14. Hasta que la muerte nos separe



Había pasado dos años desde que llegué a Avonlea. Estoy comenzando a creer que se olvidaron de mí y, probablemente, de Five. Pero sé que papá jamás nos abandonaría y que viajar en el tiempo no es fácil, al menos que tengas un poder.

Terminé de recoger las hortensias y de colocarlas sobre la canasta, en realidad ellas no crecen en este país pero pueden si tienes control sobre la naturaleza. Las hice crecer ya que son las favoritas de Mary.

—Ya pensaba irme sin ti. —bromeó Gilbert al verme llegar.

—Me retrasé fue porque pasé a recoger estas hortensias para Mary. —dejé la canasta frente a la morena, se sorprendió al verlas.

— ¡Muchísimas gracias, Aphrodite! —las recibe para después abrazarme —. ¿Pero no se supone que las hortensias nada más crecen es en Asia y en suramérica?

Me encogí de hombros.

—Tengo mis contactos. —Mary rápidamente fue a colocar las hortensias en agua.

En este año Mary y yo nos hemos vuelto grandes amigas, ya que me la paso mucho tiempo en casa de Gilbert. La señora Eliza dice que me falta es quedarme a vivir ahí. Y también he descubierto mis sentimientos hacia Blythe pero él gusta es de Anne.

—Ya debemos de irnos, Aphrodite. —me dice Gilbert colocándose su abrigo. Asiento emocionada.

Unos minutos más tarde llegamos al lago congelado, donde los chicos comenzaron a jugar a Hockey mientras las chicas y yo los mirábamos. Quería también jugar pero ni sabía patinar, seguramente me daría la matada del año si intento y prefiero evitar la vergüenza.

— ¡Hola! —saludó Anne colocándose a nuestro lado.

— ¡Hola, Anne!

—Ruby, debías cubrir el juego —reprocha Anne mientras revisaba la libreta. La rubia nada más centraba su atención en Gilbert —. ¿Y el resumen? ¿Sabes el puntaje?

—Es solo un periódico escolar, Anne, no The Daily Telegraph. —dice Josie.

—No necesitamos el artículo. Estamos todos aquí. —Dice Ruby sin despegar la mirada del chico.

—Pero tú estás ocupada mirando a Gilbert. —reí.

En ese momento Billy raspó el hielo con los patines causando que la nieve nos cayera a nosotras.

— ¡Atrevido! ¡Sinvergüenza! —exclamó Josie riendo.

—Josie, ¡llamaste la atención de Billy! —le dijo Tellie

—Bien. Escribiré el artículo —dijo Anne acomodando la libreta para poder escribir —. ¿Quiénes son los capitanes?

—Gilbert.

— ¿Y quién más?

— ¿Qué importa? —reí y le contesté con el nombre de Billy Andrews.

Diana se colocó a mi lado y Moody pasó, la saludó con un "Diana" mientras se agarraba el sombrero. Moody, en estos últimos años, tuvo un cambio radical. Ahora era un poco más alto y había bajado bastante de peso. Pero su torpeza seguía intacta. Casi se cae después de saludar a mi amiga.

— ¿Te apiadarás del pobre Moody? —preguntó burlona, Josie.

—Mi familia no lo permitirá. —asentí decepcionada dándole la razón.

— Demasiada rica para ser esposa de un pastor. —dijo nuevamente Josie.

Gilbert se detuvo frente nosotras.

— ¿No estaba Ruby cubriendo el juego?

—Ruby está muy preocupada —dijo Tellie —. Con cierta persona.

Gilbert me dio una última mirada para después continuar con el juego.

—Se fijó en mí —soltó Ruby después de que se fue —. Me miró y sonrió.

—Estás delirando.

—Ruby Blythe.

—Este estúpido palo ya es demasiado corto para mí. —se quejó Moody.

—Se hombre. Asume la culpa —Billy se detuvo a nuestro lado para descansar —. No es el palo, eres tú.

Moody posó su mirada sobre unos indios, un señor y, al parecer, su hija. El primero sostenía un palo de hockey en su mano izquierda.

—Ya llegaron. Ahora veremos cómo te tragas tus palabras, Billy. —dice antes de patinar hacia ellos. Regresé mi atención hacia el partido, pero Anne la robó.

—Vamos dónde ellos. Podría escribir un artículo acerca de ellos. —Asentí emocionada. Caminamos hacia ellos, pero sin querer choqué contra Gilbert. Por poco y se cae pero alcancé a sostenerlo. Reímos ante lo ocurrido.

—Lo siento, Aphrodite. No me fijé por do...—dejó la palabra en el aire una vez que nuestras miradas se conectaron, volví a sentir lo mismo que la primera vez que nos vimos. Esos molestos retorcijones.

Sonreí para después separarme de él en ir donde Anne con la cara totalmente roja. Mi corazón me latía a mil, mis manos sudaban y mi respiración estaba a mil.

— ¿Qué es un "artículo"? —preguntó la niña.

—Mi amiga les haría preguntas, aprendemos acerca de ustedes y su trabajo, y lo escribe para que las personas la lean.

—Así. —Anne sacó de su bolso un artículo como ejemplo. El señor negó pero la niña dijo algo en su idioma que al parecer logró convencer al señor.

—Entiendo. Inteligente. Sí.

— ¿Podríamos ir más tarde a su casa para empezar? —Aunque yo no haga parte del artículo sentía mucha curiosidad acerca de ellos.

—Así podemos...—Billy nos interrumpió.

—Hazme un palo. Te daré esto. —le tiró un pañuelo, la niña lo recogió y lo tiró de regreso.

—No seas irrespetuoso, Billy. —regañé enojada. Ni sé en qué me sorprendía si él siempre era así; el señor regañó a la niña ante su acción.

