II. Juguemos al tenis

Disclaimer:
Bungō Stray Dogs|文豪ストレイドッグス
y sus personajes, son propiedad intelectual de Kafka Asagiri, ilustrado por Sango Harukawa.

Géneros:
| Comedia | Bromance | Fluff | AU |
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ー¡Chūya, juguemos al tenis!

ー¿Qué? ーChūya detuvo sus movimientos, mirando escéptico al castaño desde la cocina donde pretendía destapar un par de cervezasー. ¿Ya te hizo efecto el alcohol, loco bastardo?

ー¡Hablo en serio! Piénsalo, ambos pensamos que el romance es una tontería, no buscamos una relación y solo queremos sexo. ¡Es perfecto! ーChūya salió de su shock inicial para destapar por fin las botellas, se acercó de nuevo al sofá y se sentó pasando una a su alocado acompañante de copas.

ーNo me gustas para eso. Estás lejos de ser mi tipo.

ーA mi tampoco me gustas para eso, pero analicemos los pros y contras al menos. Pro, tendrías sexo sin compromiso.

ーContra, técnicamente nos conocemos hace nada, se volvería raro.

ーPro, por eso mismo no tenemos nada que perder. Sería algo casual y cuando ambos sintamos ganas.

ー... Pro, no habrían reclamos de por medio, ¿cierto?

ーNo. ¿Ves? Hay más pros que contras.



Chūya le miró de reojo, Dazai no era su tipo; demasiado ruidoso, presumido, con gustos extraños y siempre que podía le ponía algún terrible apodo para sacarle de quicio; era bastante confianzudo en poco tiempo. Pero era atractivo, alto, no tan fornido y quizás hasta estaba fuera de forma, pero podría apostar que habían cuadritos en su abdomen. ¿Qué podía salir mal?

Dazai sonrió complacido, el brillo en sus ojos destilaba la alegría del triunfo que sentía de ver a Chūya considerando seriamente sus palabras, con sus ojos azules examinándolo profusamente. Ciertamente, Nakahara poseía un cuerpo pequeño pero llamativo, y aunque lo que le faltaba de tamaño le sobraba en insultos con esa cara de matón que ponía cuando estaba en verdad enojado, el castaño lo encontraba lindo en otras situaciones. No tanto como su ex, pero lo suficiente para notar su radiante sonrisa genuina solo por el mínimo cumplido. Anotaría mentalmente el posible nivel de narcisismo de éste.



ーBien. Hagámoslo, bastardo.





La ropa pronto iba a estorbarles, así que mientras ponían las cartas sobre la mesa, fueron cada uno quitándose cada prenda sin prisa, todo mientras negociaban los términos de lo que sea que estaban por hacer. La primera regla de Chūya fue muy explícita y ambos estuvieron de acuerdo en ello; nada de sentimientos.



ーSoy sensible en el pecho, los glúteos y la espalda ーChūya soltó la coleta que mantenía atado su cabello, frente a él estaba el castaño y, al lado de ambos, la cama del pelirrojoー, y de haber sabido que hoy pasaría esto, me habría depilado.

ーYo tengo sensibilidad en las orejas y el cuello, tengo especial gusto por las mordidas y de haber sabido que esto pasaría hoy, no me habría depilado ーel moreno ríe, ahora solo le queda la ropa interior y el juego de vendajes, la mirada de Chūya los inspeccionaba libremente, se notaba su duda de porque los usaba ahora que podía verlos por completo.

ーNo me gusta que me jalen del cabello ni que me hablen sucio, y si me vas a morder, que no sea fuerte ni en un lugar visible o juro que te mataré con mis propias manos ーy como sospechaba, sí, habían rastros de unos sexys cuadritos a pesar de que lo ocultaban las vendas en su tórax.

ーNo me gusta quitarme las vendas frente a las personas, es algo muy personal y me siento... Desnudo ーahora, el más bajo deseaba preguntar más sobre ello, pero decidió que no era el momento ni el lugar por ahora.

ーA veces rasguño si pierdo la noción de lo que hago.

ーYo a veces ignoro que las vendas se aflojan si me hacen perder la noción, touché ーDazai se despojó de su ropa interior. Chūya lo analizó con sus orbes zafiro en todo momento.

ーNada mal ーopinó viendo la mercancía, imitó el gesto quedando por completo desnudo. Dazai silbó por la vista. Chūya tenía un bien marcado torso, pero que aún así luce suave al tacto. El castaño se relamió los labios.

