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Past, three years ago.

          🌬️🪽🌫️══════𝐄𝐋 𝐒𝐎𝐋 𝐄𝐒𝐓𝐀𝐁𝐀 𝐄𝐍 𝐒𝐔 𝐏𝐔𝐍𝐓𝐎 𝐌Á𝐗𝐈𝐌𝐎, aquel día en la capital de Liones. Las corrientes de aire acompañaban a las blanquecinas nubes.

Un par de pequeños se regocijaban en la felicidad que rondaba en el ambiente. Pequeños príncipes, librados de la ansiedad y frustración. Conviviendo cómo lo que son, Niños.

La extensa sombra del maduro roble, les hacía compañía mientras degustaban de aquella exquisita tranquilidad.

Pero bueno, la tranquilidad no es eterna. Por el umbral de la entrada a dicho patio del castillo. Una cabellera platinada se asomo siendo "escurridizo" en su tarea.

Siendo claramente lo contrario. Los dos pequeños presentes, interés no le prestaron. Por más que cierto de melena dorada se irritara con la interrupción de éste.

Cierta platinada, cargaba con una expresión ensoñación en su rostro. Por primera vez descansó sin interrupciones de las pesadillas, Y eso se debía a cierto objeto...

Una suave sonrisa se poso en su rostro de porcelana. ────── Realmente me gustó tú regalo. ──── Pronunció con dulces palabras, apenandose de sí misma.

El joven príncipe de melena rubia tenía en sus ásperas manos a la pequeña criatura de pelaje oscuro. Su expresión detonaba un centenar de emociones en sus orbes.

Dichas palabras fueron soltadas tan abiertamente. Que le llegaron como un balde de agua helada. No encontraba las palabras adecuadas para contestarle a la peli-plata, añadiendo que el hermano de está se encontraba de -Informativo- en el mismo patio que ellos.

Pasó saliva con nerviosismo. ────── Tal vez estes hablando con la verdad.──── Murmuró perdidamente. Ganándose la mirada curiosa por su platinada acompañante. ──── Pero en definitiva..! ¡Tus acciones demuestran lo contrario!

Reprochó acusadoramente el principe de melena rubia. Con sus mejillas levemente ruborizadas, posiblemente estaba dando la imagen más penosa de la década. Pero sus palabras tenían justificación.

Con su vergonzoso aspecto —creencia suya— No logro más que causar la ternura naciente en la platinada, acompañada de una cálida risa.

Agotándose de su gracia. ────── Sí te refieres a que pasó más tiempo con el otro regalo. Es por qué son seres de vida. El regalo que me diste, lo adoró. ──── La peli-plata explico con una expresión de calma en su rostro de porcelana.

Aquellos ojos grisáceos con tonalidades plateadas, le daban un vuelco a su corazón, Cuando sus rubíes chocaban contra ellos.

La pequeña sonrisa aún continuando en su sitio. ────── Aún que no puedo evitarlo..! Son muy lindos. ──── Expresó con una expresión de felicidad pura, iluminando el rostro de cierto cabellera dorada.

Más que alguien, miraba con despecho las acciones de los contrarios.

Bufo con reproché. ────── Sí, son lindos... ──── Con un tono lleno de desánimo, ganándose la mirada tormentosa de la peli-plata.

El príncipe rubio con sus básicas acciones, la hacía sonreír más de lo que estaba acostumbrada. ────── Tú igual eres lindo. ──── Opino la pequeña Dama, con una delicada sonrisa que Iluminaba su pulcro rostro.

Sin saberlo, dichas palabras hicieron un corto circuito. En el príncipe de cabellos dorados. Quién todavía no procesaba dichas palabras hacía su persona.

Robándole nuevamente una suave carcajada a la peli-plata. Todo esto siendo observado por el hermano mellizo de esta. Quién en la molestia no podría regocijarse.

Sin levantarse del verdoso pasto. La menor se hincó en el suelo. Para estar así frente al peli-rubio. ────── Tus cabellos dorados como los calurosos rayos de sol. ──── relataba con suavidad admirando al oji-carmin.

Oh, tus ojos ────── La peli-plata tomó sus mejillas, con aquellos ojos de ensueño. Mientras el contrario ardía por dentro agitado y con sus mejillas chapeteadas. ──── Son inusuales, ¡me encantan!

El chico rubio, se encontraba fácilmente en un estado de colapso. Sus mejillas estaban tan rojizas similar a las bellas rosas. Fácilmente la peli-plata podría sentir el leve calor de estas. A pesar de éso, no las aparto de las mejillas del contrario.