—Cuidado, piel roja. —El señor le dijo algo a la niña antes de retirarse al igual que Billy sin antes decir "salvajes".

—Lo lamentamos. —se disculpó Anne.

—Él siempre ha sido muy grosero. —Se detuvieron al escucharnos, la niña se regresó.

— ¿Les parece bien si los vemos más tarde? —preguntó Anne.

—El camino es largo y díficil.

—Valdrá la pena. —aseguré. La niña sonrió y señaló un camino.

—Es por ahí. Pasan las cercas. Se alejan del océano y van hacia el árbol muerto. Buscan el arroyo en movimiento, vayan corriente arriba hasta que las rodeen árboles verdes. Caminan con el agua del lado que de poner el sol hasta que la tierra se aplane y abra. Allí estará nuestro hogar.

Espero que Anne haya entendido porque creo que mi cerebro dejó de funcionar después de que dijo "El agua del lado que se pone el sol".

—Suena a un paraíso poético.

❪...❫

— ¡Por fin llegamos! —exclamé alegre al ver el hogar de los indios.

—No fue tan difícil, Aphrodite —dice Anne riendo.

— ¡Nos encontraron! —gritó la niña corriendo hacia nosotras.

—Disfrutamos el viaje y buscar las pistas. —dije riendo. La niña se detuvo al ver a Belle.

—Ella es Belle, mi amiga —presentó Anne —. Y él es Blackjack.

—Puedes tocarlo, no te harán daño. —dije sobando al caballo que me había prestado Anne para venir. Sí, el nombre se lo coloqué yo al verlo llegar a Green Gables, eso fue hace como dos años.

La niña los acarició un poco dudosa.

— ¿Cómo te llamas? —le pregunté.

—Ka'kwet.

— ¿Significa algo? —le preguntó Anne —. Me gusta que sus nombres describan características.

—Mi nombre quiere decir...Estrella de mar.

— ¿Estrella marina? —pregunté sorprendida ante el hermoso significado.

— ¿Y ustedes cómo se llaman?

—Yo soy Anne. Ella es Aphrodite.

—Aunque nuestros nombres no significa nada, lamentablemente.

—Si fuera una anciana y pudiera escoger sus nombres, las llamaría Melkitaulamun: "Un corazón fuerte y valiente" —me miró—. Y por supuesto tú serías Meena "Una piedra preciosa oculta"

Ka'kwet nos comenzó a mostrar el lugar. Habían niños jugando, era muy lindo el lugar.

— ¿Qué cosas comercian? —preguntó Anne.

—Nos conocen por nuestras cestas. Me encanta tejerlas. Pero son complicadas. Mi favorita es chigajish. Ustedes le dicen "puercoespín"

— ¿Y ustedes qué comen? —pregunté.

—Pescado, conejo y anguila. Nuestros cazadores siempre están afuera.

—Leí que sus casas le dicen wigwams. —comenté. Mamá Grace nos dió ese dato curioso cuando tocamos el tema acerca de los indios.

—Están hechas de corteza de abedul. Mi padre hizo la nuestra. Y ahí están los palos.

—Viven en armonía con la naturaleza —dijo Anne —. Gracias por permitirnos venir.

—Es un placer. —dijo la mamá de Ka'kwet, quien a cada lado tenía un niño y una niña. La señora miró a su hija y le preguntó algo que la hizo asentir.

—Mi madre, mi hermano y mi hermana. —presentó. Los niños se fueron dejándonos solos con la mamá. La señora dijo algo para nosotras, miramos a Ka'kwet.

—Dice que tu aura es semejante a la naturaleza. Fresca, armoniosa y protectora —sonreí ante eso. Miró a Anne—. Y dice que tu pelo se parece a la tierra pero yo creo que se parece al fuego.

—Agradecemos sus elogios de la naturaleza. —dije.

—Ahora me gusta más mi pelo gracias a ello. —comentó Anne.

—Me gusta tus cintas. Anne suele llevar su pelo así. —reí recordando la vez que llegó con cintas en su cabello.

—A mí me gusta tu bufanda.

Bueno, ya deben de suponer qué pasó después. Anne y Ka'kwet intercambiaron, a mí Ka'kwet me regaló una de sus cintas con la que podía amarrarme el cabello. Tiempo después notamos cómo llegaron los cazadores.

—Los cazadores regresaron después de tres días. Mi madre está a cargo de la comida. La caza fue baja. No hay suficiente presas. El tren trae demasiados cazadores

— ¿Podrías enseñarnos un poco más acerca de su idioma? —le pregunté. Anne asintió emocionada.

— ¿Qué palabra usan para "familia"? —le preguntó.

—Nuestras palabras no son como las suyas. Nuestro idioma es lo que vemos y...

— ¿Notan? ¿Perciben? ¿Observan?

—Observo a mi padre y a mi hermano. ¿Ven eso? —señaló a su padre y hermano mientras hacían lo mismo gestos con la boca —. También lo hago. Muchas cosas son lo mismo. Cuando decimos Ulananikma. Es con lo que me conecto porque somos parecidos.

—Y porque así es la familia. —concluí.

—Eso es maravilloso.

— ¿Todos en tu familia tienen pelo de fuego? —preguntó Ka'kwet a la pelirroja.

—Yo...—no pudo terminar ya que Ka'kwet terminó de hacerle las trenzas —. ¿Tienes un espejo?

— ¿Qué es un espejo?

—Es algo para ver tu reflejo. —le expliqué.

—Vengan. —la seguimos hasta llegar a un pequeño charco de agua. Podíamos ver perfectamente nuestro reflejo en él.

—Es curioso que se marquen las diferencias cuando nos parecemos en muchas cosas. —dijo Anne.

—Iguales.


Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top