ーNada mal~



Concretados los detalles del nada ordinario negocio entre ese extraño par, sin mucha presunción se metieron a la cama. Para Dazai fue muy divertido notar como su tacto le provocaba cosquillas a Nakahara, ocuparse de dilatarlo con ayuda del lubricante de cereza que este guardaba en su mesita de noche mientras le daba instrucciones muy específicas de lo que le gustaba, lo que no y dónde tocar, no ayudaba a disminuir sus cortas risas; era un pequeño mandón y exigente, con un cuerpo exuberante que distaba mucho de su apariencia recatada y firme. Tenía todo menos un aspecto delicado viéndolo así.

Chūya tampoco esperaba que hicieran todo por él. Ni bien el castaño le preparó, le dió las indicaciones de lo que le gustaba, incluyendo su deseo de que al menos una vez le pusieran el condón con la boca. Él no le vio problemas a la petición y experimentar con un "amigo" no afectaría su ego si lo hacía mal. Dazai le guió en cada paso, incluso mientras recibía la felación de su vida porque tenía la libertad de detener lo que no le gustaba y añadir los movimientos correctos, porque Chūya casi se lo arranca en un principio; tuvo que detenerlo dos veces antes de que lograra exactamente hacerlo perfecto.

El pelirrojo lo montó enseguida, con las mejillas coloradas por el calor del momento mientras se sostenía de un hombro del castaño y usaba su diestra para introducir él mismo su prominente extensión dentro suyo; verlo de cerca era una cosa, tenerlo dentro fue otra. ¿Por qué se sentía más grande de lo que había visto?



ーD-Dazai...

ー¿Mmh?

ー¿No la tenías d-dura ya?

ーA veces se asustan cuando la ven dura, así que me aguanto, ¿por qué?

ーEres un maldito bastardo. Un enorme bastardo ーenfatizó, con el doble sentido ante todo. Una sonrisa forzada en sus labios.

ーNo exageres, no la tengo tan grande.

ー¿Y lo dice el que la está metiendo? Y una mierda.



Chūya pudo sentir la mirada de Dazai hacerse más oscura mientras se empujaba a su interior con una sonrisa arrogante, y juró que iba a vengarse en algún momento; cuando no estuviera viendo lucecitas, por supuesto. Luego, lo empujó de improviso para que se acostara y poder montarlo mejor, pero tuvieron que cambiar de posiciones porque el extraño engendro mal envuelto se sentía "oprimido con un chico sexy teniendo el control". Nakahara no podía creer algo tan estúpido pero lo respetó. Ahora con él castaño encima sintiéndose libre de nuevo, las cosas tomaron una velocidad provechosa para ambos. Probaron más posiciones hasta que ambos estuvieron cansados de correrse y las sábanas terminaron en el piso en lugar de la cama.

Para entonces, cuando sus ideas dejaron de estar nubladas por el éxtasis del momento, Chūya se comenzó a preguntar por qué Dazai usaba vendas si no había una sola cicatriz bajo estás, al menos donde se habían aflojado.





Habían pasado poco más de dos meses así. La amistad del castaño y el pelirrojo era mucho más profunda y abierta que en un principio, sus bromas eran más pesadas y habían descubierto en el otro un confidente y un buen compañero de copas; aunque Chūya tenía poca resistencia y Dazai sacaba provecho de eso para burlarse con cada borrachera que se pegaba.

Una mañana de domingo teniendo la necesidad fisiológica de quitarse las ganas, se encontraron en el departamento del pelirrojo para hacerlo y planear un desayuno calmado después. Ninguno se esperaba que a mitad del juego previo, la puerta de la habitación se abriese y un chillido se le escapase a su espectadora.



ー¡Lo siento, no vi nada! ¡No estoy viéndole el trasero a tu novio mientras se viste con prisa!

ー¡Ane-san, ¿al menos puedes cerrar la puerta?! ¡Y no es mi novio!



La risa de la mujer que supuestamente cubría sus ojos, mientras cierra la puerta y se aleja a la sala, es audible claramente para ambos. Dazai no quiere reírse también, pero le han atacado los nervios y se le nota en el gesto compungido que se mezcla con su sonrisa mientras se pone toda la ropa.



ー¿Puedo pasar? ¿Ya están decentes?

ーA-adelante, ane-san.

