que has guardado..."

Yo me quedé callado, mirando el suelo, no quería aceptarlo, pero si es la única forma de salir de aquí y viendo que nadie lo sabría...

"Mi respuesta es que... lo siento, lo siento por no haber podido hacer nada para ayudarte...", susurré aún mirando el suelo y sintiendo como por fin me soltaba y se alejaba. Aquella sombra solo se quedó viendo la chimenea mientras volvía a tocar una pieza que yo hace mucho tiempo quería dedicar... "hice todo lo que estaba en mis manos, hice todo lo posible para entregarte una vida normal y aun asi no fue suficiente, lo siento..."

"A mí no es a quien debes decirle esas palabras, yo no soy quien agobia tu conciencia, solo soy ese fantasma que te atormenta, tu locura, si lo quieres ver así, tu tormento supongo, me has ignorado por mucho tiempo..." La forma en que lo había dicho era sumamente sombría, y no ayudó el hecho de que pese a no mostrar molestia verbal llegó a romper una de las cuerdas del violín por presión. "Espero que cuando te vea de nuevo seas más honesto contigo mismo, porque sigues sin decirlo todo"

"N-no le pienso decir, ¡hay cosas más importantes que hacer ahora, hay un criminal suelto y es mi deber-"

Esa cosa, aquella figura calca de Ratigan simplemente se me acercó de golpe nuevamente, presionando su frente contra la mía con la mirada totalmente fría pero aún con ese tono tranquilo, pero sonando demandante.

"Siempre dejando todo para después... y lo peor, no puedo dejar que sigas hiriéndote a ti mismo... debería dejarte asumir las consecuencias de tus propios actos, que te rompieras, que te consuma la rabia, pero no quieres convertirte en él, o si?, soy tu representación del ello y superyó, mi trabajo es recordarte lo que has estado ignorando."

"¿Mi qué cosa?"

"Por favor, no seas un idiota, tu corazon ya esta roto...", me dijo en un tono frío mientras me golpeaba en la frente.

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El detective despertó de un sueño profundo, aún estaba en aquel cuarto improvisado en el ático de la taberna, Dawson seguía durmiendo en su sitio y parecía todo estar bien. Solo podía sentir un horrible dolor en el pecho y la frente. Se asustó, pero el dolor en el pecho no era nada, al menos no algo palpable.

Pasó sus manos por su frente y sintió una leve molestia, como si alguien lo hubiera golpeado.

"No puede ser...", susurró el ratón asustado, pero sintió cómo del techo caía una gota sobre su frente. Había una gotera en el techo. "Arg... debió ser eso...".

Era de madrugada y no había sonido alguno, y parecía que dormir no era una opción. No quería lidiar con esa cosa, con lo que de "cariño" lo había apodado como "Ratigan ceniza" para quitarle peso a todas las palabras y fingir que lo que había soñado no iba a repercutirle en absoluto.

Se levantó de la cama y bajó hasta la cocina pensando en qué hacer. Quería hacer cualquier cosa menos dormir, se llevó consigo las cartas entre Sineye y Nollan para intentar resolver aunque sea una pista.

En la cocina estaba la coneja con la mesa del comedor totalmente llena de tubos de ensayo y en una placa de ensayo una cucaracha atada que estaba conectada a todos los tubos. Se quedó en silencio mirando extrañado y pensando "esta noche no puede ser rara..."

Ella se encontraba jugando con los químicos y mirando la cucaracha.

"Matame...", susurró el insecto.

"Después...", dijo ella de manera sombría hasta que se dio cuenta de que Basil estaba a sus espaldas. "¡Santo conejo de la luna!" Maldijo ella mientras buscaba una manta para cubrir todo.

"¿Qué estás haciendo...?"

"Medicina, eso es obvio chico listo, de cualquier forma, ¿por qué estás despierto?, ¿no que ustedes los ratones dormían 20 horas?" Preguntó ella mientras hacía espacio en la mesa y le ofrecía sentarse.

