20. Él no es para mí
—Ella no estaba como siempre. Por primera vez, me confundió lo que dijo la señorita Stacy. —comentó Anne acerca de lo que nos dijo sobre el sexo.
—¿Qué quiso decir con "pasos para dar el consentimiento"? —preguntó Ruby.
—Quizá tiene que ver con que nos acompañen a casa. —dijo Tellie. Rodeé los ojos mientras le entregaba el papel a unos señores.
—¿Caminando? —preguntó asustada Diana mientras me veía, negué con la cabeza —. Pero no hay contacto.
—A menos que el terreno sea áspero. —No ayudas en nada, Jane.
—¿Es como...criar animales? —preguntó Tillie.
—¡Qué asco! No somos animales mugrientos. —dijo Josie.
—Pero los animales no piensan. Quizá por eso tienen cría fácilmente. —dijo Diana.
—Y nosotras no somos animales. —comenté ya cansada de estos temas.
—Significa...
—Quizá Charlie tiene razón...las mujeres inteligentes y emocionales no pueden tener hijos. —dijo Anne.
—¿Emocionales? —preguntó Ruby.
—Entonces, no está embarazada, Ruby. —dijo Jane
—¡Pero no quiero ser estéril! —Tú no pero yo sí.
—Seguro que hay alguien que pueda aclarar esto. —dijo Diana.
—Chicas, en serio, no creo que por contacto ya queden embarazadas. —aseguré.
—¿Acaso sabes del tema, Aphrodite? —me preguntó Josie.
—¿Y si mejor le preguntan a Gilbert? —pregunté nerviosa.
—Entonces ve y pregúntale, eres bastante cercana a él. —dijo Tellie.
—Mejor que vaya Anne. —dije empujando a la pelirroja por donde salía Gilbert.
Ni loca iba a pasar pena enfrente de él.
—Hola. —saludó Gilbert extrañado al vernos reunidas e impidiéndole el paso.
—Anne tiene una pregunta. —le dije señalando a la pelirroja.
—¿Es cierto...que las mujeres inteligentes y pasio...emocionales están condenadas a la infertilidad? ¿Así funciona la reproducción? —preguntó Anne entre balbuceos. Gilbert me miró y yo tan solos me encogí de hombros.
El pobre se mostró un poco incómodo por la pregunta y nuestras miradas sobre él.
—No hay nada que haya visto en mi experiencia médica que me haga creer eso. Entonces...No —las chicas se mostraron aliviadas ante su respuesta —. ¿Es todo?
—Los pasos. Pregúntales. —le susurró Tellie a Anne.
Anne se quedó en silencio a lo que Gilbert se retiró después de un "Buenos días".
—Él dijo "visto" ¿Qué vio? —preguntó Ruby.
—¡Suficiente! —Anne se cubrió los oídos con las manos cansada de todo esto—. Debemos deshacernos de todas estás mentiras absurdas. Conozco la cura —miró a Diana —. Está en tu libro sobre Escocia, Diana.
—¿Y cuál es? —pregunté.
—Se llama Beltane. Nos vemos esta noche en el prado, más allá del Lago de Aguas Relucientes, en cuanto oscurezca. Vayan.
❪...❫
Nuestras risas se escuchaban entre los árboles, las cuales eran iluminadas gracias a las linternas en nuestras manos.
Al llegar al lugar comenzamos a buscar rocas, ramas. Al tener suficiente, hicimos con eso una fogata.
—Diosa de Beltane, madre sagrada, reina de mayo. Señora salvaje del bosque, guardiana del amor y de la vida, bienvenida a nuestro círculo. —comenzó Anne mientras levantamos nuestras ramas, que en su punta tenían pegados unas cintas de colores.
—Nosotras, mujeres poderosas y sagradas, declaramos en esta noche consagrada...—dijimos juntas.
—...que nuestros cuerpos que nos pertenecen a nosotras. —dijo Tellie.
—Elegiremos a quién amar y con quién compartir la confianza. —dijo Diana.
