𝟎𝟕.

Meta para que actualice:
185 votos y 45 comentarios

❝*⁰⁷. ˡᵒᵛᵉʳ

𝟐𝟑 𝒅𝒆 𝑺𝒆𝒑𝒕𝒊𝒆𝒎𝒃𝒓𝒆, 𝟐𝟎𝟐𝟑
𝑩𝒂𝒓𝒄𝒆𝒍𝒐𝒏𝒂, 𝑬𝒔𝒑𝒂𝒏̃𝒂

𝐋𝐎𝐕𝐄𝐑 𝐃𝐄 𝐓𝐀𝐘𝐋𝐎𝐑 𝐒𝐖𝐈𝐅𝐓 se estuvo reproduciendo aquellos últimos dos días.

La actriz estaba en una burbuja fantástica que no le permitía despojarse de su sonrisa por más que quisiera. Le gustaba alguien. De hecho, se estaba enamorando. Había entrado en su Lover era, donde el álbum con este mismo nombre empezaba a describir su vida en aquellos mismos instantes.

No podía pensar en otra cosa. La conversación con Mara le sirvió de mucha ayuda. Tras aquellas palabras y aceptar finalmente sus inevitables sentimientos, se paró a ver las cosas con una perspectiva llena de optimismo. La principal razón por la cual anteriormente no le veía reparo alguno a un futuro donde sus sentimientos pudieran ser enlazados con los de él era el trabajo; pero pensándolo bien, sus sentimientos no harían ningún mal al plan, al revés, haría su actuación aún más realista por la razón de que realmente lo siente. La otra razón —menos rebuscada, y por lo tanto, más obvia— era que Gavi no sentía nada por ella; pero se estuvo auto analizando, y era cierto que tenía todo para conquistarle sin problemas.

Era una de las chicas más deseadas de toda España. Cientos de chicos están detrás de ella —literalmente. ¿Por qué el futbolista sería la excepción?

No podía parar de darle vueltas al tema. Todo ahora mismo era Gavi, Gavi y... nuevamente Gavi. Solo pensaba en cuándo lo volvería a ver para apreciar esa hermosa sonrisa otra vez más. Y en eso, el plan ayudaba un montón, ya que gracias a ello tenía que verlo todas las semanas para mantener aquella falsa en pie. Y ella con gusto, porque estaba segura de que en cualquier momento el castaño caería en su plan de conquista que iniciaría pronto y haría que todo aquello dejara de ser falso para convertirse en algo muy verdadero.

Por eso mismo, ahora se encontraba llegando por tercera vez en los últimos dos meses a el estadio olímpico de Montjuic, para presenciar otro partido. Lover se reproducía por los altavoces del vehículo por milésima vez en los últimos días, y su melodía fue detenida cuando la actriz apagó el coche y salió de él tras meterlo en el parking privado. Sin problema alguno, entró por la puerta que daba paso al interior de Montjuic. Solo había estado allí tres veces, pero sabía hacia dónde tenía que tomar en cada caso a esas alturas.

Tenía la leve sospecha de que aquel lugar se iba a convertir en un segundo hogar en los próximos meses.

—¡Gio!

Una voz familiar la llamó, haciéndole frenar sus pasos en seco por el pasillo. Pasos rápidos resonaron por la superficie limpia de las lisas y brillantes baldosas. La actriz se giró para ver cómo su más reciente amiga corría con una sonrisa enorme hacia ella. La sonrisa que empezó a esbozar fue remplazada por una mueca de sorpresa cuando la hija de Xavi la abrazó con ímpetu. En el tiempo en el que la conocía, las pocos abrazos que se habían dado habían sido protagonizados por la rubia. Así que se sorprendió de la fuerza tan alegre con la que la castaña hizo aquel gesto.

—¡Hola! ¿Vas a ver el partido? —le preguntó la modelo nada más esta se separó—. Me viene bien que te sientes conmigo.

—Hoy no, estoy cansada. Voy justo a decirle a mi padre que me marcho. —contó sin despojar su sonrisa.

Giorgia frunció el ceño.

—¿Cansada? Pero si vas como una moto. —rió, mirándola con detenimiento.