"¿Y tú?"

"Los conejos dormimos solo 5 horas, gracias a eso tengo tiempo libre", explicó ella tranquila mientras veía al detective sentarse en la mesa. Ella rápidamente se puso a guardar las cosas más problemáticas de su experimento esperando que no se diera cuenta de que estaba jugando a ser Dios con una cucaracha. "Te ves... un poco demacrado, ¿un mal sueño?"

"No, solo... no puedo dormir sin resolver esto primero...", dijo con frustración mientras ordenaba las cartas.

"¿Y es necesario que lo resuelvas ahora?" Preguntó ella de manera tranquila mientras le servía un vaso de agua.

"Pues claro que sí!"

La chica alzó una ceja. "Ratigan te contó sobre que estuvimos todo el día con Sineye, puedo darte algunos datos, tal vez puedan ayudar..." ella dejó de hablar cuando vio al detective leer los papeles totalmente concentrado y frustrado. Había agarrado una de las libretas de ella y se había puesto a intentar resolverlo.

"Gsraaic rop aeymdra a aracaab noc ese clrainmi roma oim", leyó el detective en voz alta mientras estrellaba su cabeza con la mesa ya estando harto.

"Pero no me ignores!", le reclamó ella, pero al ver que era ignorada simplemente se quedó mirándolo mientras jugaba con el vaso de agua, tambaleándolo y haciendo que el agua de su interior se moviese, un gesto infantil clásico de ella.

El movimiento del vaso distraía a Basil, apartó la mirada del papel solo un segundo para ver eso que perturbaba su vista periférica y generaba un sonido molesto. Pero al ver el vaso y antes de que pudiera decir algo, vio cómo en el vaso se reflejaba una parte de la carta, invirtiendo las letras y haciendo que se le prendiera el foco.

¡Las letras estaban invertidas!

"Bell, eres una genia!, tráeme un espejo".

"Oh, claro, solo... deja voy por él", respondió ella un poco aturdida por el grito repentino. "Cuida a mi cucaracha, si intenta escapar no la mates, la necesito con vida", le dijo ella mientras iba a buscar el espejo.

Basil tomó el espejo y empezó a transcribir el texto reflejado. La carta transcrita seguía sin tener sentido, pero Basil estaba tan metido en resolverlo que eso no lo detuvo en absoluto. Soltó una risa psicótica dejándose llevar por el cansancio y el sueño mientras empezaba a encontrarle sentido a las letras.

Bell se asomó sobre la cabeza del detective y señaló la primera frase de la carta. "Oye, 'Gsraaic' suena a 'gracias', ¿no crees?", comentó de manera infantil llamando la atención del detective.

"Sí... suena a 'gracias', pero como si estuviera desordenado... ¡eso es!, algunos están solo al revés, otros son anagramas y otros son una mezcla de ambas, eso quiere decir que..."

Bell pudo ver al Detective en acción. Con rapidez, empezó a anotar y transcribir la carta, ordenando y acomodando las palabras como deberían estar en su lugar. Así quedó al descubierto el mensaje de al menos, esa carta:

"Para Nollan Ikon.

Gracias por ayudarme a acabar con ese criminal, amor mío. Tus inventos me ayudaron mucho en esta situación, ese banquero era un bastardo que se quedaba con los impuestos del pueblo. Sin tus cámaras no hubiera podido mostrar su culpabilidad y sin tu arma, acabar con él no hubiera sido tan fácil.

Me molesta tanto que aquellos en los que confía la gente se atrevan a romper esa confianza, los criminales no son solo las vil ratas, sino también todos aquellos que tienen cuello blanco en sus camisas, y no importa su puesto o posición, todos aquellos caerán bajo la justicia de mis balas.

