Capítulo 7: Reencuentro.
Los ecos de sus pasos resonaban en la antigua iglesia mientras Ashley y Ada avanzaban con cautela entre los bancos de madera gastada. El aire cargado de incienso y el persistente aroma a humedad creaban una atmósfera densa, casi tangible. Los vitrales fragmentados dejaban entrar haces de luz que danzaban sobre el polvoriento suelo de mármol, proyectando sombras que parecían cobrar vida propia.
Ada Wong, siempre alerta, percibió una presencia. Sus sentidos, afinados por años de entrenamiento, detectaron el más mínimo cambio en el aire. Sin dudarlo, giró sobre sí misma, lanzando una patada circular con la elegancia mortal que la caracterizaba. Para su sorpresa, su movimiento fue interceptado con una precisión milimétrica.
En cuestión de segundos, se encontró inmovilizada contra uno de los pilares de piedra. El agarre era firme pero conocido, y una sonrisa traviesa se dibujó en sus labios carmesí cuando sintió aquel cuerpo familiar presionándose contra el suyo. El aroma masculino que tanto había extrañado inundó sus sentidos, provocando que un escalofrío de anticipación recorriera su espina dorsal.
Ada: Tn... -susurró con voz aterciopelada, saboreando cada letra de su nombre.
Ashley, que había retrocedido instintivamente ante el repentino enfrentamiento, reconoció al instante la máscara de Ghost. Su corazón dio un vuelco, y una mezcla de alivio y alegría iluminó su rostro. Ahí estaba él, su guardaespaldas, su protector... su amor secreto, cumpliendo su promesa de encontrarla contra todo pronóstico.
Ada: Veo que sigues tan... directo como siempre. -ronroneó Ada, deleitándose con la presión de aquellas manos expertas que la mantenían inmóvil.- ¿Acaso esta es tu forma de saludar a una vieja amiga?
Tn: Algunas costumbres nunca cambian, ¿verdad, Ada? -respondió Tn, su voz grave resonando a través de la máscara, cargada de una familiaridad que rozaba lo íntimo.- Sigues siendo igual de predecible en tus movimientos.
Ada: ¿Predecible? Me ofendes... -Ada arqueó una ceja, manteniendo ese juego de palabras que ocultaba años de historia compartida. - Aunque debo admitir que extrañaba esta... dinámica nuestra.
La tensión entre ambos era palpable, una danza de poder y deseo que había permanecido dormida pero nunca olvidada. Cuando Tn aflojó ligeramente su agarre, fue como si una chispa encendiera un polvorín. Sus labios se encontraron con una ferocidad contenida, un beso que hablaba de noches pasadas y promesas incumplidas.
Ashley observaba la escena, paralizada. Su mente luchaba por procesar lo que veían sus ojos: Tn, su Tn, devorando los labios de Ada Wong con una pasión que jamás había imaginado. Debería sentirse traicionada, furiosa incluso, pero en lugar de eso, un calor inesperado se expandió por su cuerpo. Había algo hipnótico en la forma en que él tomaba el control, en cómo Ada, la legendaria espía, se rendía voluntariamente ante su dominio.
Las manos de Tn se deslizaron posesivamente sobre el cuerpo de Ada, deteniéndose en sus caderas, apretando su trasero con una familiaridad que hablaba de encuentros pasados. Ada gimió suavemente contra sus labios, su habitual compostura derritiéndose bajo su toque.
Ada: No tienes idea de cuánto te he extrañado... -susurró Ada entre besos, su voz teñida de una vulnerabilidad que solo él conocía.- Nadie me hace sentir así... tan... sometida.
Sus palabras eran una confesión íntima, un recordatorio de aquellas noches donde los roles se invertían y la temible Ada Wong se convertía en su sumisa más devota. Sus cuerpos se amoldaban perfectamente, como si el tiempo no hubiera pasado desde su último encuentro.
Tn: Sigues siendo mía, Ada -murmuró Tn contra su cuello, provocando que ella se estremeciera.- No importa cuánto tiempo pase, tu cuerpo siempre me reconoce.
Ashley sentía sus mejillas arder mientras observaba el intercambio. Nunca había visto esta faceta de Tn, este lado dominante y seguro que hacía que incluso la enigmática Ada Wong se derritiera entre sus brazos. Era una revelación que, en lugar de disgustarla, despertaba en ella sensaciones que no sabía que existían.
El beso se profundizó, las manos de Ada se aferraron a los hombros de Tn mientras él la mantenía firmemente contra el pilar. El eco de sus respiraciones agitadas resonaba en la iglesia vacía, mezclándose con el susurro del viento que se colaba por las ventanas rotas.
Tn: Mi sumisa favorita -susurró Tn contra el oído de Ada, provocando que ella se arqueara contra él.- Tan dócil cuando estás en mis manos...
Ada respondió con un gemido ahogado, su cuerpo traicionando el placer que le provocaban sus palabras. Sus uñas se clavaron en la tela de su traje, mientras sus caderas se movían instintivamente contra las de él.