Unos lindos colores rojos se instalaron en sus mejillas al ver su evidente estado. Y es que era cierto, Mara parecía que se había tomado varías latas de bebida energética.

—Te he mentido, es cierto —confesó finalmente tras observar que no había nadie más en aquel pasillo. Pero claro, Gio ya sabía que eso de que estaba «cansada» era mentira—. El chico que me gusta me acaba de pedir una cita hoy para dentro de unas horas. Y si quiero llegar bien y a tiempo, me tengo que ir ya.

La actriz sonrió con ternura, pero rápidamente recordó que el chico que le gusta a la joven forma parte de la plantilla del equipo azulgrana. La fémina la miró con una mirada sugerente y meneó sus cejas de manera pícara.

—Es cierto... a ti te gusta uno del equipo... —sonrió pilla, agarrándola sutilmente del brazo—. ¿Quién es?

La castaña soltó una sonrisa nerviosa.

—En otro momento te lo cuento todo bien y de paso me comentas cómo vas con el tema de Gavi. —habló con rapidez, asfixiándose con sus propias palabras.

—Sí, te tengo que actualizar.

—¡Perfecto! —exclamó—. Ah, otra cosa: Darío quiere hablar contigo. Y por lo que me has dicho antes, no te preocupes: Fer se sentará junto a ti.

—Pensaba que Pedri iba a tomar el asiento de su hermano esta vez. Eso me dijo. —murmuró, desconcertada.

—Sí, ya. Pero es que Pedri también tiene una cita. —y sin más, echó a correr.

Gio se quedó allí parada en mitad del pasillo boquiabierta mientras unía todos los cabos sueltos que Hernández había dejado por doquier.

—¡No me lo puedo creer! ¡Él es tu cita! —dijo mientras veía cómo su amiga desparecía por el pasillo. Logró escuchar su sonora y característica risa, pero no se detuvo para decir algo más.

Suspiró.

Aquella chica siempre se escabullía de sus garras. Pero no tenía mucho tiempo para detenerse a pensar en ello. Cómo le dijo Mara: Darío la esperaba. Si no hacía falta decir que era por asunto de Gavi, Gio realmente no sabía qué quería comentar exactamente dentro de ese tema. Temía lo que aquella mente suya podía idear para escandalizar a todos los medios con su supuesta relación. Su última idea de que Gavi le regalara su camiseta frente a todos resultó ser una bomba, y aunque había bastantes comentarios buenos —siendo una buena señal, ya que eso quería decir que aquella plasta de mala reputación se iba despegando de ellos finalmente—, también había malos comentarios que perduraban. Así que Giorgia prefirió alejarse de aquel bullicio que estaban causando y dejar que aquella cosa fluyera mientras funcionara.

Así que, como sospechó, la mente de Darío ya había tramado otro de sus románticos y asaltantes escenarios para enloquecer al público. Esta vez, aunque a Corberó no le disgustaba la idea, le pareció algo mucho más precipitado. Algo de otro nivel.

—Os tenéis que dar un beso delante de todos.

Aquella revelación la tomó por sorpresa. Sabía que la mente del representante podía maquinar rápidamente cualquier cosa que dejara boquiabierto a cualquiera. Cualquier locura que solo en películas e historias no reales sucedían. Pero ahí, justo en la ciudad de Barcelona, empezaban a suceder de manera real.

—Darío, ¿me lo dices en serio?

En esos momentos le habría dirigido una mirada de total estado de shock a su acompañante en esta aventura, pero el chico ya había salido a calentar para el partido que disputaría en breve. Mientras tanto, se tenía que apañar con la autoayuda de sus propios latidos y de las voces de ánimo de su propia mente.

—Sí, te lo estoy diciendo más que en serio —asintió con una clara seriedad representada en sus facciones, demostrando así, que nada de lo que había soltado por la boca iba a broma—. Necesitamos confirmar las sospechas. Necesitamos confirmar lo vuestro ya.

Un escalofrío le recorrió por toda la columna, poniéndole los vellos de la nuca de punta.

—Es sencillo: Gavi marcará gol y va a ir a donde tú estás para darte ese beso como celebración y dedicación a la vez —volvió a hablar mientras movía las manos a medida que su resumido pero potente plan se desarrollaba en sus palabras—. No hay más.

