𝐶𝑎𝑝 4 - 𝐷𝑒𝑠𝑐𝑢𝑏𝑟𝑖𝑒𝑛𝑑𝑜 𝑒𝑙 𝑃𝑎𝑠𝑎𝑑𝑜 ¿𝑦?
Antes de continuar, aclaro, para evitar confusión. Kiara en esta historia será la mayor y Kopa el del medio. Ahora si, continuemos.
En el capítulo anterior
Al día siguiente
En casa de Kion
Con Kion
Una hora después del medio día
—Bueno, creo que es hora de comenzar a mudarme con todas mis pertenencias —dijo, mientras comienza a movilizarse.
Una hora después
—Falta poco —dijo, mientras seguía trasladando sus pertenencias.
En ese momento, algo se cae
—¿Y ahora qué sucede?... —al voltear su mirada— ¿este estante otra?... —se detiene al ver— ¿la canasta? —dijo, mientras se quedaba unos segundos inmóvil, para luego acercarse hacia ella—. Hace mucho que no la he vuelto a... —al ver en su interior, logra encontrar— ¿una carta? —dijo confundido.
En ese mismo instante, Kion, comienza a leer la carta.
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En ese mismo instante, Kion, comienza a leer la carta.
—Quien sea que encuentre esta canasta con Kion, les ruego qué lo cuiden. Posdata, su madre, la reina de las praderas —dijo, leyendo la carta.
Minutos después
En el palacio real
Con Kion y los Reyes
—Majestades, puedo hablar con ustedes a solas -dijo Kion, algo molesto.
—Señores, pueden dejarnos a solas —dijo el rey, dando la orden para que todos se retiren.
En eso, todos se retiran dejando a Kion a solas con los reyes.
—Listo Kion, ¿Qué es lo que sucede? —pregunta el rey.
—Tratando de mantener la calma— —podrían decirme de qué se trata lo que dice esta carta -dijo serio, mientras extiende su mano.
—La toma y comienza a leerla— —quien sea que encuentre esta canasta con Ki... —se quedó atónito al ver lo que decía la carta, teniendo qué terminar de leer con la vista.
—Al ver a su esposo— —¿Sahasi, sucede algo?... —se queda atónita al ver también lo que decía la carta, teniendo también qué terminarla de leer con la vista.
—Reaccionando— ¿Dónde la encontraste? —pregunta nervioso al reaccionar.
—Entre todas mis cosas, mientras trasladaba todas mis pertenencias —responde algo serio.
—Inhala y exhala— —creo que es hora que sepas toda la verdad, Kion —dijo ella, algo nerviosa.
—¿A que se refiere, acaso hay algo que yo no sepa? —dijo, preguntando serio y confundido.
—Quienes te criaron no son tus verdaderos padres —respondió él, nervioso.
—¿Pero cómo?... ¿por qué ellos me ocultaron esto?... ¿ustedes sabían de la existencia de esta carta? —pregunta serio, molesto y confundido.
—¿Creo que esa es la carta que ellos habían encontrado cuando tú llegaste en esa canasta? —dijo el rey, respondiendo a Kion.
—Entonces ustedes sabían todo esto y nunca me lo dijeron —dijo Kion, un poco enojado y serio.
—Saber de su existencia, si, saber lo que decía, no... ellos jamás nos habían dicho lo que decía la carta —contestó el rey.
—¿Entonces?... ¿por qué ellos me ocultaron esto? —dijo Kion, algo molesto, enojado y confundido.
—Eras solo un bebé, Kion... estoy segura que no quisieron hacerte daño diciéndote la verdad —dijo la reina, con lágrimas en sus ojos.
—Pero ahora que me entero de este pasado, ¿Qué hago?... ¿Qué es lo que puedo hacer ahora, sabiendo de donde vengo y que mis padres no son quien yo creía que eran? —dijo, mientras intentaba mantener la calma.
—Kion, eras muy joven para afrontar esto tú solo, aquellos que te criaron intentaron alejar tu sufrimiento de una edad en la que no podrías superarlo —dijo la reina, con lágrimas en sus ojos.
