CAPÍTULO 16: SHE REMIND ME OF SOMEONE

—— SHE REMIND ME OF SOMEONE ——

—¿Ahora Marcel es mi guardaespaldas?— Preguntó Astrid mientras se daba la vuelta y miraba a Marcel, haciendo que el moreno se diera cuenta de que se había dado cuenta de su presencia. Aunque era algo lógico teniendo en cuenta su triple naturaleza.

—Quería hablar contigo.— Explicó el vampiro haciendo que Astrid supiera de que la iba a preguntar, o mejor dicho de quien.

—Si es sobre Davina, no sé donde está, ni porque ha huido. Pero no la juzgo.— Se adelantó a decir, sabiendo que si la chica era por que había aprovechado la oportunidad, oportunidad que ella debía de haber tomado en cuanto tuvo la ocasión.

—¿Por qué la quieres ayudar? ¿Qué quieres de ella?— Preguntó Marcel mostrando que lo único que quería era protegerla, aunque sus medios para hacerlo no habían sido los más adecuados. Y en ese momento Astrid se vio a sí misma, ella protegió tanto a su hermana pequeña que no la permitió tener una plena libertad para tomar decisiones para equivocarse, pero si no la dejo era por la promesa que la hizo a su madre, lo único que ella siempre quiso fue protegerla.

—A deferencia de todos yo no quiero nada de Davina, pero si la ayudo es por que ella me recuerda a alguien.— Admitió Astrid sabiendo que de alguna forma Davina la recordaba a Eliana, y ya que no pudo proteger de la muerte a su hermana, lo intentaría con aquella chica. No por su poder, sino por lo fuerte que se había mostrado con tan sólo dieciséis años, a tan corta edad todas las personas en las que confiaba, las que quería y las que consideraba su familia la había apuñalado por la espalda, y todas por poder. Y eso a alguien tan joven le cambiaba para siempre.

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Mystic Falls, varios meses atrás.

—No se te ocurra tocarlo o te revanare los dedos con un cuchillo.— Le advirtió Eliana a Leonidas mientras le apuntaba con un cuchillo, haciendo que este alejara su mano del plato de comida.

—Oh vamos solo un trozo.— La suplico mientras mantenía una distancia prudente de su hermana pequeña, ya que sabía que era capaz de cortarle un dedo, y tenía demasiado aprecio a sus diez dedos.

—¡No!— Gritó Eliana enfadada, haciendo que sus dos hermanos mayores supieran que no debían de tocar la comida, o acabarían pasando cosas muy malas, porque Eliana cuando se enfadaba podía llegar a ser peor que Astrid, ya que a diferencia de su hermana mayor, ella acumulaba la rabia y la ira hasta que explotaba.

—Cuidado o te quedarás sin dedos.— Le advirtió Astrid a su hermano pequeño divertida con la situación.

—Sino la hubieras enseñado a usar un cuchillo...Empezó a decir Leonidas mientras la miraba con acusación.

—Sino fueras tan impaciente...Añadió Astrid mientras se cruzaba de brazos.

—¿Pero tu de que parte estás?— Pregunto el moreno sorprendido por el comentario de la mayor.

—De quién no se coma la comida que hago. Llevamos siglos sin estar los tres juntos, para mi esto es importante. Aunque para ti no lo sea.— Intervino en ese momento Eliana haciendo que su hermana comprendiera que pasar los tres un tiempo juntos era lo que necesitaban, aunque a veces quisieran matarse entre ellos, pero sabían como organizarse ellos tres solos, llevaban haciéndolo desde que eran humanos.

—Llevo quinientos años sin comer, creo que se cuales son mis preferencias.— Leonidas miro a su hermana pequeña con obviedad, sabiendo que ella también tendría deseos que cumplir, como por ejemplo destruir las dagas y disfrutar de su tan ansiada libertad.

—¿Tus preferencias son de comer?Preguntó Astrid sorprendida por el hecho de que Leonidas prefiriera a la comida antes que a ellas.

—Nunca dije que fuerais vosotras, os quiero pero la comida... ¡Oh dios!Alegó haciendo que sus dos hermanas se mirasen sorprendidas.

—¿Crees que es demasiado tarde para llevarlo de vuelta al ataúd?— Le preguntó Eliana a Astrid sarcásticamente, haciendo que Leonidas la mirase molesto mientras la mayor se reía por la sugerencia de su hermana pequeña y por la mirada de su hermano.