¿Recuerdas al alcalde?, ese ratón de cuarta que quería quitarles las tierras a las ratas, jamás entendió que lo justo era que tanto ratas como ratones tuvieran sus tierras... es una alegría que se encuentre muerto, pero bueno, eso es tiempo pasado. Solo quería darte las gracias, te devuelvo el arma y de paso, un pequeño regalo... nos vemos a la otra.

-Skinner Sineye"

"Ah, tan psicópata no era", comentó Bell un poco confundida.

"No tiene sentido... ¿por qué iría por mí? Tal vez hay algo más en las demás cartas" susurró buscando mas detalles en la carta, la punta estaba doblada, al ponerla derecha se veia un timbre, era un timbre como de estación policial, tenia una estrella y letras rodeandola que confirmaban el nombre de la comiseria. "¿Si es un 'policia' porque vendria a londres para buscarme?"

"Bueno... él habló sobre 'limpiar esta sociedad de ratones injustos' y de 'igualar las cosas', o eso escuché. En algún punto quedé sorda de tanta explosión, nos llevó a las afueras de la ciudad en un animal enorme, no era ni un gato ni un perro, más... grande y con la cara larga".

"Y eso... ¿qué tiene que ver conmigo?", preguntó casi que en piloto automático el detective mientras intentaba pensar. "Yo no soy un criminal de cuello blanco..."

"Tal vez cambió de opinión, como te digo, quedé medio sorda en algún punto. Ratigan puede darte más detalles de lo que Sineye planea".

Basil iba a responder, pero ambos escucharon un quejido bastante fuerte proveniente del piso de arriba, era un quejido proveniente de Ratigan.

"Y hablando del rey de Roma, el anestésico tal vez dejó de hacer efecto... tú vete a dormir, ya resolviste el código, ahora duérmete", le dijo ella de manera seria mientras subía las escaleras. Era un tono diferente, como una orden que daría una auténtica médica.

La siguió escaleras arriba, pero con la diferencia que ella se detuvo frente al cuarto del Napoleón del crimen y todo lo que se podían escuchar eran quejidos y gruñidos, además de eso... pequeñas frases y alegatos, como si hablara dormido. Bell entró, ignorando por completo a Basil quien la seguia en completo en silencio.

Eran frases cortas pero los dos sabían por qué eran dichas: "lo siento tanto", "deberías ser mío", "duele mucho" y más frases así, inconexas pero con sentido. Después de todo, estaba siendo obligado a revivir cada noche esos momentos específicos, asumían que era su conciencia castigándolo.

"¿Esto ocurre siempre...?", preguntó el ratón completamente dolido.

"Cada vez que lo noqueamos, botellas de cloroformo día tras día, o murmura o de plano despierta gritando, pero supongo que eso es normal cuando tus órganos están hechos papilla", habló ella de manera seria y concentrada mientras sacaba de un cajón algunas agujas. "Aunque... también puede ser por la historia de ustedes dos, hago muchos chistes y así, pero supongo más cosas de las que creen..."

"...sí, pero no te incumbe así que-"

"No me malentiendas, Basil, solo quiero salvar tu pellejo porque este señorito de aquí le importa, solo hago chistes y quiero que Ratigan sea feliz, nada más, después de eso... me imagino que son temas que ustedes deben resolver", le dijo igual de fría y concentrada mientras aplicaba cloroformo al hocico de la rata para luego empezar con la inyección.

Basil se quedó en silencio viendo a su peor enemigo completamente noqueado, siendo inyectado con sedantes y anestésicos porque mucho más no se podía hacer por él. Tenía varias heridas cosidas, vendas y marcas de bisturí, en el cuello tenía una horrible marca al igual que en la zona del pecho.

"De puro milagro no se rompió las costillas, los huesos rotos no vuelven a crecer", bromeó ella intentando aligerar el ambiente.

"Él... está bien?"

"Sí, estable. Como dije, le estoy dando anestésicos, analgésicos y uno que otro invento mío para ayudar con la regeneración de músculos. Asumo que funcionan porque su recuperación va mas rápida de lo que debería. Lo único malo es que no puede luchar mano a mano, o sea, sí puede, pero con el riesgo de terminar tieso en el suelo. Yo le dije, ni idea si su bazo está en su lugar".