Ada: Solo contigo... -admitió en un suspiro.- Solo tú tienes este poder sobre mí...
Los besos se volvían más intensos, más hambrientos, mientras las manos de Tn exploraban el cuerpo de Ada con una familiaridad íntima. Sus dedos trazaban patrones sobre la tela ajustada, recordando cada curva, cada punto sensible que la hacía estremecer.
Ada: Nadie me hace sentir como tú -suspiró Ada entre besos, su voz cargada de deseo y adoración.- Solo tú... siempre has sido tú. La sola idea de estar con otro me repugna. Mi cuerpo, mi alma... todo te pertenece.
Ashley observaba hipnotizada, sintiendo un calor húmedo entre sus piernas que crecía con cada segundo. Ver a Tn en su estado más dominante, controlando completamente a una mujer tan poderosa como Ada Wong, despertaba en ella sensaciones primitivas que ni siquiera sabía que existían.
Ada: ¿Recuerdas Raccoon City? -murmuró Ada, arqueándose contra él mientras las manos de Tn se deslizaban por sus muslos. - Todas esas noches... todas nosotras... rendidas ante ti.
Tn gruñó contra su cuello, mordisqueando suavemente.
Tn: Cómo olvidarlo... cada una de ustedes, tan diferentes y tan sumisas a la vez.
Ada: Claire... -suspiró Ada, perdiéndose en los recuerdos mientras Tn acariciaba su cuerpo.- Tan feroz en batalla, pero tan dócil en tus manos. Y Jill... la orgullosa Jill Valentine, rogando por más de tu toque.
Las manos de Tn se deslizaron hacia arriba, provocando que Ada jadeara.
Ada: Rebecca... tan tímida al principio, pero tan ansiosa por complacerte. Y nuestra pequeña Sherry...
Ada: La convertiste en toda una mujer -ronroneó Ada, sus ojos brillando con lujuria y nostalgia.- Todas nosotras... tu harén personal en medio del caos. Cada noche era una aventura diferente, cada encuentro más intenso que el anterior.
Ashley sentía su respiración acelerarse, imaginando todas esas escenas, viendo a su guardaespaldas en una nueva luz. Era un depredador alfa, un hombre que tomaba lo que deseaba, y ella, al igual que las demás, no era más que una hembra ansiosa por su atención.
Ada: Extrañaba esto... -confesó Ada entre gemidos suaves mientras Tn exploraba su cuerpo.- La forma en que me dominas, cómo me haces tuya... Nadie más podría hacerme sentir así. Soy tuya, completamente tuya...
Sus labios volvieron a encontrarse en un beso apasionado, sus lenguas danzando en una batalla por el dominio que Ada estaba feliz de perder. El aire entre ellos se volvía más denso, cargado de deseo y memorias compartidas.
Tn: Mi perfecta sumisa. -gruñó Tn contra sus labios. -Tan orgullosa ante el mundo, pero tan obediente conmigo. Siempre has sido mi favorita, Ada... la primera en rendirse ante mí.
Ada sonrió contra sus labios, sus ojos brillando con adoración.
Ada: Y la que siempre volverá a ti, mi amor. No importa cuánto tiempo pase, cuántas misiones nos separen... mi cuerpo y mi corazón te pertenecen.
Sus palabras se perdieron en otro beso ardiente, mientras las manos de Tn continuaban su exploración posesiva, recordándole a Ada que, sin importar dónde estuviera o qué hiciera, siempre sería suya. Y ella no lo querría de otra manera.
Ada se aferró al cuello de Tn, sus labios haciendo un mohín cuando él comenzó a separarse. Sus ojos, normalmente afilados y calculadores, mostraban una vulnerabilidad casi infantil mientras se restregaba contra él como una gatita necesitada.
Ada: No es justo... -protestó suavemente, sus dedos jugando con el cuello de su traje.- Me tienes así y ahora me dejas... Más te vale compensarme después, mi amor.
Tn sonrió bajo su máscara, acariciando su mejilla con ternura.
Tn: Sabes que siempre cumplo mis promesas, preciosa. Te daré todo lo que anhelas... y más.
Al girarse hacia Ashley, el ambiente cambió sutilmente. La joven Graham temblaba ligeramente, sus ojos brillantes con lágrimas contenidas mientras lo miraba con una mezcla de adoración y alivio. Sus labios se movían, intentando formar palabras que se negaban a salir.
Ashley: Tn... tú... realmente viniste... -logró susurrar, su voz quebrándose con emoción.
Sin mediar más palabras, Tn acortó la distancia entre ellos. Sus brazos rodearon su delicada cintura, atrayéndola hacia su cuerpo con una gentileza que contrastaba con la pasión desbordada que había mostrado con Ada. Sus labios encontraron los de Ashley, y ella se derritió en el beso, inexperta pero ansiosa.
Sus manos se deslizaron hacia su pequeño trasero, acariciándolo con suavidad, provocando que Ashley dejara escapar un suave gemido de sorpresa y placer contra sus labios. La diferencia entre ambas mujeres era palpable: donde Ada era fuego y experiencia, Ashley era dulzura e inocencia.