—Sin dejar de amarnos a nosotras mismas, aceptarnos tal y cómo somos. —continué.
—Caminaremos sobre esta tierra con gracia y respeto. —dijo Josie.
—Siempre nos enorgullecerá nuestro gran intelecto. —dijo Jane.
—Honraremos nuestras emociones para elevar nuestros espíritus. —dijo Ruby.
—Y si algún hombre nos hace menos...—sonrió Tellie.
—....¡Le mostraremos la puerta! —gritamos mientras levantabamos las varitas.
—Nuestros espíritus son inquebrantables, nuestra imaginación es libre. —dije.
—Camina con nosotras, diosa. ¡Benditas somos! —gritamos juntas.
Tiramos nuestros papeles para después comenzar a danzar alrededor de la fogata. En uno de esos momentos Ruby se detuvo para después tirarse en el césped.
—¿Ruby? —preguntó Josie preocupada.
—¿Qué pasa? ¿Qué tienes? —preguntó Anne sentándose frente de ella.
—¡Es que amo ser mujer! —intercambiamos miradas entre nosotras y Anne soltó un grito eufórico seguido del el de nosotras.
❪...❫
Estoy en una feria. Estoy en una feria. Estoy en una feria. Estoy en una feria.
¡Que emoción! ¡Nunca había estado en una! ¡Hay grandes maravillas aquí!
Nos habíamos encontrado con Bash y Delphine. Esperaba a que William y Eliza terminaran de hablar con el moreno para yo hacerle mi impaciente pregunta. Pero creo que tendré que esperar más ya que llegó la familia de Jerry a saludar. Anne llegó y se llevó corriendo a Diana, Eliza me agarró la mano para retirarnos.
Fuimos por Diana y noté que las dos miraban a un punto a lo que me dió curiosidad y las seguí con la mirada. No pude evitar soltar un sollozo al ver lo que veía, Gilbert había venido con una apuesta chica. Y se veía los dos tan bien juntos.
—Lo lamento tanto, pequeña —me consoló Eliza al saber la causa de mi sollozo —. Vamos. No te sigas haciendo daño.
Dijo mientras acariciaba mi brazo en forma de consuelo.
—Todo estará bien. —me dijo antes de apartarme de allí.
Llegamos a un punto de pesca infantil, veíamos a Minnie May pescar mientras yo me seguía hundiendo en la tristeza y la imagen de Gilbert y la chica apuesta pasaba por mi cabeza una y otra vez.
—Iré a ver los otros puestos. —le dije a Eliza.
—¿Segura que estás bien para ir sola? —asentí.
—Ten un poco de dinero por si te quieres comprar algo. —me pasó unos centavos para después yo irme.
La competencia de pasteles comenzó y supe que Anne participaría con la receta de Mary, así que entré y me llevé la sorpresa de que Gilbert y la chica estaban ahí.
—Déjenme presentarles a Aphrodite Kim, una gran amiga mía y madrina de Delphine. —me presentó Gilbert extrañado al notar que me encontraba un poco deprimida.
—Es un gusto conocerte, Gilbert me ha hablado mucho sobre ti. Soy Winifred. —extendió la mano.
—El gusto es mío, señorita Winifred. —acepté la mano.
—Nada de señorita. —rió. Hasta su sonrisa era perfecta.
—Es el turno del participante dieciséis. —anunciaron.
—Es tu turno, Anne. Tu pastel. —le dijo Marilla.
—Maravillosa presentación. —halagaron.
—Es el lago de aguas relucientes. —dijo Anne emocionada.
Los jueces se metieron un pedazo a la boca para después mostrarse un poco asqueados y escupirlo en una servilleta.
—Dios mío.
—¿Qué es eso?
—¡Esto sabe a linimento! —exclamó un jue y los presentes se rieron.
Anne salió corriendo siendo seguida por Gilbert.