"Y aún así quería ayudarme o protegerme de Sineye. Esto lo debo hacer solo", susurró Basil, a lo que rápidamente fue agarrado de las manos por la coneja.

"No puedes hacerlo todo solo. Créeme, ustedes los roedores pueden sobrevivir a la altura, pero dudo que tú puedas sobrevivir al disparo de una bala o una bomba sorpresa, así que Ratigan te mostrará su ubicación exacta por la mañana, te quedaras aqui por motivos de seguridad, tú y tú compañero. De mientras..."

Basil iba a negarse, quería negarse porque no quería que Ratigan se entrometiera, ya estaba totalmente adolorido y no quería que se hiciera más daño, no por su culpa otra vez... pero antes de poder explicarse, la coneja ya lo había sedado por completo.

"Buenas noches, Basil...", dijo de forma seria la coneja mientras dejaba que la tenue luz la iluminara. Atrapó al ratón antes de que cayera al suelo y empezó a llevarlo a su cuarto. "Si no duermen 20 horas ustedes estiran la pata..."

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Estaba de nuevo durmiendo, o mejor dicho, soñando, supongo; estaba en mi departamento, con ese frío gélido consumiéndome desde dentro, me quedé mirando la chimenea temblando sentado en el piso porque me negaba mirar a esa cosa a los ojos.

"Oh, volviste", dijo burlona esa voz, la de esa cosa que tenía la apariencia y la voz de Ratigan.

"No porque quisiera..."

"Qué mal... de cualquier forma, ¿qué se sintió ver a tu amado completamente deshecho? Impactante, asumo. Debe estar atormentándote esa imagen, qué pena", ese tono tan tranquilo me molestaba, ¿me estaba juzgando o me estaba apoyando? No podía saberlo, pero mentirle era inútil.

"Sí... fue... doloroso de ver, pero no es mi culpa, él intentó matarme primero!"

"¿Y quién te está culpando? Solo digo lo obvio, esa imagen te va a atormentar el resto de tus días, porque aún lo amas... es casi como un castigo impuesto"

Aquella cosa hizo un movimiento rápido,levantandome del suelo para seguido sujetárme de mis caderas y apoyando su cabeza sobre la mía. Se sentían como las manos de Ratigan pero de una forma extrañamente reconfortante...

"¿Y cómo lidiarás con tu culpa? Es todo un misterio. Espero que el mejor detective de todos esté a la altura para resolverlo...~"

"...no tengo ni idea".

"Lo sé, eres un profesional esquivando la vida. Te felicito. Y por cierto... aún no tienes ni idea qué responderle a Ratigan. Mañana será tan incómodo~"

Pude sentir cómo sus brazos me rodeaban y frotaba su cabeza con la mía. Era una calca de Ratigan y se movía tal y como él lo hacía cuando yo tenía un mal y me consolaba. Tenía tantas ganas de que esto fuera real, que él me abrazara, me besara y me dijera que todo iba a estar bien, que no pensara en mis problemas, pero otra parte de mí no podía dejar de pensar en cuán manchadas estaban sus manos.

"Estoy tan cansado..."

"Lo sé, pero eso sí es tu culpa, en realidad, los dos tienen la culpa, supongo que ambos tienden a elegir la via dificil, son tal para cual~"

De mi no hubo respuesta, solo cerré los ojos, pensando en que el amor de mi vida--- ya no volveria... porque no puedo amar a alguien que ha hecho actos tan horribles...

"Que hubiera pasado y si la rabia te hubiera consumido a ti...?" Preguntó por ultima vez antes de sentir como me soltaba.

No queria que me soltara, no importaba si era solo una ilusión, extraño tanto ese sentimiento de sentirme amado, algo que solo él pudo darme.

"¡E-Espera no me sueltes!"

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