Admirandolo con sus orbes grisáceos. Sus pupilas se encontraban dilatadas, dicho detalle descubierto por cierto oji-carmín que compartía lo mismo.

Un estruendoso sonido, los saco de su burbuja. Cómo sí nunca hubiese ocurrido, las tersas mejillas del peli-rubio volvieron a tu tonalidad.

La tuene sonrisa de la contraria se opaco por curiosidad. "¿Quién había sido el causante de dicho alboroto?"

Largas hileras plateadas y unos orbes heterocromicos, llamaron su atención de aquel duo. ────── ¡Alto ahí! ¡Ya los descubrí! ──── Reprochó acusadoramente el menor peli-plata.

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(Todo chafa pork chi 😭)

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Un choque entre sus armas, los hizo retroceder cinco pasos lejos del otro. ────── Oye bien, eh. No sabía que eras tan bueno. ──── Profirió El mayor de los mellizos. Mientras ambos se detenían unos minutos permitiéndose tomar aliento.

Con una leve capa de transpiración. ────── También tú. ──── Devolvió dicho "alago" El príncipe de Benwick, con una sonrisa socorrona. Similar a la de su progenitor.

Una creciente sonrisa en su rostro, cargando con el mismo aspecto que el contrario ────── ¡Pues es algo obvio! Mi padre es el capitán de los siete pecados capitales, ¡El gran meliodas! ──── Exclamó con orgullo, mientras aún se mantenía en posición de combate.

Sus orbes carmesí demostraban sus emociones. ────── Esto es muy divertido, tú también deberías de conocer el nombre de mí padre, eh. ──── Formuló con un tono retativo, sosteniendo con firmeza su lanza.

Una corta interrupción de parte suya, llamo la atención. ──────¿Ya van a dejar de hablar y continuarán? Y se supone que yo soy la Doncella en desgracia. ──── Una risita burlona se escapó de sus labios, les observaba ofendida ante su prolongada pausa. Con sus dos pequeñas acompañantes a sus costados.

"¿No sé supone que te titularon la bondadosa, por qué eres así?"

El príncipe de Liones río con cierta gracia, ocasionada por el comentario de su contrincante. De igual manera escuchaba el reproché de su melliza.

Sin notar el choque de miradas de los otros dos en aquel lugar. El oji-carmin recordando ciertas palabras que fueron dedicadas hacía el.

"Una voz que comenzaba a adorar, estuvo abrumadamente sus pasos. ────── Te pido... Que tengas cuidado, no deseo que salgan heridos. ──── Pidió con la tranquilidad funcionada con su tono de voz."

El príncipe mayor se permitió suspirar temblorosamente, negando levemente volviéndose a concentrar contra su oponente. "¿Que le pasaba?" Era algo que daba un vuelco a su corazón. Algo... Tan inexplicable.

Una breve sonrisa seguía plantada en su rostro. ──── Es muy divertido ──── Expresó el pequeño platinado con el rostro empapado de transpiracion.─── Están divertido... que mi corazón no deja de palpitar.

Dichas palabras fueron pronunciadas casi en un susurro, causando desconcierto en los dos pequeños de su edad. Quiénes apartaron la mirada para prestar atención.

Inconscientemente, su ceño se frunció. ────── ¿Tristan? ──── Pregunto la melliza de éste, confundida por ciertos comentarios inaudibles para ellos. Rompiendo toda serenidad en si.

Acercándose con cuidado, el oji-carmin hablo.────── Oye... ¿Estás bien? ──── Preguntó de igual manera el príncipe de Benwick, con el tono de voz curioso.

Antes de que siquiera la princesa melliza del pequeño platinado o el rubio diesen un paso alguno en dirección del platinado, este arremetió rápidamente contra el rubio de ojos rubí.

La opaques se apoderó de sus preciosos orbes, las risas risueñas se habían desvanecido. Sus orbes grisáceos, no podrían apartarse del pasto ensangrentado. Siendo cubierta rápidamente su vista, por su tío Gil. Quién la aparto con suavidad, al percatarse de la mirada temblorosa de esta.

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La adolescente de largas hileras plateadas observaba minuciosamente las reacciones del contrario. Pesadillas.

Soltó un pesado suspiró, mientras se levantaba de su asiento en el que se anteriormente reposaba.

