Capítulo I: Back to Hell (*)
~1 de Junio de 1985~
ELIDETH MORTENSON
Abrí los ojos cuando sentí la luz del sol en mí cara, de inmediato los volví a cerrar porque el sol me seguía dando en la cara, parpadee un par de segundos antes de estirar los brazos y mi espalda sin pararme del asiento del auto de mi papá el cual seguía en marcha
Mire por la ventana unos segundos donde los arboles seguían en pie, lo que indicaba que aún no llegábamos al atolladero
—¿Estas bien? — una voz dulce me pregunto eso desde el frente del auto, asentí dándole una mirada a mi mamá— ¿tienes hambre?
—Estoy bien— le asegure mientras inclinaba la cabeza en el respaldo del asiento
Mis papás no habían parado de preguntar eso desde que salimos de Houston, sé que les preocupaba el regresar al pueblo, aquí pasaron muchas cosas cuando era niña, cosas dolorosas tanto como para mi como para ellos.
La razón por la que volvíamos era simple, papá tendría un puesto importante en la planta de energía, a pesar de que cuando le dieron su ascenso, pensó mucho en si venir o no, le termine diciendo que estaba bien, que aceptara su nuevo cargo, que era una oportunidad muy importante ya que ganaría más dinero, que si bien teníamos una muy buena vida donde nos consideran ricos, no estaba mal que se superara, además de que prometió comprarme una repisa para mis libros, que son mi mayor tesoro junto con mis vinilos
En la radio del auto empezó a sonar Smells Like Teen Spirit de Nirvana, estaba a punto de quedarme dormida, entre cabeceos alcance a ver el letrero de bienvenidos a Indiana, lo que me hizo soltar un suspiro pesado
—De vuelta al infierno— dije con cansancio en un susurro solo audible para mi
—Duérmete otro rato— me dijo mi papá mirándome por el espejo. Asentí, ya que aun tenia sueño
—Lo hare— abrace la pequeña mochila que tenía a mi lado— y soñare con mi Alex P. Keaton— solté un suspiro enamoradiza al recordar a mi novio ficticio
Di un suspiro pesado y me acomode para dormir, pues todavía faltan horas para llegar a Hawkins.
(...)
Mi mamá me despertó y yo que estaba soñando con mi novio famoso -osea Michael J. Fox-, fui a ver la casa, era linda, dos pisos y de color café.
No era que me quejara por completo, en Houston no salía para nada, la mayoría de las cosas que podrían ser divertidas como los libros, comics, música y videojuegos las tenia en casa, además que no tenia amigos, por eso no me dolió dejar mi anterior casa, y no creo que mi estilo de vida cambie solo por volver, al final aquí estaba el trabajo de papá y la casa era mucho mas grande
—Es linda— dije con una media sonrisa
—Estaremos bien, lo prometo— mi mamá tomo de los hombros y me dio un beso en la cabeza— vamos a ver cómo es por dentro— asentí y me fui a mi recámara
Las paredes eran completamente blancas y las sábanas igual, saque mi cubrecama lila y mi funda de almohada negra, puse en las paredes los posters de Vaselina, de Michael Jackson, de Queen y de Michael J. Fox, acomode la ropa que tenía y puse las cortinas de gatito en la ventana
Baje a cenar y ya estaba mi mamá acomodando sus platos, casi no había nada en la cocina, un par de platos, el refrigerador y la mesa, lo demás seguían en cajas y el resto de mis cosas las traería la mudanza en uno o dos días
—Solo hay fruta o sándwich de cenar, ¿Qué prefieres?— me pregunto mi mamá, lo pensé un momento
—Un sándwich— asintió y se puso a hacer el sándwich de los 4, limpie un poco la mesa y nos pusimos a cenar
Yo y mi familia solíamos hablar mucho a la hora de la cena, aunque claro que en esta ocasión nadie decía nada salvo mi hermano, Aaron, ya que el nunca conoció el pueblo, nos mudamos cuando aun mi mamá estaba embarazada de él
—Mañana llegan los muebles, nos ponemos a acomodar los muebles y si quieres el domingo salimos a conocer el pueblo— propuso papá y todos asentimos
—¿Podemos ver juguetes?— pregunto mi hermanito Aarón con los ojos iluminados
—Solo ver, te conozco Aarón— hablo mi mamá y mi hermanito asintió
—Si, talvez encontremos una tienda de ropa porque necesito 2 suéteres— dije haciendo una mueca
—Tu y tu adicción a los suéteres— dijo mi mamá riendo levemente
—Los uso por necesidad y no por gusto— me defendí
Bueno en realidad si amaba los suéteres, pero claro que a nadie le parecería cómodo usarlos cuando hacia un calor infernal, sin embargo yo tenia que hacerlo. Había hecho de todo para cubrir el pequeño tatuaje que me atormentaba, pero al final se terminaba notando, siempre las pulseras se me caían, el maquillaje no lo cubría por completo, y cuando trate de ponerme un vendaje, mi ex-orientadora del colegio creyó que me autolesionaba y obviamente me negué a mostrarle mi muñeca