—Los entiendo... no puedo estar molestos con ellos después de todo lo que han hecho por mi, ¿pero?... ¿ahora que todo ha salido a la luz, como hago para tolerar esto y las cargas qué me han atormentado varías noches y días de mi vida? —dijo Kion, tratando de mantener la calma, intentando contener sus lágrimas.
—¿A qué te refieres con eso? —preguntó el rey, confundido.
—Toda mi vida, una vez en cuando he estado soñando y pensando en cosas relacionadas con personas extrañas, canciones, y un río... ya no puedo soportarlo más —respondió, mientras sus lágrimas caían lentamente.
—¿Desde cuándo comenzó todo esto? —preguntó el rey, intentando contener sus lágrimas, ya que las palabras del joven le habían tocado el corazón.
—Desde que vi un río a mis siete años —dijo Kion, limpiando sus lágrimas.
—¿Y qué te había sucedido en ese momento? —preguntó la reina, con lágrimas en sus ojos.
—Solo escuche una canción, cantada por una mujer que decía: —Río, oh, Río, con él se gentil, llevas mi felicidad. Si hay donde libre pueda... ahh —suspira—, no puede ser, no puedo recordar cómo seguía —dijo Kion, algo frustrado y con lágrimas en sus ojos.
—Eso me suena a una madre... una madre angustiada y preocupada por su hijo —dijo la reina, mientras intentaba contener su llorar.
—¿Entonces eso significa que? —preguntó el joven, con lágrimas en sus ojos.
—Kion... con todo lo que nos has dicho, creo que esas cosas que te torturan, son recuerdos de tu pasado... y esa mujer, creo... creo que es tu madre —dijo Ananda, rompiendo en lágrimas para que luego su esposo se acerque hacia ella para consolarla.
—¿Mi madre?... ahora todo esto ya tiene sentido... ¿pero entonces, acaso ellos no me querían?, ¿acaso ella no me quería? —dijo el joven, conteniendo su llorar.
—No creo que ellos no te hayan querido, seguro intentaban protegerte de algo. El mensaje que tu madre dejó en esa carta, se la veía muy preocupada y angustiada por ti —dijo la reina, mientras lloraba.
—Entonces... ¿Cómo hago para superar esto? —pregunta, mientras contiene su llorar.
—Nos tienes a nosotros, tienes a Rani a tu lado, Kion —dijo el rey, con lágrimas en sus ojos, mientras está al lado de su esposa.
—Sahasi tiene razón... ve a despejar un poco tu mente y a pasar el momento con tu esposa... te prometo que haremos todo lo posible para ayudarte —dijo la reina, mientras limpia sus lágrimas con su pañuelo.
—Está bien, Ananda... les agradezco mucho su paciencia y les pido perdón por lo sucedido —dijo el joven con lágrimas en sus ojos, mientras agradece y pide disculpas.
—No hace falta pedir disculpas, Kion, acuérdate que somos familia. Ahora ve con Rani —dijo el rey, al lado de su esposa y con lágrimas en sus ojos.
—Está bien, ahora me despido. Qué tengan una buena tarde —dijo Kion, mientras se despedía, limpiando sus lágrimas al salir de la sala real.
Un día después
En plenas horas de la madrugada
—Mientras duerme— —¿Quién anda ahí? —pregunta dormido.
En el sueño de Kion
—Donde estoy —se pregunta.
—Kion —dijo una voz extraña.
—¿Quién anda ahí? —pregunta Kion.
—Calla mi vida, no hay que llorar —cantando.
—¿Quién es? —pregunta nervioso-
—Kion —dijo la voz extraña.
—¡Déjese ver! —dijo nervioso.
—Duerme y sueña feliz —cantando.
—¡Muéstrese! —dijo en voz alta y nervioso.
—Kion —dijo la voz extraña.
—¡Déjese ver, por favor! —dijo en voz alta y nervioso.
—Siempre tú debes mi arrullo llevar —cantando.
—¡Alto, déjame, ya no quiero oír! —dijo, gritando nervioso.
—Kion —dijo la voz extraña.
—¡Déjame en paz! —gritando nervioso para luego caer al suelo.
—Así yo estaré junto a ti —cantando.