Al acercarse al lecho de su mellizo tal vez no cálculo realmente bien la distancia, puesto que cuándo esté despertó alterado chocó su frente contra la de su melliza.

El aturdido golpe, casi la hace lagrimear. ────── ¡Auh! ─── Chilló la platinada mientras trataba de apaciguar el dolor en su frente.

El adolescente continuaba sin procesar lo ocurrido. ────── ¡Lo siento..! Per- ¿Que haces aquí? ─── Formuló, interrumpiendo se así mismo sus propias disculpas. El platinado asombrado ante la presencia de su melliza en sus aposentos.

La contraria simplemente bufo ante todo lo ocurrido ────── Tonto... Ya es tarde, te saltaras el almuerzo sí no te das prisa. ──── Expresó mientras le miraba con su característica serenidad, ahora acompañado del fruncimiento de sus cejas albinas. Se disponía de igual manera, dirigirse hacía las enormes puertas que daban entrada a los aposentos.

Al llegar finalmente a dicho lugar, fue recibida por las amables mucamas que se encontraban alistando la mesa para la familia real.

Una dulce joven de cabellera color menta la recibío ────── Buenos días majestad... ─── Murmuró en saludo una joven la cual aparentaba ser de su edad, poseía unos cabellos brevemente curiosos.

Una leve sonrisa que rápidamente se desvaneció en el mismo instante que apareció ────── Buenos días, Hele. ─── Correspondiendo dicho saludo por parte de la contraria.

Mientras se dirigía a su lugar en dicha mesa que a su opinión era bastante grande sólo para cuatro personas de la familia real, sinceramente no era muy de su gusto. Prefiría la soledad y la tranquilidad, Completa paz.

Al momento que sus padres se presentaron en el comedor rápidamente, Supo que su mellizo no asistiría en esa ocasión.

Por lo qué con cierto lamento. Comenzó a degustar los alimentos de aquella mañana, minutos después de que su desayuno fuera servido.

             ══════ 𝐀𝐋𝐘𝐒𝐀𝐍𝐍𝐄, Se había visto a propensa a ciertos problemas con repentinos mareos. Aúnque,siempre que sucedía eso terminaba por curarse así misma para que no hubiera alteraciones por parte de sus progenitores. Manteniendo ese detalle como un secreto

Momentáneamente de haber salido del comedor, La joven de cabellos plateados tomó rumbo en dirección hacía sus aposentos, claramente para distraerse entre sus libros que poseía en su poder.

Esa fecha le tocaba lecciones de cabalgar con su maestro, el señor Gowther. Más que suponiendo a dónde se había marchado su hermano. Declaró que no asistiría en esa ocasión.

Alysanne al llegar a sus aposentos claramente propios, ya después de tres años de compartirlos con su mellizo. al encontrarse en el interior de sus aposentos. Detalli su alrededor para así dirigirse a su pequeño sitio de estudio.

Una mesa mediana de madera oscura, sólida con pequeños cajones dónde actualmente aguardaba pergaminos y cartas...

Cartas...

Con costumbre, Alysanne se sentó en el asiento que se encontraba en el centro en su escritorio para así recargarse en el respaldo de su silla.

Con una mirada de nostalgia, abrió el segundo cajoncito del escritorio donde se encontraban aquellas cartas.

Una mueca que nadie pudo presenciar se postro sobre su rostro. ────── Dónde estarás... Eh.. Lancelot. ─── Profirió en un suave susurro, mientras que en la suavidad de sus manos se reposaba una vieja carta...

"Antes de la calma viene la tormenta" dicen algunos. Pero, Alysanne Liones. Cruzo por esta metáfora en distinta manera. Tres años

Esas cartas se habían ausentado en la niñez, dejando un vacío en el inocente corazón de la joven platinada. Nublandose por grisceas nubes, apesar del molesto sentimiento. La joven doncella se mantenía como de costumbre.

Concentrándose en un minúsculo detalle en aquellos tres años.

Los años poseen 365 días... Y cada día sin falta en su mesa de noche, una rosa blanca

Pero... ¿Quién será el anónimo de las rosas blancas?

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La joven princesa del Reino de Liones, se mostraba con la mirada perdida en el esté. Ganándose la mirada interrogativa de su dama de compañía.

Una mirada curiosa le observaba con atención. ────── Majestad... ¿Se encuentra bien? ─── Pregunto dudosamente la mucama que compartía la misma edad de la princesa.