ーYo creo que debería retirarme ahora ーDazai recoge su billetera y acomoda el cinturón que no ha podido ni ajustarse a la cintura. La bella mujer de cabellos rojos en un tono más oscuro que el de Chūya y ojos de un tono rosa carmín, viste una elegante yukata en tonos pasteles con flores de cerezo en el diseño. Ésta mira acusadoramente al castaño antes de hablar.

ーUn momento jovencito. ¿Crees que puedes venir aquí, revolvarte con mi hermanito cada que se te dé la gana y marcharte campante por esa puerta? ーDazai abre la boca para responder, ve a Chūya parado detrás de la mujer negando efusivamente con la cabeza, casi suplicando que no diga alguna babosada en ese momento y la vuelve a cerrar. Ella cambia el gesto de repente, empieza a reír bajo tras un abanico de mano que abre de súbito frente a sus labios y habla sin poner contener más el chisteー. ¡Es broma! Debiste ver tu cara. Adelante, diviertánse, ambos son jóvenes. Ustedes solo háganlo, háganlo, ¡que vigorizante son los chicos de ahora!

ーD-Dazai, ella es mi hermana, Kōyō Osaki.

ーMucho gusto, Dazai Osamu para servirle, ehm. Yo en serio tengo que retirarme ahora, pero fue un gusto conocerla. A-adiós ーChūya quiso reírse ésta vez él, nunca había visto a Osamu tan nervioso. Pero ya lo haría después cuando se vieran de nuevo, necesitaba burlarse de él por eso. Una vez a solas, el pelirrojo vuelve a hablar.

ーAne-san, ¿olvidaste cómo tocar la puerta?

ーLo siento, Chūchu. Tenía mucha curiosidad por conocer al joven que te hace sonar tan alegre en tus llamadas.

ーDazai y yo solo somos amigos, esto no es más que un mutuo acuerdo para saciar nuestras necesidades.

ーQué modernos ーbromeó la mujer atrayéndole a un abrazoー. Pero al menos es guapo; sabrá Dios porque parece pariente de Imhotep, con todas esas vendas encima... Aunque tiene un lindo trasero.

ーUgh, no digas más. Lo haces sonar desagradable con cómo lo dices.

ーSí, bueno. Ahora ve a tomar una ducha mientras preparo el té... Apestas a hormonas descontroladas y sexo.

ー¡Ane-san! ーChūya se sonroja a tope, corriendo a la mujer de su habitación antes de irse a bañar, más que avergonzado.



Casi una hora más tarde, Dazai concuerda con Odasaku en un bar poco frecuentado de Yokohama. El Bar Lupin se ubica en el sótano de un edificio cercano al puerto costero y aunque tiene escasa clientela, conserva a sus clientes por sus buenos tragos. Ambos amigos comparten un whisky en las rocas, con un enorme hielo cortado en forma circular, flotando en medio de cada vaso.



ー¿Y solo entró y los encontró a mitad del sexo?

ーPeor, apenas íbamos a empezar. Salí de allí con las ganas, fue un fiasco ーOda se ríe mientras enciende un cigarrillo y toma luego un corto sorbo del alcohol.

ーNo entiendo cómo funciona lo de ustedes dos. Van a terminar saliendo juntos o rompiendo sus lazos de amistad al primer desacuerdo grande que tengan.

ーEso no pasará, lo tenemos todo bajo control, no nos gustamos.

ーClaro que le gustas, date cuenta que eso es casi inevitable por como se tratan mutuamente. Él va a querer algo estable.

ーChūya no es así.

ー¿Acaso tiene vagina donde los demás gays tienen pene?

ーNo.

ーEntonces comprenderás que no es fácil para ustedes conseguir una pareja estable con quien puedas compartir algo más que un revolcón. Seguro no busca formar una familia con alguna chica; querrá formalizar en algún momento.

ーOdasaku, te aseguro que estás siendo paranoico. Mira, Chūya y yo tenemos claro que no estamos listos para una relación, nos llevamos bien tanto como tú y yo, sooolo que nos ayudamos mutuamente a quitarnos las ganas. Algo simple; como jugar al tenis.

ーOjalá tengas razón.





Chūya pasó más tiempo con su hermana por esa semana, así que cuando ambos tuvieron tiempo, decidieron reunirse el fin de semana. Ese día caminaban por el parque de Shinjuku cuando Chūya le expresaba a Dazai su reciente necesidad de volver a experimentar el tener una relación. En parte debía admitir que Oda tenía algo de razón.



