♡Tartamuda y más♡

Una mañana como cualquier otra, estaba desayunando un café y las galletas que mi madre había llevado el día anterior hasta mi apartamento.

Observaba mi serie favorita. En realidad, era mi segunda favorita; The Crown.

El verano estaba a dos semanas de terminar y lo único bueno que había hecho en vacaciones fue ir de paseo en bicicleta con mi hermana. Era demasiado floja para salir o hacer cualquier otra cosa que no fuera; comer, ver series en Netflix o regar mis plantas. A los 22 años cualquier otra persona tendría un montón de cosas por hacer y por otra parte estaba yo; que era feliz observando la tv y acosando a mi vecino.

El chico de la puerta frente a la mía vivía en el apartamento 512 mientras que yo lo hacía en el 513.

Quizá mucha gente pensase que era una pervertida por acosarlo. Pero no era mi culpa, desde el primer día que se mudó, quede perdidamente idiotizada por aquel chico. Tanto que termine acosándolo. Se podía decir que yo era su pequeña caja de información personal. Sabía muchas cosas acerca de él.

Como, por ejemplo; cumple 25 años el 30 de diciembre, suele salir a pasear a su perro por las tardes y en las mañanas a menudo va al gimnasio de la planta de arriba, trabaja de lunes a viernes de 10 a 6 de la tarde, su restaurante favorito es un Daebak Korean BBQ, no le gustan las cosas picantes y los fines de semana suele ir al hospital.

No me pregunten como es que sabía eso. Mencione que lo acoso con anterioridad, y va muy en serio. Y tal vez eso se debe a que tenía demasiado tiempo libre.

Estaba terminando mi taza de café, cuando recibí una llamada; Era Sophie.

—Hola, ¿Qué se te ofrece tan temprano?  —pregunte en tanto recogía mi plato y lo colocaba en el lavavajillas.

—Dios Michelle, no me digas que acabas de desayunar. ¡Es medio día mujer!

—Es sábado, ayer estuve toda la noche terminando trabajos de la universidad, no quiero atrasarme en el último año, y hace poco desperté ¿puedes ser tan amable de decirme que es lo que deseas? Estas interrumpiendo mi paz.

—Como sea, mamá quiere que le lleves la bolsa que dejó en el sofá a la tía Ana. Es necesario y dijo que si no lo haces te castigará.

—¿Cómo es posible que me sigan castigando si ya soy adulta? —cuestione riendo con ironía—. Está bien, está bien, iré en un rato. Hablamos después.

—¡Oh! Y dice mamá que te pongas a hacer algo de provecho en vez de estar observando la TV. Hasta luego.

La llamada termino, me dirigí a mi habitación la cual, por cierto, estaba hecha un desastre. Me puse los jeans que llevaba el día anterior y una overside blanca. Termine por atar mi cabello en una coleta alta y me coloque mis confiables Nike, estaban un poco sucios pues los use el día que fui en bicicleta con Sophie y me caí.

Si bueno, no era muy buena andando en bicicleta, mi hermana y mi sobrino lo sabían.

Tomé la bolsa de tela que mamá "accidentalmente" olvidó el día anterior, para llevarla a la casa de la tía Ana.

...

La puerta del ascensor se cerró, y comenzó a descender. Al ya estar en el piso principal del edificio salí trotando como una niña pequeña.

Y como era de esperarse escuche aquel fastidioso chiflido. Revire los ojos y camine en seco.

—Entonces qué, reina, ¿Cuándo me vas a dejar complacerte?

—Deberías ir a bañarte. Vulgar. —sí, a veces el karma era inevitable, aquel tipo llamado Baek me acosaba.

Tal vez era mi castigo por ser la acosadora de mi vecino, pero de verdad era muy molesto e incómodo. Yo no había hecho nada malo, ni siquiera me atrevía a hablarle ¿Por qué tenía que vivir aquella situación?

—Tranquila princesita, hoy es tu día de suerte, ¿Por qué no te acercas y compruebas que estoy limpio? —comento con descarada ambivalencia.

Escuché reír a sus compañeros, estuve a punto de contestar, pero alguien se adelantó.

—Déjenla tranquila.

Joder... su voz era tan sexy.

Así es, Kim Taehyung era mi defensor del día. Su mirada se postro en aquellos tipos y yo quede en estado de shock.

—Salvada por la campana princesita, la próxima no tendrás tanta suerte.