La joven Doncella, mantenía la mirada opaca, mirando con serenidad hacía el este... Sus orbes grisáceos posiblemente podrían atravesar el alma de una persona en esos instantes.

Sin respuesta, nuevamente la llamó con inquietud. ──────¿Majestad...? ─── Nuevamente trato de sacar a su conocida de su ensoñación. Pero hubo algo que la dejo frívola...

Su ceño se frunció levemente. ──── Hele... ¿Quién es ella..? ─── Profirió en un murmullo, Alysanne observando a la nada, oh al menos eso pensaba la doncella a su lado.

La curiosidad invadió su mente. ────── Quién... ¿De qué está hablando, princesa...? ─── Pregunto la joven de cabellera curiosa, observando a su alrededor con suma atención.

Pero regresando su mirada regreso a la figura de la doncella de cabellera platinada. Quién le observaba con serenidad, pero sus orbes demostrando totalmente lo contrario.

Portaban un gélido resplandor, Que fácilmente le causó escalofríos. Un brillo reflejado por La luz de la luna...

La calma en su pacífico rostro, fue destruida. ────── Gin-...─── Abrumadamente, se desplomó en los brazos de su dama de compañía. Cayendo en completa oscuridad.

El pánico rápidamente invadió su expresión. ────── ¡Majestad! ¡Oh cielos..! ¡Ayuda! ─── Exclamaba a gritos la joven de orbes con pupilas en forma de estrella, totalmente hecha un pánico ante el desmayo de su superior.

Recostando la cabeza de está contra su pecho. Ocasionando que las largas hileras platinadas se extendieran a su alrededor. Unos guardias que habían escuchado los gritos alarmantes de la de pupilas en forma de estrella, se acercaban a socorrerlas. Mientras que uno de ellos iba en busca de los reyes de Liones.

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               ══════ 𝐋𝐀 𝐉𝐎𝐕𝐄𝐍 𝐃𝐎𝐍𝐂𝐄𝐋𝐋𝐀 llevaba minutos de despertar de su presunto desmayo. "¿Que sucedió?" Era lo que sus padres se cuestionaban. Pero la peli-plata se mantenía en un voto de silenció. Sus progenitores tuvieron que ceder ante la falta de cooperación de su hija menor.

Listos para retirarse a sus aposentos a descansar. ────── No tardes mucho en acostarte mí pequeña flor... No desearía que contragieras un resfriado. ─── Sugirió la monarca de la Capital con su usual tono cálido y suave, mientras dejaba un casto beso en la coronilla de su pequeña hija.

Mientras que sucesivamente su padre se acercaba a revolver un poco su cabellera platinada, no con burla, con cariño. Algo clásico que había adquirido con sus únicos vástagos.

"Realmente... Los admiró mucho..."

Dichos pensamientos por parte de la única hija del matrimonio de los reyes de Liones. Permitiéndose observar como sus padres procedían a retirarse a sus aposentos a descansar.

Con neutralidad, bajo de su lecho dirigiéndose a su cambiador de ropa pará cambiar de ropajes. Para relajarse finalmente entre sus sabanas

Lo que había sucedido hace horas, realmente la mantenía confusa pero de algo estaba realmente segura.

Ella ocuparía en esta ocasión el papel del ejecutor.

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                ══════ 𝐒𝐔 𝐕𝐄𝐒𝐓𝐈𝐌𝐄𝐍𝐓𝐀 𝐅𝐈𝐍𝐀𝐋𝐌𝐄𝐍𝐓𝐄 había sido cambiada, por su característico camisón de seda para dormir. Prosiguió a meterse entre las sabanas y las mantas de su lecho. Para así regocijarse en su comodidad.

Por última acción, sopló la flama de aquella vela de brillante luz calida, que habían mantenido en su mesita de noche.

Para así ser sumergida en la total oscuridad.

Y entrar al mundo de los sueños, comenzando a dormir con tranquilidad. Sin saber lo que les esperaba a la familia real a la mañana siguiente.

              ══════ 𝐔𝐍 𝐉𝐎𝐕𝐄𝐍 𝐏𝐑Í𝐍𝐂𝐈𝐏𝐄 de cabellos plateados, ingresó con apuro a los aposentos de su melliza. Había recibido la noticia y presenciado el actual estado de la progenitora de ambos.

La tuene luz que traspasaban las cortinas de su alcoba, lograron despertarla sucesivamente del chirrido de las enormes puertas. ────── Mhm... ¿Que pasa...? ──── Pregunto con voz somnolienta la joven de ojos grisáceos.