—¿Y si no mete gol?

—Pues tendremos que dejar el beso para otro partido o confirmar de otra forma. Pero estoy seguro de que Gavi logrará meter uno —dijo muy seguro—. En este partido incluso tiene más oportunidades: Xavi lo ha puesto de falso extremo, por lo tanto, estará tanteando a ratos la zona delantera también.

«Este hombre tiene cada pequeño detalle ya pensado con antelación.»

Diciendo verdades, tras su nuevos sentimientos por el castaño, no es que le disgustara la idea de saborear sus labios. Pero nunca se imaginó que lo haría en ese contexto delante de tanta multitud de personas.

—Recuerdo que dijimos que nada de besos, ¿no? —quiso indagar en el fondo de su mente si aquello que acababa de decir era cierto.

—Ni me acuerdo ni me interesa recordarlo —habló el hombre con suma franqueza sin despojarse de la seriedad de sus facciones—. Tenéis que hacerme caso. Hasta ahora me lo habéis hecho y todo va sobre ruedas.

Y sí, en aquello no podía restarle razón alguna.

—Pero a ver, ¿se lo has comentado ya a Gavi? —preguntó, todavía sopesando lo que él le estaba pidiendo.

—Por supuesto. —respondió con obviedad.

—¿Y ha dicho que sí a esto? —casi rió con ironía de tan solo imaginarse aquello.

—Claro que sí —bufó con diversión—. ¿A caso habéis podido negaros ante mí hasta ahora?

—¿Y no le ha costado aceptar? Es decir, ¿no le resulta incómodo? —siguió indagando.

—No ha costado mucho —reveló para después tomar un trago del café de su termo—. Es verdad que no se lo esperaba como tú, pero ha entendido perfectamente que esto es lo que conviene para seguir con esto. Además, un beso de una chica tan guapa como tú no le disgusta a nadie. Seguro que hasta le gusta.

Sus mejillas se sonrojaron al instante al escuchar aquello. Un subidón de autoestima brotó en ella en cuestión de segundos, causando una sonrisa tímida en sus delicadas facciones. Lo que Darío decía era cierto. Era guapa, por supuesto que a él le gustaría el beso. Es más, por su mente cruza la idea de que puede que haya aceptado con facilidad por el motivo de que a lo mejor, solo a lo mejor, también quiere ese beso de verdad. De manera genuina.

—¿Entonces qué? Lo vas a hacer, ¿cierto? —puntualizó mientras enarcaba una de sus cejas.

—Sí, claro —balbuceó finalmente—. Todo sea por nuestras reputaciones.

—¡Genial! —una sonrisa llena de amabilidad se instaló en sus finos labios—. Tú no te vayas a preocupar. Gavi es un chico muy guapo, no va a ser desagradable. El beso más desagradable ya me lo llevé yo con un Diego.

La actriz no pudo evitar reír al escuchar aquello último mientras veía cómo el pelinegro se marchaba con delicadeza. Por supuesto que no se imaginaba nada desagradable sobre aquel beso que ocurriría en breve con el futbolista. Es más, seguro que sería un gran beso. Gavi parecía ser de esos que dan buenos morreos.

Aquello parecía una señal. Parecía que la vida le estaba sonriendo nuevamente. Aquello podría ser el inicio de su plan de conquista. Como en las novelas, tras aquel beso él no se la podría sacar de la mente y en cuestión de días le estaría pidiendo otro. Pero tenía que maquinar más factores extra para asegurar que el chico cayese. Tenía que acercarse a él y conocerlo mejor. Y no tenía duda que la solución para ello sería pedirle ayuda a Mara para poder acercarse más al grupo joven de la plantilla, y así mismo, a su novio falso.

—Aquí estamos nuevamente. —suspiró con una sonrisa ladina, sentándose finalmente al lado de Fer.

El canario le regaló una sonrisa genuina y dirigió su mirada al campo. Los jugadores ya se posicionaban en sus respectivos lugares a la espera del pitido del árbitro que marcaría el inicio.

—Aquí para ver a tu novio, ¿no?

—Así es —asintió, sonriente—. Aunque también es de buen gusto venir a ver a tu equipo preferido.