ーQuiero, no sé, algo emocionante. Que alguien me acaricie sin dobles intenciones y que se quede hasta la mañana. Algo más firme, ¿entiendes? No es que pasar año nuevo contigo en la fiesta del trabajo fuera malo, sin ofender.

ーClaro, entiendo eso. ¿Qué tal esto? Escogeré a alguien de alrededor, te acercarás y verás si consigues su número. No tienes nada que perder y con mi buen gusto, seguro consigues una cita. Será divertido, ¿te parece?


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El pelirrojo acepta. Ha aprendido con el tiempo que el más alto tiene una temeraria habilidad para armar planes y que todo le sale como quiere, ya puede entender como llegó tan lejos para ser contratado por el mismo ADA, a pesar de haber salido de una página de Internet manejada desde una oficina miniatura cualquiera. Dazai le muestra un hombre alto cerca de una fuente. Él se acerca y saluda al mismo con una sonrisa, mientras Dazai observa con una sonrisa mientras bebe de su café capuchino doble, sostiene en la otra mano el americano del mayor ーporque hace un tiempo descubrió que aunque tenían la misma edad, Chūya cumplía primero; y le hacía más burlas por su estatura en base a esoー. El sonriente pelirrojo se despide del alto hombre (aunque menos que Dazai) de larga cabellera mitad blanca, mitad lila. Este también se despide agitando la mano.



ー¿Cómo te fue? ーpregunta el castaño.

ーSe llama Sigma ーDazai imita sonidos de descubrimiento, como si fuera una película-, maneja un casino del barrio rojo, es bisexual y... ーotro sonido igualー, está esperando a su prometida la cual, ah, justo acaba de llegar.

ーUps ーambos ríen, el hombre abraza a una pequeña pelirroja con dos trenzas tupidas y la alza al vuelo en un abrazoー estoy casi seguro que ella es más alta que tú, Chibi- ¡au!

ーQue estoy en etapa de crecimiento aún, deja de llamarme así ーle arrebata el café, y el castaño se soba el golpe con su mano libre, conteniendo una traviesa lagrimilla de cocodrilo que quiere salir por el dolor.

ーEstá bien, lo siento. Jo, con razón no conservas un novio, ¡golpeas muy fuerte, Chūchu! ーcontinúan caminando, ocasionalmente Osamu hace algún comentario mal intencionado y el otro le recuerda que sus golpes son fuertes. Se detienen porque el castaño lo hace y le señala a un hombre al lado del camino, observando a los árbolesー. ¿Qué tal ese? No se ve mal, parece extranjero.

ー¿Como sabes si a una persona le gustan los hombres con solo verle? No es la primera vez que aciertas con eso. Además no parece que venga a conquistar.

ー¿Por qué lo dices? Y a tu pregunta, es fácil, aparte él también usa un sombrero ridículo de mal gusto. Aunque fuera hetero, viendote debe ser fácil convertir a cualquiera con un poco de curiosidad.

ーMi sombrero es elegante, déjalo ーChūya le da un codazo, y se dispone a responder la pregunta, no le golpea porque se siente un poco halagado con lo últimoー. Pues míralo, está bien vestido pero mira hacía los árboles, significa que vino a ver la naturaleza, no a conquistar chicos. Sus manos están en sus bolsillos, así que no parece tener prisas por ver el reloj, seguro porque es su primer rato a solas en el día. El libro debajo de su brazo demuestra que tiene al menos algo de cultura y le gusta leer.

ーMuy analítico resultaste. Anda, ve a probar suerte.



Chūya termina aceptando; acaba su café, se echa una menta a la boca y se acerca al hombre con dudas, mostrando una confianza que Dazai reconoce como un escudo a sus nervios. El par conversa un poco, los ve reír de algo, lo observan brevemente y el tipo de cabello oscuro incluso lo saluda, él por educación corresponde a su distancia. Cuando Nakahara regresa con el celular en mano y una sonrisa triunfante, asume que ha tenido éxito inmediato.



ーBien, se llama Fyodor Dostoyevski, es ruso, tenías razón en que parecía extranjero. Trabaja en un hospital como pediatra en urgencias. ーDazai vuelve a hacer los mismos sonidos de celebración tras cada afirmación, imitando perfectamente una especie de 'pam pam pam~' con su voz cantarina y su sonrisa de bufónー, está soltero, sí es homo y... ¡Nos veremos el viernes en la noche para una cita!

ー¡Te lo dije! Me debes una por conseguirte una cita.