—¡Déjame! —gritando nervioso en el suelo mientras se cubre los oídos.
—Kion —dijo la voz extraña.
—Aah... —gritando nervioso en el suelo mientras se cubre los oídos.
—Río, oh, Río, con el se gentil, llevas mi felicidad —cantando.
—Aah... —gritando nervioso en el suelo mientras se cubre los oídos.
—Kion —dijo la voz extraña.
—¡Déjame ,déjame ,déjame en paz te ruego! —gritando, mientras comienza a llorar en el suelo con sus oídos cubiertos.
—Si hay donde libre pueda vivir, río ,condúcelo allá —cantando.
—¡Te lo ruego, déjame en Paz! —llorando en el suelo mientras se cubre los oídos.
—Tranquilo mi niño, aquí está mamá —dijo, tocando su espalda.
—Al escuchar— —¿Mamá? —dijo, llorando, mientras comienza a calmarse tras oír esa cálida voz.
Fuera del sueño
—Aah... —grito, despertando de golpe.
—¡Kion! ¿Qué sucede? —pregunta preocupada mientras toca la espalda de su esposo para llamar su atención.
—¿Rani?, ¿desde cuando estas despierta? —pregunta algo confundido y agitado.
—Desde que empezaste a hablar mientras dormías... ¿sucede algo amor?, note que estabas muy nervioso —responde preocupada para luego preguntar también, mientras extiende su mano derecha hacia la mejilla izquierda de su esposo.
—No se como decirte ¿Creo que acabo de soñar con mi madre? —responde, aun agitado.
—Ah... entonces, ¿Qué sucedió con ella para que estuvieses de esa manera? —vuelve a preguntar.
—Es esa canción... todas las noches en las que tengo estos sueños esa canción aparece... no puedo soportarlo más... ¡Necesito ayuda, Amor! —responde, menos agitado.
—Entonces dime... ¿Qué puedo hacer para ayudarte?... dime y haré lo que este a mi alcance —le vuelve a preguntar.
—Ahora creo saber que hacer... si, mañana tengo que hablar algo importante con tus padres —responder.
—Si necesitas de mi ayuda, solo dime, quiero ayudarte con esto, Kion —contestó ella.
—Si necesito tu ayuda, sé que puedo confiar en ti... ahora solo quiero volver a dormir. Buenas noches, amor —dijo él, para luego desear buenas noches a su amada.
—Buenas noches para ti también, amor —dijo ella, mientras le deseaba las buenas noches con un beso en la frente.
Al día siguiente
Dos horas después del medio día
En el palacio real
Con Kion y los Reyes
—Sahasi, Ananda, necesito hablar con ustedes sobre algo —dijo el.
—Dinos —dijeron los reyes.
—¿Saben algo sobre las praderas? —pregunta el joven.
—¿A qué te refieres con eso? -preguntó el rey.
—Si es que saben algo de mis padres, y de las praderas actualmente —respondió el joven.
Narra Sahasi:
—Bueno, a tus padres los conocíamos, ya que en un tiempo nuestros reinos estaban unidos por una alianza militar hasta que fueron conquistados. Nosotros no pudimos ayudarles, ya que nunca nos había llegado la noticia. Tiempo después les enviamos un mensajero para invitarles a hablar de asuntos reales. Pasaba el tiempo y no habíamos tenido respuesta, así que enviamos a algunos espías para ver lo que había sucedido. Al llegar, logran encontrarles, muertos, con una carta qué decía: —Las praderas ahora son nuestras, sus aliados han caído. Cualquier intento de liberación, lo pagarán muy caro —dijo el rey, terminando de narrar.
—¿Entonces, qué hicieron? —preguntó nuevamente el joven.
—Lo que ellos dijeron que no hiciéramos, liberarlos. Fueron tres intento, todos un fracaso —respondió el rey.
En eso, la reina se queda quieta y pensativa, llamando la atención de su esposo.
—¿Ananda, te sucede algo? —pregunta el rey tras ver la reacción de la reina.
—Creo que ahora ya entiendo toda la verdad sobre el pasado de Kion —respondió ella.
—¿En serio? —preguntaron ambos.