—¿Y cómo va lo tuyo con Gavi? —curioseó, mirándola de soslayo.

—Genial. Perfecto.

Sus palabras fueron tajantes y claras. Pensaba que había sido suficiente al agregarle a su respuesta una enorme sonrisa, pero parecía que Fer era mucho más listo que ella en aquellos instantes y no se había tragado muy bien aquella trola en aquellos momentos.

—Pues pareces muy nerviosa —señaló, dirigiéndole una mirada a una de sus piernas que botaba sobre el suelo con descontrol. La ansiedad y nervios del momento empezaban a dar señales físicas. Pero claro, Fer no sabía lo que iba a ocurrir en breve ni tampoco que era todo más que planeado—. ¿Ocurre algo?

—Para nada —soltó con rapidez—. Es verdad que estoy nerviosa. Es que nunca he tenido novio y, como él también es famoso y no estamos tratando de ocultar lo nuestro, pues siento el ojo público encima de mí más de lo normal. Me siento fatigada.

Durante unos segundos, los orbes del isleño analizaron sus expresiones por completo. Como si quisiera comprobar que le estaba diciendo la pura verdad y no una mentira. Y en parte, lo que había dicho era cierto. Se sentía últimamente bastante agobiada con más atención de la que acostumbra tener sobre ella. Pero claro, sus nervios en esos momentos no es que fueran producidos por ese motivo exactamente.

Al fin y al cabo, lo bueno es que el chico acabó creyéndose sus palabras.

—Es normal. Gavi es uno de los chicos más solicitados de España y tú eres de las chicas más solicitadas de España —habló sin tapujos—. Sois la pareja bomba. La pareja perfecta. Por más que les joda a vuestros pretendientes.

Y aquello fue otro brote de autoestima y alegría para la actriz. Fer no era el único que le había dicho eso. Gavi y ella hacían buena pareja, era un hecho. Ambos estaban destinados a estar juntos: él, el futbolista estrella del momento; ella, la actriz joven más brillante de su generación. Giorgia ya no tenía dudas: conquistar a Gavi era un plan que tenía que funcionar.

El partido dio comienzo y los vítores de los aficionados empezaron a sonar con él. Vítores que eran ignorados por los oídos de la rubia, que tenía todos sus sentidos tan concentrados en alguien en concreto que no podía tener noción de nada más. Solo podía apreciar la manera en la que Gavi hacía pasos con agilidad, su concentración al correr y su cara sería acompañada de un ceño fruncido en todo momento. La manera en la que su camiseta se pegaba a su trabajado cuerpo a medida que pasaban los minutos y cómo la vena de su cuello parecía estar a punto de explotar cada vez que algo no le salía como quería.

Aquel chico podía resultar hipnotizante, y se sentía avergonzada por sentirse tal y como una adolescente cuando le atrae un chico de verdad por primera vez.

El partido se volvió bastante interesante cuando en los últimos minutos de la primera parte el Barcelona logró meter dos goles contra el Celta de Vigo, su contrincante por esa noche. El último fue a manos de Lewandoski con asistencia del mismísimo sevillano. Por inercia, el joven dirigió su mirada a aquella parte de las gradas donde sabía que su novia falsa le estaría viendo. Sus padres y su hermana no se encontraban allí por desgracia, y aunque sabía que aquello era por puro compromiso, no pudo evitar sentirse menos solo. Por ello, cuando sus miradas se encontraron y la vio sonreír ante su ayuda al último gol, tuvo que devolverle otra sonrisa con gusto.

Parecía que Giorgia le había sorprendido para bien.

Tras finalizar el partido, los jugadores se metieron en el túnel de vestuarios. El castaño seguía con la mente en el campo, concentrado en ver cómo sus botas avanzaban por el pasillo. Fue entonces cuando Ferran lo abrazó por los hombros y lo zarandeó.

—He visto a tu novia en las gradas. —comentó el valenciano, mostrándole su sonrisa más pilla.

El castaño lo miró de soslayo y negó con la cabeza mientras le daba una sonrisa ladina. De todos del equipo, Ferran era el más bromista y vacilón sin duda alguna. Le encantaba chinchar y molestar a sus seres queridos. Era parte de él no poder evitar no picar con cualquier cosa con la que se hubiera enterado, y era obvio que teniendo Gavi novia ahora no lo iba a dejar en paz por un buen tiempo.