Mi única alternativa terminaron siendo unos guantes que descubrían solo mis dedos y suéteres hasta mi muñeca para doble seguridad
—Pronto encontraremos una manera de tapar el tatuaje— habló mi papá, yo sonreí tristemente y me quite el suéter y vi ese maldito tatuaje, esa maldita marca que me recuerda todas mis desgracias
—Lo odio— dije viendo ese "012", mi número, mi maldito número— a veces quisiera cortarme esa parte de la piel— dije con enojo mientras que tomaba mi frente tratando de borrar mis lagunas mentales
No tenia muchos recuerdos del infierno que viví los primeros 8 años de mi vida hasta que pude escapar, pero tenia ese maldito recordatorio de que cuando era bebé me secuestraron y era una niña que trataban como un hámster de investigación
—No solo a ti, a once niños más— habló papá
—Que habrá pasado con Brenner?— pregunté con curiosidad
—El laboratorio fue desmantelado hace unos meses, pero Brenner ya no lo dirigía, según leí en el periódico el laboratorio era dirigido por el doctor Sam Owens— habló mi mamá
—¿Qué les hizo? Antes que de que yo escapará estaban 004, 005 y 011, a 008 no la vi desde que teníamos 4 años pero espero que estén bien— suspiré pesadamente
Casi nunca hablaba de esto, yo me ponía mal, mamá se ponía mal, y sobre todo no era algo agradable de recordar, no quería hacerlo, lo que sabia sobre mi infierno en el laboratorio de Hawkins era por las pesadillas que tenia en la noche que me perseguían desde el instante en que escape y llegue al lado de mis padres, yo siendo picada con agujas gigantes, poniéndome cascos eléctricos en la cabeza, y choques eléctricos que me dejaban en el suelo pese a la pequeñez que tenia en esa época
Y todos provocadas por el doctor Martin Brenner
—Hija— papá me tomo la mano por encima de la mesa al ver como me escurrían las lagrimas por los ojos— tranquila, estás aquí, estás con nosotros, estás bien.
La garganta siempre se me cerraba cada vez que recordaba a ese hombre que me hizo tanto daño y que por si fuera poco me tenia tan manipulada que pensaba que me quería o que todo lo que me hacia era por mi bien
—Mamá, ¿Por qué siempre hablan en clave?— pregunto Aarón confundido
—En unos años lo entenderás— mamá revolvió el cabello de Aarón
—Es que no entiendo— Aarón se encogió de hombros
—Estás mejor sin entender— dije viendo mi hermanito con una sonrisa que él me devolvió
Aarón solo tenia 7 años, por lo cual no sabia nada de lo que yo había vivido antes de que él naciera, y era mejor así, él solo me catalogaba como alguien especial por los movimientos que hacia con mis manos para manipular la mente de las personas, y me gustaba darle esa sensación a mi hermanito
—Bueno dejemos ese tema por la paz. Tienes que dormirte temprano para acostumbrarte al nuevo horario, nada de agarrar un libro "mientras me da sueño"— dijo con sarcasmo mi mamá
—Fue adictivo— dije riendo
—¿Pero como es posible que acabaste un libro de 300 páginas en 1 una noche?— solté una carcajada
—No fue una noche— bufé
—No, te dormiste a las 6 de la mañana leyendo— dijo mamá con sarcasmo
—Una vez que empiezas no puedes parar— dije haciendo una voz rara
—Es porque es un alíen— dijo Aarón y le saque la lengua, con mi hermanito no tengo ni una pizca de madurez
—Ya los dos, te van a salir unas ojeras del tamaño del mundo si vuelves a hacer lo del libro— yo asentí riendo
—Si
—Terminan de cenar y se van a lavar los dientes— hablo papá y asentimos
El resto de la cena se cambio de tema como el hecho de que mamá quería ampliar su jardín, bueno, a ella siempre le ha gustado las plantas, por lo cual no me sorprendió cuando empezó a hablar de todo lo que planea hacerle a su nuevo jardín
cuando termine mi sándwich, subí a mi habitación aun medio vacía, me di un baño caliente de quien sabe cuantos minutos ya que demoré quitando el olor de viaje y carretera de mi, me puse mi pijama favorita que era una camiseta que decía "Hey Jude", aun no tenia mi televisión ya que estaba con las cosas de la mudanza, pero tampoco tenia sueño
Fui por una de las cajas sin desempacar, la de mis preciosos libros, tome el que estaba hasta arriba y sonreí cuando vi que el elegido para esta noche era "El cuervo" de Edgar Allan Poe. Tome el libro, acomode mi almohada y encendí mi linterna que estaba al lado de mi cajonera y cuando al fin encontré una posición cómoda, abrí el libro en el prólogo
Así es, mi mayor acto de rebeldía era quedarme leyendo hasta la madrugada a pesar de que me dijeron específicamente que no lo hiciera.
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Los capítulos marcados con (*) son los que han sido editados
-Ellis
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