—Si. Creo que tu madre quiso salvarte de algo, enviándote en una canasta a algún lugar, por causa de la conquista del reino, cayendo al final aquí. Por eso se la veía muy preocupada por ti. Seguro hay alguna razón por la que tu madre hizo eso —respondió la reina.
—Ahora todo está claro... Necesito liderar un ataque —dijo el joven, dejando a los reyes con la boca abierta por unos segundos.
—Creo que eso no es buena idea —dijo el rey.
—Te entiendo, se que lo intentaron tres veces, pero necesito intentarlo por mi cuenta —dijo el joven, insistiendo por su decisión.
—Es muy arriesgado, Kion —dijo la reina, preocupada.
—Ananda tiene razón, Kion, jamás has liderado un ejército —dijo el rey.
—Pero ustedes me vieron junto a Rani liderando grupos a los diecinueve años para repeler a bandidos y clanes enteros —contestó el joven, argumentando con hazañas de su pasado.
—Pero eso no se compara con un gran ejército disciplinado, compuesto por soldados altamente entrenados. Además, ahí no podrás evitar el arrebatar vidas como siempre lo has hecho —dijo el rey, intentando convencer al joven.
—Sahasi tiene razón, Kion, además, con veinte años eres muy joven para arriesgar tu vida —dijo la reina, dando la razón a su esposo para poder convencer al joven.
—Los entiendo, pero necesito hacerlo... quién sabe si mis padres siguen con vida... no me importa si no puedo verlos por mucho tiempo, solo quiero conocerlos y tener la experiencia qué no tuve cuando era solo un niño. Por favor... necesito liberarme de la carga de mi pasado —dijo el joven, insistiendo y tratando de convencer a los reyes.
—No lo se, Kion —dijo el rey, dudando de su decisión.
—Por favor... para esto comencé con mi formación a los diez años, y a los quince con mi entrenamiento con el ejército —dijo el joven, argumentando nuevamente.
—... —no saben qué decir.
—Por favor, se los ruego... déjame intentarlo una vez... les prometo que solo será una vez, luego dejaré esto en el olvido —dijo el joven, mientras ruega y comienzan a salir lágrimas de sus ojos.
—¿Sahasi? —dijo la reina, mientras observaba la mirada titubeante de su esposo.
—Está bien Kion, acepto —dijo el rey, aceptando la petición de joven.
—Muchas gracias, Sahasi —dijo el joven, agradeciendo, feliz y con lágrimas en sus ojos.
—No hay de que, Kion. Además, después de que tú hayas partido, yo también iré a las praderas con un ejército a la tarde del día siguiente —dijo el rey.
—Como les agradezco mucho todo lo que están haciendo por mí —dijo el joven, agradeciendo nuevamente, feliz y con lágrimas en sus ojos, mientras se dirigía hacia el rey para darle un abrazo.
Minutos después
Con Rani
En el palacio real, justo en el momento en que Kion se estaba abrazado con Sahasi y Ananda
—¿Me he perdido de algo? —dijo la joven, preguntando confundida.
En eso, los tres se separan
—Hija, ¿Qué te trae aquí? —dijo la reina con una sonrisa al ver a su hija.
—¿Me he perdido de algo importante? —pregunta nuevamente, confundida.
—Estamos hablando sobre algunos asuntos de la praderas con Kion —respondió el rey.
—¿Las praderas?... ¿ese reino no había sido conquistado?... ¿además, qué relación hay entre Kion y las praderas? ¿Y por qué Kion tiene lágrimas en sus ojos? —vuelve a preguntar la joven, confundida.
—No podemos ocultarle esto, yo no puedo ocultarte esto. Amor... voy a dirigir un ejército para liberar a las praderas —respondió el joven, con lagrimas en sus ojos.
—Kion, esto es muy arriesgado, ¿además, que tienen que ver las praderas contigo?... ¿acaso no me han dicho algo? -dijo la joven, confundida.
-Rani... yo vengo de las praderas —contestó el joven, para luego limpiarse las lagrimas.
—¿Por qué nunca me lo dijiste? —preguntó la joven.
—Porque recién me enteré de todo ayer, además, yo no sabia como decirte esto —respondió el joven.