—Sí, ahí está. —asintió.

—Es muy fuerte que me haya tenido que enterar de que teníais algo por la prensa y que tú me lo hayas confirmado hace a penas dos días cuando te trajiste al cuñadito al entrenamiento. No te lo voy a perdonar. —habló con fingida molestia mientras se sacaba una lágrima imaginaria del ojo.

—No seas tonto... Ha pasado todo muy rápido —intentó excusarse, algo avergonzado—. No sabía cómo decíroslo.

—Pues Pedri bien que lo sabía desde un inicio. —siguió fingiendo molestia, enarcando su ceja mientras intentaba reprimir las ganas de reírse.

—Porque nos pilló una vez. —mintió al entrar al vestuario, sintiendo cómo sus mejillas se calentaban al instante al decir aquello. Estaba pensando si hacerse actor profesional a aquellas alturas como su novia falsa.

Entonces, Torres empezó a reírse a carcajadas que resonaban en cada rincón de la estancia. Los chicos que también habitaban el vestuario lo miraban con diversión, intrigados por lo que le había hecho tanta risa al moreno.

—¿Qué le pasa a este? —preguntó Balde, alzando sus cejas mientras veía cómo Ferran se retorcía de la risa.

—No es nada. Está con el pavo. —zanjó, deseando que su amigo dejara de reírse. Lo último que quería es que los demás se enteraran y también lo molestaran con lo mismo.

El joven lateral miró al sevillano con desconfianza, no creyéndose aquello, pero decidió no hablar más e ir a por una toalla para limpiarse el sudor.

Mientras tanto, Ferran recuperaba la respiración mientras se sobaba la barriga por el agridulce dolor que tanta risa le había provocado. Gavi lo miraba con una línea fina en los labios y con los brazos cruzados. El delantero español carraspeó con una sonrisa floja, reprimiendo sus ganas de seguir riendo.

—Hermano, no me imaginaba que eras tan descuidado —bufó con diversión, dándole unos toquecitos en el hombro izquierdo—. En qué sitio estabas follando para que te pillara Pedri, ¿eh?

Pablo no se veía, pero estaba totalmente seguro de que su cara se encontraba completamente roja de la vergüenza.

—No estábamos follando —habló en un susurro, tomándolo del brazo para que solo él escuchara—. Y habla más bajo, joder.

El chico abrió los ojos de par en par, como si hubiera escuchado algo impresionante.

—No me digas que todavía no habéis follado —lo miró en busca de respuestas, pero el silencio del andaluz se lo dijo todo—. Joder, todavía no habéis follado.

El centrocampista chistó y lo soltó rápidamente del brazo, rodando los ojos por la pesadez de su amigo. Podía deshacerse de uno de sus comentarios desviando el tema, pero no importaba, su amigo siempre tenía otra cosa para sacarle de quicio.

—Qué pesado, hermano...

—Pablo Gavi, ¿eres tú? —rió, observándolo como si fuera la cosa más curiosa del mundo—. ¿Desde cuando llevas más de un mes conociendo a una mujer, y no solo eso, empiezas a salir con ella y todavía no la has tocado?

Y justo ahí, ya con la paciencia que tenía agotada, es cuando el castaño quería gritarle que todo era falso. Que era mentira. Que no salía con aquella actriz. Pero de esa manera Darío lo acabaría matando y todo el plan sería más complicado. Odiaba estar metido en aquel lío, y aunque Giorgia le hubiera empezado a caer bien y no tuviera ningún inconveniente con ella, deseaba con todas sus fuerzas acabar con aquello de una vez. Volver a su vida de antes donde la libertad, aunque seguía siendo limitada, tenía más alcance. Ahora no podía conocer a mujeres ni estar con ninguna de ellas porque a esas alturas no podía fiarse de cualquier mínima cosa que pudiera descarrilar el plan. Lo que le faltaba es que lo tacharan de infiel.

—Desde ahora —farfulló con la colera subiéndole por cada extremidad de su cuerpo—. Esta situación es distinta, ¿vale? Y deja de tocarme los cojones que ahora tenemos que volver a salir al campo.