—No creo que haya una próxima vez. —Taehyung se adelantó a decir—. Si sigue acosando a la señorita no dudare en tomar acciones legales.

Espera... ¿Qué carajo? No era un sueño, Taehyung de verdad estaba defendiéndome.

—¡Esta bien, está bien! Ya nos vamos ¿Verdad chicos? —los hombres detrás de él asintieron y comenzaron a alejarse.

Yo por otro lado seguía intacta en el lugar donde me quede, el chico de nacionalidad coreana camino hasta mí, deje de respirar por un momento en tanto él seguía acercándose.

—Deberías de poner una orden de restricción en su contra, tal vez la próxima no haya nadie quién te defienda.

—Ujuh —¿Es en serio Michelle? ¿Es todo lo que dirás? ¡Idiota!

—¿Estas bien?, tus mejillas están coloradas. —hablo, mientras levantaba una de sus pobladas cejas.

¡Por Dios Michelle di algo!

—Yo... Este...y-yo...

—¿A dónde irás?, tal vez pueda acompañarte si así lo quieres.

Maldita tartamuda dile algo ¡Lo que sea!

—No creo que sea necesario. —sí, bien dicen que para estúpidas no se estudia y yo era un claro ejemplo de ello.

—Bien, entonces no insistiré. Nos vemos vecina. —me dio una última mirada y se marchó.

¿En serio? Es la primera vez que mantienes una conversación con él después de 3 años ¿Y tienes que tartamudear?

Frustrada por mi comportamiento camine a grandes zancadas para seguir a la casa de la tía.

...

Unas horas más tarde, ya estaba en mi apartamento, comía chetos y buscaba algo interesante en la TV.

En definitiva, no era mi día de suerte y esa noche me lo acababa por confirmar.

—¡Estúpida TV! —me levanté con la linterna de mi celular encendida y fui en busca del interruptor de la luz, y como era de esperarse, está no encendió.

La lluvia estaba a full con relámpagos incluidos. Cerré las ventanas del balcón para después salir al pasillo y dirigirme a los ascensores. Estos tampoco funcionaban. De repente un gran estruendo resonó por todo el pasillo y como yo ya estaba demasiado asustada, no me inmuté a reaccionar cuando paso lo próximo.

Una mano, una mano realmente fría me tocó el hombro. Grité y pateé a la figura que estaba frente a mí en ese momento.

—¡Ouch! ¡Dios eso duele!

Su voz... podría reconocerla a kilómetros, ilumine a la persona que yacía tirada en el piso, en efecto. Es él.

—Mierda, lo siento estaba asustada.

Él se levantó y sobo su muslo.

—Tienes buena puntería aún en la oscuridad. Y también una boca muy grosera. —sonrió sacudiendo su pantalón de chándal

—Lo lamento, pero... ¿Qué haces aquí?

—Supongo que lo mismo que tú, quería ir a reportar el apagón. Mi teléfono está muerto y me temo que odio la oscuridad, tú tienes linterna así que me acerque para hablarte.

—Lo siento, lo siento. Me puse nerviosa.

—Deja de pedir disculpas, entonces... ¿Vamos juntos a la recepción?

Juntos...

Que hermoso suena eso.

—Hey ¿Estás ahí?

—Oh, sí claro.

...

Menudo problema, no habría mantenimiento hasta por la mañana.

—Bien, entonces aquí nos despedimos ¿Verdad?

Pues obvio idiota ¿Qué esperabas?

—Supongo, buenas noches.

Cerró su puerta y yo suspire nuevamente por aquel chico de ojos achinados y pequeños.

Entonces, esa noche paso otra de mis desgracias. Dios, mi madre me dio dos nombres que supone atraen el éxito y la buena suerte y yo captaba solo calamidades.

¿En serio? Justo en ese momento la puerta de mi apartamento estaba cerrada y las llaves habían quedado en mi bolso.

Golpeé la puerta con mi pie y después me arrepentí por completo.

—¡Mi dedo chiquito!

Así es, la estupidez no tuvo límites para mi despistado cerebro que no me recordó que estaba descalza.

El sonido de la puerta detrás de mí me hizo voltear y mirar de nuevo a mi bien dotado vecino.

—Tengo unas mantas extra ¿Quieres venir?

No dije nada y avancé un poco adolorida hasta el marco de su puerta. Él se apartó y me dejó entrar.

Sería una noche interesante...














¡Disfruten del primer capitulo!:)

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