ー¿Qué? Pero si yo hice todo.

ーY yo te escogí a un hombre muy de tu tipo ーChūya esta vez le da la razónー. Por cierto, ¿por qué de pronto se volteó a saludarme con esa sonrisa tan macabra?

ーLe dije que eras mi mejor amigo hetero y él dijo que le gustaría presentarte a su mejor amiga hetero.

ーUgh... Eres un tramposo embustero.





El día para su cita al fin llegó. El restaurante al que Dostoyevski lo invitó era elegante, tanto que tuvo que ir de etiqueta. Fue agradable a la vista verlo con ese traje gris claro y que su corbata hiciera juego con sus ojos amatistas. Chūya casi pensó que no había sido suficiente su traje azul ajustado con aquella camisa color vino sin corbata, lo cual le daba un aire sensual al mostrar un poco la piel del cuello y lo alto del pecho.



ー¿Recuerdas que me encontraste apoyado en ese árbol observando la naturaleza? No estaba viendo los árboles, había tenido un turno de veintiséis horas y no había descansado. Estaba durmiendo de pie con los ojos abiertos.

ーNo me jodas, ¿cómo logras eso? ーChuuya se rio, había notado minutos antes que al ruso no le molestaba que hablara con groserías; según le comentó, en Rusia decían cosas peores.

El jugador hace al maestro(*), ¿era así? Bueno, tú entendiste. Aún me confundo un poco con el katakana.

ーCreo que quieres decir "la práctica", pero sí, yo entendí ーChūya ríe suavemente, el ruso imita el gesto-. Entonces, vas a quedarte de forma permanente en Japón ¿o tienes en tus planes retornar a la madre Rusia próximamente?

ーPues conseguir el traslado para venir aquí fue más sencillo que si quisiera retornar, definitivamente no vine para regresar a mi país. Ya he perdido un poco la costumbre del frío infernal que hace allá.



La cena prosigue entre anécdotas del pediatra ruso y preguntas curiosas del pelirrojo. La charla es tan amena que Chūya apenas procesa que ya han salido del restaurante y apenas a unos pasos de la puerta se han plantado un beso sin importar si son vistos. La vergüenza tiñe un poco sus mejillas, pero agradece los últimos rastros del invierno que le ayudan a disimularlo.



ーOye, yo normalmente no soy de besar en la primera cita, espero no lo tomes a mal ーcon un gesto tímido, Chūya arrastra un mechón de su cabello trás su oreja. Dostoyevski le sonríe e inclina el rostro hacia un lado, restando importancia con una leve negación de cabeza.

ーNo hay problema. Yo también puedo actuar por impulso a veces.



Nakahara no puede estar más contento con el resultado de la cita. Para rematar, el ruso propone continuar en un bar pero el plan se ve frustrado por una insistente llamada que a Chūya le trae un travieso recuerdo de su primer día con Osamu unos tres meses atrás. Se rio bastante ese día. La realidad lo hace enfocarse en el presente, con el pálido ruso contestando la llamada unos pasos más allá para tener algo de privacidad; Chūya no le da mucha importancia.



ーEh, lo siento mucho Nakahara-kun ーcomenta al colgar y acercarse, algo frustrado consigo mismoー. Ha surgido una emergencia con uno de mis pacientes y tengo que ir de urgencia a una operación, ¿podemos seguir esta cita otro día? ¿Mañana tal vez?

ー¿Tienes que irte ya? ーsu tono de voz no oculta el rastro de decepción en sus palabras, pero es lo suficientemente maduro para entender que hay prioridades más urgentes que atender; así que asiente y termina por sonreír una vez más a Fyodorー. Está bien, ¿entonces cenamos mañana en mi departamento?

ーPor supuesto. Hasta mañana.



Poco iba Chūya a saber que lo que le esperaba después de esa cena en su departamento, iba a ser lo que le iba a arrastrar a ver su sueño frustrado cumpliéndose a corto plazo.




El jugador* hace al maestro: aquí Fyodor hace un juego de palabras sin querer. Realmente quiere decir que la práctica hace al maestro, pero en japonés, mientras el hiragana de jugador (選手) y el de práctica (練習) son distintos, el katakana de ambos se escribe muy parecido y se pronuncian parecido: senshu (jugador) y renshū (práctica). Como los personajes dentro del fanfic hablan en japonés pero la historia se escribe en español, creí necesario aclarar este punto. (?)

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