—Te he escuchado, Eliana. Y eso no es gracioso.Alegó el moreno molesto por lo que había insinuado.

—Lo será para mi que me has ofendido.— Alegó molesta la vampira haciendo que Astrid pusiera una mueca de que no debía de meterse, había vivido tantas peleas de sus hermanos y de los Mikaelson, que lo mejor en situaciones como esas era mantenerse al margen.

—¿Enserio? ¿Por decir que prefiero la comida antes que vosotras?— Preguntó incrédulo de que Eliana se hubiera molestado por un comentario que muy en el fondo no era verdad.

—Yo que tu me quedaba en silencio, te estás metiendo en un berenjenal del que nadie te va a sacar.— Le aconsejo Astrid mientras se sentaba en una silla, sabiendo que aquello podía complicarse y empeorarse, conocía demasiado bien el comportamiento de sus hermanos como para prever lo que podía suceder.

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Nueva Orleans, actualidad.

—Con que la bruja ha huido.— Comentó Astrid a Rebekah mientras se acercaba a ella y se cruzaba de brazos.

—¿La has visto?— Preguntó la menor de los Mikaelson esperando que Astrid la hubiera visto, ella o cualquiera.

—No, aunque sí que la dije que Agnes había muerto.— Explicó la híbrida con tranquilidad.

—¿Y le importó? Quisieron matarla durante el ritual.— Quiso saber Rebekah, ya que aquello podía haber condicionado su huida, la única criatura que suponía una amenaza estaba muerta.

—Creo que le molesto que Marcel le ocultase que ya no existía la única traba para su libertad.— Aclaró Astrid dándose cuenta de cual había sido el motivo por el que Davina se había marchado.

—Es decir, que ha huido por tu culpa.— La acuso Rebekah con obviedad.

—Yo solo le dije algo que era cierto, ella se dio cuenta de que la estaban usando para mantener el control sobre las brujas.— La recordó Astrid sabiendo que Davina se iba a acabar dando cuenta de ello tarde o temprano, era algo inevitable.

—Bueno, nunca he sido fan del club de los chicos.— Admitió Rebekah mientras les miraba. —Elijah y Leo se unirán a ellos y los cuatro serán imposibles.— Añadió haciendo que Astrid pusiera una mueca de que tenía razón, eso no la gustaba. —Utilizada por las brujas, engañada por Marcel, manipulada por Elijah y amenazada por Klaus, como una chica del ataúd moderna.— Terminó de decir Rebekah mientras soltaba un suspiró.

—¿Estas hablando de Davina o de ti misma?— Preguntó Astrid mientras encarnaba una ceja con curiosidad.

—Eso que importa, de todas formas las chicas tenemos que apoyarnos.— Sentenció la vampira haciendo que Astrid la dedicará una sonrisa en señal de que tenía razón.

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—¿Qué estás haciendo?— Preguntó Leonidas al ver que su hermana estaba haciendo magia por su cuenta, cosa bastante extraña.

—Buscar a Davina, es evidente que todos van a por ella. Como si fuera un maldito trozo de carne, como un premio.— Explicó la híbrida mostrando lo enfadada que estaba por qué considerasen así a una chica que apenas sabía en los problemas en los que se había metido o en los que la habían metido solamente por querer permanecer viva y por confiar en las personas equivocadas, principalmente en Elijah y Marcel, que la habían mentido a la cara y eso a una bruja... les podía traer graves y dolorosas consecuencias.

—Es poderosa y peligrosa.— Le recordó Leonidas a Astrid haciendo que la rubia le mirase con una expresión de obviedad por su comentario.

—Es una niña de dieciséis años no eras mucho mayor que ella cuando madre murió, ¿lo olvidas?— Le recordó Astrid incrédula por lo que su hermano había dicho, y algo resignada, ya que la hizo acordarse de aquel día que tantas veces había intentando borrar de su cabeza.

—No, claro que no.— Murmuró Leonidas al recordar aquel día que, al igual que Astrid y que Eliana, prefería no recordar ni mencionar. Aquel día, como el día en el que Ragnar murió, no eran de esos momentos que les gustará recordar.

—Por eso no voy a dejar que se aprovechen de ella, nadie. Y menos de que la maten.— Sentenció la Original con firmeza segura de que debía de protegerla de cualquier posible peligro.