Una mueca de diversión de formó en las facciones del moreno. Su ser quería seguir picándolo un poquito más, pero conocía bastante bien al señor Gavi y sabía los estrechos límites que este tenía. Así que decidió desviar el tema hacia uno más leve.

—Bueno, ya lo dejó —habló sin despojarse de su característica sonrisa—. Solo espero ver pronto a esa chica con tu camiseta.

Y otra cosa más.

Ferran tenía que fijarse en cualquier mínimo detalle. El sevillano no sabía cómo lo hacía, pero a todo le tenía echado el ojo. Parecía una abuela maruja a toda regla. Pero era verdad, Giorgia todavía no había venido con su camiseta puesta. Y es que tenía su razón: todavía no habían confirmado. De todos modos, pronto la verdadera bomba explotaría. Si es que sus pies le brindan un gol al equipo, claro.

—No te preocupes. En cuanto confirmemos la relación públicamente la verás. —balbuceó, agarrando una de las botellas de agua de la nevera para beber de ella.

—¿Y eso cuando va a ser?

—Muy pronto.

Y claro que tenía que ser pronto. Darío Blas lo interceptó nada más llegar a Montjuic con un nuevo cometido para desarrollar su novela. Consistía en marcar un gol, ir a donde se encontrara Gio y plantarle un beso. Así se lo dedicaría y, de esta forma, se confirmaría lo que todos sospechaban: que ambos mantenían una relación. Si conocías a Darío, ocurrencias cómo esta no sorprendían a nadie.

Así que volvió al campo con la máxima determinación. La segunda parte había dado comienzo y parecía que al Barça, a pesar de llevar dos goles en el contador, se le estaba yendo la situación de las manos. Un mal pase de Araujo logró ser interceptado por uno de los celestes del Celta, y esto se convirtió en un gol a favor de los contrincantes a penas en el minuto uno de la segunda parte. Fue abrupto, pero seguían ganando. Por ello mismo, no agacharon la cabeza y prosiguieron con ofensiva.

Tras un tiro que impactó directamente en el palo de la portería a manos de Raphinha y varios minutos donde no sucedía nada interesante, la pelota acabó en los pies de Gavi en zona de peligro. Este viendo la oportunidad ante sus ojos, no dudó en posicionarse para tirar nuevamente hacia la portería. Fue entonces cuando el delantero griego del Celta le arrebató el balón en un descuido, y sin dar tiempo a reaccionar, echó a correr hacia la portería de Ter Stegen. Una pulla de coraje se clavó en la boca del estómago del culé, que no dudó en empezar a correr para recuperar aquella pelota que por un error de control suyo ahora resultaba un peligro para sí mismo. Pero era tarde, Douvikas fue agilidoso y logró meter el segundo gol para su equipo.

Una rabia desmesurada creció en Gavi al ver al contrario celebrar el empate que habían logrado a quince minutos de acabar el partido. Un gol proveniente de un error suyo. No podía permitir que a su equipo se le fuera la victoria de aquella forma cuando se habían ido al descanso con un resultado muy favorecedor. Miró con impotencia hacia las gradas, donde la actriz miraba con penuria la situación. Parecía que aquello había sido un golpe duro para su ego, porque cuando el partido volvió a reanudarse nadie podía tocar a Gavi. No iba a dejar de luchar hasta el último segundo.

Corberó no se esperó para nada aquel cambio tan repentino de papeles. Sabía que el fútbol resultaba ser así: en un segundo podías joder todo. Pero de todos modos, aquello le arrebató pena de sí. Vio a Gavi mirar a los contrincantes con una mirada que mataría si la posara en alguien y sabía que aquello había lastimado su orgullo de Leo. Pero estaba seguro que no se rendiría, y es que fue así. El chico parecía una fiera tras el segundo gol del Celta, no pasando ninguna del rival.