La doncella de cabellos plateados, finalmente se permitió prestar atención después de tanto de haber sido sarondeada por parte de su hermano para despertarle de su sueño.

La expresión de nerviosismo y pánico inundaba su rostro. ────── ¡Lyssie! ¡Mamá.. ella, ella está mal! ¡Por favor te lo ruego, quédate en el castillo, procura por su estado! ¡Yo debo ir! ──── Exclamó el joven príncipe mientras alegaba, totalmente alterado moviéndose de un lado al otro.

Confundiendo con extremitud a la recién despertada. La cuál aún trataba de prestar la mejor atención. Aún sin lograr comprender la situación.

La información mal dada, no le servía De nada. ────── ¿De que hablas? ¿Que paso con mamá...? ──── Preguntaba todavía confundida la princesa de Liones, dejando de estar sentada en su lecho pará detenerse frente a su mellizo.

Quién el nerviosismo se apoderó de sus acciones.────── ¡Yo...! ¡Debo irme, mamita está en peligro! ¡Mantente a su lado! ──── Fueron las últimas palabras que le dirigió el joven príncipe a su compañera de nacimiento, para así salir de los aposentos de su melliza a toda prisa.

Su ceño se frunció de golpe, la serenidad y sueño en su rostro se había desvanecido por completo. ────── P-pero... ¿Que carajos...? ──── Insultó idamente, La bella dama. Aún absorta. Rápidamente se marchó a cambiarse de vestimenta

Con prisa, salió de su habitación. Aún con nerviosismo dirigiéndose a los aposentos de sus progenitores. Mientras que en el trayecto procuraba ajustarse bien sus botas con tacón.

Unas pequeñas siluetas llamaron su atención. ────── ¡Pequeña dama! ──── exclamaron su sobrenombre ambas pequeñas criaturas poseedoras de apariencia de un conejo.

Llamando la atención de la nombrada, la cuál abrumadamente detuvo su caminata. Mientras que torpemente se acomodaba su bota izquierda

¡Pequeña dama, su madre la reina Elizabeth! ──── Las palabras de la pequeña mokona negra, causaron que las dudas y la ansiedad de la joven, incrementará en magnitud.

Cualquier rastro de paciencia y pacífidad que la caracterizaba, se había esfumado de lleno. ────── ¡Maldición... Mokonas..! ¡¿Que ha pasado con mi madre?! ─── Las palabras formuladas por la joven princesa, expresaban los sentimientos alterados de esta en su máximo esplendor.

Las pequeñas criaturas, con duda antes de proceder. Le otorgaron las respuestas que su joven ama buscaba.

La información que se le fué otorgada a la joven de Liones, fue capaz de sumergirla nuevamente en un estado pensativo. Su expresión no dejaba a las pequeñas guardianas adivinar la situación emocional de está. Cómo sí estuviera vacía.

Sin permitirles reaccionar a sus diminutas guardianas. La joven doncella tomo velocidad en dirección a uno de los enormes ventanales. Saltando de esta...

Permitiéndose a sí misma, guiarse por aquel extraño sentimiento. Desplegando sus alas heredadas por su sangre divina. Agitandolas con maestría, rápidamente dejando de ser vista para aquellos que se permitieron observar.

"Chaos is so close..."

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I. Holiwis!!! Personitas que leen está historia toda chueca :P como vieron el separador me quedo muy churpio (ahí disculpen pero estoy enseñándome) Y no mmn por eso tape los ojitos de mis chamacos (Lancelot y Alysanne) ya que los de Alysanne me quedaron muy turbios 😭 (parece alienígena mi beba, y todo por sus pestañotas albinas)

II. Ya he entrado a clases y es más probable que el horario que tengo en esta historia y en "Widflowers" se desacople y no actualice durante un tiempo. Pero en mis tiempos libres, trataré de escribir en ambas historias (rezó para que no se me cruzen los cables en el proceso)

Les tiro una rosa a esas beias personitas que me han apoyado (⁠'⁠ε⁠｀⁠ ⁠)

III. PEQUEÑO SPOILER: UN FIC CON TRISTAN ESTA EN CAMINO!!! (Ya hace falta desempolvar dicho borrador..)
Me la estoy pensando si relacionar "Glory" y está historia, ya que el personaje que será usado siento que tendría buena involucracion en esta historia con Alysanne. No sé... ¿Ustedes que opinan?

Besos y abrazos, espero que les haya gustado.

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