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Mystic Falls, 996 d.C

Astrid se sentó junto a la cama de su madre, Carina llevaba días que no podía levantarse de la cama, la costaba respirar y mantenerse despierta, pero no por ello sus hijos la habían dejado sola en algún momento, entre los dos mayores se encargaban de cuidar de ella y de Eliana, a la que evitaban que pasará mucho tiempo con ella porque era a la que más la afectaba, o por lo menos eso era lo que todos veían, ya que Leonidas intentaba mantenerse fuerte, aunque a veces le costaba; en cambio, Astrid, ella no mostraba ningún gesto, era como si su corazón estuviera hecho de piedra. Pero en realidad Astrid se mantenía fuerte por sus hermanos, como cuando su padre murió, ella debía de sacarlos adelante costara lo que la costara no iba a dejar que aquello les destruyera aunque Astrid estuviera destruida desde hacía demasiados años.

—El tiempo se acerca.— Dijo Ayanna mientras entraba en la habitación acompañada por Leonidas, el cual intercambio una mirada con su hermana mayor.

—Dejame a solas con mis hijos.— Le pidió a Ayanna, haciendo que la bruja saliera fuera y entrará en su lugar Eliana, la cual se aferro a la mano de su hermana mayor.

—Se que no me queda mucho tiempo, y pronto me uniré a nuestros antepasados. Pero no por ello debéis de estar tristes, hijos míos, porque sólo estaremos separados por la realidad. Desde el lugar en al que yo vaya os voy a estar vigilando, protegiendo y cuidando. Los tres os debéis de mantener unidos, juntos y protegeros de lo que sea que el futuro os depare.— Carina miró a sus tres hijos, los cuales intentaban no llorar, a los dos pequeños les costaba, pero para Astrid era algo sencillo, aprendió a no llorar cuando su padre murió, o por lo menos a hacerse lo suficientemente fuerte como para que nadie viera su dolor, porque si alguien lo veía, vería su lado vulnerable y ese lado no se le quería mostrar ni a sus propios hermanos. —En otra vida volveremos ha estar juntos, os lo prometo.— Les tranquilizó mientras centraba su mirada en Eliana y Leonidas para a continuación estos marcharse, dejando a Astrid y a Carina solas. —Cuida de tus hermanos.— La pidió mientras la agarraba de la mano, haciendo que Astrid se percatara de los frías que se habían vuelto sus manos.

—Son fuertes, los tres saldremos adelante.— La tranquilizó mientras su voz se mostraba igual que siempre, aunque por dentro Astrid estaba completamente destrozada, reprimir de aquella forma su dolor no la iba a traer nada bueno y aunque ella lo sabía, no era consciente de lo que estaba acumulando.

—No tengo la menor duda, pero prométeme que evitarás que les pase algo malo.— La pidió Carina mientras en su mirada se veía la desesperación por el hecho de que su primogénita cumpliera con aquella promesa que tantos problemas, en el futuro, la traería.

Cuidaré de ellos hasta que muera, madre. No debes de tener dudas en ello, los tres estaremos juntos por y para siempre.— La prometió con seguridad en sus palabras, esa seguridad que Carina necesitaba para saber que Astrid cumpliría con aquella promesa hasta su último aliento.

—Lo se, estoy orgullosa de los tres.Garantizó Carina justamente cuando Ayanna y Esther entraban, haciendo que Astrid saliera de la habitación y pudiera estar con sus hermanos, a la espera de que el fatídico momento llegara. Un momento que, para ellos, fue más pronto que tarde, ya que aquella misma noche la madre de los tres dio su último suspiró para siempre, o eso habían creído todos. Sin saber todo lo que les deparaba un destino que había mostrado ser demasiado caprichoso pero también muy benevolente.

★★★

Dos flashbacks y muy importantes.

El primero de ellos de esa reunión posterior a qué a Klaus le insertarán como si fuera un pincho moruno.

Y el segundo el de la muerte de Carina, una escena que me dio mucha pena, aunque hay escenas todavía más tristes.

Con respecto al resto del capítulo...

Bueno considero que Rebekah se veía algo reflejada en Davina y me hubiera encantado ver más de ellas dos. Por suerte habrá más escenas de ella y de Astrid.

Con la escena de Leo... Bueno, hay muchos factores del pasado de él que todavía son una incógnita pero os puedo decir que mi objetivo es que Leo fuera un poco Kol, así que espero haberlo conseguido.

Y ya para terminar, la escena con Marcel... Son un dúo que os va a gustar.

Ahora sí, os diré una cosa: PRIMER CAPÍTULO DE ENCHANTED DE 2023.

¿Qué os ha parecido el capítulo?

Os leo ❤️


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