A cinco minutos de acabar el partido, ya con los culés mentalizándose del empate que absorbería el resultado final del partido, el palaciego le arrebató el balón a uno de los jugadores celestes con un movimiento tanto ágil como asombroso y corrió como un animal hacia la portería protegida por Ivan Villa. El estadio de Montjuic estaba a punto de estallar en esos instantes. A Gio se le pusieron los pelos de punta ante la tensión y la euforia, y cuando vio a su crush meter gol por la escuadra solo pudo saltar de su asiento junto a Fer y gritar «gol».

Pablo Gavi había logrado meter gol en los últimos minutos del encuentro y Giorgia estaba tan sumida en celebrar su logro que ni se había acordado del cometido que ambos tenían a parte. Cayó en la cuenta cuando el futbolista, tras abrazar a sus compañeros, la señaló con su índice mientras trotaba hacia ella. Unos nervios desmesurados crecieron a la vez que se acercaba a la baranda para hacer lo que le procedía. Su corazón martilleaba en su pecho, amenazando en salir de este al ver la radiante sonrisa que el andaluz llevaba en su rostro.

No tuvo tiempo ni de reaccionar, porque no pasó ni un segundo de su reencuentro con Gavi cuando este la agarró de las mejillas y le plantó un intenso beso en los labios.

Gio parecía estar volando. Parecía que nada a su alrededor importaba mientras sostenía la sudorosa nuca de su novio falso para hacer la escena más «creíble». Su estómago estaba revuelto por todas las emociones emergentes y parecía que esas famosas mariposas revoloteaban dentro de ella. Pero más que mariposas, parecían dragones. Su pecho le dolía de los fuertes latidos de su corazón mientras sentía los suaves labios del chico moverse sobre los suyos. Era un beso intenso por el momento de euforia, pero nada salvaje o obsceno, más bien delicado.

Tras unos segundos, ambos se separaron, sintiendo como todos tenían sus ojos puestos ante aquella revelación. La gente gritaba y vitoreaba. Mientras tanto, al mirarse a los ojos por unos cortos segundos les quedó claro algo: ya no había vuelta atrás. Solo había un camino y su dirección nunca sería retroceder.

Finalmente, el futbolista se marchó de vuelta al campo para terminar los últimos dos minutos de partido y la actriz no tuvo de otra que volver a sentarse, sintiendo tanta atención encima que le sonrojaba. Fer no era el único que no se había quedado en shock ante aquello. Aún sabiendo lo que ambos tenían, no se había imaginado ni por asomo aquello.

Y es que era irónico; en tan solo un mes habían pasado de discutir a besarse frente a todos. Todo aquello en la misma baranda y en el mismo lugar, compartiendo el mismo contexto.

Ahora Giorgia solo podía regular su respiración, tratando de ignorar todas esas miradas mientras no podía evitar seguir mirando a su novio falso con unos ojos que serían capaces de derretirse por él si fuera posible.

Entonces Fer habló:

—Se nota lo enamorada que estás de él, Gigi.

Y aquella canción de Taylor que últimamente la perseguía en cada esquina no tuvo más remedio que volver a reproducirse en su mente en ese mismo instante.

Can I go where you go?
Can we always be this close forever and ever?
And ah, take me out, and take me home
You're my, my, my, my
Lover


















ㅤㅤ
























ㅤㅤ








HOLAAA.

ATENCIÓN: como ven, al inicio puse una meta para actualizar porque estoy viendo que mucha gente no está votando y está siendo constante a la hora de leer. Entonces, al llegar a esta meta me aseguraré que reciban pronto el próximo capítulo.

¿Se esperaban este beso?😳 Ha sido un giro de los acontecimientos jeje. Había que ponerle más chicha al asunto, ya sabéis.

Bueno, como ven ya estoy más constante. Bastante he tardado, pero como he estado subiendo cosas a TikTok de la nueva historia y he pasado por los últimos exámenes del curso estos días pues no he podido ir más rápido, pero bueno.

OTRA COSA: hablando de mi nueva historia, les invito a que vayan a leerla. Es de Marc Guiu con cliché rivals to lovers (que no se note que me encanta la rivalidad y la enemistad en un inico en las historias de amor). Seguro que os gusta.

Nos vemos pronto, muuuaaakk🩷

ᵃᵗᵗᵉ 𝖠𝗋𝗂 𝗅𝖺 𝖺𝗇𝗈́𝗇𝗂𝗆𝖺( )

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top