Tn: Mi dulce Ashley. -murmuró contra sus labios, sintiendo cómo ella se estremecía ante sus palabras. - También eres parte de esto, parte de mí. Siempre te protegeré, siempre serás mía.
Las mejillas de Ashley se tiñeron de un intenso rubor mientras se aferraba a su pecho. Cada caricia, cada toque, era una nueva experiencia para ella. Sus besos anteriores habían sido tímidos, exploratorios, pero esto... esto era diferente. Podía sentir la experiencia en sus movimientos, el control en sus caricias.
Ada observaba la escena con una sonrisa conocedora, reconociendo en Ashley la misma inocencia que todas ellas habían tenido alguna vez antes de entregarse completamente a él. La forma en que la joven temblaba ante cada toque, cómo sus ojos se cerraban con cada beso, revelaba su pureza intacta.
Tn: Eres tan pura, tan inocente... -susurró Tn, sus dedos trazando círculos en su espalda baja.- Mi pequeña virgen... pronto aprenderás todos los placeres que puedo darte.
Ashley se estremeció ante sus palabras, escondiendo su rostro sonrojado en su pecho. Su corazón latía desbocado, su cuerpo respondiendo a cada caricia con una intensidad que la asustaba y excitaba a partes iguales. Era su primer amor, su único amor, y cada toque suyo la hacía sentir cosas que jamás había experimentado.
Ashley: Tn... -susurró contra su pecho, su voz apenas audible.- Yo... yo quiero ser como ellas... quiero ser tuya también...
Sus palabras, tan inocentes y sinceras, provocaron que Tn la estrechara con más fuerza, protector y posesivo a la vez.
Tn: Lo serás, mi dulce Ashley. A su debido tiempo, te enseñaré todo lo que necesitas saber. Por ahora, déjame protegerte, déjame guiarte.
Tn atrajo a ambas mujeres hacia sí, sus manos deslizándose con autoridad sobre sus cuerpos. Ada se arqueó contra su toque mientras Ashley temblaba suavemente, ambas respondiendo instintivamente a su dominio.
Tn: Escúchenme bien. -su voz grave resonó con autoridad natural.- Ada, llevarás a Ashley hasta el muelle. El camino está despejado, me encargué personalmente de eso.
Sus dedos se deslizaron por la espalda de Ada, provocando que ella ronroneara.
Tn: Ya sabes el camino, preciosa. Cuídala como lo harías con una de las nuestras.
Ada: ¿El muelle? -Ada arqueó una ceja, sus labios curvándose en una sonrisa conocedora.- ¿No había una criatura marina bastante desagradable por ahí?
Tn sonrió bajo su máscara.
Tn: "Había" -enfatizó la palabra mientras sus manos continuaban sus caricias. -Digamos que tuvo un encuentro explosivo conmigo. Ahora solo son pedazos flotando en el agua.
Las imágenes del monstruo marino destrozado, sus restos esparcidos por el agua teñida de rojo, eran testimonio de la eficiencia letal de Tn. La dinamita había hecho su trabajo, convirtiendo a la bestia en nada más que un recuerdo sangriento.
Ashley: ¿Por qué no vienes con nosotras? -Ashley susurró, sus ojos suplicantes mientras se aferraba a su traje.- Podríamos irnos juntos ahora...
Tn llevó su dedo índice a los labios de Ashley, silenciándola suavemente. Sin necesidad de palabras, ella comenzó a succionarlo tímidamente, sus mejillas sonrojándose intensamente.
Tn: Me encantaría, mi dulce Ashley. -murmuró, su voz cargada de promesas.- Pero debo terminar con esta organización. No permitiré que otra Raccoon City suceda. No más virus, no más monstruos... debo cortarlo de raíz.
Ada, con una sonrisa traviesa, tomó otro de sus dedos entre sus labios, succionándolo con experiencia mientras sus ojos brillaban con deseo y comprensión.
Ada: No temas por él, pequeña. -Ada se dirigió a Ashley, liberando el dedo de Tn.- Nuestro hombre siempre regresa. Es como un depredador... nada puede detenerlo cuando tiene un objetivo.
Tn: Exactamente. -Tn acarició el rostro de Ashley con su mano libre.- Sigan las instrucciones de Ada. El bote está listo y aprovisionado. Las alcanzaré cuando termine aquí.
Sus dedos continuaron explorando los labios de ambas mujeres, un gesto íntimo y dominante que las hacía estremecer por diferentes razones: Ada por el recuerdo de placeres pasados, Ashley por la promesa de placeres futuros.
Ada: Mi Alfa... -suspiró Wong, lamiendo sus dedos una última vez antes de separarse. - No tardes demasiado. Sabes que odio esperar.
Tn: Y tú -se dirigió a Ashley, limpiando una pequeña lágrima que se había escapado de sus ojos. - Obedece a Ada. Ella te protegerá como si fueras una de las mías... porque lo eres. Eres parte de mi harén ahora, y cuido lo que es mío.
CONTINUARÁ.
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