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—¡Señorita se le cayó esto! —gritó alguien a mis espaldas, me voltee y un chico asiático que tenía cierto parecido con Blythe, bastante apuesto, recogió mi sombrero.
Me reí ante mi distracción y llevando mi mano a la cabeza. Me acerqué a él.
—Muchísimas gracias. No sé cómo no me había dado cuenta. —agradecí recibiéndole mi sombrero.
—Vaya...—soltó el con asombro —. Te pareces mucho a mi madre cuando era joven.
—No, para nada. Ella debe de ser muy hermosa. —negué.
—Mira —sacó del bolsillo de su chaqueta una fotografía, bueno era un dibujo. Me sorprendió saber que sí me parecía a ella.
—Ay Dios mío —murmuré sorprendida.
—Es sorprendente su parecido. La extraño mucho.
—Lo lamento. —dije creyendo que se había muerto.
—¡No! No está muerta. Tan solo se fue de viaje con mi tía. Mi padre es el que falleció cuando apenas estaba en la barriga de mi madre—solté un suspiro de alivio al escuchar eso para después reír.
—Lo lamento. Por cierto, soy Aphrodite Kim. —me presenté.
—Soy Lukas Asther. —estrechamos manos, al hacerlo sentí como si ambos estuviéramos unidos pero no de manera romántica. Rápidamente separé nuestras manos.
—¿Te gustaría acompañarme? —este asintió emocionado.
❪...❫
Llegó el momento de hacer el baile de El gallardo sargento de blanco. Formamos grupos de seis. Lástima que Lukas ya se tenía que ir, le hubiese encantado esto.
Ahora, no sé cuándo ni cómo pero terminé bailando con Gilbert. La canción terminó y aplaudimos, a lo que me fui rápidamente con las chicas. Grave error, las chicas se pusieron a chismear acerca de Winifred y Gilbert.
Tuve que aguantarme hasta que decidieron cambiar el tema.
—¿Dónde estuviste? ¡Moody volteó a mirarme y te lo perdiste! —exclamó Ruby a Josie quien llegó a la mesa y noté que se encontraba un poco nerviosa y asustada.
—Hablaba con una amiga de White Plains. No la conocen.
—Tu moño. Déjame y te ayudo. —dijk Anne mientras ayudaba acomodar el moño de Josie.
—Moody me escribirá una canción ¿No es romántico?
—El próximo baile es el circasiano. —anunciaron.
Las chicas se fueron dejándome sola con Josie, me acerqué más a ella al ver que se encontraba asustada. ¿De qué o quién?
—¿Estás bien? —le pregunté preocupada.
—Sí, no es nada.
Asentí para nada convencida de su respuesta. Pasaron unos minutos y Vi que las personas comenzaron a murmurar entre ellos como si pasaran un chisme mientras miraban a Josie. Anne llegó y se sentó a mi lado.
—Josie, ¿estás bien? —preguntó.
—Sí.
—¿Segura? Los muchachos dicen cosas sobre ti. —dijo.
—¿Qué dicen? —preguntó. El baile terminó comenzaron aplaudir.
Me levanté furiosa de mi asiento caminando hacia donde se encontraba Billy siendo seguida de Anne.
—Eres un asco de persona, Andrews. —dije llamando su atención.
—¿Qué? ¿Acaso ustedes también quieren un beso? —preguntó.
—Asco. Eso no fue lo que pasó y tú lo sabes. —respondí.
—¿Cómo te atreves a esparcir rumores falsos sobre mi amiga? —le preguntó Anne.
—Ustedes no estaban ahí. —se defendió.
—Te conozco lo suficiente como para saber que tú fuiste el que le rogó. —dije.
—No debiste tocarla, Billy. —dijo Anne.
—Bueno, creo que se arrepintió de perder la moral.
Josie se levantó y se fue corriendo siendo seguida de las chicas. Billy estaba por irse.
—¡Billy! —este se volteó y le di un puñetazo seguido del asombro de las personas —. Te lo merecías.
Dije antes de irme detrás de Josie.
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