—Entonces voy contigo —contestó la joven.
—¡No! —dijeron los reyes, negando la petición de su hija.
—Amor, no puedo dejarte ir conmigo, pero te prometo que volveré sano y salvo —dijo el joven, acercándose hacia ella para tocar su hombro izquierdo, y luego bajar la cabeza.
—¿Por qué no puedo ir contigo? —preguntó ella, algo molesta y nerviosa por la situación.
—¡Es muy peligroso, hija! —contestó la reina, tratando de hacer entrar en razón a su hija.
—Ya has escuchado a tu madre, no podemos dejarte ir —dijo el rey, mostrándose firme y serio por fuera, pero nervioso por dentro.
—Por favor, se los ruego, no me impidan estar a su lado. No toleraría perderlo. Necesito estar a su lado apoyándolo —dijo la joven, angustiada por la situación.
—Yo tampoco toleraría perderte, amor... no puedo dejarte ir conmigo... perdón —contestó el joven a su amada, bajando la cabeza.
—Amor, por favor —dijo la joven, insistiendo.
—... —sin saber qué contestar.
—Kion... puedes dejarnos a solas —dijo el rey.
—Está bien, Sahasi —contestó el joven, mientras asiente con la cabeza e inicia a retirarse de la sala real.
Con Rani y sus Padres
—Hija... ya lo pensé y decidí dejarte ir, pero con una condición, harás todo lo que yo te diga —dijo el rey, aceptando la petición de su hija, pero con condiciones.
—Sahasi... ¿Estás seguro de lo que estás haciendo? —preguntó la reina, algo preocupada por la respuesta de su esposo.
—Si... todo está bajo control, tu solo quédate tranquila y confía en mí —respondió el rey, tratando de tranquilizar a su esposa.
—Confío en ti. Ahora los dejo a solas, ya que seguro tienen bastantes cosas que hablar de padre a hija —dijo la reina, aceptando y confiando en su esposo para luego despedirse y retirarse de la sala real.
En ese momento
Con Sahasi y Rani
—¿Qué era lo que querías decirme, papá? —dijo la joven, haciendo recordar a su padre para poder proseguir con la conversación.
—Te dejaré ir, pero a mi señal. Cuando llegue el momento te enviaré a alguien para avisarte. Quiero que seas tu quien lidere a un grupo en un ataque sorpresa. ¿Puedo confiar en ti, hija? —dijo el rey para luego preguntar a su hija.
—Puedes confiar en mi, papá —dijo la joven, respondiendo y aceptando la propuesta de su padre para luego dirigirse a él con un abrazo.
En un reino no tan lejano
Al mismo tiempo en que Kion comenzaba a hablar con Sahasi y Ananda
En un campamento militar
—Y mi bebida, esclava —dijo un soldado en voz alta.
En eso, llega una Esclava con la bebida, la cual por los nervios resbala, mojando al soldado.
—Al ver lo que ha hecho— —lo siento mucho, deje...
—Se levanta furioso de la silla y se dirige hacia ella— —¡No sirves para nada, eres una completa inútil! —dijo en voz alta mientras levantaba su mano izquierda para golpearla.
En eso
—¡Alto, déjala en paz! —dijo un joven, tomando la mano del soldado, impidiendo qué la tocará.
—Kopa... me alegra verte hermano —dijo ella, alegrándose de ver a su hermano.
—¡Déjala en paz y olvida lo ocurrido! —dijo él, mostrando tranquilidad, mientras sostenía la mano del soldado.
—¡Suéltame! —dijo el soldado, mientras forcejeaba, para luego zafarse de su agarre.
—Estás bien, Kiara...
—A mi no me interrumpen cuando voy a hacer algo, esclavo —dijo el soldado, en voz alta y enojado.
—Está bien, pero no vuelvas a tocar a mi...
—A mi no me van a dar órdenes un esclavo... vete y déjame ajustar cuentas con la esclava —dijo el soldado, en voz alta y enojado.
—Si eso es lo que quieres, no voy a permitirte qué te le acerques —dijo el joven, enseriando su mirada.
—No sabes con quién estás lidiando —contesto el soldado, enojado.
—Ni tú tampoco —dijo el joven, devolviéndole la palabra, serio y tranquilo.
—Si así lo quieres —dijo el soldado, mientras desenvaina su espada para luego lanzar un ataque con su mano izquierda.
En eso, Kopa logra reaccionar justo a tiempo, esquivando el ataque, posicionándose por detrás, para luego sujetar a su oponente con su mano derecha, mientras con su izquierda toma la mano que portaba la espada.
—Suéltame, es una orden, esclavo dijo —el soldado, en voz alta y enojado.
—Le suelta, sacándole la espada de su mano— —Listo, ahora déjanos en paz —dijo serio el joven.
—Esto no se va a quedar así, ¡mátenlo! —dijo el soldado, dando una orden en voz alta y enojado.
En ese instante, tres soldados qué estaban viendo todo, arremeten contra Kopa. El primero en atacar es esquivado al igual que el segundo, luego, el tercero ataca de frente, pero Kopa logra esquivar su ataque, devolviéndolo en el acto con un golpe en la pierna derecha con su rodilla izquierda. Después de esto, el primero en atacar vuelve con un ataque de frente, luego, los otros dos aprovechan la distracción para tomarle y sujetarle por ambos costados para que el cuarto, quien había comenzado todo, diese el golpe final, atacando por detrás con una puñalada en la costilla derecha.
—Tras dar la puñalada— —¡Acaben de una vez con esta basura! —ordenó el soldado, en voz alta y enojado.
En ese momento, los cuatro comienzan a arremeter varias veces con sus espadas, acabando con la vida de Kopa en tan solo unos pocos segundos.
—Kopaaa... —dijo la joven, gritando y soltando lágrimas de sus ojos.
En eso
—¿Qué está sucediendo aquí? —al ver lo sucedido—, que acaban de hacer —dijo un joven general, gritando enojado.
—Kovu, mataron a mi hermanito —dijo la joven, llorando arrodillada en el suelo.
En ese instante
—¿Qué es todo ese alboroto? —dijo con una voz alta y gruesa, enojado por todo el ruido.
—Señor Strikel, estos cuatro insolentes acaban de asesinar a uno de sus sirvientes personales —dijo el joven general, respondiendo a su líder con respeto, mientras se posiciona firme y serio.
—¿Eso es cierto, Kovu? —pregunta el líder, con una voz seria e intimidante.
—Eso no es cier...
—Silencio, insolente —dijo el líder en voz alta.
—Si, señor —respondió el joven general a su líder, firme y serio.
—Guardias, llévense a la horca a estos traidores —dijo el líder, en voz alta y enojado.
En eso, la guardia real llega y se lleva a los cuatro soldados, quienes intentan resistirse, pero son obligados por el golpe del látigo.
—General Kovu, prosiga con lo suyo —dijo el líder, con su voz gruesa, mientras comienza a tranquilizarse y retirarse de aquella sala de descanso del campo de entrenamiento.
—Si, señor —dijo el joven general, despidiéndose de su líder para luego voltearse a ver a Kiara, la cual estaba llorando al lado del cadáver de su Hermano.
—Hermanito —dijo la joven, mientras lloraba desconsolada junto al cadáver de Kopa.
—Se acerca para intentar consolarla— —lo siento mucho Kiara, lo siento —dijo el joven general, apoyando su mano derecha en el hombro izquierdo de ella para intentar consolarla, con una voz suave y cálida.
Al día siguiente
Una hora después del medio día
Con Kion
—Señores, están listos para infiltrarse dentro de las líneas enemigas —dijo Kion, firme y serio, preguntando a su ejército.
—SI, señor —dijeron los soldados del ejército, en voz alta, firmes y serios.
En eso
—Señor... cuál será el plan —pregunta su guardaespaldas.
—Ya qué preguntas, esto haremos...
Continuará...
Hola nuevamente a todos mis queridos lectores. Espero que os guste este capítulo también.
Este viernes trataré de preparar todo para poder publicar los próximos capítulos, ya que en la siguiente semana retomo la carrera. Saludos y nos vemos en la próxima, si Dios quiere y lo permite.
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